Crí­ti­ca a Sortu

x José Orte­ga Ruiz
Tan­to el dis­cur­so polí­ti­co de Sor­tu, como sus accio­nes a nivel social son equi­va­len­tes a las del ala “izquier­da” del PSOE zapa­te­ril, sal­vo en una cues­tión, la nacio­nal. No hay nin­gún ele­men­to que evi­den­cie que su polí­ti­ca ten­ga como fin algo pare­ci­do a una orga­ni­za­ción social cohe­ren­te con los pos­tu­la­dos socia­lis­tas. Su obje­ti­vo es uno: dispu­tar­se con el PNV cada cua­tro años el gobierno de Eus­kal Herria. Es decir, obte­ner en Eus­kal Herria el espa­cio polí­ti­co que el PSOE tie­ne en el esta­do espa­ñol. O dicho de otra mane­ra, lle­gar a ser el PSOEH.
Para ello sus diri­gen­tes pre­ten­den cons­truir una hege­mo­nía “izquier­dis­ta” den­tro del orden bur­gués, en el plano estric­to de la repre­sen­ta­ción elec­to­ral. No ponen en cues­tión ni el repar­to del tra­ba­jo ni la pro­pie­dad de los medios de pro­duc­ción, tam­po­co la estruc­tu­ra polí­ti­ca que le corres­pon­de al pue­blo vas­co más allá del aspec­to terri­to­rial. El toque social de su pro­gra­ma es lo más cer­cano al socia­lis­mo que pue­den pre­ten­der sus sim­pa­ti­zan­tes. Si aho­ra mis­mo no hay una crí­ti­ca gene­ra­li­za­da de la deri­va ideo­ló­gi­ca entre la mili­tan­cia aber­tza­le, es por una sim­ple razón: la fuer­te filia­ción emo­cio­nal que han pro­vo­ca­do déca­das de repre­sión, ase­si­na­tos, encar­ce­la­mien­tos y tor­tu­ras. Qui­zá sur­ja un reno­va­do jui­cio crí­ti­co entre las bases cuan­do cese la repre­sión, o qui­zá ese jui­cio crí­ti­co esté ya heri­do de muer­te. De todas for­mas, el últi­mo fra­ca­so elec­to­ral en la CAV es fru­to de la apa­tía de la gen­te al com­pro­bar la uti­li­za­ción que han hecho sus diri­gen­tes del poder ins­ti­tu­cio­nal. No así en Nava­rra, a cuyos diri­gen­tes aún no les ha dado tiem­po a defraudar.
Los medios de comu­ni­ca­ción afi­nes al par­ti­do, como el Gara y la pla­ta­for­ma Naiz, cons­ti­tu­yen la nece­sa­ria pro­pa­gan­da de la que se valen para ir mode­ran­do pos­tu­ras en el tra­yec­to hacia el para­dig­ma de la social­de­mo­cra­cia euro­pea. Su pos­tu­ra ota­nis­ta res­pec­to al con­flic­to en Ucra­nia, así como el des­pla­za­mien­to de la sec­ción de eco­no­mía de perio­dis­tas que aún hoy creen en la eman­ci­pa­ción pro­le­ta­ria, son mues­tra de ello. Con un aná­li­sis míni­ma­men­te rigu­ro­so del con­te­ni­do, cual­quie­ra pue­de dar­se cuen­ta de que estos medios de comu­ni­ca­ción aspi­ran a ocu­par en Eus­kal Herria, el mis­mo espa­cio mediá­ti­co que el gru­po Pri­sa en el esta­do espa­ñol. El ya muy tri­lla­do (y tam­bién fic­ti­cio) con­cep­to de Nue­vo tiem­po polí­ti­co les sir­ve para jus­ti­fi­car la pas­mo­sa ausen­cia de cual­quier crí­ti­ca seria al sis­te­ma polí­ti­co y social.
Los líde­res de Sor­tu uti­li­zan maquia­vé­li­ca­men­te la fal­sa para­do­ja violencia/​vías pací­fi­cas, cuan­do para la mayo­ría de las bases no exis­te tal con­flic­to, sino otro mucho más pro­fun­do: el que opo­ne un ver­da­de­ro movi­mien­to popu­lar, obre­ro y asam­blea­rio (mino­ri­ta­rio), fren­te a la acep­ta­ción resig­na­da de los meca­nis­mos polí­ti­cos que sus­ten­tan la eco­no­mía neo­li­be­ral, ya que, entre otras razo­nes, cuan­do hablan de vías pací­fi­cas se refie­ren exclu­si­va­men­te al voto. Hacen hin­ca­pié en el plano éti­co y elu­den la expli­ca­ción polí­ti­ca de la vio­len­cia, ape­lan­do a la con­cien­cia indi­vi­dual para la con­se­cu­ción de una uni­dad, que negan­do el deba­te públi­co