El Socia­lis­mo ¿Qué es y cómo se rea­li­za­rá?- Luis Emi­lio Recabarren

Escri­to: En 1912.
Pri­me­ra edi­ción: Como sepa­ra­tas a el dia­rio El Des­per­tar de los Tra­ba­ja­do­res (Iqui­que), del 8 de octu­bre al 21 de noviem­bre de 1912.
Digi­ta­li­za­ción: Por José Miguel Urzúa Bra­vo, 2002.
Esta edi­ción: Mar­xists Inter­net Archi­ve, 2002.

Los enemi­gos del socia­lis­mo pre­sen­tan siem­pre esta doc­tri­na dis­tin­ta de lo que en ver­dad es, para de ese modo aumen­tar más sus enemi­gos y pre­sen­tar­lo de más difí­cil realización.

Es nece­sa­rio no con­fun­dir la doc­tri­na socia­lis­ta con par­te del movi­mien­to obre­ro en el cual par­ti­ci­pan los socialistas.

En el movi­mien­to obre­ro hacia la eman­ci­pa­ción sue­len veri­fi­car­se actos que hie­ren el sen­ti­mien­to de jus­ti­cia y que los socia­lis­tas a veces no pue­den ni pre­ver, ni evitar.

¿QUÉ ES EL SOCIALISMO?

El socia­lis­mo es una doc­tri­na de estruc­tu­ra pre­ci­sa y defi­ni­da que tie­ne por obje­to modi­fi­car las defec­tuo­sas cos­tum­bres actua­les pro­po­nien­do cos­tum­bres más perfectas.

La base social del socia­lis­mo con­sis­te en la abo­li­ción o trans­for­ma­ción de lo que actual­men­te se lla­ma la pro­pie­dad pri­va­da, pro­po­nien­do en su reem­pla­zo la cons­ti­tu­ción de la pro­pie­dad colec­ti­va o común.

Se entien­de por pro­pie­dad pri­va­da la pose­sión y usu­fruc­to indi­vi­dual sobre la tie­rra y sus pro­duc­tos, sobre las herra­mien­tas, máqui­nas y medios de pro­duc­ción, de cam­bio y transporte.

La con­se­cuen­cia de la pro­pie­dad pri­va­da es la coexis­ten­cia de patro­nes y obre­ros y la explo­ta­ción que hacen los patro­nes del tra­ba­jo de los obreros.

Como con­se­cuen­cia de la exis­ten­cia de patro­nes y obre­ros, exis­te tam­bién el gobierno polí­ti­co de los paí­ses con todo su cor­te­jo de opre­sio­nes y tiranías.

El socia­lis­mo, por su nom­bre solo, tie­ne muchos enemi­gos, así como tie­ne tam­bién apa­sio­na­dos defen­so­res y propagandistas.

Al hacer este tra­ba­jo que­re­mos ser­vir a los socia­lis­tas y a nues­tros enemigos.

Cree­mos que toda per­so­na que lle­gue a com­pren­der com­ple­ta­men­te el socia­lis­mo no podrá recha­zar­lo y con­clui­rá por ser su abne­ga­do defen­sor, en la con­vic­ción de que esta doc­tri­na es la úni­ca que, lle­va­da a la prác­ti­ca, rea­li­za­ra real­men­te la feli­ci­dad humana.

Por esta con­vic­ción que­re­mos expre­sar, ele­men­tal­men­te, lo que es socialismo.

Con esta expli­ca­ción nues­tros ami­gos com­ple­ta­rán sus cono­ci­mien­tos y toma­rán argu­men­tos sufi­cien­tes para pro­pa­gar la doc­tri­na y para defen­der­la de los ata­ques injus­ti­fi­ca­dos del enemigo.

Con esta expli­ca­ción cree­mos ser­vir tam­bién a los que des­co­no­cen el socia­lis­mo. Los que crean inacep­ta­bles nues­tras doc­tri­nas toma­rán en este libri­to el cono­ci­mien­to de ella y podrán ata­car­la en don­de encuen­tren sus defectos.

Que­re­mos, pues, que espe­cial­men­te lean este libri­to, los enemi­gos del socialismo.

La pre­sen­ta­ción de la doc­tri­na la hace­mos metó­di­ca y orde­na­da­men­te para faci­li­tar su com­pren­sión y su desarrollo.

Soli­ci­ta­mos, pues, un poqui­to de aten­ción sobre las pági­nas siguientes.

Pro­pie­dad colectiva

Se entien­de por pro­pie­dad colec­ti­va y común, la abo­li­ción de la pro­pie­dad indi­vi­dual o pri­va­da, de mane­ra que la tie­rra, los edi­fi­cios, las maqui­na­rias, herra­mien­tas y todo cuan­to exis­te pro­du­ci­do por el tra­ba­jo del hom­bre sea uti­li­za­do por todos y para todos, repar­ti­do en la jus­ta pro­por­ción que cada cual nece­si­ta según sus gustos.

La trans­for­ma­ción de la pro­pie­dad pri­va­da en colec­ti­va, no sig­ni­fi­ca en nin­gún caso un des­po­jo de los bie­nes nece­sa­rios al indi­vi­duo en bene­fi­cio de la colectividad.

No se pien­se que con esta trans­for­ma­ción los ricos de hoy vayan a ser pobres mañana.

Eso no sería socia­lis­mo, sería sola­men­te cam­bio de pose­sión de la riqueza.

La exis­ten­cia de la pro­pie­dad pri­va­da y su con­sa­gra­ción pre­sen­te es la cau­sa matriz de todo los males exis­ten­tes. Por eso es que el socia­lis­mo ha naci­do como reme­dio inelu­di­ble para ese mal social.

Si el socia­lis­mo es la abo­li­ción de los ima­gi­na­rios dere­chos sobre la pro­pie­dad pri­va­da, el socia­lis­mo se pre­sen­ta enton­ces como una doc­tri­na de la más per­fec­ta jus­ti­cia, de ver­da­de­ro amor, y de pro­gre­si­vo per­fec­cio­na­mien­to indi­vi­dual y moral.

El socia­lis­mo es, pues, des­de el pun­to de vis­ta cien­tí­fi­co una doc­tri­na eco­nó­mi­ca que tie­ne por obje­to aumen­tar los goces humanos.

El socia­lis­mo es, pues, des­de el pun­to de vis­ta social, una doc­tri­na de sen­ti­mien­tos de jus­ti­cia y de moral, que tie­ne por obje­to supri­mir todas las des­gra­cias oca­sio­na­das por la mala orga­ni­za­ción, para que la vida sea vivi­da en medio de goces perpetuos.

Para pro­bar que todo esto es jus­to y de fácil rea­li­za­ción con­ti­nua­re­mos con expli­ca­cio­nes deta­lla­das y precisas.

Defec­tos actua­les en la orga­ni­za­ción de los pueblos

En el pre­sen­te, como en el pasa­do, los pue­blos viven opri­mi­dos bajo el yugo de una cons­ti­tu­ción defec­tuo­sa que pro­du­ce inmen­sos males.

Todos los vicios, todos los deli­tos, todos los crí­me­nes, el inmen­so desa­rro­llo de la pros­ti­tu­ción, son con­se­cuen­cias de la mala cons­ti­tu­ción de los pue­blos y de su tole­ran­cia por los indi­vi­duos que sufren las consecuencias.

En medio de esta pre­sen­te mala orga­ni­za­ción social, muchos indi­vi­duos luchan por vivir lo mejor posi­ble, sin preo­cu­par­se de que los medios sean hon­ro­sos o deshonestos.

Así, unos viven comer­cian­do con la pros­ti­tu­ción de la mujer; otros viven roban­do por medio del gari­to o de comer­cios ilí­ci­tos; otros, explo­tan­do ini­cua­men­te la igno­ran­cia y el hambre.

¿Cómo podre­mos lla­mar hon­ro­so el medio de for­tu­na que muchos fun­cio­na­rios (emplea­dos fis­ca­les) se bus­can, dan­do libre pro­gre­so a la pros­ti­tu­ción, al jue­go, a la borra­che­ra, con tal que esto les pro­duz­ca una ren­ta per­ma­nen­te y segu­ra que les per­mi­ta acu­mu­lar una for­tu­na para vivir hol­ga­da­men­te? Ese medio de vida es indigno.

Den­tro de la doc­tri­na socia­lis­ta se con­si­de­ra que la natu­ra­le­za, ayu­da­da por el hom­bre y la máqui­na, pro­du­ce de sobra todo lo que se nece­si­ta, y enton­ces todos pue­den vivir a sus anchas con el fru­to de su tra­ba­jo hon­ra­do y aliviado.

El pau­pe­ris­mo o mise­ria.– Con­se­cuen­cia de la mala orga­ni­za­ción social, como hemos dicho, es la mise­ria repug­nan­te que domi­na sobre el mayor núme­ro de los habi­tan­tes de todos los pueblos.

Podría­mos ase­gu­rar que de cada cien habi­tan­tes, en el mun­do, ochen­ta viven mal, sufrien­do la miseria.

Las cla­ses más incul­tas de la socie­dad sopor­tan la peor par­te de la mise­ria, por­que care­cen de todo. No tie­nen mobi­lia­rio ni el más nece­sa­rio, no tie­nen ropa; viven con unos asque­ro­sos andra­jos que medio cubren sus car­nes. Entre las cla­ses obre­ras y emplea­dos de nego­cios mino­ris­tas, la mise­ria es un poco menos, por tra­tar­se de cla­ses que tie­nen un poqui­to de más cul­tu­ra. Entre las cla­ses de emplea­dos supe­rio­res y peque­ños pro­pie­ta­rios de talle­res o comer­cios, hay siem­pre mise­ria, pues­to que viven de ren­tas inse­gu­ras que en cual­quier momen­to pue­den desaparecer.

La mise­ria pro­du­ce des­gra­cias y dolo­res atro­ces que hacen tan amar­ga la vida que lle­van a muchos a la desesperación.

El dolor es muy dife­ren­te según la cultura.

Un peón que ha naci­do dur­mien­do sobre la tie­rra y que ha cre­ci­do rodea­do de des­nu­de­ces y mise­rias, sufre cuan­do reco­no­ce su mise­ria y sos­pe­cha que podría vivir mejor.

Pero un indi­vi­duo que ha naci­do rodea­do de algu­nas como­di­da­des, cuan­do com­pren­de y ve que sobre el mun­do hay muchas cosas de que gozar y sus recur­sos y espe­ran­zas no se lo per­mi­ten, sus sufri­mien­tos son mayo­res por­que hay más capacidad.

La doc­tri­na socia­lis­ta pro­po­ne medi­das fáci­les y hace­de­ras para hacer des­apa­re­cer todas esas des­gra­cias y esas medi­das se verán más adelante.

La mise­ria moral.– El esta­do actual de las pobla­cio­nes nos mues­tra toda su mise­ria moral, que es moti­vo de retar­do de todo pro­gre­so. Tene­mos como con­se­cuen­cia de esto que hay muchos indi­vi­duos que no con­ci­ben una con­di­ción superior.

El alcohol desem­pe­ña una gran­de y funes­ta labor con­tri­bu­yen­do a embru­te­cer a los individuos.

Entre los seres más incul­tos, la degra­da­ción es tan inmen­sa que entris­te­ce, pues hay muchos hom­bres menos inte­li­gen­tes que muchos animales.

Entre indi­vi­duos más cul­tos exis­te depra­va­ción que los con­du­ce a comer­ciar y explo­tar indig­na­men­te con sus pro­pios semejantes.

La mise­ria moral es muy repug­nan­te y apar­te de que cau­sa des­gra­cias a toda la socie­dad, es deber humano con­tri­buir a la dis­mi­nu­ción y des­apa­ri­ción de todas las cau­sas que pro­du­cen la miseria.

La cau­sa de estas mise­rias y sus efec­tos.– Las cau­sas de las mise­rias son muchas y muy anti­guas. La huma­ni­dad arran­ca des­de un momen­to oscu­ro e incons­cien­te. Ani­mal, pri­me­ro sal­va­je; ense­gui­da, duran­te un inmen­so perío­do, con­ser­ván­do­se has­ta la épo­ca pre­sen­te una gran cuo­ta de salvajismo.

La cul­tu­ra y la civi­li­za­ción datan des­de muy anti­guo, es ver­dad, pero en dosis muy pro­nun­cia­das de egoís­mo y pri­vi­le­gio. La civi­li­za­ción se ha ido desa­rro­llan­do en medio de cier­tos círcu­los socia­les, no alcan­zan­do a la mayor parte.

Las pri­me­ras civi­li­za­cio­nes naci­das en un ambien­te de mucha igno­ran­cia aún, con­tri­bu­ye­ron por egoís­mo y ambi­ción a envi­le­cer más las cla­ses sal­va­jes, por­que fue­ron some­ti­das al ser­vi­cio de los pri­me­ros que con­ce­bían un gra­do de pro­gre­so civil.

Los pri­me­ros hom­bres más civi­li­za­dos, ambi­cio­sos de aumen­tar sus goces, escla­vi­za­ron a sus seme­jan­tes, inca­pa­ces toda­vía de com­pren­der las con­se­cuen­cias de esa esclavitud.

La escla­vi­tud ha via­ja­do a tra­vés de la his­to­ria trans­for­mán­do­se perió­di­ca­men­te, has­ta lle­gar al momen­to actual en que en los paí­ses más civi­li­za­dos se lla­ma al pro­duc­tor, asa­la­ria­do, pues, la mayo­ría de los hom­bres o muje­res está some­ti­da a otros, bajo el nom­bre de salar­lo o sueldo.

La cons­ti­tu­ción polí­ti­ca.– A medi­da que la cul­tu­ra ha pro­gre­sa­do en cier­tas cla­ses, se han ido for­man­do los pue­blos o nacio­nes, adop­tan­do una ley o cons­ti­tu­ción escri­ta que les sir­vie­ra de nor­ma de vida.

La cons­ti­tu­ción actual de las nacio­nes data de muchos años atrás. Los pue­blos más jóve­nes de Suda­mé­ri­ca cuen­tan casi todos con más de cien años de vida nacio­nal orgánica.

Orga­ni­za­dos los pue­blos en épo­cas muy anti­guas, sus cons­ti­tu­cio­nes fue­ron hechas bajo el espí­ri­tu atra­sa­do domi­nan­te en aque­lla épo­ca y por un redu­ci­do núme­ro de personas.

Esas cons­ti­tu­cio­nes defec­tuo­sas impe­ran toda­vía, cons­ti­tu­yen­do una ver­da­de­ra tira­nía para los pue­blos modernos.

Sin embar­go, esas cons­ti­tu­cio­nes, se han modi­fi­ca­do, se modi­fi­can (tam­bién se vio­lan), y con­ti­nua­rán modi­fi­cán­do­se por la inter­ven­ción de los socia­lis­tas en los congresos.

A influen­cia de las modi­fi­ca­cio­nes que los socia­lis­tas logran intro­du­cir en las Cons­ti­tu­cio­nes, se aumen­ta­rán las como­di­da­des de que care­cen los pueblos.

La cons­ti­tu­ción indus­trial.– La vida indus­trial es el poder eco­nó­mi­co de los pueblos.

La indus­tria es el pro­duc­to natu­ral del des­en­vol­vi­mien­to y del pro­gre­so de los pueblos.

En el pre­sen­te momen­to his­tó­ri­co la indus­tria influ­ye en la mar­cha polí­ti­ca y social de los pueblos.

