Cuba: Polí­ti­ca Cul­tu­ral y Eco­no­mía de la Cultura

Los Van Van, leyendas de la música y la cultura cubanasLos Van Van, leyen­da de la músi­ca y la cul­tu­ra cubanas. 

La cul­tu­ra es pen­sa­mien­to, cono­ci­mien­tos, modo de vida y cos­tum­bres, valo­res en una épo­ca, gru­po social, etc. Todo ello se expre­sa en la vida de un pue­blo, en sus tra­di­cio­nes. Por su par­te el Arte es Vir­tud, crea­ti­vi­dad, ima­gi­na­ción, sen­si­bi­li­dad, que se expre­san en la escri­tu­ra, la plás­ti­ca, el audio­vi­sual, el dise­ño, en todas las mani­fes­ta­cio­nes y que se con­vier­te en bie­nes y ser­vi­cios. Para que ese acto crea­ti­vo se con­vier­ta en un acon­te­ci­mien­to cul­tu­ral tie­ne que lle­gar al con­su­mo. Y ese con­su­mo nece­si­ta tener cali­dad, rigor, sen­si­bi­li­dad, iden­ti­dad para el enri­que­ci­mien­to espiritual.
El mer­ca­do es una rela­ción de inter­cam­bio y cuan­do habla­mos de cul­tu­ra y arte nece­si­ta­mos apre­ciar el pro­ce­so que va des­de crea­ción, pro­duc­ción, comu­ni­ca­ción, dis­tri­bu­ción, com­pra – ven­ta y con­su­mo para tener una con­cep­ción sis­té­mi­ca. Cómo se pro­mue­ve la crea­ción artís­ti­ca y lite­ra­ria, cuá­les son sus par­ti­cu­la­ri­da­des, sus retos.
Los bie­nes y ser­vi­cios cul­tu­ra­les cons­ti­tu­yen uno de los sec­to­res más diná­mi­cos de la eco­no­mía mun­dial y en Cuba, jun­to a los depor­tes, alcan­zó como pro­me­dio de los últi­mos 6 años el 4,1 % del PIB cubano. Pero no es como otros sec­to­res de la eco­no­mía. Son obras del espí­ri­tu. Su valor eco­nó­mi­co gene­ral­men­te está basa­do en el valor cul­tu­ral pero tam­bién exis­ten mani­pu­la­cio­nes. La polí­ti­ca cul­tu­ral ha de estar diri­gi­da a que nues­tro pue­blo ten­ga una ofer­ta cul­tu­ral de cali­dad, rigor crea­ti­vo y huma­nis­ta y la polí­ti­ca eco­nó­mi­ca que se dise­ñe para la cul­tu­ra debe­rá res­pon­der a esos pro­pó­si­tos y que nues­tros crea­do­res, su fami­lia y su pue­blo, reci­ban los ingre­sos que se mere­cen por su obra. Es un todo com­ple­jo y arti­cu­la­do. La cul­tu­ra se pro­mue­ve y no se admi­nis­tra. El sis­te­ma eco­nó­mi­co de la cul­tu­ra tie­ne que estar supe­di­ta­do a las nece­si­da­des que deri­van de la natu­ra­le­za del arte y de cada mani­fes­ta­ción artís­ti­ca en particular.
