Hoy en día, en 2014, en el siglo XXI, en el corazón de Europa, está sucediendo un acontecimiento muy importante. Está naciendo un nuevo Estado, la Unión de Repúblicas Populares de Novorrosiya (1), por el momento formada por la República Popular de Donetsk y por la República Popular de Lugansk, pero un proyecto con el propósito de reunir más repúblicas populares. Como consecuencia del golpe de estado que tuvo lugar en Kiev el 22 de febrero de 2014 o, mejor dicho, como respuesta a ello, ha surgido un nuevo Estado.
¿Por qué es tan importante el nacimiento de Novorrosiya? ¿Qué aporta de nuevo este acontecimiento? Conlleva algunas aportaciones a tener en cuenta desde la izquierda. En primer lugar, supone la resistencia a un golpe de Estado llevado a cabo con el apoyo de EE.UU. y la Unión Europea. Pero el proyecto de Novorrosiya no es regresar a la situación anterior a febrero de 2014. De hecho, Ucrania, en el momento en el que desapareció la URSS era una de la repúblicas más ricas, ahora en cambio, es una de las repúblicas más pobres de la antigua URSS (debemos recordar que en 1991 más del 70% de la población de Ucrania se opuso a la desintegración de la URSS). El Estado ha permanecido durante 20 años supeditado al dominio sin control de la oligarquía, bajio gobiernos de todos los colores (también bajo mandato de Yanukovich, pese a que respetaba las formas democráticas). Por ese motivo, el proyecto Novorrosiya no es únicamente una respuesta al Maidan, es mucho más que eso.
¿Qué más supone?
Por una parte, tenemos algunos indicios de la política de Novorrosiya. Primero, han expresado su deseo de confiscar y devolver al pueblo los bienes de los oligarcas y lo han llevado a cabo. En segundo lugar, han manifestado que la gran industria pasará a manos de la “propiedad popular”, (palabras del comandante Mozgovoy). Además de esto, sus dirigentes han manifestado que en Novorrosiya la sanidad será pública y el suelo, propiedad del pueblo, no sujeto a especulación. Querer poner la economía al servicio del pueblo y no al servicio de los oligarcas supone, en cierto modo, una pequeña revolución. Por otro lado, no se puede olvidar que también están presentes los valores nacionalistas o bien eslavófilos. Tal vez esto ponga nervioso a algún izquierdista, y es normal. Sin embargo, en el actual mundo globalista (aún más en un contexto de ataque imperialista a Rusia y al mundo eslavo), valores colectivos como patria o pueblo pueden llegar a ser eficaces para vertebrar la resistencia; por otro lado, muchos pensadores del mundo eslavo han interpretado el valor del eslavismo basado en el comunitarismo. La misma bandera de Novorrosiya también muestra esa conjunción entre los valores colectivos socialistas y nacionales.
Esta expropiación de la oligarquía, junto al derrocamiento de esta clase social que, tras la caída de la URSS se adueñó del Estado y de la economía tanto en Ucrania como en Rusia, conlleva la impugnación de ese mismo proceso político de desaparición de la URSS. Las amplias masas de la antigua URSS, ven de por sí que la aparición de los nuevos Estados capitalistas no les ha beneficiado en absoluto. El mito de la victoria definitiva del capitalismo se ha desmoronado. De esta manera, aunque Novorrosiya signifique algo nuevo, plantea al mismo tiempo un “retorno”, la devolución de “algo que nos robaron”. Las conquistas históricas de los trabajadores y de la URSS, así como la victoria lograda en la Gran Guerra Patria, se están valorando de nuevo en Novorrosiya.
El periodista catalán Rafael Poch decía que la clave del éxito en las movilizaciones de Euromaidan (además de la intervención exterior) era la capacidad de “vender un sueño”; ya que la Unión Europea tenía más atractivo que Rusia para un amplio sector de la población (sobre todo para los jóvenes). Y el sueño, como todos sabemos, es un factor de movilización importante. Pero, ¿por qué las Repúblicas Populares de Novorrosiya han conseguido no solamente que la gente rechazase el sueño de la Unión Europea sino también que se identifiquen con Rusia y, además, estar dispuestos a movilizarse en una guerra contra un ejército mucho más poderoso?
Por un lado, tenemos a la Unión Europea y sus políticas, establecidos como consecuencia del golpe de Estado del Maidan. Recordemos que el Maidan se inició ante la negativa del anterior gobierno de Ucrania a integrarse en Europa Occidental. Y las banderas que se vieron en el Maidan fueron las de la Unión Europea, contando con toda la ayuda de los políticos de la Unión Europea. Por otro lado, las fuerzas de choque del Maidan han sido los partidos de extrema derecha y los grupos paramilitares, los mismos partidos que en este momento componen los batallones que están atacando Donbass. La política impuesta por la Unión Europea al gobierno maidanista ha supuesto precisamente una mayor desprotección de los trabajadores: de hecho, el gasto público y el gasto social (transporte, agricultura, jubilación, productos farmacéuticos) han disminuido. Los límites impuestos a la industria nacional, están perjudicando precisamente a las zonas industriales, las del Este, las que están viendo nacer el Estado de Novorrosiya. Y para finalizar, el Maidan ha colocado como presidente a un oligarca de la época negra, Petro Poroshenko. La realidad del Maidan ha fortalecido a los oligarcas de Ucrania y debilitado a la clase trabajadora.
Por otra parte, cuando ahora en Novorrosiya se menciona a “Rusia”, no se está mencionando el apego a las políticas del Kremlin y, en muchos casos, tampoco el deseo de incorporarse al (actual) Estado Ruso. Para ellos “Ruso” posee otro sentimiento y significado: la resistencia a la integración europea y a su programa político y económico (los cuales tendrán un efecto muy negativo en las industrias de Donbass), la fraternidad con Rusia, sentirse parte del “mundo ruso” (cuyo significado es más amplio que “Rusia” o “Estado Ruso”) y de su tradición histórica; por ejemplo, la revolución de 1917 y sobre todo la Gran Guerra Patria de 1941 a 1945 se tienen muy en cuenta entre las masas de Novorrosiya. Al decir “Rusia” no se refieren tanto a las políticas actuales del Kremlin (conjunción de estatalismo y capitalismo, con cierto barniz conservador) sino a “No a Occidente”. Y la alternativa a Occidente hoy en día la encuentran en la “idea de Rusia” o “el mundo ruso”. No se refieren a la Federación Rusa sino a un proyecto nuevo que se construirá en “nombre de Rusia”. Al mismo tiempo, quieren poner de manifiesto su rechazo a esta “post-Ucrania” surgida como consecuencia del golpe de estado. (2)
Novorrosiya está naciendo y, como hemos dicho, es un proyecto basado en una economía popular antioligárquica y en el eslavismo. En este momento, es difícil adelantar cuál será la forma concreta que tomará siendo una composición de elementos tan plurales. De hecho, también se dan ciertas diferencias entre los líderes; por ejemplo entre el más nacionalista ruso Igor Strelkov y o los más rojos Aleksei Mozgovoy y “Motorola”. Quizá pueda darse otro 1917. O pueda surgir un socialismo comunitarista eslavo que una el socialismo con los valores comunitarios eslavos. De un modo u otro, quedará quebrada la continuación de la victoria del liberalismo de 1991. De hecho, nacerá un Estado diferente a los de estilo individualista o capitalista. Hoy en día, los diferentes imperialismos occidentales (tanto EE.UU. como la UE), santifican el individualismo y el liberalismo. Los Estados soberanos o antiatlantistas del mundo (de muy diversas ideologías), además de la soberanía, han desarrollado un cierto tipo de ideocratismo, es decir, tienen un ideología-fuerza y actúan de acuerdo a él (el bolivarianismo, el nacionalismo o el islamismo), sirviendo esto al mismo tiempo para hacer frente al atlantismo y a la globalización; pero también simultáneamente haciendo cambiar de dirección a la sociedad hacia los principios enfocados más a la “comunidad” (3). De este modo, el nacimiento de un Estado “comunitario” nuevo, será un fracaso político, económico y geopolítico del liberal-capitalismo.