La indus­tria ha naci­do defec­tuo­sa e incom­ple­ta, mien­tras más atrás en la, his­to­ria, más atra­sa­da. La inte­li­gen­cia del hom­bre y la nece­si­dad de hacer más ali­via­dos los tra­ba­jos, fue­ron dan­do lugar a crea­cio­nes e inven­tos has­ta lle­gar al momen­to pre­sen­te en que la indus­tria, si es el ver­da­de­ro pro­gre­so, es tam­bién el sitio don­de resi­de todo el pro­ble­ma social que ha dado vida al socialismo.

La indus­tria es hoy el arma de la más cruel explo­ta­ción y opre­sión que da a los auda­ces la rique­za, arran­ca­da con el tra­ba­jo de los pobres.

La indus­tria es hoy el prin­ci­pal fac­tor de la pro­pie­dad pri­va­da o indi­vi­dual y es en ella don­de la acción socia­lis­ta se hace sen­tir con más inten­si­dad, para modi­fi­car­la has­ta que deje de ser fuen­te de explotación.

La modi­fi­ca­ción del modo de ser indus­trial, ha veni­do rea­li­zán­do­se por la fuer­za pro­pia del pro­gre­so industrial.

A medi­da que el pro­gre­so mecá­ni­co se ha demos­tra­do en la indus­tria, el obre­ro ha sen­ti­do tam­bién la nece­si­dad de su pro­gre­so. Y como el obre­ro no podrá sepa­rar­se de la indus­tria, los pro­gre­sos serán comunes.

La explo­ta­ción.– El mun­do actual vive mon­ta­do sobre el régi­men de la explo­ta­ción del hombre.

Unos hom­bres explo­tan a otros.

En la épo­ca más remo­ta de la huma­ni­dad no hubo explo­ta­ción, por­que no había tra­ba­ja­do organizado.

Des­de que se ini­ció la orga­ni­za­ción del tra­ba­jo comen­zó la era de la explo­ta­ción, has­ta haber lle­ga­do al gra­do de la mayor iniqui­dad y tan mons­truo­sa se ha pre­sen­ta­do la explo­ta­ción que, en repe­ti­das oca­sio­nes, los escla­vos del sala­rio han rea­li­za­do ver­da­de­ras sublevaciones.

En el momen­to pre­sen­te, entre los bur­gue­ses, no se con­ci­be for­tu­na ni pro­gre­so eco­nó­mi­co sin explotación.

Des­de el pun­to de vis­ta humano y moral, el hom­bre no debe rea­li­zar esa obra de explotación.

El socia­lis­mo pro­po­ne medios hon­ro­sos para amen­tar los goces huma­nos de todos, abo­lien­do el sis­te­ma de la explo­ta­ción, y esos medios que­da­rán seña­la­dos más adelante.

La opre­sión y los impues­tos.– A con­se­cuen­cia de ase­gu­rar la esta­bi­li­dad de la explo­ta­ción ha teni­do que esta­ble­cer­se la opre­sión, orga­ni­zán­do­se los gobier­nos, con su con­jun­to de leyes egoís­tas y dic­ta­das por la cla­se que gobier­na para some­ter a las pobla­cio­nes al cum­pli­mien­to de esas leyes, espe­cial­men­te de aque­llas que pro­du­cen dine­ro, como los impues­tos y contribuciones.

Las leyes for­man una ver­da­de­ra cade­na de opre­sio­nes y los impues­tos que gra­vi­tan todos sobre el pue­blo con­tri­bu­yen a hacer más odio­sa esa opresión.

Apar­te de las con­tri­bu­cio­nes lega­les que se cobran para for­mar la ren­ta fis­cal, en todos los pue­blos hay otra inmen­sa can­ti­dad de con­tri­bu­cio­nes que se cobran inde­bi­da­men­te por las auto­ri­da­des para aumen­tar sus ren­tas par­ti­cu­la­res, aumen­tan­do así el cos­to de la vida del pue­blo y hacien­do más odio­sa la opresión.

Este esta­do moral de los pue­blos es indigno.– La exis­ten­cia de los seres huma­nos debe tener un obje­to, y ese no pue­de ser otro que hacer de la vida una idea­li­dad, fuen­te de goces ver­da­de­ros, don­de los seres huma­nos per­fec­tos dis­fru­ten de las crea­cio­nes de la inteligencia.

Para lle­gar a ese obje­ti­vo, la huma­ni­dad debe enca­mi­nar­se gra­dual­men­te hacia su más com­ple­ta perfección.

No pue­de ser más indigno que unos pocos hom­bres se delei­ten escla­vi­zan­do al mayor núme­ro y hacién­do­los tra­ba­jar a sabien­das de que les explotan.

Los socia­lis­tas que­re­mos per­fec­cio­nar la vida para que lle­gue un momen­to que no sea­mos opre­so­res, explo­ta­do­res ni ver­du­gos; ni víc­ti­mas, ni explo­ta­dos, ni miserables.

¿Se dirá que hay cosas irre­me­dia­bles en la vida?

Noso­tros nega­mos esa afirmación.

Todas las cosas que exis­ten pue­den per­fec­cio­nar­se, todas.

Todo el pasa­do de la huma­ni­dad es una cade­na de prue­bas, de que todas las cosas han veni­do per­fec­cio­nán­do­se, hoy con más rapi­dez que antes, por razón de que hoy se dis­po­ne de medios más per­fec­tos que en el pasado.

Por eso el socia­lis­mo tie­ne la abso­lu­ta cer­ti­dum­bre de su vic­to­ria, pues­to que el socia­lis­mo no es otra cosa que la per­fec­ción en pro­gre­so ince­san­te para mul­ti­pli­car los goces de todos los seres huma­nos o sea, la abo­li­ción de todas las cau­sas que pro­du­cen des­gra­cias y miserias.

La trans­for­ma­ción de la pro­pie­dad no es otra cosa que el per­fec­cio­na­mien­to del derecho.

Todos tie­nen dere­cho a vivir bien.

La for­ma de la actual pro­pie­dad limi­ta y has­ta supri­me el dere­cho a vivir bien; por esa razón la base del socia­lis­mo está en la trans­for­ma­ción radi­cal del dere­cho a la propiedad.

Razo­nes de exis­ten­cia del socialismo

Todo cuan­to exis­te debe tener una razón de su existencia.

La pala­bra socia­lis­mo es la deri­va­ción de los fenó­me­nos y pro­ble­mas socia­les con­den­sa­dos en la pala­bra socialismo.

La doc­tri­na socia­lis­ta es el pro­duc­to filo­só­fi­co de esos pro­ble­mas sociales.

El socia­lis­mo tie­ne diver­sas razo­nes de exis­ten­cia que expli­ca­re­mos en capí­tu­los sepa­ra­dos para cada razón.

Lo expre­sa­do en los capí­tu­los ante­rio­res ya serían bas­tan­tes razo­nes cons­ti­tu­yen­tes de la nece­si­dad del socialismo.

Los capí­tu­los ante­rio­res repre­sen­tan los defec­tos de la socie­dad actual y con su con­jun­to de des­igual­da­des socia­les, polí­ti­cas y eco­nó­mi­cas, que tan­tos daños cau­san a la humanidad.

Pero todos esos defec­tos que demues­tran la nece­si­dad de corre­gir­los no bas­tan toda­vía, pues­to que muchos defien­den todo lo exis­ten­te y sólo admi­ten mejo­rar por cari­dad la mala vida de los des­gra­cia­dos y quie­ren que cada cual bus­que su mejo­ra­mien­to por medios ilí­ci­tos, habien­do medios honrosos.

En medio de tan­tos defec­tos que cau­san mise­rias dolo­ro­sas, el socia­lis­mo nace como un reme­dio úni­co y necesario.

El socia­lis­mo sur­ge, enton­ces, expo­nien­do su subli­me doc­tri­na de jus­ti­cia, de amor, de dere­cho estric­ta­men­te legal y natural.

Para jus­ti­fi­car el dere­cho del socia­lis­mo, expli­ca­re­mos en varios capí­tu­los las dis­tin­tas razo­nes que cons­ti­tu­yen su base de acción.

Para com­ba­tir al socia­lis­mo se invo­can argu­men­tos de todas cla­ses y, entre ellos muchos históricos.

Se lle­ga a decir que el socia­lis­mo es irrea­li­za­ble sólo por­que va a trans­for­mar todo lo que se ha hecho ‑con el tra­ba­jo de tan­tos siglos.

Otros dicen que si el socia­lis­mo lle­ga a rea­li­zar­se será des­pués de muchos siglos.

Tam­bién el pre­sen­te es obra de muchos siglos.

Pene­tre­mos, pues, en la his­to­ria y cons­ta­te­mos sus acciones.

Las trans­for­ma­cio­nes suce­si­vas de los pue­blos.– Casi todos los pue­blos del mun­do se han trans­for­ma­do cam­bian­do sus cos­tum­bres socia­les y políticas.

La Fran­cia era una monar­quía cons­ti­tu­cio­nal, con su gobierno aris­to­crá­ti­co ayu­da­do por el cle­ro. El pue­blo y las cla­ses media e inte­lec­tual vivían en el ambien­te pro­pio de la monar­quía y, sin embar­go, con­ci­bie­ron y eje­cu­ta­ron la trans­for­ma­ción adop­tan­do el sis­te­ma republicano.

Abo­lie­ron la monar­quía de dere­cho here­di­ta­rio y esta­ble­cie­ron la repú­bli­ca con pre­si­den­te ele­gi­do y renovado.

Se abo­lió la pro­pie­dad feu­dal y con­fis­có muchos los fru­tos del feu­da­lis­mo. Podría­mos decir que se creó la pro­pie­dad indus­trial y desa­rro­lló la pro­pie­dad pri­va­da o indi­vi­dual, al abo­lir la pro­pie­dad feudal.

Si se acep­tó que la Revo­lu­ción Fran­ce­sa trans­for­ma­ra la for­ma de la pro­pie­dad, ¿por qué el socia­lis­mo no podrá trans­for­mar­la en for­ma más pro­gre­sis­ta todavía?

Una bue­na par­te del mun­do aplau­dió y acep­tó la acción de Francia.

La Revo­lu­ción Fran­ce­sa no sólo pro­du­jo efec­tos en Fran­cia sino que su ejem­plo reper­cu­tió en el res­to del mun­do y en los paí­ses sud­ame­ri­ca­nos, trans­for­mó la pro­pie­dad por medio de la Revolución.

¿Cómo se cons­ti­tu­yó la pro­pie­dad en Chi­le, Argen­ti­na, Perú, etcétera?

Por medio de la revo­lu­ción vio­len­ta y de la expro­pia­ción con las armas en la mano.

Pro­du­ci­das en estos paí­ses las revo­lu­cio­nes ten­dien­tes a cons­ti­tuir­se en nacio­nes inde­pen­dien­tes, con­fis­ca­ron la pro­pie­dad de dere­cho espa­ñol y expro­pia­ron a todos los que no acep­ta­ban el nue­vo régi­men o que no eran nativos.

Estas trans­for­ma­cio­nes de la pro­pie­dad han sido y son aplau­di­das y con­sa­gra­das has­ta el pre­sen­te, por­que se tra­ta de actos rea­li­za­dos ya por la cla­se rica, pero cuan­do se supo­ne que el socia­lis­mo diri­gi­do por el pro­le­ta­ria­do pudie­ra rea­li­zar con­fis­ca­cio­nes o expro­pia­cio­nes en bene­fi­cio de la colec­ti­vi­dad, enton­ces se alzan irra­zo­na­bles gri­te­rías con­tra el socialismo.

En las revo­lu­cio­nes de 1810, Argen­ti­na, Chi­le, Perú, etcé­te­ra, trans­for­ma­ron los Esta­dos y expro­pia­ron la pro­pie­dad abo­lien­do todos los dere­chos monár­qui­cos y feu­da­les en estos suelos.

Todos esos actos se rea­li­za­ron en el nom­bre del pueblo.

Si la razón que obró enton­ces ha sido acep­ta­da, con mayor lógi­ca se acep­ta­rá la razón socialista.

En Chi­le, como en los demás paí­ses, exis­te una ley que auto­ri­za al gobierno para decla­rar de uti­li­dad nacio­nal los terre­nos que sean nece­sa­rios para los ser­vi­cios, públi­cos o como­di­da­des locales.

Ese mis­mo cri­te­rio, amplia­do a un gra­do supe­rior de Jus­ti­cia, podría apli­car­se den­tro de la acción socia­lis­ta: Decla­rar todo de uti­li­dad nacio­nal y para la explo­ta­ción colectiva.

La Gran Chi­na, vie­ja nacio­na­li­dad con tra­di­cio­nes car­co­mi­das y anti­quí­si­mas, ha entra­do a la vida moder­na pre­sen­te, rea­li­zan­do muchos actos de trans­for­ma­ción, tan­to en la vida públi­ca como privada.

Orga­ni­zó su régi­men polí­ti­co de gobierno pasan­do al esta­do repu­bli­cano demo­crá­ti­co, des­de la monar­quía abso­lu­ta y despótica.

¿ No es esto una prue­ba de que todo se pue­de trans­for­mar y es modificable?

Si el socia­lis­mo es una doc­tri­na que, intro­du­ci­da, en la vida social, polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca aumen­ta los goces y feli­ci­da­des, con sólo ir modi­fi­can­do paso a paso las cos­tum­bres, tie­ne en el pasa­do una razón de su evo­lu­ción. El mun­do ha sido en su carre­ra has­ta el pre­sen­te una cade­na de trans­for­ma­cio­nes. El socia­lis­mo será una trans­for­ma­ción inevi­ta­ble. Lo que hoy hace­mos los socia­lis­tas es guiar a esa trans­for­ma­ción para que no se des­víe del espí­ri­tu de amor y jus­ti­cia que debe ser­le inseparable.

La acción revo­lu­cio­na­ria vio­len­ta. – En el pasa­do, casi todos los pro­gre­sos polí­ti­cos, socia­les y eco­nó­mi­cos de los pue­blos se han rea­li­za­do por medio de la vio­len­cia sangrienta.

Pero feliz­men­te, a medi­da que ha avan­za­do el tiem­po, la vio­len­cia ha disminuido.

Si Fran­cia derra­mó tan­ta san­gre para con­ver­tir­se en Repú­bli­ca, casi en la mis­ma épo­ca los Esta­dos Uni­dos de Nor­te­amé­ri­ca rea­li­za­ban su trans­for­ma­ción en con­di­cio­nes menos cruentas.

Tur­quía, Por­tu­gal y Chi­na han rea­li­za­do sus trans­for­ma­cio­nes con menos violencia.

Así, las accio­nes socia­lis­tas ya rea­li­za­das han lle­va­do muchas el sello de la vio­len­cia san­grien­ta, pero, poco a poco, a medi­da que se orga­ni­zan los socia­lis­tas, en sus actos va dis­mi­nu­yen­do la vio­len­cia sangrienta.

Todas las accio­nes del pre­sen­te tien­den pues, a supri­mir toda violencia.