Todo lo que ingre­se el sis­te­ma de ins­ti­tu­cio­nes de la cul­tu­ra se revier­te en inver­sio­nes en la cul­tu­ra nacio­nal, en diver­sos espa­cios, expre­sio­nes y mani­fes­ta­cio­nes artís­ti­cas y de par­ti­ci­pa­ción y dis­fru­te cul­tu­ral. Ese sis­te­ma cerra­do garan­ti­zó en épo­cas ante­rio­res y sigue garan­ti­zan­do la pro­mo­ción de la cul­tu­ra en todo el terri­to­rio. Y no pue­de ser de otra mane­ra por­que las asig­na­cio­nes de recur­sos a la edu­ca­ción y la cul­tu­ra es inver­sión y no gas­to. Esta dife­ren­cia es impor­tan­te por­que la inver­sión es toda asig­na­ción de recur­sos que debe redi­tuar o sea regre­sar de for­ma incre­men­ta­da. Y esa inver­sión en cul­tu­ra se con­vier­te en crea­ti­vi­dad, moti­va­ción por la inno­va­ción y es lo que pue­de con­tri­buir a la sali­da del sub­de­sa­rro­llo y la gene­ra­ción del bien­es­tar y la pros­pe­ri­dad de la socie­dad. Es pro­mo­ver un sen­ti­do de com­pe­ti­ti­vi­dad inclu­si­va y coope­ra­ti­va. Hoy exis­te obso­les­cen­cia tec­no­ló­gi­ca en los pro­ce­sos pro­duc­ti­vos de los bie­nes y ser­vi­cios cul­tu­ra­les, y para ello es menes­ter dedi­car ingen­tes esfuer­zos y recur­sos a su modernización.
El pro­ce­so de reno­va­ción eco­nó­mi­ca y social que se está impul­san­do en la actua­li­dad en el país, debe impli­car el for­ta­le­ci­mien­to del sis­te­ma de ins­ti­tu­cio­nes de la cul­tu­ra que emer­ja de una pro­fun­da intros­pec­ción acer­ca de su fun­cio­na­mien­to y un cla­ro y pre­ci­so sis­te­ma de rela­cio­nes eco­nó­mi­cas, reco­no­cien­do y legi­ti­man­do las nue­vas for­mas de ges­tar la cul­tu­ra que ya exis­ten en el mun­do, en el hemis­fe­rio y en Cuba. Esas disí­mi­les for­mas de ges­tar la cul­tu­ra hoy están pre­sen­te en pro­yec­tos lide­ra­dos por crea­do­res, pro­yec­tos comu­ni­ta­rios y pro­mo­ver la cul­tu­ra por todas las vías y medios impli­ca tam­bién el for­ta­le­ci­mien­to de todos estos proyectos.
Por su par­te el Esta­do tie­ne la res­pon­sa­bi­li­dad inde­le­ga­ble de pro­te­ger, garan­ti­zar y desa­rro­llar la ense­ñan­za artís­ti­ca y el patri­mo­nio que es la memo­ria his­tó­ri­ca de la nación cuba­na. Ade­más de que las obras de arte que están en nues­tros museos son acti­vos de la nación cuba­na. Se tra­ta de pro­mo­ver el movi­mien­to crea­ti­vo de for­ma amplia y exten­di­da, que ocu­pe el lugar que le corres­pon­de en cada terri­to­rio del país des­atan­do las fuer­zas pro­duc­ti­vas que al ampa­ro de la polí­ti­ca cul­tu­ral pue­da dar cum­pli­mien­to a la estra­te­gia nacio­nal de desa­rro­llo del país.

De izquierda a derecha, Adalberto Álvarez, César "Pupy" Pedroso y Juan Formell. Foto: Adablerto Álvarez/ FacebookDe izquier­da a dere­cha, Adal­ber­to Álva­rez, César “Pupy” Pedro­so y Juan For­mell. Foto: Maria­ne­la Dufflar. 

Eco­no­mía, Patri­mo­nio y Crea­ción Musical

Si a alguien se le ocu­rrie­ra com­pa­rar cómo se ha desa­rro­lla­do el arte y la cul­tu­ra en Cuba en los años de Revo­lu­ción, con res­pec­to al pri­mer medio siglo de inde­pen­den­cia del colo­nia­lis­mo espa­ñol, perío­do iden­ti­fi­ca­do como Seu­do­rre­pú­bli­ca, le bas­ta­ría enu­me­rar cuán­tas ins­ti­tu­cio­nes cul­tu­ra­les cum­plie­ron 50 años de fun­da­das en el perío­do revo­lu­cio­na­rio y cuán­tas en el pri­mer medio siglo de repú­bli­ca. Habría que agre­gar —en pro­por­ción con el núme­ro de habi­tan­tes en uno u otro momen­to— cuán­tas per­so­nas en todo el país han podi­do y pue­den acce­der a todas las mani­fes­ta­cio­nes de arte y cul­tu­ra en gene­ral, en la segun­da eta­pa cuba­na, con res­pec­to a la primera.