Karl Marx, a propósito de la revolución europea de 1848 (en la que apareció por primera vez el proletariado como sujeto político, a pesar de no obtener una victoria política), dedujo que la burguesía nunca cumplía por completo el programa de la revoluciones democrático-burguesas, es decir, el programa de sus revoluciones; que el mejor modo de cumplir el programa democrático de la burguesía era la victoria del proletariado. El alzamiento del Maidan, totalmente apoyado por los oligarcas “liberales” y alentado por los “liberales” europeos, se convirtió en masivo en torno a las consignas “democracia”, “independencia” y “terminar con el poder de la oligarquía!”. En ese alzamiento se reunieron miles de personas desesperadas que quisieron buscar una solución a la deriva del Estado y la sociedad ucranianos y, por supuesto, una gran parte del pueblo se pudo sentir identificado. Pero el Euromaidan no cumplió sus eslóganes; ¿cómo podía cumplirlos un movimiento financiado y apoyado por oligarcas internos y externos y llevado al poder por los paramilitares de extrema derecha? Aunque parezca paradójico, los tres puntos del programa del Maidan: la democracia (la elección de autoridades locales, en lugar de colocar gobernadores de ultraderecha en el Este, pluralidad en vez de prohibición de partidos), la soberanía (la economía para el pueblo y no para los oligarcas o para Bruselas) y el derrocamiento de los oligarcas (y no darles poder, que es precisamente lo que Maidan ha supuesto), se han cumplido en Novorrosiya. ¿Es acaso Novorrosiya la verdadera materialización del programa del Maidan? ¡Qué paradoja! (4). Sin embargo, existen dos claves para comprender esta paradoja: por un lado, el Estado que debía derrocar el Euromaidan y el mismo Euromaidan eran sostenidos por la misma clase, la oligarquía. No ocurrió como en 1848, donde el liberalismo derrocó al anterior feudalismo, sino que un grupo de oligarcas derrocó a otro grupo de oligarcas para perpetuar a la situación posterior a 1991. No fue una “revolución burguesa” (1789−1848), sino una “continuación burguesa” y mucho menos “democrática”, ya que ha supuesto una restricción de la democracia. En segundo lugar, la ideología utilizada para cumplir el programa movilizador del Maidan fueron el banderismo (5), el anticomunismo y el ultranacionalismo ucraniano; para muchos trabajadores ucranianos, que recuerdan la guerra de 1941 – 45, esto resulta totalmente insultante. La idea central para la movilización de Novorrosiya, ha sido la tradición soviética y sus logros. Como ideología movilizadora igualitarista, el socialismo soviético es mucho más apropiado que el fascismo banderista.
Hay diversas maneras de entender el nacimiento de Novorrosiya, pero Novorrosiya, por el simple hecho de existir y de luchar en este momento, ha ofrecido tres aportaciones importantes a la izquierda mundial. Las aportaciones son las siguientes:
-La importancia del proletariado: Novorossiya es un Estado que ha surgido (de momento) principalmente en la zona minera de Donbass. El pilar social del nuevo Estado son los mineros de Donbass. Las ideas que una y otra vez mencionan tanto los luchadores del nuevo Estado como sus líderes han sido recuperar la “dignidad de los trabajadores” y “devolver al pueblo los bienes robados por los oligarcas”. La recuperación de un tipo de economía popular es la primera preocupación del Estado (en cierto modo algo parecido a lo que sucedió en la época de la URSS o, al menos, similar a los esquemas de aquellos tiempos); restituir la gigantesca usurpación de los oligarcas de 1991. Debemos tener en cuenta que el Maidan ha fortalecido el poder de los oligarcas, y su programa económico, esto es, la integración en la UE, la pérdida de la soberanía económica de Ucrania y la reducción del gasto público hacían peligrar el futuro de las industrias de Donbass. Es decir, esto prueba que estaban equivocados los que pensaban que en Europa el proletariado estaba muerto como sujeto político (principal) y había que supeditarlo a nuevos sujetos (“ciudadanos”, “precarios”, “jóvenes”, etc.).
-Está sucediendo en la misma Europa, no en Latinoamérica, en África o en Asia. Es decir, no en territorios lejanos, en territorios en los que no se ha dado de por sí un sólido capitalismo liberal (o según la propaganda liberal occidental, “en los territorios que, de por sí, son dados al populismo”); sino en un continente en el que el capitalismo se ha desarrollado por completo, es decir, donde el capitalismo “completo” (liberal, que ha tenido cierta continuidad) en un territorio que existe como alternativa. Novorrosiya demuestra que el capitalismo no es el camino hacia la prosperidad o la democracia.
-Recupera de nuevo para la izquierda, para los socialistas y para los pueblos soberanos el cambio de gobierno y la rebelión como instrumento e icono. Desde el año 2000 hasta ahora, las “rebeliones” y “movilizaciones populares” se han convertido en un instrumento utilizado por George Soros y sus cachorros: señal de ello ha sido la sucesión de “revoluciones de colores”. En esas “revoluciones de colores” (en las que la pilar social solía ser la población joven de la clase media), se evocaba la “utopía”, el “futuro”. También se utilizaban símbolos anticapitalistas (no así el discurso y la práctica anticapitalista, pero sí los símbolos asociados a él y los gestos de visibilidad). Las nuevas generaciones de la derecha neoliberal, han conseguido interiorizar (y utilizar) ese anticapitalismo icónico confundiendo a la izquierda y condenando a la izquierda antiimperialista a una situación de pasividad. En esta última década, palabras como “revolución” se han utilizado contra la soberanía y la resistencia, y el “poder popular” contra las clases populares, De este modo se ha conseguido confundir a la izquierda (también a la “izquierda radical”) y, en algunos casos, colocarla a favor de la agenda imperial. Después de la sublevación del pueblo de Novorrosiya, la izquierda, por su cuenta, ha planteado un nuevo proyecto quebrando el llamado “statu quo” (el poder de los partidarios del Maidan y los oligarcas). En la iniciativa política se ha dado un cambio: los símbolos asociados al arsenal icónico del anticapitalismo, “utopía”, “futuro” o armas como la “protesta social” ya no están en manos de los capitalistas neoliberales o de los globalistas. El anticapitalismo y el antiimperialismo pueden recuperar la iniciativa política e ideológica en lugar de limitarse a defender un “statu quo” “mejor posible”.
Alguien puede decir que el Estado de Novorrosiya no es “completamente socialista”, que no defienden al 100% el marxismo, que también están presentes valores en cierto modo nacionalistas o tradicionalistas, o que su tipo de socialismo no es el de nuestro modelo. Pero nos sorprende el poco apoyo que ha recibido por parte de la izquierda de Europa siendo el eje el socialismo y el antifascismo.
¿Por qué la izquierda (radical) europea no ama a Novorossiya?
Este nuevo Estado no entra en ninguna lista de “modelos ejemplares” que manera la izquierda europea actual, que prefiere proyecto y modelos inconcretos. Tampoco en la lista de menciones de los independentistas, que mencionan a Cataluña y a Escocia, pero no a un Estado independizado y ya constituido. Además, Novorossiya nos plantea un modelo socioeconómico propio; esto es su independencia va aparejada a un proyecto políticamente alternativo. Hoy en día, en el independentismo se han puesto de moda los discursos que van “más allá del nacionalismo”; Novorrosiya es ahora la pionera en utilizar la independencia para promover políticas diferentes. El proyecto del nuevo Estado se ornamenta en un discurso que descansa sobre bases materialistas y con centralidad en la clase obrera.
Ante esta realidad debemos de preguntarnos por qué la izquierda europea no ha hecho suyo el intento de Novorossiya. Podemos aducir muchas razones para ello, pero todas ellas se resumen en una: que este proyecto es incómodo para los esquemas ideológicos mentales previamente construidos (el politólogo George Lakoff ya advirtió que antes una contradicción entre el esquema teórico y la realidad, se tiende a desechar ésta última). Concretando, podemos enumerar esas razones de esta manera:
-Políticas del poder y/o militarismo: dentro de la izquierda occidental se ha extendido en demasía un discurso opuesto a los ejércitos, o por lo menos la llamado “pensamiento militar” o los “Ejércitos jerarquizados” (no tanto contra las organizaciones militares que mantienen una imagen de “insurgencia”, debido a que estos no entran en la categoría de “ejércitos disciplinados”). Debido a esto, el proceso de Novorossiya les/nos disgusta, ya que el ejército y la disciplina ocupan un lugar central en el mismo. Como en cualquier revolución nos encontramos ante un proyecto para tomas el poder, o mejor dicho, para destruir las estructuras de poder del enemigo. Esto es, la dialéctica entre las clases se coloca en la cuestión del poder (Lenin). Pero hace mucho tiempo que la izquierda occidental europea se olvidó de crear una interpretación positiva del poder, todas las interpretaciones del mismo son negativas (la izquierda radical europea se define en muchas ocasiones como “antipoder”. El “contrapoder” hoy en día, en palabra de la “izquierda radical”, no es entendido como el embrión del nuevo poder; sino como un eslogan filosófico). Entonces nos encontramos que la “izquierda radical” no tiene ninguna estrategia para tomar el poder, ya que condena esa misma noción. Así las cosas no es sorpredente que mientras se abusa retóricamente de la “revolución” no se dé ningún paso, ni teórico ni organizativo, hacia dicha revolución. De este modo la revolución se convierte (rebaja) a objeto de culto, a deseo. La izquierda europea es capaz de elevar a la categoría de “revolución” cualquier protesta vecinal, como si en su propia impotencia esperase que “otro alguien” le haga la revolución “por encargo”; pero como no ama las características de las verdaderas revoluciones (consecución del poder, dialéctica del poder, disciplina), condena las revoluciones reales.