La acción revo­lu­cio­na­ria legal. – El socia­lis­mo cada día se aco­ge más a la acción revo­lu­cio­na­ria legal, obran­do direc­ta­men­te, como pue­de, sobre la legis­la­ción, la fis­ca­li­za­ción y la admi­nis­tra­ción des­de las ya nume­ro­sas ban­cas que ocu­pa en los dife­ren­tes paí­ses, en el Par­la­men­to y en los municipios,

Si lla­ma­mos revo­lu­cio­na­rio al socia­lis­mo es por­que no admi­ten otra pala­bra el pen­sa­mien­to- y la acción que se rea­li­zan para trans­for­mar este mun­do lleno de mise­rias y des­gra­cias en un ver­da­de­ro paraí­so de feli­ci­dad y goce.

La acción revo­lu­cio­na­ria legal del socia­lis­mo que­da­rá amplia­men­te tra­ta­da más ade­lan­te, en los capí­tu­los que des­cri­ben los medios de acción del socialismo.

La ten­den­cia peren­ne hacia la trans­for­ma­ción.– En apo­yo de nues­tros pen­sa­mien­tos pode­mos invo­car los hechos de la historia.

La his­to­ria del mun­do es la his­to­ria de las trans­for­ma­cio­nes y del progreso

Un des­cu­bri­mien­to o inven­to ha moti­va­do el naci­mien­to de otro des­cu­bri­mien­to o inven­to, y así, en una cade­na suce­si­va de hechos jamás inte­rrum­pi­dos, se han modi­fi­ca­do las cosas, los seres y sus leyes. El hecho de que la huma­ni­dad siga su camino ya empe­za­do de con­ti­nuar modi­fi­can­do las cosas, los seres y las leyes, ese hecho sólo cons­ti­tui­rá el camino hacia la rea­li­za­ción del socia­lis­mo, que nin­gu­na fuer­za pue­de evi­tar, pues­to que nada ha podi­do dete­ner el pro­gre­so has­ta su gra­do presente.

Estos hechos de la vida ya vivi­da por el mun­do son la prue­ba más for­mi­da­ble que el socia­lis­mo lle­ga­rá a su com­ple­to triunfo.

La acción pre­sen­te de los socia­lis­tas no sólo se limi­ta a des­truir los obs­tácu­los seña­lan­do la his­to­ria como prue­ba y jus­ti­fi­can­do la doc­tri­na, sino que tam­bién avan­za cons­tru­yen­do todo lo que pue­de con su acción crea­do­ra como lo expre­sa­re­mos en otros capítulos.

Des­de el pasa­do has­ta hoy.– En el momen­to pre­sen­te la gene­ra­li­dad de los indi­vi­duos no medi­ta sobre el espa­cio y tiem­po que habrá nece­si­ta­do cada pro­gre­so para realizarse.

Por ejem­plo, el ferro­ca­rril no cuen­ta con más de cien­to cin­cuen­ta años de exis­ten­cia y no cabe duda que los vehícu­los de trans­por­te cuen­tan cer­ca de dos mil años de existencia.

Ha sido menes­ter ese lar­go perío­do para lle­gar a esa her­mo­sa per­fec­ción pre­sen­te que aún no se detiene.

¿Cuán­tos millo­nes de días han sido menes­ter para lle­gar a obte­ner la radiotelegrafía?

Es tris­te reco­no­cer que en el momen­to pre­sen­te se cele­bra y se goza de todo lo que hoy exis­te sin pen­sar que a cada pro­gre­so los egoís­tas de todos los tiem­pos ponían mil obs­tácu­los de todas clases.

Ponían obs­tácu­los los que creían que sólo del cie­lo podrían venir los inventos.

Los empre­sa­rios de carre­tas pusie­ron mil obs­tácu­los al ferrocarril.

Así hoy, la carre­ta de las cos­tum­bres bur­gue­sas pre­ten­de impe­dir que avan­ce por la vía de la con­cien­cia huma­na la fuer­za impon­de­ra­ble de la jus­ti­cia socialista.

Des­de hoy hacia el futu­ro.– La acción socia­lis­ta des­de hoy hacia el futu­ro se pre­sen­ta­rá, cada momen­to, más fácil y su mar­cha será de más en más rápi­da, por­que los medios de que dis­po­ne el socia­lis­mo de hoy hacia el futu­ro son como todas las cosas más perfectos.

Por ejem­plo, si en el pasa­do para trans­por­tar cien sacos de tri­go se nece­si­ta­ba cin­co carre­tas con varias yun­tas de bue­yes y diez horas para reco­rrer sesen­ta kiló­me­tros, hoy esa ope­ra­ción se pue­de hacer en una hora y en una bode­ga por ferro­ca­rril. Resul­ta un tra­ba­jo mil veces más sim­ple y rápido.

Así tam­bién, el socia­lis­mo dis­po­ne hoy de medios pode­ro­sos para rea­li­zar sus pro­pó­si­tos. El libro, la tri­bu­na, el perió­di­co, el dia­rio, el folle­to, la con­fe­ren­cia, el tea­tro, la orga­ni­za­ción, su repre­sen­ta­ción en con­gre­sos y muni­ci­pios, todos esos medios cada día más pode­ro­sos acer­can la era de la vida socia­lis­ta, por­que todos esos medios irán, con­ven­cien­do a los bur­gue­ses que se vivi­rá mucho mejor den­tro del régi­men socia­lis­ta que con la orga­ni­za­ción actual de la socie­dad y tam­bién irán hacien­do des­apa­re­cer todas las igno­ran­cias y gro­se­rías actua­les del pue­blo para con­ver­tir­lo en un ele­men­to rege­ne­ra­do, ins­trui­do, pen­sa­dor y pro­gre­sis­ta. Los niños de hoy, ins­trui­dos en el ambien­te socia­lis­ta, harán ya, tan cer­ca, inmen­sa labor sobre sus hijos que más ade­lan­te for­ma­rán la moda­li­dad socia­lis­ta dominante.

Razo­nes eco­nó­mi­cas y cien­tí­fi­cas.– las razo­nes de carác­ter his­tó­ri­co que prue­ban que el socia­lis­mo es una cir­cuns­tan­cia nor­mal de la vida e inhe­ren­te al pro­gre­so, que no pue­de des­con­si­de­rar­se, pre­sen­ta­re­mos en este capí­tu­lo razo­nes que com­ple­tan las anteriores.

La eco­no­mía y la cien­cia, se encar­gan de colo­car al socia­lis­mo en el sitio pre­pon­de­ran­te que le corresponde.

Sólo seres dege­ne­ra­dos pue­den negar el socia­lis­mo o mirar­le como des­pre­cia­ble e insignificante.

A las razo­nes his­tó­ri­cas agre­ga­mos aho­ra razo­nes eco­nó­mi­cas y cien­tí­fi­cas que están más estre­cha­men­te liga­das a la vida presente.

Fac­to­res que pro­du­cen la rique­za.– La rique­za no es pro­duc­to de un indi­vi­duo ni de una socie­dad. La rique­za es pro­duc­to común.

Cuan­tas rique­zas posee el mun­do repar­ti­das en todas las nacio­nes, son el pro­duc­to del tra­ba­jo y de la inte­li­gen­cia de la huma­ni­dad rea­li­za­do en miles de años.

La rique­za no pue­de pro­du­cir­se sino con el con­cur­so común y en la épo­ca pre­sen­te la encon­tra­mos redu­ci­da a dos fac­to­res: el capi­tal y el tra­ba­jo que expli­ca­re­mos en párra­fos siguientes.

Para explo­tar y gozar de las rique­zas mine­ra­les de Suda­mé­ri­ca, los espa­ño­les tuvie­ron que traer herra­mien­tas com­pra­das en Ingla­te­rra y en trans­por­tes cons­trui­dos con ele­men­tos dife­ren­tes, en lo cual toma­ron par­te muchas razas.

Hoy día, como antes, para muchas indus­trias se nece­si­ta reu­nir ele­men­tos de las dis­tin­tas par­tes del mun­do, en las cua­les tra­ba­jan obre­ros de dis­tin­tas razas y con­di­cio­nes y capi­ta­les internacionales.

Todo esto es dicho en prue­ba de que por mucho que se indi­vi­dua­li­ce la pro­pie­dad del pro­duc­to, éste no pue­de dejar de ser fru­to del tra­ba­jo de comu­ni­da­des de trabajadores.

Por esto si hay una ley que com­pe­le al tra­ba­jo común, el socia­lis­mo deri­va su doc­tri­na de una lógi­ca estric­ta­men­te vin­cu­la­da a la natu­ra­le­za de la vida.

El capi­tal.– La socie­dad pre­sen­te ale­ga que sus como­di­da­des son fru­tos de su capi­tal, olvi­dan­do, inten­cio­nal­men­te, que el capi­tal no ha podi­do exis­tir sin un tra­ba­jo pre­vio, que des­pués de con­ver­ti­do en capi­tal ha sido dis­fru­ta­do por los que no han rea­li­za­do el trabajo.

El capi­tal se for­mó en el pasa­do con el tra­ba­jo rea­li­za­do por millo­nes de escla­vos a quie­nes no se paga­ba salario.

El capi­tal con­ti­núa for­mán­do­se en el pre­sen­te y aumen­tán­do­se ince­san­te­men­te con el fru­to del tra­ba­jo que no se paga a los obre­ros, pues­to que hoy día a un obre­ro que pro­du­ce diez, le dan como sala­rio dos. El res­to pasa a ser capi­tal (plus­va­lía).

El capi­tal así for­ma­do en el pasa­do y en el pre­sen­te for­ma, por hoy, un fac­tor de rique­za y con él se rea­li­zan gigan­tes­cos nego­cios para la feli­ci­dad de unos pocos, con el sacri­fi­cio y el dolor de muchos.

En la región sali­tre­ra se ha cons­ta­ta­do que cada tra­ba­ja­dor pro­du­ce al fis­co sola­men­te, la enor­me suma de dos mil qui­nien­tos pesos anua­les. Si esta suma le da al fis­co como con­tri­bu­ción, si el obre­ro no reco­ge arri­ba de dos mil pesos por sala­rios al año, si el capi­tal se lle­va otro pro­duc­to gran­de, ¿cuán­to es lo que pro­du­ce cada obre­ro y cuán­tos le toca a él?

El tra­ba­jo.– La fuer­za del hom­bre emplea­da para pro­du­cir y trans­for­mar la pro­duc­ción es lo que lla­ma­mos trabajo.

El tra­ba­jo ha sido el pri­mer acto del hom­bre que ha ini­cia­do la vida del progreso.

Cuan­do empe­zó el tra­ba­jo, no exis­tía aún ni la remo­ta idea del capi­tal, ni del dine­ro, ni cosa parecida.

Tra­ba­jo amon­to­na­do duran­te siglos ha veni­do a moti­var, en una épo­ca don­de la inte­li­gen­cia no esta­ba aún desa­rro­lla­da, la crea­ción de un signo para cam­biar un obje­to por otro, signo que hoy se lla­ma dinero.

En los tiem­pos pri­mi­ti­vos se cam­bia­ba tri­go por bue­yes, o bue­yes por armas. Es decir, una espe­cie por su equivalente.

Hoy se cam­bia tri­go por dine­ro y dine­ro por pan.

El tra­ba­jo es, pues, el pri­mer esfuer­zo de los hom­bres y des­pués de muchos siglos de tra­ba o ha veni­do a orga­ni­zar­se el capi­tal del tra­ba­jo ya realizado.

Si todas las cosas tie­nen un autor, el autor del capi­tal es el trabajo

El tra­ba­jo es, enton­ces, la fuer­za crea­do­ra de todas las cosas; al tra­ba­jo se debe todo; al tra­ba­jo debe su exis­ten­cia el capi­tal y todo cuan­to exis­ta que se lla­me riqueza.

Enton­ces no hay razón de nin­gu­na cla­se para decir que el capi­tal es quien pro­du­ce el trabajo.

Los patro­nos han crea­do una expre­sión que han vul­ga­ri­za­do para hacer creer a los obre­ros que sin patro­nos no habría trabajo.

Pero esto es un error.

En siglos ante­rio­res, la auda­cia de algu­nos indi­vi­duos per­mi­tió que amon­to­na­ran abun­dan­cia de pro­duc­ción de la que fue­ron cons­ti­tu­yén­do­se en pro­pie­ta­rios y legán­do­la a su pos­te­ri­dad en for­ma de herencias.

Pero esa pro­duc­ción abun­dan­te habla sido fru­to del tra­ba­jo de muchos.

Todo el mun­do sabe que duran­te el perío­do de la escla­vi­tud, los hom­bres más fuer­tes, domi­nan­do a los más débi­les, les explo­ta­ron su tra­ba­jo y se adue­ña­ron de las rique­zas pro­du­ci­das por el tra­ba­jo de milla­res de esclavos.

Des­pués de la escla­vi­tud ha veni­do el sala­rio, que es sola­men­te una trans­for­ma­ción de la esclavitud.

Pagan­do bajos sala­rios a miles de tra­ba­ja­do­res, unos, pocos indi­vi­duos amon­to­nan en poco tiem­po for­tu­nas fabulosas.

El sala­rio es la for­ma de la escla­vi­tud presente.

Si diez hom­bres tra­ba­jan­do en una mina sacan cada día –tér­mino medio– qui­nien­tos pesos de metal, cam­bia­ble inme­dia­ta­men­te por dine­ro, y en cam­bio de ese tra­ba­jo se le da a cada uno, con el nom­bre de sala­rio, diez pesos, demues­tra que sólo se le da la quin­ta par­te de lo que produce.

Del res­to se apo­de­ra el capitalista.

El capi­ta­lis­ta ale­ga como razón jus­ta para apo­de­rar­se de esa par­te de la pro­duc­ción, que él invier­te capi­tal en sala­rios, y en herra­mien­tas, maqui­na­rias y todo lo que ori­gi­ne una industria.

En el capí­tu­lo que tra­ta­mos de la maqui­na­ria se verá el valor de ese aporte.

Por aho­ra, deja­mos esta­ble­ci­do aquí que el tra­ba­jo es el fac­tor prin­ci­pal de toda pro­duc­ción, de toda rique­za, de todo capital.

Si en la pro­duc­ción de la rique­za entran como fac­to­res el capi­tal, el tra­ba­jo y la máqui­na, todo que­da redu­ci­do y deri­va­do del tra­ba­jo, por­que ya lo hemos pro­ba­do que sin tra­ba­jo no hay ni capi­tal ni máquina.

El tra­ba­jo ha dado vida a la máqui­na y al capital.

La maqui­na­ria.– El pro­gre­so de la maqui­na­ria en todas las indus­trias es un fac­tor de gran impor­tan­cia, que, si por aho­ra cons­ti­tu­ye un medio de mayor explo­ta­ción para los obre­ros, un cam­bio para el por­ve­nir, más lar­go que el pre­sen­te, sig­ni­fi­ca­rá la ver­da­de­ra feli­ci­dad de los pueblos.

La maqui­na­ria es hecha por los tra­ba­ja­do­res y no pue­de fun­cio­nar sin el con­cur­so de los trabajadores.

Los capi­ta­lis­tas ale­gan hoy día, como un moti­vo para apro­piar­se de la mayor par­te del pro­duc­to, que ellos apor­tan la maqui­na­ria, que sig­ni­fi­ca un capi­tal en movimiento.

Pero esto es un argu­men­to sin razón.

Si la máqui­na pro­du­ce es por obra del obre­ro que la con­du­ce y procesa.

En la pro­duc­ción, la maqui­na­ria no aumen­ta el valor del pro­duc­to, no pue­de aumen­tar­lo, ni tie­ne por qué.