Entre 1959 y 2014, cum­plie­ron medio siglo de fun­da­dos el Ins­ti­tu­to Cubano del Arte e Indus­tria Cine­ma­to­grá­fi­cos (ICAIC), la Casa de las Amé­ri­cas, el Con­jun­to Fol­cló­ri­co Nacio­nal, y el de la anti­gua pro­vin­cia de Orien­te, el Ballet Nacio­nal de Cuba, la Impren­ta Nacio­nal, lue­go Edi­to­rial Nacio­nal y su des­plie­gue de edi­to­ria­les que con­for­man el Ins­ti­tu­to Cubano del Libro, la EGREM, por sólo citar algu­nas. Otras, como el CIDMUC o el Museo Nacio­nal de la Músi­ca tam­bién cum­plie­ron 25 o más años de fun­da­das y, como aque­llas, se han desa­rro­lla­do de mane­ra ascen­den­te. Todas de acce­so públi­co y dota­das de un pre­su­pues­to esta­tal para que exis­tie­ran, enri­que­cie­ran sus fon­dos y crea­ran espe­cia­lis­tas. Lo más impor­tan­te ha sido la ganan­cia espi­ri­tual de millo­nes de per­so­nas que a lo lar­go y ancho del país, inclu­yen­do las comu­ni­da­des más dis­tan­tes de los cen­tros urba­nos, con esa y una cade­na de ins­ti­tu­cio­nes afi­nes o excep­cio­na­les que tejen la malla cul­tu­ral y artís­ti­ca crea­da, man­te­ni­da y pro­mo­vi­da en todos estos años.
La pri­me­ra con­quis­ta de la Revo­lu­ción en tal sen­ti­do fue la impre­sio­nan­te Cam­pa­ña de Alfa­be­ti­za­ción, lle­va­da a cabo en el tem­prano año de 1961, con el con­si­guien­te segui­mien­to sis­te­má­ti­co que evi­tó un retro­ce­so a la igno­ran­cia. Pie­dra angu­lar del edi­fi­cio de la cul­tu­ra revolucionaria,contó des­de los albo­res de la Revo­lu­ción con un sis­te­ma de escue­las, que inclu­so por las carac­te­rís­ti­cas cons­truc­ti­vas fue­ron arte en sí mis­mas. Recor­de­mos enton­ces la crea­ción de la ENA y la revi­ta­li­za­ción del sis­te­ma de la músi­ca en el país, que tuvo su máxi­ma expre­sión en la crea­ción del ISA, lo cual vino a garan­ti­zar, para los jóve­nes, la con­ti­nui­dad y el pre­sen­te de la músi­ca cubana.
Al impul­so dado por las escue­las pro­vin­cia­les y nacio­na­les de arte en el país al desa­rro­llo del talen­to juve­nil en la músi­ca, se suman cre­cien­te­men­te, los even­tos dedi­ca­dos a los crea­do­res e intér­pre­tes nove­les, ade­más de la cons­ti­tu­ción de espa­cios alter­na­ti­vos en fun­ción de orien­tar a esta par­te de la pobla­ción hacia el arte y la pre­ser­va­ción de los valo­res cul­tu­ra­les de la Isla.