-Sistema de valores “periférico”: Una parte del proyecto político de Novorossiya se basa en el reconocimiento de los valores eslavos o “rusos”, o mejor dicho en el rechazo de los valores occidentales. La izquierda actual, sobre todo tras la caída de 1991, ha aceptado el mito eurocentrista sobre la “civilización occidental” como único camino de progreso, y como parte del mismo, lema de “Europa, patria de la Ilustración” y que cuya cultura es la ñunica cultura “neutral” (6). De ahí deduce que todos los proyectos políticos ajenos a este sistema de valores con a‑democráticos, “reaccionarios” y/o “autoritarios”, y más en el caso de una civilización como la rusa, tan denostada últimamente. La izquierda europea, también la “izquierda radical”, toma el liberalismo “democrático”, que es el objetivo del sistema de valores occidental, como una “estación histórica necesaria”, como un paso necesario para cualquier proceso progresista. Prácticamente, la izquierda está repitiendo el mismo error que los mencheviques cometieron en 1917: Rusia necesitaba “modernizarse” antes de emprender el camino al capitalismo, debía de aprender primero del capitalismo occidental para estar realmente “madura” para el socialismo (Lenin, desarrollando el “análisis concreto de la realidad concreta” les dio una magnífica respuesta en forma de Revolución Socialista de Octubre).
La izquierda europea (también la radical) desconfía de los antes mencionados Estados ideocráticos, y así se aproxima demasiado a sentir la necesidad de “liberalizar” dichos Estados, a atraerlos hacia el sistema de valores occidental. Esto es, los atlantistas y una parte de la izquierda europea sostienen que para que Rusia sea un ejemplo político o para que sea un terreno o actor legítimo de un programa de cambio debe renunciar a su personalidad o a su camino propio para el desarrollo cultural y económico, debe “occidentalizarse” (¿o acaso “desrusificarse?”); aunque todos, y también la izquierda europea, sabemos que la muerte de la ideocracia puede abrir las puertas al peligro del neoliberalismo. Y aquí aparece el peligro de identificarse con las políticas de “revoluciones de colores” de Soros, debido a que este filántropo utiliza símbolos tan atractivos como “revolución” o “protesta” para forzar la occidentalización de sistemas de valores no-occidentales, solucionando de paso ese dilema de la izquierda. Esto es, utiliza formas e instrumentos del gusto de la izquierda para cumplir con sus objetivos políticos y para confirmas los “análisis” de cierta “izquierda radical”. Unos, la izquierda eurocentrista, ven la “liberalización” del sistema de valores ruso como un paso intermedio, otros, los liberal-atlantistas, como su objetivo final; pero ambos coinciden en el camino de este proyecto histórico. Contextualizando este ejemplo en nuestro país, numerosos políticos, intelectuales y opinadores que “comentan” sobre el País Vasco presentan la identidad vasca (o sus características) como “nacionalista”, “identitaria” o “premoderna” per se, mientras que los la identidad española sería “neutral” o sobre todo “democrática e ilustrada” (esto es, el único camino para ser demócrata y/o progresista sería tener la identidad española). Así consigue el nacionalismo español (tan o más nacionalista y agresivo que otros nacionalismos) presentarse a sí mismo como “no-nacionalista”, mientras de paso ata las manos de parte de la izquierda española que cree seguir el mantado ideológico de la “oposición al nacionalismo”.
-Porque la izquierda occidental ha perdido capacidad de “proponer”, limitándose a “oponer”. La izquierda occidental ha sustituido el análisis materialista por el postmodernismo, el programa por la “actitud opositora” y la lucha de clases por la “deconstrucción del sistema”. Esto es, la “izquierda radical”, llevada por la reproducción y atomización de luchas y sujetos (ecologismo, “participacionismo”, horizontalismo, ciudadanismo, lucha estudiantil), identifica al enemigo… pero no en términos de clase o económicos sino en términos maniqueos o morales (por tanto, trascendiendo las categorías de clase): el terreno de la lucha pasa de ser colectivo (de clase) a ser individual (moral), convirtiendo la liberación de la conciencia en un objetivo primordial; ahora es imperativo desarrollar la “oposición al sistema” cotidiana de cada individuo, a pesar ser incapaces de plantear acciones colectivas influyentes. Una de dos: o para la izquierda europea la liberación de clase ya no es suficiente, o ha desarrollado cierto “desprecio” por la clase trabajadora como parte necesaria del sistema productivo (en lugar de ser una víctima del mismo por la extracción de la plusvalía; sería cómplice por el nivel de consumo, la “baja” concienciación, o por no compartir los nuevos cánones de la “izquierda radical”, o por cualquier otra razón). Esto es, los nuevos paradigmas ideológicos han llevado a que la izquierda europea arrincone a la clase obrera en lugar de tratar de atraerla. Y aquí nos encontramos con otro problema de la “izquierda radical” europea: se ha exigido tanto a sí misma en tan diversos campos que ha dejado el avance de la clase obrera en su segundo plano, que ve las luchas basadas en la centralidad de los trabajadores como “incompletas”. La “izquierda radical” ha acabado por arrinconar toda la tradición clásica de la izquierda. Las grandes victorias y logros pasados de la izquierda hoy en día se ocultan en nombre de la condena de la “ortodoxia”. Las ideologías o teorías coherentes y sólidas son denostadas como ejemplo de “ortodoxia”. Se ha endiosado la “heterodoxia” que paradójicamente se convierte en una nueva ortodoxia. Y la antes mencionada política del poder es condenada por “autoritarismo”, ya que el “antiautoritarismo” se ha convertido en un nuevo dogma. Y siendo la URSS el “Gran Satán” que encarna “ortodoxia” y “autoritarismo” a un tiempo, la izquierda influenciada por las modas ideológicas actuales se siente incómoda ante una Novorossiya que recuerda en cierto modo a una nueva URSS.
-Purismo: Como antes hemos comentado, una parte de la izquierda radical no ama los procesos “eclécticos”, esto es los que no siguen rígidamente (según una rigidez preestablecida por uno mismo) el marxismo-leninismo. A menudo, estos mismos son quienes tildan de “reformistas” los procesos de América Latina. Pero la capacidad que estos críticos han mostrado para la construcción o como poco para la influencia en sus países, en Europa, (quizás, salvo en Grecia) ha sido mínima. Pero… ¿no es la crítica un deber de todos los revolucionarios para el bien de la revolución? ¿No es la crítica dialéctica el camino hacia el progreso? ¿No tiene Novorossiya aspectos criticables desde un punto de vista marxista? La respuesta a las tres preguntas es un sí; son preguntas muy razonables. Pero la crítica, para que sea honesta, debe ser formulada siempre en pos de ayudar en la dirección revolucionaria, para mejorar esta. Para ello, además de mencionar los elementos negativos de un proceso, deben de señalarse las razones de la presencia de dichos elementos, además de contrastarlos con los elementos positivos. En este caso se debería de examinar y valorar el potencial obrero de Novorossiya. Estamos ante el primer desafío político a los regímenes oligárquicos que sucedieron a la URSS, un desafío político que abre nuevas oportunidades (y no ha costado barato, han muerto más de 6000 civiles en Donbass). Esta voluntad de resistencia no ha demostrado ningún otro pueblo europeo en los últimos años.
-Algunos movimientos de izquierda o independentistas consideran a la Unión Europea como un aliado. También en nuestro país se ha llegado a ensalzar el hundimiento de los Estados socialistas multinacionales y la aparición en su lugar de Estados-nación capitalistas como “procesos ejemplares para la independencia” (casos de la URSS y Yugoslavia); aunque esos Estados no hayan sido tanto fruto de un deseo de “liberación nacional”, sino de la desestructuración de los anteriores Estados multinacionales (desestructuración que ha afectado negativamente sobre todo a las clases populares). Esos procesos fueron patrocinados por la UE, y por ellos algunos pueden esperar que la UE se comporte también en su caso como “defensor del derecho de autodeterminación”; olvidando que la UE se mueve por sus propios objetivos políticos y geopolíticos, no por la defensa de la autodeterminación.
