1714, 1836, 1878, 1937….- Jose­ma­ri Loren­zo Espinosa

Algo que me ha lla­ma­do la aten­ción en el pro­ce­so cata­lán (tal vez sea por defor­ma­ción pro­fe­sio­nal) es la pre­sen­cia cons­tan­te del año 1714. Que se ha cola­do en la vida públi­ca y polí­ti­ca de for­ma nota­ble. Se tra­ta del recuer­do per­ma­nen­te y didác­ti­co, que el nacio­na­lis­mo cata­lán está hacien­do sobre la pér­di­da de su sobe­ra­nía, encar­na­da en esa fecha. Que se ha hecho omnipresente.

Lo saben todos los que han podi­do oir en el Cam Nou, en el mínu­to 17.14 de cada tiem­po, gri­tos de “in…inde..independencia”. Lo cono­cen todos los visi­tan­tes a la capi­tal, que han podi­do ver los nume­ro­sos pane­les, en calles y pla­zas, con dibu­jos, esce­nas y tex­tos (en tres idio­mas) des­ta­can­do las fases de la con­quis­ta de Cata­lun­ya, por la tro­pas mer­ce­na­rias bor­bó­ni­cas. Lo pue­den com­pro­bar los visitantes.del Bor­ne. Don­de se ha inau­gu­ra­do recien­te­men­te un museo temá­ti­co, con expo­si­cio­nes y res­tos his­tó­ri­cos, en el anti­guo mer­ca­do. En la mis­ma zona don­de tuvie­ron lugar los últi­mos com­ba­tes por la inde­pen­den­cia, jun­to a los barrios popu­la­res cer­ca del Fos­sar, don­de se ente­rra­ron los cuer­pos de los resistentes..

Se ha recu­pe­ra­do un cua­dro de esti­lo román­ti­co-his­to­ri­cis­ta , del pin­tor deci­mo­nó­ni­co Estruch, que per­ma­ne­cía olvi­da­do y que repre­sen­ta la muer­te en ple­na gue­rra, de Casa­no­va, el líder de las liber­ta­des cata­la­nas. El cua­dro se expo­ne aho­ra en una sala temá­ti­ca del Museo de His­to­ria de Catalunya.

Estas, y otras actua­li­za­cio­nes his­tó­ri­cas, están sir­vien­do para infor­mar a la con­cien­cia nacio­nal cata­la­na de un momen­to impor­tan­te. El año 1714, el once de setiem­bre, es el año en el que cul­mi­na la vio­len­cia del cen­tra­lis­mo bor­bó­ni­co, aca­ban­do con las leyes pro­pias y las liber­ta­des cata­la­nas. Que por muy imper­fec­tas y de anti­guo régi­men que fue­ran, eran pro­pias y no podían ser vul­ne­ra­das por otros estados.

A muchos les pare­ce­rá nimio todo este his­to­ri­cis­mo, sobre todo si están en el lado inva­sor. Pero sin duda sir­ve no solo para el deba­te polí­ti­co actual, sino para pro­bar tajan­te­men­te que la pre­sen­cia espa­ño­la en Cata­lun­ya, o en Eus­ka­di, es con­se­cuen­cia de hechos vio­len­tos, san­grien­tos y for­za­dos. Que fue­ron rea­li­za­dos, hace siglos, en con­tra de la volun­tad del pue­blo inva­di­do y cuyas con­se­cuen­cias siguen vigen­tes toda­vía. Prue­ban ade­más, que la vio­len­cia arma­da de res­pues­ta, no se ini­cia en el siglo XX, con orga­ni­za­cio­nes como ETA o Terra Lliure…Sino que pro­ce­de de gue­rras con­ven­cio­na­les de inva­sión, per­pe­tra­das por Espa­ña y Fran­cia, con­tra las liber­ta­des vas­cas y cata­la­nas, en siglos anteriores…Que al menos en Cata­lun­ya no se han olvidado..

El caso vas­co, cuyos orí­ge­nes son geme­los y sus efec­tos los mis­mos, lamen­ta­ble­men­te, es hoy muy dife­ren­te al cata­lán. Nues­tro pro­ble­ma es que hemos pasa­do de la pro­pa­gan­da arma­da, al silen­cio polí­ti­co y a la apa­tía his­tó­ri­ca. En un peli­gro­so via­je hacia la nada, que espe­ra­mos ten­ga retorno algún día, por­que sino sería el fin.

Ni siquie­ra esta­mos pro­por­cio­nan­do a la opi­nión nacio­na­lis­ta los valio­sos datos de la his­to­ria, que fun­da­men­tan y com­ple­men­tan la recla­ma­ción inde­pen­den­tis­ta. Muy pocos nacio­na­lis­tas vas­cos (igual de dere­cha, que de izquier­da) están en con­di­cio­nes de expli­car y dis­cu­tir sobre fechas tan deci­si­vas como 1836, 1841, 1878, 1937 etc. Fechas en las que se pro­du­je­ron las inge­ren­cias, abu­sos, inva­sio­nes, abo­li­ción de liber­ta­des, que han con­du­ci­do a la actual situa­ción de depen­den­cia. Cual­quie­ra pue­de com­pro­bar cómo incan­sa­bles mili­tan­tes y acti­vis­tas vas­cos ape­nas cono­cen cuál es el ori­gen de la depen­den­cia. Qué fue­ron y qué tuvie­ron que ver las gue­rras car­lis­tas, con la situa­ción actual. O has­ta qué pun­to la inva­sión fran­quis­ta, y la for­ma de res­pues­ta auto­nó­mi­ca, fre­nó y malo­gró la recu­pe­ra­ción nacio­nal vasca.

Sin ser nece­sa­ria dema­sia­da eru­di­ción, pode­mos estar segu­ros que no cono­cer la his­to­ria fun­da­men­tal y bási­ca, sobre todo esto, des­ar­ma cual­quier con­cien­cia nacio­na­lis­ta y la deja en infe­rio­ri­dad dia­léc­ti­ca fren­te al poder y su pro­pa­gan­da de extin­ción masi­va. La igno­ran­cia de la his­to­ria, la desidia faci­li­ta­da no solo por el cen­tra­lis­mo espa­ñol, sino tam­bién por el opor­tu­nis­mo eco­no­mi­cis­ta de los auto­nó­mi­cos, es uno de los pri­me­ros y peo­res esca­lo­nes de la derrota.

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