De otro lado, como par­te de la cul­tu­ra comu­ni­ta­ria, las nue­vas gene­ra­cio­nes res­ca­tan en sus comu­ni­da­des impor­tan­tes cos­tum­bres. Jóve­nes que ni siquie­ra cono­cie­ron las retre­tas a las que dedi­ca­ban sus abue­los las tar­des de domin­go, o que recuer­dan como ban­da, la peque­ña agru­pa­ción esco­lar con su estri­den­cia de pla­ti­llos y los him­nos mili­ta­res de los des­fi­les en fechas con­me­mo­ra­ti­vas, son los res­pon­sa­bles aho­ra de revi­vir esa expe­rien­cia lle­ga­da a Cuba en el siglo XIX, por el res­ca­te de la tra­di­ción y el pro­ta­go­nis­mo de los barrios.
Mucho han teni­do que ver las casas dis­co­grá­fi­cas cuba­nas en el res­ca­te, plas­ma­ción y difu­sión de la obra de los gran­des maes­tros que han con­for­ma­do el aba­ni­co mul­ti­co­lor de la his­to­ria musi­cal cuba­na, cuyo lega­do no debe que­dar olvi­da­do en los archi­vos. De igual mane­ra la crea­ción musi­cal actual cons­ti­tu­ye obje­to impor­tan­te en las estra­te­gias de la fono­gra­fía en nues­tro país, toda vez que tam­bién se res­ca­ta el patri­mo­nio pre­sen­te y futu­ro. En tal sen­ti­do se asu­men nue­vas for­mas crea­ti­vas y diná­mi­cas rela­cio­na­das con el pro­ce­so de pro­duc­ción, comu­ni­ca­ción y dis­tri­bu­ción de estos bie­nes cul­tu­ra­les, que per­te­ne­cen al sis­te­ma de toma de deci­sio­nes eco­nó­mi­cas de la enti­dad y que tam­bién es nues­tra res­pon­sa­bi­li­dad asu­mir, en tan­to rea­li­za­ción comer­cial de las mis­mas para com­ple­tar el ciclo que lle­ga has­ta el consumo.
Como mer­ca­do, el nego­cio de la músi­ca no equi­li­bra en todos los casos la cali­dad musi­cal con el éxi­to comer­cial. Mover­se en un con­tex­to espe­cia­li­za­do y de alta cali­dad tie­ne altos ries­gos en la socie­dad con­tem­po­rá­nea cuya diná­mi­ca, en la are­na inter­na­cio­nal y que nos afec­ta, impo­ne la ten­den­cia al faci­lis­mo y la pron­ti­tud en el con­su­mo cul­tu­ral, cues­tión que ale­ja las altas deman­das de pro­duc­tos de valía cul­tu­ral. Es decir, con­ta­mos con pocos con­su­mi­do­res, aun­que nues­tro pro­duc­to sea de alta cali­dad e impac­to. Ese es uno de nues­tros retos, si tene­mos en cuen­ta que la cali­dad y la eco­no­mía no son con­cep­tos contradictorios.
En este empe­ño ten­dría­mos que des­ta­car las alian­zas impres­cin­di­bles con todas las ins­ti­tu­cio­nes del sis­te­ma de la músi­ca: la ACDAM (Agen­cia Cuba­na de Dere­cho de Autor Musi­cal), el Cen­tro Nacio­nal de Músi­ca de Con­cier­to, el Museo Nacio­nal de la Músi­ca, el CIDMUC (Cen­tro de Inves­ti­ga­ción y Desa­rro­llo de la Músi­ca Cuba­na), los cen­tros de la músi­ca del país, la UNEAC, la Uni­ver­si­dad de las Artes, el sis­te­ma nacio­nal de la ense­ñan­za artís­ti­ca, la Aso­cia­ción Her­ma­nos Saíz, entre otros, y, por supues­to, el apo­yo incon­di­cio­nal y en todos los órde­nes del pro­pio Ins­ti­tu­to Cubano de la Músi­ca, del que somos par­te y que nos per­mi­te tra­zar las estra­te­gias ade­cua­das en el cum­pli­mien­to de la polí­ti­ca cul­tu­ral de la Revolución.