La maqui­na­ria tras­pa­sa su valor y nada más.

Así, por ejem­plo, si una máqui­na de coser dura mil días y cues­ta cien pesos, resul­ta que se gas­ta a razón de diez cen­ta­vos al día y que esta can­ti­dad es la que tras­pa­sa al producto.

Por una cos­tu­ra que se reali­ce en el espa­cio de un día por la máqui­na no pue­de agre­gar­se mayor valor que el que corres­pon­da, más al inte­rés equivalente.

La máqui­na apor­ta, pues, sólo un valor fijo.

La máqui­na apor­ta un movi­mien­to mecá­ni­co inconsciente.

El obre­ro apor­ta cui­da­do, inte­li­gen­cia, inte­rés, arte.

El obre­ro tie­ne que ser el com­pa­ñe­ro inse­pa­ra­ble de la máquina.

El obre­ro es el crea­dor y cons­truc­tor de la máquina.

Por ejem­plo, si un par de zapa­tos tie­ne como pre­cio corrien­te de ven­ta trein­ta pesos y su valor se des­com­po­ne como sigue:

Mate­ria­les (cue­ro, sue­la, etc.)

$10.00

Uso de las máquinas

$4.00

Admi­nis­tra­ción y gas­tos generales

$4.00

Sala­rio del obrero

$4.00

Pre­cio neto

$22.00

Y si se ven­de a trein­ta pesos, ¿quién le da ese valor?

Ese valor no pue­de salir sino de quien lo construye.

Los mate­ria­les no aumen­tan su valor.

El uso de las máqui­nas tam­po­co, sólo des­cuen­tan su amor­ti­za­ción inclu­yen­do intereses.

Admi­nis­tra­ción y gas­tos gene­ra­les están en el mis­mo caso de máqui­nas y materiales.

Sien­do el obre­ro el fac­tor indis­pen­sa­ble de la pro­duc­ción, resul­ta el úni­co agen­te que pro­du­ce valo­res en todos los obje­tos de la producción.

Así, pues, esos ocho pesos que exce­den del valor neto de los zapa­tos, es valor pro­du­ci­do por el obrero.

Sobre esta mate­ria se publi­ca­rá, den­tro de poco, un folle­to que con­ten­drá expli­ca­cio­nes más amplias y más completas.

Las nece­si­da­des indi­vi­dua­les.– El hom­bre pri­mi­ti­vo sólo nece­si­ta­ba comer. Duran­te muchos siglos han vivi­do los hom­bres pri­mi­ti­vos, sin otra nece­si­dad que la comida.

Comían lo que esta­ba a su mano: fru­tas, raí­ces, yer­bas, pájaros.

El pri­mer tra­ba­jo ha con­sis­ti­do en bus­car­se el alimento.

Las nece­si­da­des de los hom­bres han varia­do y aumen­ta­do tan­to que para seña­lar­las en un orden pro­gre­si­vo, toman­do en cuen­ta cada épo­ca de la vida, no bas­ta­ría un gran libro y aquí no pode­mos dis­po­ner sino de un bre­ve capí­tu­lo para ello.

Con­tem­ple­mos al hom­bre pri­mi­ti­vo, vivien­do en un mun­do vacío, sin casas, sin obras de nin­gu­na cla­se, sin más tra­ba­jo que bus­car­se el alimento.

Con­tem­ple­mos al hom­bre de hoy rodea­do de millo­nes y millo­nes de obje­tos dife­ren­tes que se han fabri­ca­do en el trans­cur­so del tiempo.

¡Cuán enor­me­men­te dife­ren­tes son las nece­si­da­des pre­sen­tes del hom­bre de las nece­si­da­des pasadas!

Cada obje­to, o cada ins­tru­men­to o cosa que exis­te sig­ni­fi­ca el desa­rro­llo de las nece­si­da­des del hombre.

El hom­bre en la épo­ca pre­sen­te no pue­de vivir como al prin­ci­pio de la humanidad.

Sus nece­si­da­des de hoy son mil veces más nume­ro­sas que antes.

La lucha que el pro­le­ta­ria­do desa­rro­lla en el pre­sen­te es empu­ja­da por las nece­si­da­des mora­les y mate­ria­les, crea­das ya por la huma­ni­dad, y esta lucha no cesa­rá has­ta que el hom­bre pue­da satis­fa­cer sus nece­si­da­des sin más limi­ta­ción que la razón.

La trans­for­ma­ción suce­si­va de las nece­si­da­des.– A medi­da que se han ido crean­do nue­vos obje­tos, ins­tru­men­tos o cosas, las nece­si­da­des han ido aumen­tan­do y transformándose.

El hom­bre, que pri­me­ro sólo nece­si­tó comer, des­pués nece­si­tó ves­tir­se y cubrir­se bajo techo. Para ves­tir­se y cubrir­se bajo techo tuvo que inventar.

Sus inven­tos han sido cada día más pro­di­gio­sos has­ta pro­du­cir el asombro.

Oja­lá cada uno de nues­tros lec­to­res se detu­vie­ra algu­nos momen­tos para pen­sar en todo aque­llo que no nos es posi­ble escri­bir, refe­ren­te a los inten­tos que ha teni­do que hacer el hom­bre al fren­te de cada nece­si­dad creada.

Cuan­do se le ocu­rrió al hom­bre ves­tir­se, no exis­tían géne­ros ni herramientas.

Cuan­do se le ocu­rrió al hom­bre vivir en casas no había nada para construirlas.

Enton­ces apa­re­ció el tra­ba­jo en for­ma más varia­da y des­de aquel momen­to el tra­ba­jo ha sido el poder más gran­de que ha con­ver­ti­do en reali­dad todas las capri­cho­sas pero jus­ti­fi­ca­das ilu­sio­nes del hombre.

¡Qué her­mo­sa, qué subli­me y, qué inmen­sa es la his­to­ria del trabajo!

Pero, qué tris­te es con­tem­plar el pro­duc­to del tra­ba­jo con los con­duc­to­res del tra­ba­jo, o sea, los trabajadores.

Legio­nes innu­me­ra­bles de seres abyec­tos han sido los que con su fuer­za y su media­na inte­li­gen­cia indi­vi­dual han crea­do y dado for­ma a todo lo gran­dio­so que hoy poda­mos admi­rar y que es en par­te pro­pie­dad colectiva.

Lle­ga­mos a la épo­ca pre­sen­te, don­de se han reu­ni­do ya milla­res de nece­si­da­des, que el indi­vi­duo las sien­te según sea el gra­do de cono­ci­mien­tos que haya alcan­za­do el ambien­te en que viva.

Las nece­si­da­des que sien­te un cam­pe­sino que no sale de su terru­ño, son bien dife­ren­tes a las nece­si­da­des de ese mis­mo cam­pe­sino trans­for­ma­do en tra­ba­ja­dor resi­den­te en una ciudad.

Den­tro del jus­to con­cep­to del dere­cho no es posi­ble poner prohi­bi­cio­nes al dere­cho de satis­fa­cer las necesidades.

El hom­bre nece­si­ta ves­tir­se y cada día mejor, según vaya vien­do el per­fec­cio­na­mien­to de los vestidos.

El hom­bre nece­si­ta vivir con como­di­dad, a medi­da que vaya apre­cian­do las ven­ta­jas de una cómo­da habitación.

El hom­bre nece­si­ta satis­fa­cer otras mil nece­si­da­des que hoy for­man par­te de la vida y que nadie tie­ne dere­cho a prohi­bir que sien­ta el deseo de satis­fa­cer esas necesidades.

Una enfer­me­dad aque­ja­rá a un hom­bre y nece­si­ta­rá medi­ca­men­tos caros y cam­biar de ciu­dad para aspi­rar a su mejo­ra­mien­to, pero ten­drá que con­sul­tar su sala­rio para ver si pue­de satis­fa­cer aque­llas necesidades.

Y aquí es cuan­do apa­re­ce el sala­rio como una ley infa­me, y los crea­do­res del sala­rio como unos cri­mi­na­les y los que lo acep­tan como unos idio­tas e incapaces.

Aquí es don­de sur­ge esplén­di­do el pen­sa­mien­to de refor­mar y de per­fec­cio­nar la cos­tum­bre del sala­rio para sacar al hom­bre de esa escla­vi­tud que lo asesina.

Y es el socia­lis­mo úni­ca­men­te quien impul­sa este pen­sa­mien­to de des­truir la escla­vi­tud del salario.

A los tra­ba­ja­do­res les dice: sois víc­ti­mas y sufrís por­que tole­ráis el salario.

A los ricos les dicen: apa­re­céis como ver­du­gos de vues­tros seme­jan­tes por­que man­te­néis la infa­me cos­tum­bre del salario.

¿Qué ven­drá enton­ces en vez del sala­rio? ¿Cómo vivi­re­mos sin sala­rio o en otra forma?

La acción per­fec­cio­na­do­ra del socia­lis­mo no tie­ne lími­tes. De mane­ra que nadie pue­de pre­ci­sar cuán­do se habrá lle­ga­do al esta­do de com­ple­ta perfección.

Por esta razón no se podrá ase­gu­rar cómo y cuán­do ven­drá cada épo­ca de perfeccionamiento.

Hemos dicho antes que el sala­rio es una escla­vi­tud y que está lla­ma­do a desaparecer.

Pero, ¿con qué se rem­pla­za­rá el salario?

No pode­mos precisarlo.

Pue­de ser que duran­te mucho tiem­po exis­ta un signo de cam­bio, como la mone­da. Bien pue­de ser tam­bién que algún día des­apa­rez­ca, por­que la orga­ni­za­ción social se hará de tal mane­ra que no se nece­si­ta­rá signo alguno.

Habrá para esto una razón de alta moralidad.

Si del ali­men­to no se pue­de pri­var a nadie, jus­to es que no se exi­ja dine­ro por él. En las mis­mas con­di­cio­nes están todas las cosas nece­sa­rias para la vida.

Pero cuan­do se habla de vivir en una socie­dad sin dine­ro, se pien­sa en que eso sería impo­si­ble y se olvi­da que el mun­do ha vivi­do, en épo­cas en que había menos inte­li­gen­cia, más tiem­po sin dine­ro que con dinero.

No se tra­ta­rá de vol­ver al pasa­do, sino de acep­tar un modo de vivir más jus­to y sin enredos.

No se podrá ale­gar que haya cosas impo­si­bles de rea­li­zar, por­que des­pués de haber des­cu­bier­to la tele­gra­fía sin hilos y las máqui­nas que hablan, lla­ma­das fonó­gra­fos o gra­mó­fo­nos, y que ya son ver­da­des, todo lo que quie­ra el hom­bre arre­glar lo arre­gla­rá, con sólo tener inte­li­gen­cia y amor por el prójimo.

Como el socia­lis­mo es la abo­li­ción de la pro­pie­dad pri­va­da y úni­co medio de per­fec­cio­nar la vida, las cir­cuns­tan­cias ya expues­tas de lo que son el capi­tal, el tra­ba­jo y la maqui­na­ria, dan por si solas prue­bas sufi­cien­tes en abono de la razón que gula al socia­lis­mo para esta­ble­cer una socie­dad sobre la base de la pro­pie­dad común.

Los medios que más ade­lan­te se expo­nen darán a cono­cer la faci­li­dad con que se lle­ga­rá al esta­do de la pro­pie­dad común.

Razo­nes Morales

El socia­lis­mo no sólo acu­de a la cien­cia, sino tam­bién al sentimiento.

La cien­cia es la com­pro­ba­ción mate­má­ti­ca de nues­tra razón, de la razón de ser de la doc­tri­na socialista.

El sen­ti­mien­to es la razón moral.

Si la rigi­dez de la cien­cia pudie­ra ser incom­pren­si­ble para los cere­bros menos cul­ti­va­dos, o para los que han vivi­do acos­tum­bra­dos a los vie­jos mol­des de las cos­tum­bres anti­guas, el sen­ti­mien­to sano y puro no pue­de cerrar los ojos a la verdad.

¿Será jus­to que un tra­ba­ja­dor que tra­ba­ja los seis días de la sema­na con hon­ra­dez, sin vicios, reci­ba un sala­rio que ape­nas le alcan­za para comer él con su com­pa­ñe­ra y sus hijos?

La mujer tra­ba­ja en la casa, pues­to que una fami­lia de tres niños ya absor­be todo el tiem­po de la mujer, a menos que se deje aban­do­na­dos a esos niños, como ocu­rre en muchos casos.

Si el sala­rio ape­nas alcan­za para mal vivir, ese mis­mo sala­rio será más insig­ni­fi­can­te en cada oca­sión que un acci­den­te, común en la vida, per­tur­be ese hogar.

Una enfer­me­dad en cual­quie­ra de los miem­bros de esa fami­lia, aumen­ta enor­me­men­te la miseria.

Pues, este es un caso muy común.

¿Es jus­to eso? ¿Es jus­to que el patrón de ese obre­ro aumen­te dia­ria­men­te, mul­ti­pli­can­do sus goces, su for­tu­na de reser­va, sus como­di­da­des, mien­tras sus obre­ros pere­cen de miserias?

Si des­de el pun­to de vis­ta del sen­ti­mien­to cons­ta­ta­mos las injus­ti­cias de la orga­ni­za­ción social, la lógi­ca de ese sen­ti­mien­to nos dice que debe­mos poner nues­tra inte­li­gen­cia al ser­vi­cio del per­fec­cio­na­mien­to de la socie­dad, para que poco a poco vaya­mos hacien­do des­apa­re­cer todas las cau­sas que pro­du­cen la infe­li­ci­dad humana.

Si la aspi­ra­ción socia­lis­ta pue­de resu­mir­se en que todos los seres huma­nos tie­nen dere­cho a ser feli­ces y a gozar de todos los pro­duc­tos del tra­ba­jo humano en com­bi­na­ción con la natu­ra­le­za, dos fuer­zas for­mi­da­bles, acu­den a dar razón a la doc­tri­na socialista.

La cien­cia, que prue­ba mate­má­ti­ca­men­te que el due­ño del pro­duc­to es el productor;

El sen­ti­mien­to, que demues­tra la jus­ti­cia y la razón de la ciencia.

El sen­ti­mien­to de jus­ti­cia.– Sólo en los seres refi­na­da­men­te gro­se­ros, dege­ne­ra­dos y depra­va­dos, pue­de no apa­re­cer jamás el sen­ti­mien­to de jus­ti­cia, pero en las per­so­nas lla­ma­das bue­nas, con o sin edu­ca­ción, el sen­ti­mien­to de jus­ti­cia se reve­la, apa­re­ce y seña­la las cosas como son.

La edu­ca­ción influ­ye pode­ro­sa­men­te para loca­li­zar el sen­ti­mien­to de jus­ti­cia y para hacer con­ce­bir en sus deta­lles y ampli­tu­des ese sentimiento.

La doc­tri­na socia­lis­ta y el sen­ti­mien­to de jus­ti­cia son una mis­ma cosa.

Muchas per­so­nas de nues­tro mun­do actual logran con­ce­bir el sen­ti­mien­to de jus­ti­cia en el momen­to pre­sen­te, pero sin enla­zar­lo con el pasa­do, y se encuen­tran con obs­tácu­los y dudas insu­pe­ra­bles debi­do a la fal­ta de aná­li­sis his­tó­ri­co retros­pec­ti­vo hacia el pasado.

