Proponemos el establecimiento de un Umbral de Pobreza en base al 37,5% del PIB per capita, a partir del cual habría que asegurar a todas las personas, prestaciones, ayudas y pensiones…(para 2010, 1.069 euros mensuales) Siguiendo con esta metodología el SMI sería el 50% del PIB per capita.
Un acercamiento a la situación actual
Desde Elkartzen venimos diciendo durante los últimos años que se está produciendo un proceso de precarización de las condiciones vitales de amplios sectores de la población como consecuencia de un acelerado e intenso recorte de derechos sociales y laborales a golpe de ley. Este proceso se está intensificando en la actual coyuntura de crisis económica debido a que la riqueza generada por los trabajadores y trabajadoras no se está repartiendo de una manera justa. Es más, se está produciendo un descarado trasvase de dinero público a manos privadas, con lo que las consecuencias de la crisis las está soportando la clase trabajadora; y es que las elites políticas y económicas ‑patronal y banca- han hecho un pacto para salir de la crisis y recuperar su tasa de ganancia a costa de la precariedad generalizada de la población.
La estrategia sigue siendo la de desviar dinero público (el dinero de todos) a los grupos de poder económico (osea unos pocos).
Lo hicieron primero destinando grandes cantidades de dinero a la Banca y al sector financiero, aunque estos siguen anunciando ganancias millonarias. Las administraciones hacen de Anti-Robin Hood, quitan dinero a los pobres para dárselo a los ricos.
Siguen alimentando a las empresas de la construcción vía presupuestos en concepto de grandes infraestructuras que están suponiendo un grave ataque a nuestro medioambiente (Puerto de Pasaia, Tren de Alta Velocidad, carreteras, viales, centros comerciales, viviendas…).
Los empresarios de las industrias también quieren dinero público, y para ello siguen despidiendo a los trabajadores y trabajadoras durante un periodo (EREs) manteniendo beneficios a través de no pagar los salarios que son cubiertos vía paro.
Además siguen agasajando a los empresarios con una fiscalidad a su medida. A la reducción del Impuesto de Sociedades y del Impuesto de Patrimonio, se va a unir en breve una reducción de las cuotas sociales de las empresas, con la consiguiente disminución de recaudación de la Seguridad Social, que deberemos de pagar con “esos” dos años más de trabajo que han anunciado recientemente con la Reforma Laboral que nos quieren imponer.
Acelerado e intenso recorte de derechos sociales y laborales a golpe de ley.
Mientras que las tasas de paro superan el 13% de la población activa (en febrero más de 180.913 personas se encontraban en desempleo), prometen la creación de empleo, sin reconocer que son más los empleos destruidos que los creados y que los que piensan crear serán en condiciones más precarias, sin mencionar el trabajo sumergido realizado en su mayoría por mujeres migrantes, ni el invisibilizado ni robado en su totalidad a las mujeres de este pueblo aún siendo socialmente necesario.
Miles de personas no pueden acceder al disfrute de una vivienda o se las ven y se las desean para poder pagar una hipoteca, aumentando de forma alarmante los desahucios y embargos ante la pasividad del sector público. Se limitan a renegociar y alargar los periodos de pago de hipotecas, sin comunicar que esa demora implica un aumento del dinero a desembolsar.
A su vez, se privatizan servicios públicos y sociales privando de este derecho a las personas con menos recursos e imposibilitando la parcicipación social activa, mientras que para que sus cuentas engorden, establecen subidas en el IVA hasta el 18%, pero claro, no es lo mismo pagar el 18% de IVA con un sueldo de 600 euros al mes que con un sueldo de 8.000 euros.
Recortan y endurecen las condiciones de acceso a las diferentes ayudas sociales, exigen a la población en su conjunto que alarge la jubilación más de dos años, pero los mismos que predican esto, votan leyes a su medida que les garantiza una prestación superior a la máxima de la Seguridad Social por haber ocupado un asiento en la institución durante sólo dos años, el mismo que nos piden que trabajemos de “más” para poder recibir una pensión que en el mejor de los casos superará ráramente el mismo Salario Mínimo Interprofesional.