La músi­ca cuba­na es amplia y diver­sa en géne­ros y esti­los. Tene­mos una deu­da inmen­sa con los crea­do­res, que cada día se mul­ti­pli­ca por­que exis­te muchí­si­mo talen­to. Como ten­den­cia con­tem­po­rá­nea, muchos de nues­tros pro­yec­tos dis­co­grá­fi­cos inclu­yen la pro­duc­ción de sopor­tes audio­vi­sua­les en los que se inser­tan con­cier­tos, docu­men­ta­les y mul­ti­me­dias con con­fe­ren­cias espe­cia­li­za­das y par­ti­tu­ras digi­ta­li­za­das, des­ti­na­das al sis­te­ma nacio­nal de la ense­ñan­za artística.
Por supues­to que tene­mos muchos retos. En el rigor del pen­sar y del estu­dio, de la infor­ma­ción y de la inda­ga­ción, del com­pro­me­ti­mien­to con nues­tra reali­dad y su trans­for­ma­ción, de la res­pon­sa­bi­li­dad moral, social y cul­tu­ral que todos los días asu­mi­mos, de la volun­tad crí­ti­ca que debe pri­mar en nues­tro queha­cer coti­diano, obten­dre­mos las herra­mien­tas nece­sa­rias para seguir ade­lan­te. Es una pre­mi­sa impor­tan­te para nues­tro Minis­te­rio de Cul­tu­ra poten­ciar la crea­ción musi­cal, la inter­pre­ta­ción y la plas­ma­ción y difu­sión de nues­tro patri­mo­nio. Varios pro­gra­mas han sido crea­dos por el Ins­ti­tu­to Cubano de la Músi­ca con este obje­ti­vo y en tal sen­ti­do con­ti­nua­mos redi­men­sio­nan­do o rec­ti­fi­can­do estra­te­gias, tan­to en los pro­ce­sos crea­ti­vos de pro­duc­ción dis­co­grá­fi­ca, como en nue­vas for­mas de pro­mo­ción y comer­cia­li­za­ción, toda vez que, para sus­ten­tar estos pro­pó­si­tos resul­ta impres­cin­di­ble una ade­cua­da estra­te­gia eco­nó­mi­ca revir­tien­do sus resul­ta­dos en ellos mismos.

Obra Grand pas de Quatre presentada en la Gala especial por el aniversario 65 Ballet Nacional de Cuba (BNC), realizada en  la Sala Avellaneda del Teatro Nacional, en La Habana, el 26 de diciembre de 2013.  AIN FOTO/Roberto MOREJÓN RODRÍGUEZObra Grand pas de Qua­tre pre­sen­ta­da en la Gala espe­cial por el ani­ver­sa­rio 65 Ballet Nacio­nal de Cuba (BNC), rea­li­za­da en la Sala Ave­lla­ne­da del Tea­tro Nacio­nal, en La Haba­na, el 26 de diciem­bre de 2013. Foto: Rober­to More­jón Rodrí­guez /​AIN.

La pro­gra­ma­ción de las Artes Escé­ni­cas como expre­sión de la polí­ti­ca cultural.

Jus­to cuan­do esta­mos pró­xi­mos a los 146 años de los suce­sos del Villa­nue­va, el com­por­ta­mien­to del tea­tro y las artes escé­ni­cas cuba­nas con­ti­núan sien­do here­de­ras de las tra­di­cio­nes de lucha de nues­tro pueblo.
Hoy, nues­tros artis­tas y la ins­ti­tu­ción como cola­bo­ra­do­ra de sus ini­cia­ti­vas poé­ti­cas, se afe­rran en ser tes­ti­mo­nios de los ries­gos, difi­cul­ta­des y proezas.
La mayor par­te del arte escé­ni­co cubano apues­ta por ser comu­ni­ca­ción y refle­xión compartida.