Una per­so­na de muy bue­nos sen­ti­mien­tos se encuen­tra en pre­sen­cia del siguien­te caso. Es un ejemplo:

Don Juan ha here­da­do de su señor padre un gran esta­ble­ci­mien­to mine­ro que en la actua­li­dad está eva­lua­do en 500 mil pesos y pro­du­ce una ren­ta de 50 mil pesos anuales.

Ade­más, el padre de don Juan dejó al morir en el Ban­co 500 mil pesos, varias casas y sus res­pec­ti­vos mobiliarios.

Don Juan sigue tra­ba­jan­do en la indus­tria, y toma pose­sión de su heren­cia, con­si­de­rán­do­se pro­pie­ta­rio legí­ti­mo y sobre todo con­si­de­ran­do esa for­tu­na en su poder de pro­ce­den­cia honrada.

Don Juan, joven, en pose­sión de ese capi­tal sigue tra­ba­jan­do y mul­ti­pli­can­do su fortuna.

¿Cómo se resuel­ve la hon­ra­dez o fal­ta de hon­ra­dez en este caso?

Muy sen­ci­llo.

El padre de don Juan tenía tres­cien­tos tra­ba­ja­do­res, en las minas.

La for­tu­na que el padre de don Juan acu­mu­ló fue tra­ba­jan­do en las minas. El padre de don Juan era obre­ro mine­ro. Se des­cu­brió y pidió una mina, la tra­ba­jó solo pri­me­ro, acom­pa­ña­do, des­pués, has­ta lle­gar a tener tres­cien­tos trabajadores.

La ven­ta del metal pro­du­cía para pagar los sala­rios, y para dejar un sal­do en el Banco.

Des­pués de vein­te años de tra­ba­jo en las minas, mue­re el padre de don Juan legan­do esa for­tu­na como la hemos descrito.

¿Cómo se acu­mu­ló esa for­tu­na? Tra­ba­jan­do solo el padre de don Juan, ¿habría logra­do for­mar esa fortuna?

No, eso es imposible.

El tra­ba­jo hon­ra­do de un hom­bre solo, no per­mi­ti­rá jamás acu­mu­lar fortuna.

Esa for­tu­na se for­mó debi­do al tra­ba­jo de esos tres­cien­tos tra­ba­ja­do­res. Cada uno de esos tres­cien­tos tra­ba­ja­do­res ha con­tri­bui­do con una cuo­ta en esa fortuna.

¿Cómo va apa­re­cien­do aho­ra el con­cep­to de lo que es el sen­ti­mien­to de justicia?

Mien­tras don Juan, a la muer­te de su padre here­da esa for­tu­na, ese capi­tal, los hijos de los tra­ba­ja­do­res de esas minas no han here­da­do nada, aún cuan­do sus padres fue­ran hon­ra­dos y sin vicios.

Ana­li­ce­mos un poqui­to cómo se ha for­ma­do esa fortuna.

Con el tra­ba­jo colec­ti­vo de esos muchos tra­ba­ja­do­res; por peque­ña que se con­si­de­re la uti­li­dad que cada tra­ba­ja­dor apor­ta, entre muchos tra­ba­ja­do­res for­man la gran uti­li­dad. Des­pués de esto, el sala­rio mez­quino y bajo, explo­ta­do en vein­te años.

¿Qué resul­ta, enton­ces, de esta gran heren­cia que here­da don Juan?

¡Explo­ta­ción a los trabajadores!

Sala­rios no paga­dos a los trabajadores.

Sí tres­cien­tos tra­ba­ja­do­res pro­du­cían diez pesos dia­rios de metal cada uno y el sala­rio de cada cual no lle­ga­ba a cin­co pesos dia­rios, y el res­to, sala­rios no paga­dos, pasa­ba poco a poco, día a día, a engro­sar la for­tu­na del patrón.

Así que­da expli­ca­da la pro­ce­den­cia de esa gran fortuna.

Podría­mos no cali­fi­car­la de fal­ta de hon­ra­dez por haber­se acu­mu­la­do en una for­ma ya esta­ble­ci­da por las cos­tum­bres, pero si su pro­ce­den­cia pudie­ra cali­fi­car­se de hon­ra­da, enton­ces preguntaríamos:

¿Hay jus­ti­cia en la pro­ce­den­cia de esa fortuna?

Cons­ta­ta­da su pro­ce­den­cia, ¿a quién le corres­pon­de esa fortuna?

La res­pues­ta es fácil: a la colec­ti­vi­dad de tra­ba­ja­do­res que la produjo.

Se dirá que al morir el padre de don Juan la mayor par­te de los tra­ba­ja­do­res se hallan dis­per­sos, unos; muer­tos, otros.

Pues bien, por eso la doc­tri­na socia­lis­ta aspi­ra a que el tra­ba­ja­dor dis­fru­te del fru­to ínte­gro de su tra­ba­jo, por­que esto es jus­ti­cia y es razón.

Tra­ba­jan­do todos, cada cual según sus apti­tu­des y gus­tos, todos dis­fru­ta­rán de bien­es­tar y felicidad.

Si los socia­lis­tas decre­ta­ran que todas las for­tu­nas pri­va­das actua­les pasa­ran a ser fis­ca­les y muni­ci­pa­les, no come­te­rían nin­gu­na injus­ti­cia, por­que ese acto sólo sería hacer vol­ver a la colec­ti­vi­dad para el bene­fi­cio, común, lo que la ava­ri­cia capi­ta­lis­ta arran­có a la colec­ti­vi­dad de trabajadores.

Sin embar­go, pare­ce que el socia­lis­mo no recu­rri­rá a ese medio pues habrá medios para evi­tar la explo­ta­ción en el por­ve­nir y las gran­des for­tu­nas ya crea­das irán poco a poco entran­do al ser­vi­cio de la colectividad.

Muy a menu­do la bur­gue­sía nos con­de­na dicien­do que que­re­mos des­truir el pasa­do. Pero eso no es sino una expre­sión. El pasa­do no se des­tru­ye, ya se fue, ya pasó. Lo que exis­te en el pre­sen­te como obra del pasa­do no lo des­tru­ye el socia­lis­mo, es el pro­gre­so quien lo modi­fi­ca y lo perfecciona.

La obra del socia­lis­mo es empu­jar al progreso.

La acu­sa­ción de los con­ser­va­do­res del pasa­do es una que­ja infantil.

Lo mis­mo que ha pasa­do con el ferro­ca­rril y el auto­mó­vil; que han reem­pla­za­do todos los vie­jos y moles­tos vehícu­los de trans­por­te, eso mis­mo pasa­rá con el socialismo.

El con­ser­va­dor pre­fe­ri­rá hacer un paseo en un auto­mó­vil y no en una carre­ta o a lomo de burro.

Igual­men­te le ocu­rri­rá más tar­de, cuan­do haya cono­ci­do las ven­ta­jas del socialismo.

Si el auto­mó­vil o el ferro­ca­rril son una ven­ta­ja sobre la carre­ta, así el socia­lis­mo es una ven­ta­ja incom­pa­ra­ble sobre el presente.

La nece­si­dad del amor.– Bajo el sen­ti­mien­to del amor toda empre­sa peque­ña se vuel­ve gigantesca.

El amor mutuo es una ley de la natu­ra­le­za y de la razón, por­que no ten­dría razón de ser la exis­ten­cia de la huma­ni­dad sin amor.

El amor es la úni­ca base moral y jus­ta en que des­can­sa la vida de la humanidad.

La huma­ni­dad sir­ve y se mul­ti­pli­ca por obra de la pro­crea­ción, que sólo se rea­li­za por la unión del hom­bre y la mujer.

Si el acto de la pro­crea­ción se rea­li­za sin amor, resul­ta un acto sim­ple­men­te animal.

Si el amor es un sen­ti­mien­to que debe estar inter­na­men­te mez­cla­do en el acto de la pro­crea­ción y en el cui­da­do de su fru­to, es muy natu­ral que el amor sea el sen­ti­mien­to que domi­na hoy sobre el mun­do ente­ro, pues­to que la pro­crea­ción que es a la vez un moti­vo de goces supe­rio­res, es el acto fre­cuen­te de todos los días.

Hemos lle­ga­do en el pre­sen­te a un esta­do en que sin amor no hay moral y en que se esti­ma gro­se­ra una socie­dad que vive sin moral.

Pues bien, en el momen­to pre­sen­te no hay amor en la socie­dad, pues­to que la vida está orga­ni­za­da sobre la base del egoís­mo que es la nega­ción del amor.

No pue­de haber amor don­de hay explotación.

No pue­de haber amor don­de hay opre­sión y tiranía.

No pue­de haber amor don­de hay ignorancia.

Los que hoy viven bien esti­man muy difí­cil orga­ni­zar la socie­dad sin explo­ta­ción, sin opre­sión y sin igno­ran­cia. Pero el socia­lis­mo lo esti­ma muy fácil y rea­li­za­ble en cor­to tiem­po. Más ade­lan­te expli­ca­re­mos esto.

Las des­igual­da­des actua­les.– Los hom­bres han crea­do mayor núme­ro de des­igual­da­des que las que crea la naturaleza.

Las des­igual­da­des son de dos clases:

Unas crea­das por la naturaleza.

Otras crea­das por los hombres.

Las des­igual­da­des crea­das por la natu­ra­le­za no afec­tan sino excep­cio­nal­men­te al bienestar.

Las des­igual­da­des crea­das por los hom­bres afec­tan ínti­ma y direc­ta­men­te a la feli­ci­dad humana.

El socia­lis­mo quie­re borrar esta cla­se de des­igual­da­des, para aumen­tar el bien­es­tar, y quie­re dul­ci­fi­car en lo posi­ble las des­igual­da­des de la natu­ra­le­za, cuan­do ellas afec­ten a la feli­ci­dad de los humanos.

La mayor y más cruel des­igual­dad que hoy afec­ta a los hom­bres, es la des­igual­dad social y sus con­se­cuen­cias; la des­igual­dad polí­ti­ca y económica.

En el pre­sen­te y en vis­ta del esta­do actual de la edu­ca­ción y de la cul­tu­ra de los pue­blos pue­de jus­ti­fi­car­se la des­igual­dad social.

Pero des­de el pun­to de vis­ta moral y humano, como des­de el pun­to de vis­ta del sen­ti­mien­to de jus­ti­cia, es inacep­ta­ble que exis­ta la des­igual­dad social.

Si las cir­cuns­tan­cias actua­les en que está orga­ni­za­da la vida, pre­sen­tan obs­tácu­los para borrar esa des­igual­dad, esos obs­tácu­los no son ni pue­den ser per­ma­nen­tes ni dura­bles. Se pue­den des­truir. Se pue­den hacer desaparecer.

El mayor obs­tácu­lo para la igual­dad social es hoy la dife­ren­cia de cul­tu­ra y de edu­ca­ción de los hom­bres, jun­to con la dife­ren­cia de costumbres.

Pues bien, todo esto pue­de des­apa­re­cer con sólo faci­li­tar los medios de edu­ca­ción y de cul­tu­ra y de mul­ti­pli­car­los de modo que con pocos años de acti­va labor des­apa­re­ce­ría toda la incul­tu­ra y gro­se­ría de la sociedad.

Pero cual­quie­ra que sean las des­igual­da­des, todos son igua­les en sus nece­si­da­des. Todos nece­si­ta­mos comer y vivir.

Y es de supo­ner que todos nece­si­tan satis­fa­cer la nece­si­dad de comer y vivir con más o menos placer.

Por eso todas las cir­cuns­tan­cias que miden la ración de comer y vivir deben modi­fi­car­se, por­que en el pre­sen­te cons­ti­tu­yen una tira­nía cruel.

La ración de comer y vivir no pue­de ser medi­da sino por cada individuo.

«Solo yo sien­to cuan­do cesa mi hambre.»

El que me mira comer no pue­de deter­mi­nar cuán­do habrá cesa­do mi necesidad.

Pero en la vida pre­sen­te esta nece­si­dad está limi­ta­da bajo el régi­men del salario.

Cada indi­vi­duo y su fami­lia viven del sala­rio y como el sala­rio es una can­ti­dad varia­ble y esca­sa, resul­ta que la mayor par­te de los hom­bres tie­nen medi­da, por mano aje­na, la ración de hambre.

Esto es inacep­ta­ble y por eso la doc­tri­na socia­lis­ta adu­ce y apor­ta todas las prue­bas nece­sa­rias para demos­trar que todo pue­de corre­gir­se y per­fec­cio­nar­se has­ta hacer des­apa­re­cer todas las cau­sas huma­nas de la desgracia.

Las des­igual­da­des en el futu­ro.– A medi­da que la huma­ni­dad avan­ce impreg­nán­do­se de las doc­tri­nas socia­lis­tas, irán des­apa­re­cien­do todas las des­igual­da­des crea­das por los hom­bres y dejan­do sub­sis­ten­tes sólo las des­igual­da­des de la natu­ra­le­za, por­que la mayor par­te de ellas son gran­des, subli­mes y hermosas,

La des­igual­dad de los hom­bres en el futu­ro no afec­ta­rá gran cosa en la felicidad.

Muchas des­igual­da­des que hoy pare­cen natu­ra­les des­apa­re­ce­rán cuan­do ellas depen­dan de la acción de los hombres.

La dife­ren­cia en la for­ma de los indi­vi­duos que unos se cla­si­fi­can de feos y otros her­mo­sos, que pare­ce obra de la natu­ra­le­za, es segu­ro que podrá modi­fi­car­se y suje­tar­se a la acción y volun­tad del hombre.

Pue­de decir­se que está pro­ba­do por la cien­cia que si una pare­ja lle­na de salud pro­crea y vive en un ambien­te dicho­so y puro, don­de todo con­tri­bu­ya a vivir bien, los hijos de esa pare­ja lle­va­rán una vida natu­ral supe­rior a los que no pue­dan vivir y desa­rro­llar­se en igua­les condiciones.

Si todos con­tri­bui­mos a mejo­rar cada día las con­di­cio­nes de la vida, lle­ga­rá el momen­to en que no habrá otras des­igual­da­des que aque­llas que la natu­ra­le­za ha creado.

Lo que debe ser la huma­ni­dad.– Debi­do a las des­igual­da­des pre­sen­tes, el mun­do no es feliz. El pobre sufre revol­cán­do­se en su mise­ria o en sus dolo­res; cons­pi­ran­do por ham­bre y por envi­dia, fru­to de su igno­ran­cia, con­tra los pode­ro­sos que a su vez sufren al sen­tir las mal­di­cio­nes de los de abajo.

Así, en el esta­do actual de la orga­ni­za­ción social, la huma­ni­dad se ase­si­na en una gue­rra per­ma­nen­te que en dis­tin­tas for­mas pro­du­ce malestar.

El socia­lis­mo aspi­ra a que la huma­ni­dad sea un hogar feliz y dicho­so, don­de todo sea amor, arte, jus­ti­cia, liber­tad, por­que sólo así habrá vida.

El socia­lis­mo quie­re que la huma­ni­dad sea una colec­ti­vi­dad de hom­bres bue­nos que vivan como her­ma­nos aman­tes, don­de todos tra­ba­jen para aumen­tar siem­pre las como­di­da­des y los goces de todos.

Este her­mo­so pen­sa­mien­to socia­lis­ta se rea­li­za­rá por los medios que deta­lla­re en otros capítulos.

