Gernika fue el lugar elegido por las decenas de representantes de las delegaciones internacionales que van a asistir hoy en Durango a GaztEHerria para dar a conocer el trabajo efectuado en los dos últimos meses al respecto de la persecusión de los estados español y francés contra el movimiento juvenil vasco y recabar apoyo en su lucha por la independencia. A los pies de una réplica del «Guernica» de Picasso, anunciaron la convocatoria de una marcha en Bruselas para el 29 de mayo.
La elección de la villa foral como escenario de la presentación no fue baladí, como se encargaron de subrayar al inicio de su intervención los portavoces de los reunidos. «Desde este pueblo, ejemplo de los ataques contra Euskal Herria, queremos hacer llegar nuestra solidaridad a la juventud vasca», enfatizaron, poco antes de recordar el escenario ilusionante que se abre para la ciudadanía del país tras la última iniciativa unilateral de la izquierda abertzale.
Representantes del movimiento de estudiantes de Kurdistan y de los jóvenes independentistas catalanes de Maulets, en inglés y castellano, fueron los encargados de dar lectura al manifiesto que ha recabado el respaldo de más de medio centenar de organismo de los pueblos bajo administración española, Alemania, Grecia, Irlanda, Ucrania, Pakistan, Hungría, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Italia, Flandes, Venezuela, Mexico, Portugal, Suiza y Sudáfrica.
El documento reivindica que todos los proyectos políticos tienen que tener las mismas oportunidades «sin ningún tipo de represión ni amenaza», exige el fin de la tortura «y de la impunidad de los torturadores», y hace un llamamiento a los estados español y francés para que adopten compromisos a favor de una solución política y democrática «dejando la estrategia de guerra a un lado».
Tras insistir en que ampliarán la red de apoyos a la causa vasca en el mundo, recordaron que la alarma ante los ataques represivos al movimiento juvenil de Euskal Herria se activó tras las detenciones masivas de noviembre de 2009. «Creemos que esta labor de denuncia es obligatoria, pues los jóvenes de Europa y del mundo no podemos callar a la represión sufrida por la juventud vasca», declararon.
Entre los congregados se encontraba Brage Aronsen, integrante de la sección juvenil del partido de izquierda noruego Rod Ungdom, quien se congratuló de la «fortaleza» del movimiento vasco frente a una represión que ellos nunca han vivido. Al Gobierno español le advirtió que «tenga cuidado, que sepa que el mundo les está mirando y que no lo van a tener fácil para seguir reprimiendo a los independentistas vascos».
Aronsen, al igual que el alemán Reimar Heider, que forma parte de la iniciativa en favor del líder kurdo Abdullah Ocalan, mostró su rotundo apoyo al impulso de un proceso democrático. «En Kurdistan, tenemos a Euskal Herria como referencia», resaltó Heider. Quien se mostró asombrado por el nivel de organización de los jóvenes vascos fue Donnchadh Ó Laoghaire, de Ógra Shinn Féin. El irlandés confesó «envidia» por la resistencia de éstos y añadió que «nosotros no hemos desarrollado en nuestro proceso liberador la juventud como un sujeto político hacia el cambio».
A quien también le estaban resultando muy provechosas las jornadas de intercambio con otras delegaciones internacionales fue a la turinesa Cristina Sempio, que consideró que en Euskal Herria se dan las condiciones para «un proceso hacia la independencia».
Mireia Minyana, de Maulets, aseguró sentirse muy identificada con la causa vasca, «ya que nos oprimen los mismos estados». Además, abogó por la profundización en el trabajo emprendido por la red de apoyo al movimiento juvenil vasco.