de esta cues­tión en con­cre­to, les per­mi­ta la mayo­ría par­la­men­ta­ria. Pero el hecho de que hace unos años no con­de­na­ran el ase­si­na­to de un cole­ga del pleno muni­ci­pal, y aho­ra con­de­nen y juz­guen into­le­ra­ble una pin­ta­da en un batzo­ki da cuen­ta de su pará­me­tro éti­co. Tam­bién de su cohe­ren­cia. En la renun­cia de la vio­len­cia, han inclui­do tam­bién la renun­cia de los idea­les por los que se luchó de muchas for­mas, las más de las veces pací­fi­ca­men­te. Toda ini­cia­ti­va de pro­tes­ta que ven­ga des­de la base es mar­gi­na­da sal­vo que pue­da ser uti­li­za­da para obte­ner rédi­tos elec­to­ra­lis­tas, de este modo con­vier­ten la lucha polí­ti­ca en una suer­te de fol­clo­re car­na­va­les­co que tie­ne que ver más con la cons­truc­ción de una iden­ti­dad vacía, que con la volun­tad real de las per­so­nas que sudan y san­gran para ganar­se la vida.
Cuan­do se tra­ta de entrar a fon­do en el aspec­to éti­co al que obli­ga la vio­len­cia que ha deri­va­do del con­flic­to, se man­tie­nen en una equi­dis­tan­cia des­ca­ra­da e hipó­cri­ta que les per­mi­te des­en­ten­der­se de muchos de los que fue­ron com­pa­ñe­ros de lucha y con­ti­núan repre­sa­lia­dos, al tiem­po que repi­ten una y otra vez el man­tra de los dere­chos huma­nos, con­cep­to ambi­guo y abs­trac­to don­de los haya. Tan útil es para jus­ti­fi­car la inva­sión de Irak como para pedir la liber­tad de Leo­pol­do López. En el mise­ra­ble jue­go de la demo­cra­cia bur­gue­sa, los diri­gen­tes de Sor­tu entien­den que tam­bién ha de valer para soli­ci­tar cor­tés­men­te al gobierno el acer­ca­mien­to de los pre­sos. Cual­quier cosa con tal de no entrar en el fon­do del asun­to, no vaya a ser que la gen­te empie­ce a pen­sar real­men­te la cues­tión polí­ti­ca. Ade­más, han de guar­dar­se las for­mas ya que la nue­va cas­ta de polí­ti­cos, fun­cio­na­rios y libe­ra­dos de toda índo­le han de pro­cu­rar­se un talan­te mode­ra­do. Mien­tras, el pue­blo es des­po­ja­do de toda res­pon­sa­bi­li­dad y dere­cho a hablar.
La estruc­tu­ra orgá­ni­ca de Sor­tu es ver­ti­cal y no difie­re mucho de la del res­to de par­ti­dos al uso. Las deci­sio­nes se toman des­de arri­ba y lue­go se tras­la­dan a las bases para que a nivel local se actúe en con­se­cuen­cia. Es decir, a los mili­tan­tes les toca eje­cu­tar las reso­lu­cio­nes que han toma­do en otro cen­tro, no les corres­pon­de a ellos pro­po­ner ideas o estra­te­gias, mucho menos defi­nir la línea polí­ti­ca del par­ti­do. La pro­pues­ta de un mili­tan­te de base cual­quie­ra, sim­ple­men­te no entra en el deba­te por­que cual­quier cam­pa­ña que se empren­da, cual­quier tipo de mani­fes­ta­ción, pro­pa­gan­da, acción… lo deci­den esos pocos que se encuen­tran mucho más cer­ca de Madrid que del taller o de la cola del paro. Mien­tras per­so­nas capa­ces y con bue­nas ini­cia­ti­vas son mar­gi­na­das sis­te­má­ti­ca­men­te, los que se plie­gan de for­ma obe­dien­te a las direc­tri­ces, los que no cues­tio­nan nada nun­ca, van medran­do en el par­ti­do y obte­nien­do car­gos de impor­tan­cia en reco­no­ci­mien­to a los ser­vi­cios pres­ta­dos. Por eso los que for­man la cús­pi­de de la estruc­tu­ra orgá­ni­ca y demás car­gos elec­tos sue­len ser pedan­tes e inte­lec­tual­men­te medio­cres, gen­tes cuya fun­ción no es sino repro­du­cir dócil­men­te el absur­do ideo­ló­gi­co y el arte­fac­to ins­ti­tu­cio­nal que le nie­ga la liber­tad a Eus­kal Herria, si la gen­te aún les vota es más por un sen­ti­mien­to de iden­ti­dad que por la asun­ción crí­ti­ca y racio­nal de su pro­gra­ma. Ade­más tie­nen la des­ver­güen­za de hacer todo esto sin palan­cas y de día, a la vez que se jac­tan de demo­cra­cia inter­na y hablan de pue­blo como suje­to de decisión.