-El “mito Putin”: Se ve a manudo la sombra de Putin tras Novorossiya (al igual que antes se veía tras la decisión de Yanukovich de decir “no” a la UE). Y hoy en día en Occidente es necesario renegar totalmente de Putin. Aun siendo paradójico, se imputa a Putin tanto el mantenimiento de la legalidad (Yanukovich) como la incitación a la rebelión (Novorossiya). Esto es, como hay “imperialismo ruso” y como todo imperialismo es malo, se encuentra la excusa perfecta para que nuestras conciencias se abstengan de tomar partido. Además este mito tiene un complemento, el de la homofobia y/o el machismo de Putin (que ha formado parte desde el inicio de todos los análisis), como si fuese la encarnación del patriarcado, tal y como un grupo de performance ha establecido y la izquierda europea inocentemente ha difundido (causando el conocido efecto psicológico obvio entre los partidarios de la izquierda). Aun así, en relación con este mito debemos plantearnos ciertas cosas. La primera en torno a la verdadera implicación de Putin. Casi nadie se ha planteado esto, pero la realidad es que las relaciones entre Yanukovich y Putin eran muy tirantes y que la implicación de Putin en el conflicto ha sido mucho menor que la de Occidente tanto en la fase anterior como posterior de la toma del poder por parte del movimiento Euromaidan (no pidió a Yanukovich el paso libre sin aranceles de productos rusos por Ucrania, tampoco que se uniese a la Unión Aduanera, después ha reconocido Poroshenko y ha impulsado un alto el fuego contrariando a los rebeldes). La segunda sobre su machismo y/o homofobia y la utilización de esto en torno al conflicto ucraniano. No seré yo quien defienda la ley rusa sobre la homosexualidad, me parece bastante perjudicial; pero me parece legítimo plantear que se expliquen las verdaderas consecuencias de esta ley (ha habido múltiples falsedades y exageraciones: como que se prohíbe el sexo homosexual o que se envía a los homosexuales a hacer trabajos forzados). Hay que recordar que Putin no es un dirigente ucraniano, por tanto si queremos analizar la situación de Ucrania sería más coherente preguntarnos por las consecuencias del movimiento Euromaidan para los derechos de los homosexuales ucranianos que sobre las opiniones de un político extranjero. Los que mencionan una y otra vez a los “homosexuales oprimidos por Putin” deberían (si de verdad les importan los homosexuales) preocuparse más por lo que puede suponer la toma de poder por un Gobierno repleto por los ultraderechistas para los homosexuales ucranianos. Por otra parte, no he visto a nadie que difundía el mito del “dictador machista” denunciar las violaciones sistemáticas de la Guardia Nacional Ucraniana (por ejemplo en Saurovka), crímenes denunciados por organizaciones feministas ucranianas. Esto hace supones que la mención reiterada a Putin no es más que una excusa para mantener una posición supuestamente neutralista.
Cuando la independencia y el socialismo se están gestándose en la misma Europa, miramos a este proceso con más desconfianza que ilusión. Estamos a tiempo de corregir esto. Pero para eso debemos de superar el “complejo carlista” tan enraizado en la izquierda, que nos condena a estancarnos en una pura pose rebelde sin ninguna estrategia eficaz, a aguantar renunciando a la dialéctica del poder, y en último término a la derrota. Debemos de dejar de buscar el permiso o la legitimidad moral de nadie.
Notas:
A partir de aquí nos referiremos al nuevo Estado (tanto a la parte constituida como a la “parte-proyecto”) como “Novorossiya”, con el objeto de abreviar. También se ha utilizado el nombre de “Estado Federal de Novorossiya”.
Ucrania, como Estado, se creó por vez primera en el marco de la URSS (y bajo ésta se configuró con las fronteras que han durado hasta 2014), y como Estado nació en 1991. Dentro de ésta última Ucrania se encontraron bolsas de población con historia y valores totalmente contrapuestos; encontrándonos con una división entre Ucrania Occidental y Oriental. Desde 1991 hasta nuestros días, pero a que el Estado ucraniano intentó equilibrar ambas almas, falló en crear y en socializar una narrativa compartida de la nación. El golpe de Estado de febrero de 2014 ha traído la monopolización de la idea de Ucrania por un sector de la misma, por el sector occidental; mientras que la población oriental se ha alejado de esa “nueva Ucrania”.El concepto de Estado ideocrático que utilizamos en este artículo no debe confundirse con el concepto de un Estado anticapitalista o socialista (ya que algunos Estados que englobamos en esta categoría se rigen por el modo de producción capitalista). Las características que comparten los Estados clasificados en esta categoría son: a) no se reivindican como parte de la “cultura de la victoria” del final de la Guerra Fría; b) tienen valores culturales comunitarios, diferentes a los hegemónicos; c) la principal definición ideológica de la relación entre Estado y población no es el “mercado libre” o derivados); y e) debido a la voluntad de conservar los anteriores valores, tiene un comportamiento geopolítico independiente.Algunos líderes de Novorossiya, como Alexandr Zajarchenko o el comandante Alexei Mozgovoy ha expresado también esta idea.Hacemos aquí una referencia al cabecilla fascista ucraniano Stepan Bandera (1909−1959). Bandera fue un colaboracionista de Alemania durante la II Guerra Mundial, y hoy en día es un ídolo de fascistas y anticomunistas ucranianos.Marx dijo que “las ideas de la sociedad son las ideas de la clase dominante”; trayendo esa definición al sistema de valores, podemos decir que la cultura hegemónica presenta sus ideas como “la cultura estándar del mundo”, como el reflejo del progreso civilizatorio. Cualquier propagandista colonial conoce esta lección y la aplica; los izquierdistas también deberían conocerlo.
Euskera
Gaur egun, 2014an, XXI mendean, Europaren bihotzean, gertakizun oso garrantzitsu bat gertatzen ari da. Estatu berri bat sortzen dabil, Novorossijako Herri Errepubliken Batasuna (1), momentuz Donetskeko Herri Errepublikak eta Luganskeko Herri Errepublikak osatua, baina proiektu gisa Herri Errepublika gehiago barnebiltzeko asmoa duena. 2014ko otsailaren 22an Kieven emandako Estatu-kolpearen ondorioz, edo hobe esanda, honi erantzunez, Estatu berri bat agertu zaigu.
Zergatik da Novorossijaren sorrera hain garrantzitsua? Zer ekarpen berri egiten ditu gertakizun honek? Ezkerraren aldetik kontutan hartu behar ditugun zenbait ekarpen egin ditu. Lehenik eta behin, Ukrainan, AEBren eta EBren babesaz eman den Estatu-kolpe bati erresistentzia esan nahi du. Baina Novorossija proiektua ez da 2014ko otsailaren aurreko egoerara itzultzea. Izan ere, Ukraina, SESBen desagertzerakoan federazioko Errepublikarik aberatsenetakoa zen, orain berriz SESB ohiko errepublikarik txiroenetakoa da (gogoratu behar dugu 1991an Ukrainako populazioaren %70ek baino gehiagok SESBetik banatzeari ezetz esan ziotela). 20 urtez Estatua oligarkiaren kontrolik gabeko nagusitzapean egon da, kolore guztietako gobernuak gaizkide izan direlarik (forma demokratikoak errespetatu zituen Janukovitxena barne). Hori dela eta, Novorossija proiektua ez da soilik Maidanari emandako erantzun bat, hori baino askoz gehiago da.
Zer gehiago da?
Alde batetik, Novorossijaren politikaren zantzu batzuk baditugu. Lehena, oligarken ondasunak konfiskatzeko eta herriari itzultzeko nahia adierazi izan dute eta baita egin ere. Bigarrenik industria handia “herri-jabetzaren” eskuetara pasako dela adierazi egin dute (Mozgovoi komandantearen hitzak). Novorossijan, horrezgain, osasuna publikoa izango dela adierazi dute bertako buruzagiek, eta lurzorua herri-ondasuna, ez espekulazio-bazka. Ekonomia herriaren zerbitzura eta ez oligarken zerbitzura jarri nahi izanak, modu batean iraultza txiki bat suposatzen du. Beste alde batetik, balio nazionalistak edota eslaviarzaleak ere present daudela ezin ahaztu. Agian ezkerreko norbait urduritu dezake honek, eta normala da. Hala ere, gaur egungo mundu globalistan (are gehiago Errusiaren eta eslaviar munduaren eraso inperialistaren testuinguru batean), aberria edo herria bezalako balore kolektiboak erresistentzia mamitzeko eraginkorrak bihur daitezke; beste alde batetik, eslaviar munduko ezkerreko pentsalari askok, eslaviartasunaren baloreak komunitarismoan oinarrituta interpretatu dituzte. Novorossijako banderak berak ere balore kolektibo sozialisten eta nazionalen arteko bilbatze hori erakusten du.