Razo­nes de derechos

No pode­mos hablar aquí del dere­cho con­ce­bi­do por los hom­bres del pasa­do o del pre­sen­te y escri­to en sus códi­gos, por­que ese dere­cho está con­ce­bi­do defec­tuo­sa­men­te y basa­do sobre teo­rías inaceptables.

Habla­re­mos del dere­cho natu­ral, acep­ta­ble por toda per­so­na que no ten­ga malea­dos sus sentimientos.

El hom­bre nace por obra aje­na a su volun­tad y des­de ese momen­to nace con un dere­cho: el de vivir.

El hom­bre vie­ne al seno de la socie­dad, y es la socie­dad la lla­ma­da a no des­truir­le ni impe­dir­le sus medios para vivir.

El modo como la natu­ra­le­za hace nacer al hom­bre o a la mujer, nos está demos­tran­do que es una obli­ga­ción social hacer vivir al nue­vo indi­vi­duo que nace, por dos razones:

Pri­me­ro: por­que el naci­mien­to no es obra volun­ta­ria del que nace;

Segun­do: por­que cada ser que nace vie­ne des­ti­na­do a per­pe­tuar la vida de la espe­cie y es el espí­ri­tu de con­ser­va­ción de su pro­pia espe­cie el que nos debe guiar a cui­dar de la vida del que nace.

Si esta cir­cuns­tan­cia nos pre­sen­ta la natu­ra­le­za, nues­tros actos deben obe­de­cer sus leyes.

Pero los hom­bres de hoy, con la excep­ción de los socia­lis­tas, vio­lan las leyes de la natu­ra­le­za, y ponen al que nace en el peli­gro de la muerte.

¿Cómo?

Habién­do­se apro­pia­do de los medos de vida y comer­cian­do con ellos, ven­dién­do­los al que tie­ne dine­ro para comprarlos.

Dine­ro no tie­ne sino el que pue­de tra­ba­jar y toda­vía con un sala­rio medido.

Todo eso es inicuo.

Todo eso debe desaparecer.

Hay dere­chos indis­cu­ti­bles, que como el dere­cho a la vida y a sus goces, no pue­den limi­tar­se ni supri­mir­se y sobre esos dere­chos es que el socia­lis­mo se basa reclamándoles.

Dón­de nace el pro­duc­to.– Si el pro­duc­to nace por la obra del tra­ba­ja­dor, a él le pertenece.

Si el tra­ba­ja­dor reci­bie­ra ínte­gro el pro­duc­to del tra­ba­jo no exis­ti­ría nin­gún tra­ba­ja­dor mise­ra­ble, ni habría mise­rias en el mundo.

Se ha cons­ta­ta­do en pági­nas ante­rio­res que el pro­duc­to es sólo obra del trabajador.

En un inun­do bien orga­ni­za­do, y con los pro­gre­sos de la maqui­na­ria ya exis­ten­tes, tra­ba­ja­rían todos los seres aptos para el tra­ba­jo, y tra­ba­jan­do todos, bas­ta­ría el tra­ba­jo de tres o cua­tro horas al día, en vez de las bru­ta­les jor­na­das que hoy se realizan.

Si cada tra­ba­ja­dor reci­be el pro­duc­to ínte­gro de su pro­duc­ción, podría fácil­men­te con­tri­buir a aten­der todos los gas­tos gene­ra­les de la colec­ti­vi­dad o pue­blo don­de viva.

Si tam­bién es efec­ti­vo que tra­ba­jan­do todos bas­ta­ría con tres o cua­tro horas de tra­ba­jo dia­rio, nos pare­ce muy razo­na­ble que si en todos los pue­blos lle­gan a vivir los hom­bres fra­ter­nal­men­te, los tra­ba­jos gene­ra­les para el per­fec­cio­na­mien­to de las como­di­da­des se harían con todo gus­to, con par­te del tiem­po libre res­tan­te, des­pués de cum­plir con su tra­ba­jo obli­ga­to­rio, o con cuo­tas impues­tas sobre su pro­duc­to, pues­to que lo reci­bi­ría íntegro.

Si el pro­duc­to nace del tra­ba­jo del tra­ba­ja­dor a él le pertenece.

Si el tra­ba­ja­dor tra­ba­ja con una máqui­na aje­na, el pro­duc­to debe repar­tir­se como jus­ta­men­te corres­pon­de entre el valor del tra­ba­jo apor­ta­do por el hom­bre y el des­gas­te de la máqui­na que corresponda.

Dón­de nace la uti­li­dad.– Como en la actua­li­dad el capi­ta­lis­ta es quien eva­lúa el valor del tra­ba­jo de cada obre­ro, resul­ta que rea­li­za­da la pro­duc­ción en todas las indus­trias, que­da un sobran­te que el capi­ta­lis­ta lla­ma uti­li­dad y se la guarda.

Pero como ya hemos demos­tra­do en capí­tu­los ante­rio­res, esa uti­li­dad no es otra cosa que la mer­ma en el sala­rio rea­li­za­da en cada obre­ro, no nece­si­ta­mos en este capí­tu­lo sino recor­dar ese hecho.

La uti­li­dad nace del sal­do del sala­rio que no se paga al tra­ba­ja­dor. Podría­mos acep­tar ese pro­ce­di­mien­to si esa uti­li­dad fue­ra des­ti­na­da a obras de uti­li­dad gene­ral para las colec­ti­vi­da­des que la pro­du­cen, pero como actual­men­te se la guar­da el patrón en bene­fi­cio indi­vi­dual, resul­ta una usurpación.

Pero acep­ta­ría­mos eso, siem­pre que pri­me­ro se cubran las inme­dia­tas nece­si­da­des del obrero.

Que­da cons­tan­cia, pues, que las lla­ma­das uti­li­da­des se for­man de una mane­ra indigna.

El repar­to pre­sen­te.– En el pre­sen­te el repar­to de la pro­duc­ción se hace injustamente.

Fru­to de ese mal repar­to es la mise­ria del mayor núme­ro y la abun­dan­cia para unos pocos.

El repar­to de la pro­duc­ción toma gene­ral­men­te dos nom­bres: uti­li­dad y salario.

La uti­li­dad la apro­ve­chan los que no trabajan.

El sala­rio es una mise­ra­ble ración de ham­bre para el mayor número.

En estas con­di­cio­nes ini­cuas se hace el repar­to de la rique­za social que la natu­ra­le­za da como patri­mo­nio a todos, con la úni­ca con­di­ción de trabajar.

El repar­to futu­ro.– Cuan­do la huma­ni­dad se vaya enca­mi­nan­do a vivir con­for­me a la doc­tri­na socia­lis­ta, el repar­to de la rique­za social apro­ve­cha­ra a todos, por­que como lo aca­ba­mos de mani­fes­tar poco antes, todos tra­ba­ja­rán y todos usu­fruc­tua­rán del pro­duc­to de su trabajo.

El repar­to se rea­li­za­rá con­for­me a los medios que se vayan emplean­do en cada país por medio de las leyes y de las cos­tum­bres. Esto está más amplia­men­te expli­ca­do en los capí­tu­los que tra­tan sobre los medios de rea­li­zar el socia­lis­mo, pero no cerra­re­mos este párra­fo, sin dar­le más amplitud.

La acción socia­lis­ta en la actua­li­dad, ha modi­fi­ca­do, la for­ma del repar­to de la rique­za social, cuan­do por medio de su orga­ni­za­ción ha con­tri­bui­do a ele­var los sala­rios y a bajar el pre­cio de la vida, a la vez que va con­quis­tan­do segu­ros con­tra acci­den­tes, pro­tec­cio­nes con­tra el ham­bre, pen­sio­nes a la vejez.

Todo esto, que ya es una reali­dad en algu­nos paí­ses, no lo ha dado la bur­gue­sía capi­ta­lis­ta, sino que se lo ha arran­ca­do a viva fuer­za la orga­ni­za­ción y la con­cien­cia de los socia­lis­tas organizados,

Y sobre todo eso que ya es un prin­ci­pio de mejor repar­to de la rique­za social, irá mejo­rán­do­se cada momen­to más, a medi­da que crez­ca la fuer­za socia­lis­ta orga­ni­za­da, por­que sin orga­ni­za­ción nada se consigue.

En el futu­ro la orga­ni­za­ción socia­lis­ta con­quis­ta­rá menos horas de tra­ba­jo, más sala­rio y vida más bara­ta por medio de sus coope­ra­ti­vas y será de esta mane­ra cómo el repar­to de la rique­za social irá cum­plién­do­se, en bene­fi­cio de los que aho­ra sufren privaciones.

Las inmen­sas rique­zas que hoy están en manos de los gran­des hacen­da­dos irán pasan­do, poco a poco, a ser­vir en bene­fi­cio de todos, por medio de impues­tos pro­gre­si­vos sobre las ren­tas, sobre las heren­cias y de otras mane­ras jun­tas sin que por estos pro­ce­di­mien­tos se empo­brez­can ni dis­mi­nu­yan sus pla­ce­res los seño­res de hoy.

Resu­men y consecuencias

Ter­mi­na­re­mos esta par­te cre­yen­do haber deja­do expues­to en las pági­nas ante­rio­res, lo que es el socia­lis­mo, es decir, hemos expli­ca­do que el socia­lis­mo es un sen­ti­mien­to de jus­ti­cia y de amor que va en bus­ca de la feli­ci­dad para todos.

Hemos pre­sen­ta­do a medias los defec­tos de la vida pre­sen­te para con­ven­cer que es nece­sa­rio per­fec­cio­nar esa vida que así resul­ta indig­na tan­to para los que viven bien como para los que viven mal.

Des­pués de haber expre­sa­do lo que es el socia­lis­mo, pro­cu­ran­do con­ven­cer a nues­tros lec­to­res de que el socia­lis­mo es en ver­dad un refi­na­do sen­ti­mien­to de amor y jus­ti­cia luchan­do con­tra la mal­dad y el egoís­mo orga­ni­za­do y que impe­ra en el mun­do actual, que­re­mos aho­ra expli­car por qué medios se rea­li­za­ra el socialismo.

Esto es muy impor­tan­te decir­lo, por­que nues­tra fir­me pro­pa­gan­da logra con­ven­cer a muchos de que son inme­jo­ra­bles nues­tras ideas y de que ellas harían real­men­te la feli­ci­dad ver­da­de­ra, pero en cam­bio se ha hecho más difí­cil con­ven­cer de que el socia­lis­mo no nece­si­ta muchos años para ser cos­tum­bre uni­ver­sal de la sociedad.

Por eso, las pági­nas que siguen están des­ti­na­das a pre­sen­tar y ana­li­zar los medios por los cua­les el socia­lis­mo se realizará.

El socia­lis­mo es, pues, lo opues­to a todos los defec­tos socia­les y por lo cual apa­re­ce como el per­fec­cio­na­mien­to mismo.

II

¿COMO SE REALIZARÁ EL SOCIALISMO?

¿Cuá­les serán sus medios?

Los enemi­gos del socia­lis­mo lo des­fi­gu­ran y pre­sen­tan su doc­tri­na muy dis­tin­ta de lo que es en reali­dad para, de ese modo, ata­car­lo más fácil­men­te y hacer creer a las gen­tes que el socia­lis­mo es imposible.

A la vez que así calum­nian la doc­tri­na, cuan­do hablan sobre los medios que se ponen o se pon­drían en prác­ti­ca para rea­li­zar el socia­lis­mo, nues­tros enemi­gos hablan mil bar­ba­ri­da­des, pre­sen­tán­do­nos a los socia­lis­tas como unos ban­di­dos san­gui­na­rios, a pesar de que la acción socia­lis­ta se encau­za en lo posi­ble, den­tro de un espí­ri­tu de jus­ti­cia, equi­dad y amor.

El socia­lis­mo se rea­li­za­rá usan­do dos cir­cuns­tan­cias predilectas:

La tác­ti­ca y los medios.

La tác­ti­ca se desa­rro­lla­rá en cada país, según su, ambien­te atá­vi­co, y según las moda­li­da­des de cada pue­blo y las con­ve­nien­cias locales.

Los medios, gene­ral­men­te, son igua­les en todos los, paí­ses, pero se des­ta­can dos medios pre­di­lec­tos: la orga­ni­za­ción de los tra­ba­ja­do­res y su edu­ca­ción en la doctrina.

En con­se­cuen­cia, el socia­lis­mo usa­rá para rea­li­zar­se como armas de com­ba­te: la edu­ca­ción doc­tri­na­ria y moral del pue­blo por medio del libro, del folle­to, del perió­di­co, del dia­rio, de la tri­bu­na, de la con­fe­ren­cia, del tea­tro, del arte; la orga­ni­za­ción de toda cla­se de aso­cia­cio­nes que con­cu­rran al mis­mo fin; de la acción ‑polí­ti­ca para la con­quis­ta de los pode­res públi­cos; de la acción gre­mial para la lucha de cla­ses; de la orga­ni­za­ción coope­ra­ti­va para ir mono­po­li­zan­do los actua­les nego­cios del mun­do, has­ta que el poder de la coope­ra­ti­va sea tina ver­da­de­ra fuer­za de socia­li­za­ción de todos los medios de pro­duc­ción y de cambio.

Toda esta acción la rea­li­za actual­men­te el socia­lis­mo usan­do para ello los medios lega­les que cada nación fran­quea, esto cuan­do las nacio­nes tie­nen orga­ni­za­ción cons­ti­tu­cio­nal. En los paí­ses des­pó­ti­cos como Rusia, los socia­lis­tas se han vis­to for­za­dos a una obra vio­len­ta para poder con­quis­tar liber­ta­des demo­crá­ti­cas que fran­queen el pro­gre­so de las ideas.

El socia­lis­mo se rea­li­za­rá por esos medios ya dichos, en for­ma metó­di­ca y poco a poco, rea­li­zán­do­se hoy una medi­da y maña­na otra.

Los deta­lles de ese «cómo se rea­li­za­rá» es lo que empe­za­mos a explicar.

Fun­da­men­tos his­tó­ri­cos de los medios como lle­ga­rá la reali­dad el socia­lis­mo.– La evo­lu­ción natu­ral que se ope­ra en las socie­da­des es un medio fun­da­men­tal his­tó­ri­co indes­truc­ti­ble, inevi­ta­ble, por­que el pro­gre­so, como el movi­mien­to son leyes de la vida, con­tra las cua­les nadie ni nada se pue­de oponer.

La huma­ni­dad mar­cha pro­gre­si­va­men­te a su per­fec­ción. Esto es un hecho his­tó­ri­co inne­ga­ble por­que des­de que hay his­to­ria, des­de que se pue­de adver­tir su ras­go de la vida huma­na, des­de ese pasa­do tan remo­to, has­ta el momen­to pre­sen­te, la vida de la huma­ni­dad ha sido una carre­ra no dete­ni­da jamás de pro­gre­so y de per­fec­ción y ese mis­mo hecho his­tó­ri­co vis­to y pro­ba­do, es la segu­ri­dad de que la huma­ni­dad segui­rá mar­chan­do en bus­ca de más per­fec­ción y el por­ve­nir que ya se divi­sa para la huma­ni­dad no es otra cosa que el socialismo.

Para algu­nos está muy lejos.

Para noso­tros los socia­lis­tas está muy cerca.

Con­ven­ci­dos de que el por­ve­nir es el socia­lis­mo, que­re­mos apre­su­rar la lle­ga­da de ese por­ve­nir ade­lan­tan­do la cul­tu­ra y la edu­ca­ción de los pueblos.

