Mariló Gorostiaga relata en este reportaje las dificultades a las que tiene que hacer frente una persona enferma tras los muros de la prisión.
A día de hoy, 10 presos y presas políticas vascas se encuentran en esta situación.
Los muros de las prisiones encierran más que a personas. Seres humanos con sueños y anhelos se hacinan tras las grandes paredes de hormigón. Las cárceles españolas y francesas son las jaulas de miles de personas condenadas al olvido de la sociedad.
Pero hay quienes tienen una doble condena. Son los y las presas gravemente enfermas, quienes tienen que hacer frente a su dolencia y al mismo tiempo, a un sistema inhumano que les condena a una muerte segura en las enfermerías intramuros.
Mariló Gorostiaga es una de esas personas que ha logrado vencer al sistema penitenciario español y ha sobrevivido pese a padecer una grave enfermedad y permanecer 19 años presa, 5 de ellos en prisión atenuada.
Mariló afirma que la prisión no es un entorno adecuado para ninguna persona enferma. El estres, la falta de higiene, las dificultades para seguir de forma correcta un tratamiento o la falta de medios ponen en peligro la salud de los enfermos.
La prisión atenuada, con todas sus restricciones, es un primer paso, a juicio de Gorostiaga, para lograr la libertad total del preso. Subraya la importancia del apoyo del entorno social y familiar para superar la enfermedad.
En la actualidad, una decena de presos y presas políticas vascas permanecen en prisión a pesar de sus graves enfermedades. Gorostiaga tiene claro que la razón de esta crueldad es la venganza y que los y las presas enfermas son utilizadas como «moneda de cambio». Para ella, la movilización social es imprescindible para acabar con estas situaciones.