Oligarken desjabetze honek, SESBen erorketaren ondorioz bai Ukrainan zein Errusian Estatuaren eta ekonomiaren jaun eta jabe egindako klase sozial honen uzkailtzearekin batera, SESBen desagerpena ekarri zuen prozesu politikoaren inpugnazioa dakar. SESB ohiko masa zabalek berez ikusten dute Estatu kapitalista berrien agerpenak ez diela batere onik ekarri. Kapitalismoaren behin-betiko garaipenaren mitoa erautsi egin da. Modu honetan, Novorossijak zerbait berria esan nahi badu ere, aldi berean “itzulera” bat ere planteatzen, du “lapurtu ziguten zerbait” itzultzea. SESB eta bere historia (langileen konkistak eta baita ere Aberri Gudan Handian lortutako garaipena) berriz baloratuak izaten ari dira Novorossijan.
Rafael Poch kataluniar kazetariak esaten zuen Euromaidanaren mobilizazioen arrakastaren klabe bat (kanpo interbentzioaz gain), “ametsa saltzeko” gaitasuna zela; EBk Errusiak baino erakargarritasun handiagoa zuelako populazioaren sektore zabalentzat (batez ere gazteentzat). Eta ametsa, denok dakigunez, mobilizazio faktore garrantzitsu bat da. Baina zergatik Novorossijako Herri Errepublikek lortu dute ez soilik jendeak Europar Batasuneko ametsa errefusatzea, baizik eta Errusiarekin identifikatzea; eta gainera armada askoz ere boteretsuago baten kontra gudan mobilizatzeko prest egotea?
Alde batetik, EB eta bere politikak ditugu, Maidanaren Estatu-kolpearen ondorioz Ukrainan ezarri direnak. Maidana, gogora dezagun, Ukrainako aurreko gobernuak Europako Mendebaldean integratzeari ezezkoa eman zionean abiatu zen. Eta Maidanen ikusi ziren banderak EBrenak izan ziren, EBren politikarien laguntza osoa izan zutelarik. Beste alde batetik, Maidanaren txoke indarrak eskuin muturreko alderdi eta talde paramilitarrak izan dira, gaur egun Donbassen kontrako erasoan ari diren batailoiak elikatzen dituzten alderdiak beraz. EBk Gobernu maidanistari ezarritako politikek hain zuzen ere, langileen babes-falta handiagoa egin dute: izan ere gastu publikoa eta gastu soziala (garraioa, nekazaritza, erretiroa, farmazia-produktuak) murriztu egin da. Industria nazionalari jarritako mugek, hain zuzen eskualde industrialduak, Ekialdekoak, Novorossijako Estatuaren jaiotza ikusten ari direnak kaltetzen ari dira. Eta bukatzeko, garai beltzetako oligarka bat, Petro Poroxenko ezarri du presidente gisa Maidanek. Maidanaren gauzatze honek, Ukrainako oligarkak indartu egin ditu eta langile-klaseak ahuldu.
Bestetik, Novorossijan orain “Errusia” aipatzen denean, ez dira aipatzen ari Kremlinaren politikei atxikimendua, eta kasu askotan ezta ere (gaur egungo) Errusiar Estatuan sartzeko nahia. Eurentzat “Errusiak” beste sentimendu eta esanahi bat du: Euro-integrazioari eta honen programa politiko eta ekonomikoari erresistentzia (Donbassen industrietan eragin oso negatiboak izango dituenak), Errusiarekiko anaitasuna, “errusiar munduaren” parte sentitzea, (zeinaren esanahia “Errusia” edo “errusiar Estatua” baino zabalagoa den) eta honen tradizio historiko gisa adibidez 1917ko iraultzak eta batez ere 1941 – 45 arteko Aberri Guda Handia oso gogoan hartuak dira Novorossijako masen artean. “Errusia” esaterakoan ez dira hainbeste ari gaur egungo Kremlinaren politikez (estatalismoa eta kapitalismoa bilbatzeaz, nolabaiteko zantzu kontserbakor batzuekin) baizik eta “ez Mendebaldea”. Eta Mendebaldeari alternatiba, gaur egun “Errusiaren ideian” edo “errusiar munduan” topatzen dute. Ez dira ari Errusiar Federazioaz, baizik eta “Errusiaren izenean” eratuko den proiektu berri batez. Aldi berean, Estatu kolpearen ondorioz sortutako “post-Ukraina” honen ukazioa adierazi nahi dute. (2)
Novorossija sortzen ari da, eta esan bezala, ekonomia herrikoi antioligarkiko batean eta eslaviartasunean oinarritutako proiektu bat da. Momentu honetan, konposizio anitza izaki, zaila da hartuko duen forma konkretua zein izango den aurreratzea. Izan ere, liderren artean ere nolabaiteko desadostasunak daude; adibidez, Igor Strelkov errusiar nazionalistagoaren edota Aleksei Mozgovoi edo “Motorola” gorriagoen artean. Agian beste 1917 bat gerta daiteke. Edo sozialismo identitario eslaviar bat atera daiteke, sozialismoa eslaviar balore komunitarioekin lotzen duena. Modu batean edo bestean, 1991ko liberalismoaren garaipen-segida puskatua egongo da. Izan ere, liberalismo indibidualistaz edo kapitalismoaren estilokoaz bestelako Estatu bat sortuko da. Gaur egun, Mendebaldeko inperialismo ezberdinek (AEB zein EB), indibidualismoa eta liberalismoa santifikatu egiten dituzte. Munduko Estatu subirano edo anti-atlantistek (ideologia anitzetakoek), burujabetasunaz gain, nolabaiteko ideokratismoa garatu dute, hau da, ideia-gidari bat dute eta horren arabera jardute (bolibarzaletasuna, nazionalismoa edo islamismoa), honek aldi berean atlantizismoari eta globalizazioari eusteko balio dielarik; baina baita aldi berean gizartea amankomuntasunaren printzipioetara biratzen duelarik (3). Gauzak honela, Estatu “komunitario” berri bat sortzea, politikoki, ekonomikoki eta geopolitikoki liberal-kapitalismoaren porrot bat izanen da.
Karl Marxek 1848ko europar iraultza-segidaren ondoren (non proletalgoa lehen aldiz subjektu politiko gisa azaldu zen, nahiz eta garaipen politikorik ez izan) ondorioztatu zuen burgesiak iraultza burges-demokratikoen programa, hau da, bere iraultzen programa sekula osorik betetzen ez zuela; proletalgoaren garaipena zela burgesiaren programa demokratikoa betetzeko modutik onena. Maidaneko altxamendua, ukrainar oligarkia “liberalak” erabat babestua zein Europako “liberalek” hauspotua, “demokrazia”, “independentzia” eta “oligarkiaren boterea bukatu!” kontsignen inguruan bilakatu zen masiboa. Altxamendu horretan, ukrainar Estatu eta gizartearen noraezari konponbidea bilatu nahi izan zioten milaka pertsona desesperatu egon ziren, eta noski herriaren parte handi bat identifika zitekeen. Baina Euromaidanak ez zituen bere esloganak bete; nola bete ahal zituen kanpoko eta barneko oligarkek finantzatutako/babestutako eta eskuin muturreko paramilitarrek boterera eramandako mugimendu batek? Paradoxikoa badirudi ere, Maidanaren programaren hiru puntuak; demokrazia (tokiko agintarien aukeraketa, Ekialdean ultraeskuineko gobernadoreak jartzearen ordez, alderdi aniztasuna alderdien debekuaren ordez), subiranotasuna (ekonomia herriarentzat, eta ez oligarkentzat edota Bruselarentzat) eta oligarken uzkailtzea (eta ez boteretzea, Maidanek ekarri duen bezala) Novorossijan bete dira. Novorossija al da Maidanaren programaren benetako ondorioa? A zer paradoxa! (4) Hala ere, paradoxa hau bi giltzarrirengatik uler daiteke: alde batetik Euromaidan mugimenduak uzkaili behar zuen Estatua eta Euromaidan bera, klase berdinak eusten zituen: oligarkiak. Ez zen izan 1848an bezala, liberalismoa aurreko feudalismoa uzkailtzen: baizik eta oligarka talde bat beste oligarka talde bat uzkailtzen 1991ko ondorengo egoerari segida emateko. Ez zen izan “iraultza burges” bat (1789−1848), baizik eta “segida burges bat” eta are gutxiago “demokratikoa”, demokraziaren murrizketa ekarri bait du. Bigarrenik, programa betetzeko erabilitako ideologia mobilizatzailea. Maidanen banderismoa (5), antikomunismoa eta ukrainar ultranazionalismoa izan ziren; ukrainar langile askorentzat, 1941 – 45eko guda oroimenean dutelarik, erabat iraingarria da hori. Novorossijaren mobilizaziorako ideia zentrala, sobietar tradizioa eta lorpenak izan dira. Ideologia mobilizatzaile parekide gisa, sobietar sozialismoa askoz ere egokiagoa da faxismo banderista baino.
