Catorce personas murieron en Turquía durante una serie de manifestaciones a favor de los kurdos de Siria.
Desde el inicio de la operación de la coalición estadounidense, que supuestamente combate al Emirato Islámico en Siria e Irak, Turquía –que ahora se unió a esa coalición internacional– no sólo se abstiene de ayudar a los kurdos de Siria sino que además ha sellado su frontera, impidiendo así que los civiles kurdos puedan huir de los yihadistas y que los combatientes kurdos del PKK turco puedan ir en su ayuda.
De hecho, Turquía ayuda así al Emirato Islámico a realizar otra limpieza étnica eliminando o haciendo huir la población kurda del norte de Siria.
Respondiendo al llamado del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), tradicional aliado de Siria, importantes manifestaciones tuvieron lugar en toda Turquía el 7 de octubre de 2014, manifestaciones que fueron reprimidas violentamente por las autoridades turcas.
Desde diciembre de 2013, el Estado turco y el PKK han estado negociando para hallar una solución al estatus de los kurdos en Turquía.
Ahora el PKK ha anunciado que se retirará de las negociaciones si los yihadistas del Emirato Islámico perpetran una masacre contra los kurdos de la localidad siria de Kobane (en árabe, Ain el-Arab) y que además reanudará la lucha armada. Ya en este momento, el líder del PKK Abdullah Ocalan ha llamado a sus partidarios a prepararse para la guerra.