El Con­se­jo Nacio­nal de las Artes Escé­ni­cas y sus ins­ti­tu­cio­nes en todo el país, duran­te el año 2014 han man­te­ni­do el acom­pa­ña­mien­to a la pro­duc­ción escé­ni­ca; estre­nos, repo­si­cio­nes, even­tos, inter­cam­bios, publi­ca­cio­nes, expo­si­cio­nes, supera­ción espe­cia­li­za­da y giras por los cir­cui­tos tea­tra­les cuba­nos que han refor­za­do la capa­ci­dad de per­ma­nen­te diá­lo­go y trans­for­ma­ción de la esce­na como ampli­fi­ca­ción de las ense­ñan­zas de nues­tro pro­ce­so revolucionario.
Para Con­ce­bir, Rec­to­rar, Imple­men­tar la Polí­ti­ca Cul­tu­ral, el Con­se­jo cuen­ta con una dece­na de ins­ti­tu­cio­nes, per­fec­ti­bles todas, que hacen reali­dad una pro­gra­ma­ción, sig­na­da por la jerar­quía artís­ti­ca, que sos­tie­ne el Esta­do Cubano. Nues­tro empe­ño es hacer que estas ins­ti­tu­cio­nes sean más efi­cien­tes y efec­ti­vas en su ges­tión, y que ten­gan siem­pre pre­sen­te su voca­ción de ser­vi­cio y de faci­li­ta­ción a la creación.
Ins­ti­tu­cio­nes: Cen­tro de Tea­tro de La Haba­na, Cen­tro de Dan­za de La Haba­na, Cir­co Nacio­nal de Cuba, Agen­cia ActuAr, Agen­cia Cari­ca­tos, Cen­tro Pro­mo­tor del Humor, Esce­nar­te, Tec­no­es­ce­na, Casa Edi­to­rial Tablas-Alar­cos, Cen­tro de Estu­dios del Dise­ño Escé­ni­co, Gran Tea­tro de La Haba­na, Tea­tro Nacio­nal de Cuba, Tea­tro Julio Anto­nio Mella.
El Pro­gra­ma de Desa­rro­llo de las Artes Escé­ni­cas se actua­li­za cada año en con­so­nan­cia con las nue­vas nece­si­da­des de la crea­ción artís­ti­ca escénica.
Ejem­plo: Cifras de ingre­so a la ense­ñan­za artís­ti­ca, ubi­ca­ción de gra­dua­dos, pro­gra­ma de for­ma­ción de titi­ri­te­ros, de incen­ti­vo a la dra­ma­tur­gia cuba­na, a la joven coreo­gra­fía y la direc­ción escé­ni­ca, así como de la for­ma­ción tuto­rial con algu­nos maes­tros. Ade­más de los pro­yec­tos de tra­ba­jo con la UNEAC, la AHS y la BJM, las inver­sio­nes y man­te­ni­mien­to de las ins­ta­la­cio­nes, entre otras.
En cuan­to a la crea­ción artís­ti­ca el CNAE sub­si­dia, esti­mu­la y acom­pa­ña el desa­rro­llo (inves­ti­ga­ción y escri­tu­ra escé­ni­ca espec­ta­cu­lar) de sus agru­pa­cio­nes pro­fe­sio­na­les, a par­tir de la jerar­qui­za­ción de los resul­ta­dos, con­quis­tas y visi­bi­li­za­ción de la crea­ción artística.
Con­ta­mos con más de 200 agru­pa­cio­nes artís­ti­cas en el país: Tea­tro para niños y de títe­res, Tea­tro para adul­tos, Tea­tro líri­co, Dan­za y Ballet, Cir­co y Magia, Humor, Narra­ción oral, y Pantomima.
Se ha logra­do la con­so­li­da­ción de cir­cui­tos tea­tra­les don­de inter­vie­nen más de 60 Tea­tros y Salas tea­tros en todo el país, con capa­ci­dad para 33500 personas.