Den­tro del par­ti­do hay per­so­nas que no ocul­tan sus inten­cio­nes de vivir de la polí­ti­ca, ya no está mal vis­to el ape­go a las pol­tro­nas, tam­po­co el para­si­tis­mo de lo públi­co, otro­ra tan cri­ti­ca­do a los peneu­ve­ros. Por supues­to la rota­ción de los car­gos no exis­te, ni tan siquie­ra por aque­llo de disi­mu­lar. El obje­ti­vo mar­ca­do por la éli­te aber­tza­le es la sus­ti­tu­ción de la oli­gar­quía bur­gue­sa del PNV, por otra más pro­gre, cívi­ca y juve­nil, con unas goti­tas de femi­nis­mo y otras de eco­lo­gis­mo (movi­mien­tos socia­les legí­ti­mos de los que solo con­ser­van el nom­bre con fines elec­to­ra­lis­tas), y tam­bién las goti­tas de lo que haga fal­ta, pues lo que les impor­ta ya no son las ideas, sino el espa­cio elec­to­ral sus­cep­ti­ble de ser conquistado.
No exis­te mar­gen de manio­bra den­tro del par­la­men­to, tam­po­co en el gobierno muni­ci­pal ni en la dipu­tación, lo repi­ten una y otra vez cer­ca de nues­tros oídos, en voz baja, cuan­do salen del pleno. Sin embar­go, todo el sacri­fi­cio, todas las horas y el tra­ba­jo de la mili­tan­cia, está enca­mi­na­do a mul­ti­pli­car el núme­ro de culos que caben sen­ta­dos en esos asien­tos, cuya mera exis­ten­cia es el tes­ti­mo­nio de una derro­ta his­tó­ri­ca, la derro­ta del movi­mien­to obre­ro duran­te las déca­das de los seten­ta y los ochen­ta. Las bue­nas inten­cio­nes se con­vier­ten así en la expre­sión de la impo­ten­cia. La apa­tía y la des­ilu­sión sur­gen en el seno de los colec­ti­vos, asam­bleas… a nivel local, por­que no exis­te un deba­te que esta­blez­ca unas prio­ri­da­des, por­que no hay una dis­cu­sión seria y pro­fun­da en torno a qué es lo que se quie­re y cómo se pue­de hacer. La diná­mi­ca coti­dia­na es aca­tar el pro­gra­ma y no salir­se de la ruta mar­ca­da, evi­tar el jui­cio racio­nal y autó­no­mo de per­so­nas libres. Y para esti­mu­lar este mal hábi­to sin que nadie se sal­ga del redil, los polí­ti­cos tie­nen una coar­ta­da: dicen que esto es muy serio y que esta­mos cons­tru­yen­do sobe­ra­nía, con lo cual uno no pue­de hacer lo que le dé la gana… inclui­do pen­sar. Se tra­ta de repro­du­cir pun­to por pun­to lo que en la tran­si­ción cre­ye­ron que le corres­pon­día al pue­blo vas­co, reno­var el mar­co, gene­rar con­sen­so, rene­go­ciar las com­pe­ten­cias, ajus­tar pará­me­tros sim­bó­li­cos, etc. o sea, recons­truir una mayo­ría demo­crá­ti­ca que se pue­da man­te­ner pací­fi­ca­men­te asen­ta­da, bajo un mis­mo tipo de admi­nis­tra­ción pero moder­ni­za­da, y sobre los cadá­ve­res de lo que un día fue­ron idea­les de transformación.
Yo denun­cio que los diri­gen­tes de la izquier­da aber­tza­le están hacien­do el tra­ba­jo sucio del esta­do espa­ñol, han ter­gi­ver­sa­do no sólo el len­gua­je, sino tam­bién las ideas con el fin de que una gran masa de pobla­ción rebel­de asu­ma la lógi­ca cana­lla de la oli­gar­quía neo­li­be­ral y el sta­tus quo del espec­tácu­lo de la polí­ti­ca. Van a nece­si­tar una iku­rri­ña muy gran­de para tapar toda la mier­da que están gene­ran­do. No, a la asun­ción del orden bur­gués. No, a la des­ac­ti­va­ción polí­ti­ca de la pobla­ción. No, a la medio­cre como­di­dad del indi­vi­duo sobre un mun­do absurdo.