Mien­tras más rápi­da­men­te avan­ce­mos en la cul­tu­ra y la edu­ca­ción jun­to con la orga­ni­za­ción de los tra­ba­ja­do­res, más cer­ca, mucho más cer­ca esta­mos del por­ve­nir y, por lo tan­to, del socialismo.

No somos noso­tros los que ase­gu­ra­mos nues­tro pró­xi­mo triun­fo, es la his­to­ria de hechos con­su­ma­dos, quien se encar­ga de garan­ti­zar­nos de ese éxito.

La his­to­ria estric­ta de los hechos no engaña.

Como lo hemos dicho ya, la Huma­ni­dad es una cade­na sin inte­rrup­ción de pro­gre­sos, con la her­mo­sa par­ti­cu­la­ri­dad de que un pro­gre­só alcan­za­do ha sido base indes­truc­ti­ble para cimen­tar nue­vos pro­gre­sos, cada día más gran­des, y como el socia­lis­mo no es otra cosa que el pro­gre­so mara­vi­llo­so, lle­ga­rá a ser cús­pi­de cuan­do la Huma­ni­dad ofrez­ca por todas sus par­tes pro­gre­so y progresos.

Medios eco­nó­mi­cos

Para el socia­lis­mo, posi­ble­men­te los medios de carác­ter eco­nó­mi­co que adop­ta y que adop­ta­rá serán los de mayor poten­cia para lle­gar a la rea­li­za­ción de los ideales.

La acción eco­nó­mi­ca del pro­le­ta­ria­do, es el poder demás poten­cia y qui­zás supe­rior al medio político.

Por eso le dedi­ca­mos mayor aten­ción a la orga­ni­za­ción eco­nó­mi­ca que a la orga­ni­za­ción política.

La lucha de cla­ses.– Las cla­ses exis­ten en la socie­dad muy mar­ca­da­men­te divi­di­das; unas muy opu­len­tas, muy aris­to­crá­ti­cas y otras muy infe­li­ces y pobres.

Las cla­ses exis­ten. Son un hecho.

Des­de que exis­ten cla­ses, exis­te lucha entre ellas. Esta lucha se ha hecho inevi­ta­ble ya y más inten­sa cada día que transcurre.

Para el socia­lis­mo no pue­de pasar des­aper­ci­bi­da la lucha de cla­ses, por­que es un fac­tor de la trans­for­ma­ción social.

El socia­lis­mo, pro­pia­men­te dicho, no quie­re hacer odio­sa la lucha de cla­ses, sino que, reco­no­cien­do su exis­ten­cia, tra­ta de encau­zar la lucha de cla­ses, para evi­tar sus desas­tro­sas accio­nes y para lle­gar hacia la armo­nía social, con­si­guien­do la des­apa­ri­ción de las cla­ses moti­va­da por el anta­go­nis­mo social, has­ta que la Huma­ni­dad sólo se com­pon­ga de her­ma­nos tra­ba­ja­do­res todos, due­ños de su tra­ba­jo libre, tra­ba­jan­do amo­ro­sa­men­te para el bien de todos, uti­li­zan­do para su ‑como­di­dad de todas las inven­cio­nes de la mecá­ni­ca y de la química.

La orga­ni­za­ción del tra­ba­jo.– Para sua­vi­zar las aspe­re­zas de la lucha de cla­ses y para extin­guir­la, los socia­lis­tas se ocu­pan con acti­vi­dad de orga­ni­zar debi­da­men­te el tra­ba­jo y los trabajadores.

De la mayor orga­ni­za­ción que reali­ce­mos los socia­lis­tas depen­de­rán los resul­ta­dos más felices.

La orga­ni­za­ción ha dado ya exce­len­tes fru­tos, que con­ti­núan apro­ve­chan­do aque­llos paí­ses, que han teni­do suer­te de expe­ri­men­tar ya los bue­nos resul­ta­dos de la organización.

Es nece­sa­rio con­ven­cer a los tra­ba­ja­do­res de que son un gran poder, como no hay otro, pero la fuer­za de su poder sólo resi­de en la organización.

El gre­mio.– El gre­mio es el pri­mer esca­lón de la organización.

Cada tra­ba­ja­dor se agru­pa, aso­cián­do­se, con los demás de su ofi­cio o cla­se de trabajo.

Cada gre­mio reúne así en su seno las fuer­zas pro­duc­ti­vas de una mis­ma pro­fe­sión y pue­de ejer­cer influen­cias sobre la industria.

Des­pués de la orga­ni­za­ción gre­mial, los tra­ba­ja­do­res for­man otras cla­ses de orga­ni­za­cio­nes com­bi­na­das que reúnen mayor fuer­za y supe­rior acción.

Los tra­ba­ja­do­res de un mis­mo ofi­cio en dis­tin­tos pue­blos de un país for­man des­pués del gre­mio, lo que se lla­ma una fede­ra­ción nacional.

Tam­bién se for­ma la fede­ra­ción inter­na­cio­nal de un mis­mo ofi­cio, estre­chan­do sus rela­cio­nes los tra­ba­ja­do­res de una nación a otra con el pro­pó­si­to de defen­der sus intereses.

En un mis­mo pue­blo, exis­tien­do orga­ni­za­dos dis­tin­tos gre­mios, se for­ma lo que se lla­ma una fede­ra­ción local, para com­bi­nar las fuer­zas obre­ras de un pue­blo y hacer­las ser­vir en bene­fi­cio de los intere­ses obreros.

En una nación que ten­ga muchas orga­ni­za­cio­nes en dis­tin­tos pue­blos, se for­ma la Con­fe­de­ra­ción del Tra­ba­jo que reúne en un solo seno todas las fuer­zas orga­ni­za­das de un país para hacer­las ser­vir en su pro­pio bien.

Esta for­ma de orga­ni­za­ción de lo sim­ple a lo com­pues­to, no es una ilu­sión ni un pro­yec­to, es una reali­dad viva y pode­ro­sa en muchas nacio­nes va.

En Euro­pa están muy bien orga­ni­za­dos los obre­ros de todas sus nacio­nes, sin excluir ninguna.

Las demás par­tes del mun­do cuen­tan con bue­nas orga­ni­za­cio­nes, aun­que no en el pie de los europeos.

En Suda­mé­ri­ca, el país que cuen­ta con mejor orga­ni­za­ción es la Repú­bli­ca Argentina.

Esta for­ma de orga­ni­za­ción lle­va­da cada día a mayor per­fec­ción y enca­mi­na­da a ser­vir las doc­tri­nas del socia­lis­mo, será uno de los medios más pode­ro­sos para efec­tuar la rea­li­za­ción de la doc­tri­na, por­que el tra­ba­ja­dor orga­ni­za­do así lucha­rá con más éxi­to para dis­mi­nuir la explo­ta­ción y la opre­sión que actual­men­te soporta.

La huel­ga.– Los tra­ba­ja­do­res han teni­do y tie­nen que luchar con la cla­se capi­ta­lis­ta orga­ni­za­da, rica, pode­ro­sa Y en el Gobierno y todos sus medios a su dis­po­si­ción, de mane­ra que la lucha entre estas dos cla­ses es muy des­igual. Sin embar­go los tra­ba­ja­do­res tie­nen a su dis­po­si­ción un arma for­mi­da­ble de un poder casi siem­pre inven­ci­ble y esa arma es la huel­ga, es decir la para­li­za­ción colec­ti­va del trabajo.

Pero la huel­ga no pue­de hacer­la el tra­ba­ja­dor con segu­ri­da­des de éxi­to sino cuan­do es organizada.

Por eso des­pués de la orga­ni­za­ción gre­mial de los tra­ba­ja­do­res, es cuan­do se pue­de emplear la huel­ga como un ins­tru­men­to favo­ra­ble a los intere­ses del trabajador.

Es ver­dad que la huel­ga, aun­que sea pací­fi­ca, es en sí mis­ma un acto de pre­sión o de vio­len­cia, pero, es nece­sa­rio reco­no­cer que no hay otro medio que resul­te efi­caz a los intere­ses de los trabajadores.

La cla­se capi­ta­lis­ta, en noven­ta casos sobre cien ha demos­tra­do no tener con­cien­cia ni cora­zón y a las peti­cio­nes razo­na­bles de los tra­ba­ja­do­res les ha con­tes­ta­do negativamente.

Has­ta el momen­to pre­sen­te la huel­ga ha desem­pe­ña­do el papel sal­va­dor de los tra­ba­ja­do­res y gra­cias a la huel­ga los tra­ba­ja­do­res dis­fru­tan de algu­nas ventajas.
A medi­da que los tra­ba­ja­do­res van per­fec­cio­nan­do su orga­ni­za­ción, la huel­ga va resul­tan­do más per­fec­ta y más efi­caz y se va emplean­do para la con­quis­ta de mejo­res libertades.

Con la huel­ga el tra­ba­ja­dor ha con­se­gui­do mejor sala­rio; menos horas de tra­ba­jo; des­can­so de un día por sema­na; abo­li­ción de tra­ba­jos noc­tur­nos que pue­den hacer­se en el día; regla­men­ta­ción nacio­nal de las con­di­cio­nes del tra­ba­jo; modi­fi­ca­ción del carác­ter de los jefes e capa­ta­ces; per­fec­cio­na­mien­to de los ins­tru­men­tos de tra­ba­jo para evi­tar des­gra­cias; indem­ni­za­cio­nes en los acci­den­tes; con la huel­ga se ha con­se­gui­do, en algu­nas par­tes, has­ta el aba­ra­ta­mien­to de los arrien­dos de habitaciones.

La huel­ga ha sido un medio de mejo­ra­mien­to de los tra­ba­ja­do­res siem­pre que se haya sabi­do emplearla.

La huel­ga ha obte­ni­do has­ta la modi­fi­ca­ción de las leyes y reglamentos.

Con la huel­ga, en Aus­tria, se con­si­guió la ley del sufra­gio uni­ver­sal que dio a los tra­ba­ja­do­res la repre­sen­ta­ción que les correspondía.

Con la ame­na­za de la huel­ga, en Chi­le se con­si­guió la supre­sión de los impues­tos al gana­do argentino.

Con la huel­ga, en Rosa­rio de San­ta Fe, los tra­ba­ja­do­res obli­ga­ron al muni­ci­pio a dero­gar la orde­nan­za que exi­gía las impre­sio­nes digi­ta­les y el regis­tro poli­cial de los ope­ra­rios de los vehículos.

En f in, la huel­ga es el gran medio, por­que los tra­ba­ja­do­res y los socia­lis­tas se ayu­da­rán a ganar con­quis­tas cada vez más gran­des, a medi­da que crez­ca la capa­ci­dad de la orga­ni­za­ción de los trabajadores.

La huel­ga será, por fin, el arma for­mi­da­ble con que los tra­ba­ja­do­res pon­drán fin a la gue­rra y a la paz arma­da de las nacio­nes, que es la rui­na eco­nó­mi­ca de los pueblos.

Este es el medio más efi­caz de acción y de lucha y con este medio los tra­ba­ja­do­res arran­ca­rán hoy una mejo­ra y maña­na otra y sin dete­ner­se jamás en el camino de su lucha por la ver­da­de­ra eman­ci­pa­ción los tra­ba­ja­do­res podrán lle­gar a rea­li­zar com­ple­ta­men­te todas sus gran­des aspi­ra­cio­nes de jus­ti­cia social.

Sin embar­go, a pesar de que la huel­ga es de por si un medio efi­caz, los tra­ba­ja­do­res tie­nen toda­vía varios otros medios pode­ro­sos de que están usan­do y que se expli­can enseguida.

La coope­ra­ti­va y su gran fuer­za de acción y de trans­for­ma­ción.– Si la huel­ga es un medio de lucha ya cono­ci­do uni­ver­sal­men­te, la coope­ra­ti­va es otro medio aun­que no muy cono­ci­do toda­vía y menos expe­ri­men­ta­do que la huel­ga, pero es un medio efi­caz y en el por­ve­nir será un gran poder de trans­for­ma­ción y de ver­da­de­ra socia­li­za­ción colec­ti­va que absor­be­rá por com­ple­to toda la vida eco­nó­mi­ca y finan­cie­ra del mundo.

La coope­ra­ti­va es un medio que se desa­rro­lla más silen­cio­sa­men­te, con más incon­ve­nien­tes, pero es más revo­lu­cio­na­ria, más pode­ro­sa, más efi­caz para la trans­for­ma­ción que per­si­gue el socialismo.

Pode­mos decir, que sólo en los últi­mos diez años, los socia­lis­tas prin­ci­pian a tomar ver­da­de­ro inte­rés y acti­vi­dad por la cooperativa.

Pare­ce más fácil orga­ni­zar un gre­mio con su fede­ra­ción que una cooperativa.

El gre­mio se orga­ni­za y vive con pocos socios que paguen sus cuotas.

Mien­tras que la coope­ra­ti­va nece­si­ta de más capi­tal, de más cui­da­do, de más inte­li­gen­cia. Pero en cam­bio la coope­ra­ti­va hace efec­ti­va las rei­vin­di­ca­cio­nes o mejo­ras que con­quis­ta el gremio.

Sin la coope­ra­ti­va, cuan­do un gre­mio con­quis­ta alza del sala­rio, el comer­cio sube más el pre­cio de la vida.

Con la coope­ra­ti­va, cuan­do un gre­mio con­quis­ta alza del sala­rio, se evi­ta el enca­re­ci­mien­to de la vida, por­que la coope­ra­ti­va con­ti­núa ven­dien­do al pre­cio jus­to, sal­vo que las pro­duc­cio­nes que ingre­sen de afue­ra a la coope­ra­ti­va obli­guen un alza.

La coope­ra­ti­va ven­de­rá siem­pre más bara­to que cual­quier comer­cio, pues­to que la misión de la coope­ra­ti­va no es para lucrar sino para coope­rar al aba­ra­ta­mien­to de la vida y a la vez inde­pen­di­zar­nos del comer­cio burgués.

La coope­ra­ti­va es de dos cla­ses gene­ra­les: de con­su­mo y de pro­duc­ción. A medi­da que se ensan­che la acción de la coope­ra­ti­va se inde­pen­di­za­rá cada vez más del con­tac­to con la burguesía.

Si la coope­ra­ti­va es de con­su­mo tie­ne que sur­tir­se de todo lo que nece­si­te en el comer­cio por mayor o en las fábricas.

Si la coope­ra­ti­va es de pro­duc­ción vivi­rá más inde­pen­dien­te si la mate­ria pri­ma la fabri­ca o la pro­du­ce ella misma.

Para rea­li­zar la pro­duc­ción del pan, com­ple­ta­men­te inde­pen­dien­te de la cla­se capi­ta­lis­ta sería menes­ter que la coope­ra­ti­va socia­lis­ta sea due­ña del sue­lo, que cose­che tri­go, que ten­ga moli­nos y panaderías.

Las coope­ra­ti­vas de Man­ches­ter, en Ingla­te­rra, han alcan­za­do ya ese gra­do de independencia.

La for­ma­ción de muchas coope­ra­ti­vas aun­que sean sólo de con­su­mo, con­tri­bui­rá mucho al aba­ra­ta­mien­to de la vida.

A medi­da que la coope­ra­ti­va vaya abar­can­do más el cam­po de la pro­duc­ción pro­pia, más bara­ta se irá hacien­do la vida.