Even­tos, Tem­po­ra­das prin­ci­pa­les de pro­gra­ma­ción, jor­na­das comu­ni­ta­rias: Fes­ti­val de Tea­tro de La Haba­na, Fes­ti­val Nacio­nal de Tea­tro, Fes­ti­val Inter­na­cio­nal de Ballet. Fes­ti­val del Humor, Aque­la­rre, Fes­ti­val CIRCUBA de Verano, Taller Inter­na­cio­nal de Títe­res, Dan­za en Pai­sa­jes Urba­nos, Haba­na Vie­ja, Fes­ti­val del Monó­lo­go Lati­no­ame­ri­cano, Con­cur­so de Inter­pre­ta­ción y Coreo­gra­fía “Dan­zan­dos”, Fes­ti­val de Magia Ánfo­ra, Tem­po­ra­da de Dan­za “Para bai­lar en casa del trompo”.
Cru­za­da Tea­tral Guan­tá­na­mo-Bara­coa, Reco­rri­do de la Gue­rri­lla de Tea­tre­ros por el Plan Tur­quino (Gran­ma), Tem­po­ra­da de tea­tro en la mon­ta­ña (Pinar del Río, Cien­fue­gos, Villa Cla­ra), Cru­za­da Tea­tral por la Ruta del Ché y por la Ruta de Cami­lo (S. Spí­ri­tus), Cre­ci­dos por la cul­tu­ra (C. de Ávi­la), TEASUR (I. Juventud).
Giras.
En este año gira­ron com­pa­ñías y gru­pos de refe­ren­cia nacio­nal tan­to para el movi­mien­to escé­ni­co como para los dis­tin­tos públi­cos: Dan­za Con­tem­po­rá­nea de Cuba, Ballet Con­tem­po­rá­neo Ende­dans, Ballet de Cama­güey, Dan­za Tea­tro Reta­zos, Ballet Espa­ñol de Cuba, Tea­tro de la Luna, Tea­tro Escam­bray, Tea­tro Andan­te, Cía. D’ Morón Tea­tro, Tea­tro Pál­pi­to, Tea­tro de las Esta­cio­nes, Tea­tro Tuyo, Los Cuen­te­ros, entre otros.
Entre otros cur­sos y talle­res impartidos:
‑Taller de altos estu­dios en Direc­ción Teatral.
‑Taller para jóve­nes coreó­gra­fos Dan­za en Construcción.
‑Taller de capa­ci­ta­ción en ges­tión y pro­duc­ción artís­ti­ca para pro­yec­tos de las artes escénicas.
‑Taller de Ofi­cios Teatrales.
La Casa Edi­to­rial Tablas-Alar­cos ha publi­ca­do: 100 volú­me­nes de Tablas y 100 títu­los de Alar­cos, y man­tie­ne las Colec­cio­nes: Biblio­te­ca de Clá­si­cos, Aire Frío, La Sel­va Oscu­ra, Antologías
El Cen­tro de Estu­dios del Dise­ño Escé­ni­co. Gale­ría Raúl Oli­va ofre­ce un pro­gra­ma de alto rigor de Expo­si­cio­nes, Con­fe­ren­cias y Talle­res, ade­más de con­ti­nuar con el res­ca­te del patri­mo­nio escé­ni­co de impor­tan­tes dise­ña­do­res cubanos.
El inter­cam­bio inter­na­cio­nal se expre­sa en un pro­me­dio anual de tres mil artis­tas escé­ni­cos que par­ti­ci­pan en Fes­ti­va­les inter­na­cio­na­les, inter­cam­bios bila­te­ra­les, con­ve­nios, con­tra­tos de tra­ba­jo, asis­ten­cia técnica.
Hoy, el movi­mien­to escé­ni­co cubano alcan­za una amplia varie­dad de regis­tros, y tie­ne un lugar des­ta­ca­do en los dife­ren­tes públi­cos como espa­cio de entre­te­ni­mien­to y refle­xión, que apor­ta, des­de la pro­duc­ción esté­ti­ca, a la nece­sa­ria adqui­si­ción de una cul­tu­ra gene­ral integral. 

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