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6 respuestas

  1. José Orte­ga Ruiz, te he leí­do. He leí­do tu artícu­lo. Aho­ra bien, me gus­ta­ría en una dis­cu­sión públi­ca, abier­ta, asam­blea­ria que die­ras razo­nes y jus­ti­fi­ca­ras tus afirmaciones.

  2. José Orte­ga Ruiz, te he leí­do. He leí­do tu artícu­lo. Aho­ra bien, me gus­ta­ría en una dis­cu­sión públi­ca, abier­ta, asam­blea­ria que die­ras razo­nes y jus­ti­fi­ca­ras tus afirmaciones.

  3. que fuer­te tener que leer estas cosas.…. como si las gen­tes de Sor­tu no esta­rian en el dia a dia en la calle, con los fami­lia­res de las pre­sas, con­tra Garo­ña, con­tra los desahu­cios, GC, este lan­bi­de que nos esta metien­do en un calle­jon de con­tra­tos basu­ra como impo­si­cion… pero denty­ro de mil años se podra lle­gar a la inde­pen­den­tzia que tan­to comul­ga el pnv.…

    1. He lei­do tu escri­to. me ha dado mucha pena que par­ti­ci­pes de la mal­dad de tan­tos y tan­tos poli­ti­cos y perio­dis­tas que cuan­do quie­ren des­truir algo, no les fal­tan medios de des­truir, men­tir, insul­tar, ver el lado nega­ti­vo de todo lo que tocan, con­ver­tir la ver­dad en men­ti­ra vien­do solo una par­te de la ver­dad, que por lo tan­to se con­vier­te en men­ti­ra. Lamen­ta­ble. A ver si con­si­gues crecer.

      1. salu­dos Iña­ki, ya que me res­pon­des la ver­dad que no me dices mucho.. solo pon­go lo que sien­to de como una par­te de la IA esta por otra cosa que no creo que sea bue­na hoy en dia para las pre­sas y pre­sos… digo que des del 1 momen­to ya sabia que la kale borro­ka era ya par­te del pasa­do y lo sigo pen­san­do y lo digo y lo defien­do„, vota­re a Amaiu este diciem­bre como vote en otro con­tes­to a HB en el 88.. por supues­to que soy cri­ti­co con la IA que no se mue­ve en nada por los pre­sos sabien­do que en las con­cen­tra­cio­nes de los vier­nes o entre sema­na estan los car­gos en todas.…mi cri­ti­ca siem­pre sera posi­ti­va nun­ca podre insul­tar ni nada de eso… me dicen que si no quie­ro luchar que me aparte…pero quie­nes son esos para decir­me que ten­go o no ten­go que hacer.….llevo en la calle 32 años, en la con­cen­tra­cion para traer a las pre­sas y pre­sos des del 1 dia y ya han pasa­do muchos años…sin mas saludos

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