Novorossijaren jaiotza ulertzeko hainbat modu daude, baina Novorossijak, jada, izatearren, momentu honetan izatearren eta borrokatzearren, munduko ezkerrari hiru ekarpen garrantzitsu egin dizkio. Hauek dira ekarpenok:
-Langile elementuaren garrantzia. Novorossija batez ere Donbasseko meatz-gunean sortutako Estatua da (momentuz). Donbasseko meatzariak dira Estatu berriaren bizkarrezur soziala. Estatu berriaren borrokalariek zein liderrek behin eta berriz aipatzen dituzten ideiak izan dira “langileen duintasuna” berreskuratzea, zein “oligarkek herriari lapurtutako ondasunak itzultzea”. Herri-ekonomia mota baten berreskuratzea (nolabait SESBen garaietan egon zenaren modukoa edo behintzat garai haietako eskemen modukoa) da Estatuaren lehen kezka; 1991eko oligarken usurpazio erraldoia itzularaztea. Kontutan izan behar da Maidanak batez ere oligarkak boterean indartu dituela, eta euren programa ekonomikoa EBrekin bat egitea eta Ukrainako subiranotasun ekonomikoa galtzea eta gastu publikoa murriztea dela, zeintzuek Donbasseko industrien etorkizuna zalantzan jartzen zuen. Hots, Europan proletalgoa subjektu politiko (nagusi) gisa hilda zegoela, eta subjektu berrietan subsumitu behar zela (hiritarrak, “prekarioak”; “gazteak” eta abar) uste zutenak oker daudela frogatzen du honek.
-Europan bertan ematen ari da, ez Latin Amerikan, Afrikan edo Asian. Hau da, ez urrutiko lurraldeetan, berez kapitalismo liberal sendo bat egon ez den lurraldeetan (edo mendebaldeko propagandista kolonialen arabera, “populismoari berez emanak diren lurraldeetan”); baizik eta kapitalismoa erabat garatutako kontinente batean, hots, kapitalismo “borobila” (liberala, nolabaiteko jarraikortasun oparoa izan duena) alternatiba gisa existitzen den lurralde batean. Novorossijak kapitalismoa oparotasunerako edo demokraziarako bidea ez dela frogatzen du.
-Gobernu aldaketa eta matxinada tresna eta ikono bezala berriz ere ezkerrarentzat, sozialistentzat, herri-soberanistentzat berreskuratzen ditu. 2000 urtetik hona, “matxinadak” eta “herri mobilizazioak” George Sorosen eta bere kumeen tresna bihurtu dira: “koloreen iraultzen” segidak izan dira horren adierazgarri. “Koloreetako iraultza” horietan (non bizkarrezur soziala erdi-mailako klaseetako populazio gaztea izaten zen), “utopia” ebokatzen zuten, “etorkizuna”. Ikur antikapitalistak ere erabiltzen ziren (ez diskurtso ezta praktika antikapitalista, baina bai honi lotutako ikurrak edota bisibilitate-keinuak). Antikapitalismo ikoniko hori eskuin neoliberalaren belaunaldi berriek bereganatzea (eta erabiltzea) lortu izan dute, ezkerra nahastuz eta ezker antiinperialista pasibitate egoera batetara kondenatuz. Azken hamarkada honetan “iraultza” bezalako hitzak erresistentzia eta subiranotasunaren kontra erabili izan dira, eta “herri boterea” herri-klaseen kontra. Honela, ezkerra (baita ere “ezker erradikala”) nahastea lortu izan da, eta kasu batzuetan agenda inperialaren alde jartzea. Novorossijako herriaren matxinadaren ondoren, ezkerrak bere kabuz proiektu berri bat mahaigaineratu du “statu quo” (maidanzaleen eta oligarken boterea) delakoa hautsiz. Iniziatiba politikoan aldaketa bat eman da (antikapitalismoaren artsenal ikonikoari lotutako ikurrak, “utopia”, “etorkizuna” edota “protesta soziala” bezalako armak, jada ez daude kapitalista neoliberalen edota globalisten esku). Antikapitalismoak eta antiinperialismoak iniziatiba politikoa eta ideologikoa berreskura ditzazke, statu quo “zenbat eta hobea” defendatzera mugatu beharrean.
Novorossijako Estatua “guztiz sozialista” ez dela esan dezake norbaitek, marxismoa %100ean defendatzen ez dutela, balore nolabait nazionalistak edota are tradizionalistak ere present daudela, edo euren sozialismo mota ez dela gure eredukoa. Baina sozialismoa edota antifaxismoa hain zentrala izanik gauza bat harrigarria egiten zaigu: Europako ezkerraren aldetik jaso izan duen hain babes txikia.
Zergatik ezker (erradikal) europarrak ez du Novorossija babesten?
Estatu berri hau ez da gaur egun Europako ezkertiarren eredu edo aipamen zerrendetan sartzen; baizik eta proiektu eta eredu ez konkretuak. Ezta ere independentisten aipamen zerrendan. Katalunia edota Eskozia ditugu hizpide, baina ez jada hauek baino lehen eratutako Estatu bat. Novorossijak badu gainera bere eredu sozioekonomiko ezberdina; hots bere independentzia politikoki ezberdina zinago den proiektu batean oinarrituta. Gaur egun independentismoan hain bogan dauden “abertzaletasunaz haratagoko diskurtsuak mamitzean”, Novorossija izan dugu independentzia politika ezberdinak egiteko erabiltze horretan aitzindari. Oinarri materialista eta langile-klasistetan eraikitako diskurtusarekin hornitu dute Estatu berriaren proiektua.
Honen aurrean ezker europarrak zergatik ez du Novorossijaren saiakera babestu? Hainbat arrazoi agon daitezke, baina azken finean, denak batean laburbiltzen dira: proiektu hau euren eskema mental ideologikoendako deserosoa delako (George Lakoff politologoak esan zuen eskema teorikoa eta errealitatea aurrez aurre jartzean, errealitate mespretxatzeko joera dagoela). Konkretatuz hauek esan ditzazkegu:
-Botere politikak edota “militarismoa”: Armaden kontrako diskurtsua gehiegi zabaldu da Mendebaldeko Europako ezkerraren baitan. Edo behintzat “pentsamendu militarraren” edota “armada hierarkizatuen” kontrakoa (“intsurgentzia” irudia izan dezaketen erakunde militarrak salbu, hauek ez bait dira “armada diziplinatu” baten kategorian sartzen). Hori dela eta ez dute/dugu gustoko Novorossijako prozesua, azken finean armadak eta diziplinak toki handi bat bait dute. Izan ere, edozein iraultza legez, boterea hartzera, edo hobeto esanda, etsaiaren botere-egitura deuseztera zuzendutako proiektu batez ari gara. Hor kokatzen da iraultzaren politika-eremu klasikoa: iraultzaren klasikoek beti esan izan dute “boterea ez dena, ilusioa da”. Hots, boterean kokatzen da klaseen arteko dialektika (Lenin). Baina Mendebaldeko ezkerrak aspaldi utzi zion boterearen inguruko ikuspegi positiboa eratzeari, boterearen inguruko irakurketa denak negatiboak dira (ezker erradikal europarrak sarri bere burua “antibotere” gisa definitu izan du. “Kontraboterea”, gaur egungo ezker erradikalaren ahotan, ez da botere berriaren kimua; eslogan filosofiko bat baizik). Hots, boterea hartzeko batere estrategiarik ez du, gaitzetsi egiten bait du. Horrela ez da harritzekoa “iraultza” ahoan busti eta erabili ibiltzea, baina iraultza egiteko batere urratsik, ez teorikorik ez antolakuntzakorik ez ematea. Honela, iraultza praktikoki kultu objektu bihurtzen (gutxiesten) da, desio bat. Europako ezkerra edozein “protesta”, auzo-protesta bat bada ere, “iraultza” kategoriara igotzeko gai da, hala, norbere inpotentzian “beste norbaitek” iraultza “enkarguz egingo ote dion” itxaropenarekin; baina benetako iraultzen ezaugarriak (boterearen lorpena, boterearen dialektika, diziplina) maite ez dituenez, benetako iraultzak arbuiatzen ditu.
