La campaña de boicot a los productos israelíes cobra mayor protagonismo tras dos semanas de continuos bombardeos en la Franja de Gaza que han dejado ya más de 450 muertos. A nuestro alrededor, muchas empresas se lucran gracias al apartheid sionista.
Son marcas conocidas, productos que consumimos diariamente y empresas y cadenas comerciales que conviven con todas nosotras. Ocultan su relación con Israel, pero su código de barras les delata. El 729 «made in Israel» es la marca inequívoca de que un producto determinado se ha elaborado en el país que no respeta la legalidad internacional y masacra al pueblo palestino.
Pero no solo los productos marcados con este código de barras están manchados de sangre palestina. Muchos otros productos esconden su origen o no reconocen su relación con el Estado sionista. Por ejemplo, las bolsas de patatas LZR tienen origen de Israel, aunque el código de barras es 842. Las exporta Agrexco de sus explotaciones en territorios palestinos ocupados, y se venden en Mercadona. Esto supone vulnerar la legislación internacional, ya que Israel exporta a Europa los productos de las colonias ilegales contraviniendo la legislación europea, que prohíbe claramente la venta de estos productos. La comercialización, distribución y venta de estos productos es ilegal, pero la UE también incumple esta legislación.
Agua de Los Altos del Golan
Aguas Eden Spring es una empresa israelí asentada en los Altos del Golán sirio, ocupado ilegalmente desde 1967, tras la Guerra de los Seis Días. Agua Eden Spring España distribuye garrafas para expendedores públicos (en hospitales, institutos, gasolineras) y agua embotellada. Ni un solo Estado ha reconocido la anexión a Israel del Golán sirio, y numerosas resoluciones de las Naciones Unidas han reafirmado que la ocupación es ilegal bajo el marco de las leyes internacionales desde 1981.
Más allá de algunos productos y artículos de consumo, quienes apoyan el boicot a Israel señalan con el dedo a determinadas cadenas comerciales que los venden. Por ejemplo, Mercadona, Carrefour y El Corte Inglés, que venden en sus super e hipermercados muchos productos de Israel, o Sephora (hay una tienda en la Calle Carlos III de Iruñea), que es el principal distribuidor de los cosméticos Ahava. También hay marcas como Imaginarium (en Iruñea hay una en Paulino Caballero), que vende juguetes fabricados en Israel.
Pero la colaboración económica con Israel también es razón suficiente para ser objetivo del boicot. Así, marcas tan conocidas como Coca Cola, L’Oreal, H&M, Zara (del grupo INDITEX), Johnson & Johnson, Starbucks, Nestle, Tibetan Tea o Danone han sido denunciadas por su complicidad con el Estado israelí debido a sus inversiones económicas incluso en territorios ocupados ilegalmente.
Caterpillar, máquinas civiles para la guerra
Curioso es también el caso de Caterpillar, dedicada a fabricar equipos para la construcción e igualmente ropa y calzado. Esta empresa tiene una grave implicación en la ocupación y destrucción de Palestina, según denuncian organizaciones internacionalistas. Sus excavadoras gigantes arrasan las casas y campos palestinos. Una Caterpillar dirigida por un soldado israelí asesinó a la activista Rachel Corrie en 2003.
Frutas, verduras, vinos, zumos, cosméticos, ropa, refrescos, café, alimentos de repostería y bollería, tecnología… numerosos productos están señalados por quienes impulsan el boicot a Israel, y todos estos artículos se cuelan en nuestros carros de la compra sin que los consumidores seamos conscientes de ello.
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