Váli­dos para muje­res, espe­cial­men­te para muje­res empo­bre­ci­das. Otros diez man­da­mien­tos- Nar­ci­so Isa Conde

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Váli­dos para muje­res, espe­cial­men­te para muje­res empobrecidas.

1.- Tie­nes prohi­bi­do usar con­do­nes, aros y pas­ti­llas anti­con­cep­ti­vas. Limí­ta­te al azar de la mala pun­te­ría y al buen cálcu­lo inseguro.

2.-Si te emba­ra­zas, no impor­ta tu edad y las con­di­cio­nes que te rodean, estás obli­ga­da a dejar que el embrión se con­vier­ta en feto y a parir como sea. Ni tu cuer­po ni tu vida es tuya.

3.-Si la cria­tu­ra es invia­ble a con­se­cuen­cia de una de las cator­ce ano­ma­lías feta­les detec­ta­bles, debes rete­ner­la, no impor­tan las con­se­cuen­cias dramáticas.

4.- Si eres ado­les­cen­te y ni tu cuer­po ni tu men­te están aptos para rete­ner y parir la cria­tu­ra, puja pri­me­ro fuer­te y sos­te­ni­da­men­te hacia aden­tro y lue­go haz­lo duro hacia fue­ra, aun­que se te rom­pa el vientre.

5.-Tienes total­men­te prohi­bi­do abor­tar, aun­que te hayan violado.

6.- Pasa por alto que haya sido tu padre o tu her­mano el autor de la vio­la­ción, aun­que te pon­gas loca o se te dañe la vida para siempre.

7.-Ignora que te hayan con­ta­gia­do de Sida y ofré­ce­le ese rega­lo pre­na­tal a tu bebé. Sufre por ti y por él, y que sufra él mien­tras vida tenga.

8.- Si parir es tu con­de­na a muer­te, acép­ta­la con resig­na­ción. No olvi­des que eres mujer y por defi­ni­ción eres un ser infe­rior obli­ga­do a todos los sacri­fi­cios. Y si el ries­go inclu­ye tu vida y la del feto, no impor­ta por­que se hizo un esfuer­zo inú­til por sal­var a ambos. Y eso si que vale, aun­que mue­ran los dos.

9.- Si abor­tas para evi­tar la muer­te, va pre­sa jun­to al médico/​a y el per­so­nal de enfer­me­ría que te ayu­de a sobrevivir.

10.- Los hos­pi­ta­les públi­cos, espe­cial­men­te dise­ña­dos para muje­res empo­bre­ci­das, tie­nen prohi­bi­do prac­ti­car cual­quier tipo de abor­to. Están obli­ga­dos a dejar morir a las emba­ra­za­das con alto rie­go de pere­cer a con­se­cuen­cia de gra­ves pro­ble­mas en el pro­ce­so de ges­ta­ción. No así las cos­to­sas clí­ni­cas pri­va­das de aquí y del exte­rior, exper­tas en cobrar carí­si­mo por encu­brir abortos.

Las cla­ses son las cla­ses y las altas dis­fru­tan de sus pode­res y pri­vi­le­gios. Ni las leyes ni los man­da­mien­tos le conciernen.

Los hom­bres ni se emba­ra­zan ni paren. Los cader­na­les, obis­pos, sacer­do­tes y pas­to­res menos aun; ni siquie­ra crían, auque no pocos hacen todo lo demás a ocul­tas, pedofi­lia incluida.

Los gran­des bur­gue­ses, gene­ra­les y alta curia matan a gra­nel o tole­ra­ran que su sis­te­ma mate impu­ne­men­te; pero defien­den la vida prohi­bien­do abor­tar para que mue­ran muje­res ries­go­sa­men­te emba­ra­za­das y se enri­quez­can abor­te­ros clan­des­ti­nos de todas las cala­ñas y alcur­nias. Nada que ver con la pre­di­ca y la prác­ti­cas de Jesuscristo.

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