-Balore sistema “periferikoa”: Novorossijako proiektu politikoaren parte bat, eslaviar edo “errusiar” baloreen aintzatespena da, edo hobe esanda mendebaldeko baloreen errefusa. Gaur egungo ezkerrak, batez ere, 1991ko erorketaren ostean, mito eurozentrista bere egin du, hau da “Mendebaldeko zibilizazioa” aurrerapenerako bide bakarra izango balitz bezala jokatu du. “Europa, Ilustrazioaren aberria” leloa, eta honen kultura “neutrala” den kultura bakarra dela sinetsi izan du (6). Orduan, balore sistema horretatik kanpo garatzen diren proiektu politikoak a‑demokratikoak, “atzerakoiak” edo “autoritarioak” iruditzen zaizkio eta are gehiago errusiarra bezalako zibilizazio batean, hainbat aldiz gaitzetsia azken hamarkadotan. Europako ezkerrari, baita ere ezker erradikalari, Mendebaldeko balore sistemaren helburu den liberalismo “demokratikoa” nolabaiteko “derrigorrezko geraleku historiko” iruditzen zaio, edozein prozesu aurrerakoi bertatik pasatzeko ezinbesteko bahea bailitzan. Praktikoki, mentxebikeek 1917an egin zuten akats bera errepikatzen ari da ezkerra: Errusia sozialismoranzko bidean jarri baino lehenago, “modernizatu” beharra zegoen, Mendebaldeko eskola kapitalistan matrikulatu beharra zegoen, bestela ez zatekeen sozialismorako “heldua” egongo (Leninek “egoera konkretuaren analisi konkretua” garatuz, teorikoki eta praktikoki arrapostu ederra eman zien eta Urriko Iraultza Sozialista gauzatu).
Ezker europarrak (erradikalak baita ere), lehen aipatu Estatu ideokratikoekiko mesfidantza garatu du aspaldi, eta hauek “liberalizatu” beharra, hots, Mendebaldearen balore-sistemara ekarri beharra sentitzetik nahiko hurbil dago. Hau da, Errusia politikan eredu izateko edo aldaketa-programa batetarako zilegizko esparru edo aktore izateko bere izaerari edo garapen kultural eta ekonomikorako bere bideari uko egin behar diola, “mendebaldartu” (“deserrusiartu”?) egin behar dela partekatzen dute bai atlantistek zein europar ezkerraren parte batek (nahiz eta denok, ezker europarrak barne, badakigun ideokraziaren heriotzak Estatu horietan neoliberalismoari atea zabaltzearen arriskua dakarrela). Eta hemen Sorosen “koloreen matxinaden politikarekin” identifikatzeko arrisku handia dago, izan ere, filantropo honek, balore-sistema ez-mendebaldarretan oinarritutako gizarteak mendebaltartzeko “iraultza” eta “protesta” bezalako ikur erakargarriak erabiltzen bait ditu, honela ezkerraren dilema hori konponduz. Hau da, ezkerraren gustuko tresna eta baliabideak erabiltzen ditu bere helburuak betetzeko eta aldi berean ezker erradikal hauen “analisia” baieztatzeko. Batzuek, ezker eurozentristak, balio-sistema errusiarraren “liberalizazioa” erdi-mailako urrats bezala ikusten dute, besteek liberal-atlantistek helburu gisa; baina proiektu historiko honetan bidelagun gisa aurkituko ditugu. Gure etxera ekarriz, Euskal Herriaz ari diren intelektual, politikari eta iritzigile askok euskal nortasuna edota honen ezaugarriak berez “nazionalista”, “identitario”, “premoderno” izango balitz bezala aurkezten dituzte, espainiarrak “neutralak” eta berez “demokratikoak eta ilustratuak” izango balira bezala (hots, demokrata edo aurrerakoi izateko bide bakarra nortasun espainiarra izatea litzateke). Horrela lortzen du espainiar nazionalismoak bere burua ez-nazionalistatzat aurkezten, espainiar ezkerraren parte bat, “antinazionalismoaren” mandatua jarraitu ustetan bere gurdira katramilatzen duelarik.
-Mendebaldeko ezkerrak “alde” egiteko gaitasuna galdu duelako, “kontra” egitea mugatzen delako. Ezker mendebaltarrak analisi materialista postmodernismoaz ordeztu du, programa “oposizio jarreraz” eta klase-borroka “sistemaren dekonstrukzioaz”. Hau da, ezker erradikala, borroken eta subjektuen ugaltze eta atomizazioak (ekologismoa, “parte-hartzea”, horizontalismoa, hiritartasuna, ikasle borroka) eraginik, etsaia identifikatu egin du… baina ez klase edota ekonomi terminoetan, baizik eta termino manikeo edota moraletan (beraz klase kategoriak eta analisia traszendituz): borroka zelaia kolektiboa izatetik (klasekoa), norbanakoa (morala) bihurtu da, kontzientziaren askapena helburu bihurtuz, norbanakoaren egunerokoan “sistemarekiko oposizioa” garatzea da orain mandamentua, nahiz eta ekintza kolektibo eraginkorrik egin ez. Bietako bat: edo ezker europarrari klase askapena jada ez zaio aski egiten, edo berez langile klasearekiko halako “mespretxu” inkontziente bat garatu du ekoizpen-sistemaren eragile bezala ikusiz (plusbalioaren jaranspena dela eta biktima gisa ikusi ordez; dela kontsumo-maila, dela kontzientziazio “baxua” edo “eskasa”, edota ezker erradikalaren kanon berriekin bat ez datorren beste edozer dela konplize gisa ikustera pasa da). Hots, paradigma berriek ezker europarra langile klasea erakartzera jokatu ordez, zokoratzera eraman dute. Eta hemen ezkerraren beste arazo batekin egiten dugu topo. Hainbeste exijitu izan dio (europar) ezker erradikalak bere buruari hainbeste arlotan; non azkenean langile klasearen aurrerapenak bigarren maila batean ezarri izan diren, langile klasearen zentralitatean oinarritutako borrokak jada “gutxiegi” zaizkion. Finean, ezker erradikalak, ezkerraren tradizio klasiko guztia zokoratu egin du. Ezkerraren iragandako garaipenak eta lorpenak gaur egun bazterrean daude “ortodoxiaren” gaitzespenaren izenean. Ideologiak, teoria koherente eta sendoak, lehen aipatutako boterearen inguruko estrategiak… erabat alboratuak geratu izan dira “ortodoxiaren” erakusgarri gisa. “Heterodoxia” jainkotu izan da, praktikoki ortodoxia berria bihurtuz. Eta baita lehen aipatutako boterearen inguruko politika “autoritarismo” gisa alboratu, “antiautoritarismoaren” dogmara atxikiz. Eta SESB izanik “ortodoxiaren” eta “autoritarismoaren” ikur nagusia, gaur egungo moda ideologikoen arabera moldatutako ezkerrari deseroso egiten dio SESB berri baten nolabaiteko kutsua duen Novorossija aintzatestea.
-Araztasuna: Lehen komentatu dugunaren arabera, ezker erradikalaren zati batek ez ditu maite prozesu “eklektikoak”; hots marxismo-leninismoa zorrotz (norberaren araberako zorroztasunaz) betetzen ez dutenak. Askotan hauek izaten dira Latin Amerikako prozesu bolibartarrak ere “erreformismoa” dela eta baloratzen ez dituzten berberak. Hala ere, halako kritikoek askotan euren eraikuntzarako edo are eraginerako euren herrialdeetan, Europan, erakutsi duten gaitasuna hutsaren hurrena izan da (agian Grezian salbu…). Baina… ez al da kritika iraultzaile guztion eginbeharra iraultzaren onerako? Ez al da kritika dialektikoa hobetzerako bidea? Ez al ditu Novorossijak ikuspuntu marxista batetatik aspektu kritikagarriak? Hiru galderei eman beharreko erantzuna baiezkoa da; galdera arrazoizkoak dira. Baina kritikak, beti, ondratua izateko, norabide iraultzaileari laguntzeko, hobetu beharrez eta asmoz egin behar dira. Horretarako, ezinbestekoa da, elementu edo prozesu batean gaizki zer dagoen azpimarratzeaz gain, zergatik dagoen hori eta batez ere elementu edo prozesu horretan zer dagoen ondo. Kasu honetan Novorossijaren langile-potentziala ere aztertu eta baloratu beharko litzateke. SESB osteko erregimen oligarkikoei egindako lehen desafio politikoaren aurrean gaude, aukera barri bat irekitzen duen desafio politiko baten aurrean (eta ez prezio merkean, 6000 zibil baino gehiago hil bait dira Donbassen). Halako erresistitzeko grina azken urteotan ez du Europako beste herrik erakutsi.