Al contrario que con el sector financiero y la patronal, las actuaciones desde las instituciones para garantizar un mínimo de dignidad al conjunto de la población son puros parches y recortes. Aquí no se invierten grandes cantidades de dinero público, es más el acoso, criminalización e insultos que en los últimos meses estamos oyendo de boca de políticos profesionales, instituciones varias y elitistas estómagos agredecidos rayan la obscenidad. Resulta que esta elite insulta a trabajadores, amas de casa, pensionistas, viudas, personas migrantes, jovenes y personas en situacion de desempleo, calificándolos como bagos, desganados sin ningún tipo de inquietud y de hacer trampas picarescas para recibir sueldos y prestaciones de miseria.
Unir fuerzas para repartir la riqueza, democratizar la economía y conquistar la soberanía económica. Una propuesta, calcular el umbral de la pobreza
Es vital reconocer que el capitalismo y la crisis van de la mano y que este sistema tiende a la acumulación de riqueza en pocas manos, por un lado, y al avance de la precariedad y la pobreza, en cada vez mayores sectores de la población, por otro. Las elites políticas y económicas quieren un nuevo sistema que agudice las peores características del actual, su jerarquía, sus privilegios, sus desigualdades… Se nos llamó “exagerados” cuando según la última estimación de Elkartzen para el año 2006, 900.000 personas vivían en Euskal Herria con ingresos inferiores al umbral de la pobreza. Hemos tenido que esperar a la EPDS (Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales) del 2008, para darnos cuenta que sólo en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa son más de 890.000 las personas de la población que reflejan algún tipo de precariedad y declara tener considerables dificultades para llegar a fin de mes… Todo esto conduce a que cada vez hay más personas en situación de exclusión y pobreza. Más de un millón de personas viven hoy en Euskal Herria con ingresos inferiores al umbral de la pobreza y por lo tanto su necesidades y derechos negados.
En este sentido, desde Elkartzen proponemos el umbral de la pobreza como un instrumento para comenzar a democratizar la economía y repartir la riqueza. La propuesta es la siguiente: que anualmente, junto con la estimación del PIB, se presente el PIB per capita (solo seria dividir el dato del PIB entre la población vasca en ese momento), y se establezca:
1. El umbral de la pobreza en el 37,5% del PIB per capita. Para el año 2010 se situaría en 1.069 euros en 12 pagas. A partir de aquí garantizar que todas las prestaciones, pensiones… se sitúan por encima de este umbral.
2. Previo a este cálculo habría que establecer un SMI mínimamente digno que se situaría en el 50% del PIB per capita.
Así las cosas, desde Elkartzen vamos a realizar un trabajo de socialización y contraste con todas las organizaciones sociales y sindicales a nuestro alcance, para implementar el establecimiento de una metodología de Umbral de Pobreza anclado a la riqueza generada por las personas que vivimos y trabajamos en Euskal Herria ya que creemos que sólo la actuación coordinada de trabajadoras y trabajadores, jóvenes, mujeres, pensionistas, estudiantes, ecologistas, viudas, personas migrantes… permitirán reconducir la actual situación de crisis a favor de la clase trabajadora en la defensa de sus derechos sociales y laborales. Estamos hablando de democratizar la economía, de que sea la mayoría de la población, aquella que con su esfuerzo saca adelante día a día este país, la que participe y decida sobre las cuestiones clave de nuestro modo de vida: cómo organizar el trabajo, cómo repartir la riqueza. Hablamos también de soberanía económica, de organizarnos para ejercer nuestro poder de decidir y plasmar nuestro futuro económico, el futuro económico de Euskal Herria.
Elkartzen 2010-03-31