-Zenbait ezkerreko alderdik edota mugimendu independentistek EB aliatutzat daukate. Ez da arraroa izan, gurean ere, Berlingo harresiaren erorketaren ondorioz Estatu sozialista nazioanitzen hondoratzea eta ordez nazio-Estatu kapitalista txikiagoak agertu izana “independentzia prozesu eredugarri” bezala aurkeztu izana (SESB eta Jugoslaviaren kasuak); nahiz eta Estatu horiek ez izan hainbeste “askapen nazional” baten desioaren ondorio, baizik eta Estatu nazioanitz ohien hondoratzearen produktua (hondoratze honek bertako ekonomia eta industriari eta batez ere klase apalei kalte egin dielarik). Prozesu horiek EBk babestuak izan dira, hori dela eta, askok EBk beren etxean ere “autodeterminazioaren babesle” gisa jokatzea espero dezakete; EBk autodeterminazioa baino bere asmo politiko eta geopolitikoak aurrera eramatea asmo duela ahantziz.
-Putin mitoa: Novorossijaren atzean (lehenago Janukovitxek EBri ezetz esatearen erabakiaren atzean bezala), Putinen itzala ikusi dute. Eta gaur egun, Mendebaldean, beharrezkoa da Putin deabruaren pare jartzea. Paradoxikoa bada ere Putini bai legalitatea (Janukovitx) mantentzea zein matxinada (Novorossija) sustatzea leporatu egin zaio. Hau da, “inperialismo errusiarra” egon dagoenez, eta edozein inperialismo txarra denez, euren buruak gatazkatik at (edo “gatazkaren gaineko ikuspegian, aukera partisanoa hartzeaz libraturik” Imanol Galfarsorok esango zukeen bezala) ikusteko aukera izan dute. Mito honek ere badu beste elementu osagarri bat, Putinen homofobia edo matxismoarena (hasieratik honela agertu izan da analisi guztietan), patriarkatuaren paradigma balitz bezala, hain zuzen ere performance talde batek zabaldua eta europar ezkerrak xaloki hedatua (eta ezkerreko jarraitzaileen artean egin duen efektu psikologikoa agerian dago). Hala ere, “mito” honen inguruan zenbait galdera egin beharra dago. Lehena Putinen benetako inplikazioari buruz. Apenas inork itaundu du honen gainean, baina errealitate bat izan da Janukovitxen eta Putinen arteko harremanak ez zirela batere onak eta Putinen inplikazioa Mendebaldearen baino askoz txikiagoa izan dela bai Euromaidan mugimenduak boterea hartu aurretik zein ostean (ez zion eskatu Janukovitxi errusiar produktuentzako muga askeak Ukrainan, ez Aduana Batasunarekin bat egiteko, geroago Poroxenko aintzatetsi du eta errebeldeen iritziaren kontra suetena bultzatu du). Bigarrena matxismoaren edo homofobiaren inguruan eta Ukrainako gatazkarekiko egin den honen erabileraren inguruan. Ez naiz ni izango homosexualen inguruko errusiar legea defendatuko duena, nahiko kaltegarria bait deritzot; baina zilegi deritzot lege honen benetako ondorioak azaltzea galdatzea (handizkatzeak eta gezurrak makina bat egon dira homosexualak behartutako lana egitera bidaltzen dituztela, edo harreman homosexualak debekatu dituztela). Gogoratu behar da Putin Ukrainako agintaria ez dela, beraz Ukrainako egoera aztertzeko, politikari atzerritar honen usteez aritu beharrean koherenteago litzateke Euromaidan mugimenduak ukrainar homosexualen eskubideen inguruan izan duen eraginaz ere galdetzea. “Putinek zapaldutako homosexualak” behin eta berriz aipatzen dituztenak, ukrainar homosexualentzat (homosexualak benetan aintzat hartzen badituzte) ultraeskuindarrez lepo dagoen Gobernu batek boterea hartzeak izan ditzazkeen ondorioek ere kezkatu beharko zituzketen. Bestalde, “diktadore matxistaren” mitoa zabaldu dutenen artean inor gutxi ikusi dut Ukrainar Goardia Nazionaleko ultraeskuineko paramilitarrek egin izan dituzten bortxaketa sistematikoak (Saurovka herrian adibidez), ukrainar talde feministek salatutakoak, gaitzesten. Honek, Putinen etengabeko aipamenak posizio ustez neutralista bat hartzeko aitzakia besterik ez direla pentsarazten du.
Independentzia eta sozialismoa Europan bertan garatzen ari den honi ilusioaz baino mesfidantzaz begiratzen diogu. Hau zuzentzeko garaiz gaude. Baina horretarako, gurean, ezkerrean oso garatua dugun “konplexu karlista”, estrategia eraginkorrik gabeko errebeldia posera mugatzen gaituena, botere-dialektikari uko eginez eustera kondenatzen gaituena eta azken finean porrotera garamatzana gainditu behar dugu; inoren baimena edo zilegitasuna xerkatzeari utzi behar diogu.
Oharrak:
Hemendik aurrera Estatu berriari (bai materializatutako parteari, zein proiektu-parteari) “Novorossija” deituko diot, laburtze aldera. Izen alternatibo gisa “Novorossijako Estatu Federala” ere erabili izan da.Ukraina lehen aldiz Estatu gisa SESB barnean sortu zen (eta SESB barruan konfiguratu zen 2014 arteko mugekin), eta Estatu independente gisa 1991an. Ukraina horren barruan historia ezberdineko eta balore ezberdinetako populazio multzoak aurkitu ziren; Ukraina Mendebaldean eta Ekialdean banatuta egonez. 1991tik aurrera, ukrainar Estatuak bi aldeen artean orekak egin arren, narratiba konpartitu bat sortu eta sozializatzerik ez zuen lortu. 2014ko otsaileko Estatu-kolpeak Ukrainaren Estatua eta ideia alde batek, Mendebaldeko aldeak, monopolizatzea ekarri izan du; Ekialdekoak “Ukraina berri” horretatik lekutu direlarik.Artikulu honetan erabiltzen dugun Estatu ideokratiko kontzeptua ez da nahastu behar Estatu antikapitalista kontzeptuarekin (kategoria honetan sartzen ditudan hainbat Estaturen ekoizpen-moldea kapitalista bait da). Kategoria honetan sartzen ditudan Estatuen gutxiengo amankomunak a) 1991ko Guda Hotzaren bukaeraren “garaipen kulturaren” oinordeko gisa ez aldarrikatzea; b) balore kultural gisa hegemonikoak ez diren beste batzuk, komunitarioak, izatea; d) Estatuaren eta gizartearen arteko harreman-definizio ideologiko nagusia “merkatu askea” (eta honen aldaerak) ez izatea eta e) aurreko hiru arrazoiei eusteko borondatea dela eta, geopolitikoki jarrera independentea izatea dira.Novorossijako hainbat buruk, adibidez Aleksandr Zakhartxenkok edota Aleksei Mozgovoi komandanteak ideia honekin bat egiten dute.Stepan Bandera (1909−1959) ukrainar buruzagi faxistari erreferentzia eginez. Bandera II Mundu Gudan Alemaniarekiko kolaborazionista izan zen, eta gaur egun ukrainar faxisten eta antikomunisten idoloa da.Marxek “klase nagusitzaileak, bere ideiak gizarte osoaren ideia bezala aurkezten ditu” esan zuen; balio-sistemetara ekarriz, kultura hegemonikoak bere burua “munduko kultura estandar” gisa aurkezten du, zibilizazioaren adierazgarri gisa. Edozein propagandista kolonialek badaki hau eta aplikatu egiten du, ezkertiarrek ere jakin beharko lukete.