La coope­ra­ti­va, median­te la coope­ra­ción de los gre­mios, rea­li­za­ra pro­gre­sos increí­bles. A medi­da que se agran­de la acción de la orga­ni­za­ción gre­mial, más vas­tas serán las coope­ra­ti­vas y más pron­to rea­li­za­rán su obra emancipadora.

El ochen­ta por cien­to, a lo menos, de los con­su­mi­do­res per­te­ne­cen a la cla­se pro­le­ta­ria. De mane­ra que todas las coope­ra­ti­vas, si logran reu­nir el capi­tal nece­sa­rio para desa­rro­llar­se ten­drán clien­te­la suficiente.

La coope­ra­ti­va exten­de­rá su acción a todos los ramos de la industria.

Fun­da­rá fábri­cas de teji­dos de todas cla­ses, para fabri­car telas nece­sa­rias para todos los usos.

Ten­drá fábri­cas de ropa que con­su­man los pro­duc­tos de las fábri­cas de teji­dos, apar­te del con­su­mo de los particulares.

Podrán ali­men­tar la fábri­ca de telas, coope­ra­ti­vas agrí­co­las que pro­duz­can la mate­ria pri­ma: algo­dón o lanas, etcétera.

Los gre­mios exten­de­rán su acción para fun­dar el tra­ba­jo coope­ra­ti­vo como lo rea­li­zan los alba­ñi­les de Bahía Blan­ca con todo éxito.

Desa­rro­llán­do­se sin lími­tes la acción de la coope­ra­ti­va lle­ga­rá a fabri­car todo cuan­to nece­si­ta el mun­do, pues­to que la mayor par­te de los con­su­mi­do­res del mun­do irán engro­san­do el ejér­ci­to de la orga­ni­za­ción obrera.

Las coope­ra­ti­vas agrí­co­las pro­du­ci­rán muchas mate­rias pri­mas, que uti­li­za­rán las coope­ra­ti­vas de pro­duc­ción, apar­te de que pro­du­ci­rán todos los artícu­los agrí­co­las des­ti­na­dos a la alimentación.

Las coope­ra­ti­vas de pro­duc­ción fabri­ca­rán todo cuan­to sea necesario.

Las coope­ra­ti­vas de con­su­mo ven­de­rán a los con­su­mi­do­res los pro­duc­tos de las otras cooperativas.

Las coope­ra­ti­vas de tra­ba­jo supri­mi­rán los inter­me­dia­rios lla­ma­dos con­tra­tis­tas, lo que sig­ni­fi­ca­rá tra­ba­jo más bara­to y sala­rio más alto.

Una vez que el socia­lis­mo domi­ne sobre el comer­cio y las indus­trias, impon­drá sus leyes; leyes que serán siem­pre en bene­fi­cio cre­cien­te para todos, y que en el caso más des­fa­vo­ra­ble será su acción supe­rior a lo que actual­men­te se lla­ma legal.

Hoy se esta­ble­ce una fábri­ca y fun­cio­na con­for­me a las leyes lan­zan­do al mer­ca­do sus productos.

Al día siguien­te se ins­ta­la otra fábri­ca de igual pro­duc­to, pero con más capi­tal y pro­ce­di­mien­tos más moder­nos, que le per­mi­te ven­der más bara­to su pro­duc­to, por lo cual la fábri­ca ante­rior fra­ca­sa sin que nadie indem­ni­ce al fra­ca­sa­do, cual­quie­ra que fue­se la can­ti­dad perdida.

Si la acción de una coope­ra­ti­va obli­ga el cie­rre de un esta­ble­ci­mien­to bur­gués aná­lo­go, no habrá hecho nin­gún acto ile­gal ni con­de­na­ble bajo el con­cep­to de la vida actual.

Si los que fra­ca­san por efec­tos de la com­pe­ten­cia capi­ta­lis­ta que­dan en la mise­ria, la socie­dad actual los deja aban­do­na­dos a su pro­pia suerte.

Posi­ble­men­te duran­te los pri­me­ros éxi­tos de la coope­ra­ti­va ocu­rran estos mis­mos hechos sin otros reme­dios que los que tie­nen actual­men­te, pero a medi­da que el poder de la coope­ra­ti­va avan­ce, los indi­vi­duos de los esta­ble­ci­mien­tos bur­gue­ses que fra­ca­sen pasa­rán a ocu­par empleos den­tro de las coope­ra­ti­vas, para que ganen el sus­ten­to necesario.

Cuan­do el pro­gre­so de las coope­ra­ti­vas lle­gue al mayor gra­do de rique­za y de poder, irá moti­van­do la clau­su­ra de las indus­trias y del comer­cio bur­gués y de esta mane­ra se habrá rem­pla­za­do el actual régi­men indus­trial bur­gués, por el régi­men indus­trial socia­lis­ta en el cual, pro­gre­san­do tam­bién por gra­dos, irá des­apa­re­cien­do toda for­ma o ves­ti­gio de explo­ta­ción has­ta que lle­gue el momen­to en que cada tra­ba­ja­dor reci­ba el fru­to ínte­gro de su trabajo.

La acción de la coope­ra­ti­va a medi­da que vaya cre­cien­do irá reci­bien­do apo­yos por dos fuer­zas sepa­ra­das depen­dien­tes del mis­mo pro­le­ta­ria­do y esas fuer­zas son la orga­ni­za­ción gre­mial y la acción polí­ti­ca enca­mi­na­da a obte­ner del Esta­do algu­nas ven­ta­jas que la posi­ción polí­ti­ca del socia­lis­mo pue­da deter­mi­nar en su favor.

Con­si­de­ran­do así las cosas, la coope­ra­ti­va será el arma más for­mi­da­ble de la gran revo­lu­ción que el socia­lis­mo ope­ra para la feli­ci­dad humana.

¡Qué her­mo­so será ver en el mun­do, den­tro de un por­ve­nir cer­cano, el comer­cio y la indus­tria en manos de la coope­ra­ti­va socia­lis­ta, fabri­can­do todo lo que es bueno y útil, y exclu­yen­do, con su poder y con su bon­dad, para siem­pre, la fabri­ca­ción de fal­si­fi­ca­cio­nes y vene­nos que se ven­den hoy al públi­co por alimentos!

¡Qué her­mo­so y qué gran­de será ver en el mun­do la Huma­ni­dad tra­ba­jan­do, uni­da, como una fami­lia aman­te don­de no haya más que ternura!

¡Qué subli­me apa­re­ce­rá enton­ces la obra del socia­lis­mo, tan ofen­di­da y tan calum­nia­da en el presente!

Medios polí­ti­cos

Los medios eco­nó­mi­cos de lucha que usa el socia­lis­mo le son pro­pios, no exis­ten de su géne­ro en la socie­dad burguesa.

Cree­mos que el socia­lis­mo podrá triun­far con sólo su acción eco­nó­mi­ca. Qui­zás bas­ta­ría para su triun­fo la acción del gre­mio y sus fede­ra­cio­nes y la acción de la cooperativa.

Se entien­de que a la acción gre­mial y coope­ra­ti­va, va agre­ga­da la acción edu­ca­ti­va, moral y de cul­tu­ra, que ele­va­rá gra­do a gra­do el valor y la capa­ci­dad de los trabajadores.

Sin embar­go de pen­sar así, esti­ma­mos que usar los medios polí­ti­cos no esta­rá de más. Mien­tras más armas se usan en una lucha, más segu­ri­da­des habrá de lle­gar más lue­go a la victoria.

El pro­le­ta­ria­do socia­lis­ta usa tam­bién los medios polí­ti­cos para poner las fuer­zas del esta­do al ser­vi­cio del pro­gre­so de su doctrina.

Al usar el medio polí­ti­co podría guiar­nos el cri­te­rio de que lo que por la ley se cons­tru­ye por la ley se per­fec­cio­na o modifica.

Todos los días los pode­res legis­la­ti­vos dero­gan leyes y crean nue­vas, según van apa­re­cien­do las nece­si­da­des con­for­me a los pro­gre­sos de la vida moderna.

Es una medi­da de pre­vi­sión usar el medio polí­ti­co y obte­ner la repre­sen­ta­ción que se pue­da; por­que la cla­se capi­ta­lis­ta al encon­trar­se sola en el poder legis­la­ti­vo dic­ta­ría leyes que detu­vie­ran o prohi­bie­ran el desa­rro­llo de la orga­ni­za­ción de los gre­mios y de las coope­ra­ti­vas, lo cual haría más difí­cil la lucha eman­ci­pa­do­ra del pue­blo y pro­du­cir­la más víc­ti­mas pues­to que los con­ven­ci­dos no deten­dre­mos jamás nues­tra acción.

Vea­mos enton­ces cómo usa­ría­mos los medios polí­ti­cos para apo­yar la acción gre­mial y coope­ra­ti­va, que ha de lle­var­nos al triun­fo de la doc­tri­na socialista.

La con­quis­ta de los pode­res polí­ti­cos.– La vida eco­nó­mi­ca y social está en ínti­mo con­tac­to con la acción polí­ti­ca en la actual socie­dad. Los pode­res polí­ti­cos son ins­tru­men­tos de ser­vi­cio públi­co que dis­pen­san sus favo­res a quien los maneja.

Actual­men­te, la cla­se capi­ta­lis­ta tie­ne en sus manos el poder polí­ti­co en todos los países.

Los indus­tria­les, para ase­gu­rar la fácil colo­ca­ción de sus pro­duc­tos hacen ser­vir los pode­res del Esta­do en su bene­fi­cio indi­vi­dual dic­tan­do leyes pro­tec­to­ras en dos mane­ras: den­tro del país, influ­yen­do sobre las tari­fas de fle­tes de trans­por­tes y sobre las con­tri­bu­cio­nes e impues­tos y para bara­jar­se de la com­pe­ten­cia extran­je­ra con las tari­fas aduaneras.

Esas leyes lla­ma­das de pro­tec­ción a la indus­tria nacio­nal se han pre­sen­ta­do como una espe­ran­za para el pue­blo, pero en reali­dad sólo en bene­fi­cio de los capitalistas.

Cuan­do vemos que de los pode­res polí­ti­cos, la cla­se capi­ta­lis­ta hace un poder de opre­sión para el pue­blo y de bene­fi­cio para ella, com­pren­de­mos la nece­si­dad de que noso­tros recu­rra­mos a usar los pode­res polí­ti­cos para hacer­los ser­vir nues­tra doc­tri­na y para eso es pre­ci­so conquistarlos.

Tal como el pro­gre­so de la maqui­na­ria ha pro­du­ci­do un males­tar para los tra­ba­ja­do­res y éstos en vez de pen­sar en des­truir­la tra­ba­jan por con­quis­tar­la para some­ter­la a su ser­vi­cio den­tro de la doc­tri­na socia­lis­ta, así tam­bién los pode­res polí­ti­cos en vez de repu­diar­los debe­mos con­quis­tar­los, por­que por aho­ra no pode­mos destruirlos.

Enton­ces el deber del pro­le­ta­ria­do orga­ni­za­do es con­quis­tar los pode­res polí­ti­cos, y cuan­do la bur­gue­sía recu­rra a frau­des, cohe­cho y otras inde­cen­cias para bur­lar la ley, enton­ces el pro­le­ta­ria­do debe recu­rrir a supre­mas accio­nes para impe­dir que se bur­len sus dere­chos y sus conquistas.

Misión de la mino­ría socia­lis­ta en el Con­gre­so.– Mien­tras los socia­lis­tas están en mino­ría en el Con­gre­so su acción más impor­tan­te será la fis­ca­li­za­ción a los actos inco­rrec­tos y la crí­ti­ca a los defec­tos de la orga­ni­za­ción presente.

En la crea­ción de las leyes, los socia­lis­tas gas­ta­rán todos los empe­ños posi­bles por intro­du­cir todo aque­llo que con­cu­rra a sal­var al pro­le­ta­ria­do de la rapa­ci­dad burguesa.

Si la mino­ría socia­lis­ta pue­de, intro­du­ci­rá sus leyes pro­pias y libra­rá la bata­lla para con­ver­tir­las en leyes efectivas.

Den­tro de esta acción la mino­ría socia­lis­ta va obte­nien­do ven­ta­jas. Las pri­me­ras leyes con­quis­ta­das ser­vi­rán de base y apo­yo para sobre ellas con­quis­tar otras.

Las leyes que ya en algu­nos paí­ses se han arran­ca­do, son un prin­ci­pio de la doc­tri­na socialista.

La obs­truc­ción será otro medio con que la mino­ría socia­lis­ta podría dete­ner las picar­días burguesas.

Misión de la mino­ría socia­lis­ta en el muni­ci­pio.– Los socia­lis­tas rea­li­zan ya muy impor­tan­tes labo­res en los muni­ci­pios don­de tie­nen influen­cia, aun­que ella sea en minoría.

Las mino­rías socia­lis­tas en Bél­gi­ca y en otros paí­ses han rea­li­za­do una obra inmen­sa­men­te gran­dio­sa y subli­me, que no podrá ser des­trui­da, y que es ya el cimien­to de la obra supe­rior del socia­lis­mo que segui­rá cons­ti­tu­yén­do­se sobre ese principio.

Sin apar­tar su acción de crí­ti­ca y fis­ca­li­za­ción, los socia­lis­tas pro­cu­ran apro­ve­char toda oca­sión para empu­jar la acción muni­ci­pal en ser­vi­cio de la doctrina.

La acción legal e ile­gal del socia­lis­mo.– En bue­nas cuen­tas el socia­lis­mo sólo rea­li­za accio­nes lega­les, pues­to que su mar­cha va siem­pre enca­mi­na­da a perfeccionar.

Cual­quie­ra que sea la opi­nión de los impug­na­do­res del socia­lis­mo, la ver­dad apa­re­ce­rá siem­pre cons­ta­tan­do que nues­tra acción mar­cha hacia la per­fec­ción y por eso jamás podrá ser ilegal.

La modi­fi­ca­ción de las cos­tum­bres socia­les por medio de la ley.– Como ya lo hemos dicho, una ley modi­fi­ca otra ley. Así la acción legis­la­do­ra del socia­lis­mo en mino­ría o mayo­ría será para modi­fi­car lo que está imperfecto.

El códi­go civil en muchos paí­ses esta­ble­ce res­pon­sa­bi­li­da­des para los patro­nes que tuvie­ran cul­pa en las des­gra­cias que en el tra­ba­jo ocu­rran a los obre­ros, pero en for­ma tan defi­cien­te que casi siem­pre resul­ta nula. En algu­nos paí­ses los socia­lis­tas han logra­do intro­du­cir no sólo modi­fi­ca­cio­nes sino leyes nue­vas den­tro de ese pensamiento.

La ley modi­fi­ca en algu­nos casos las cos­tum­bres y en otros las leyes son un resul­ta­do de las costumbres.

La pena de muer­te es una cos­tum­bre social que la ley modi­fi­ca­rá aboliéndola.

El sala­rio es cos­tum­bre social que escla­vi­za a los obre­ros a una ración de ham­bre, pero el sala­rio deja­rá de ser una escla­vi­tud a medi­da que la ley, empu­ja­da por los socia­lis­tas, vaya creán­do­les con­ti­nuas garantías.

Así por ese camino es como avan­za­rá el socia­lis­mo, y no se crea que será mar­cha lar­ga, podría­mos com­pa­rar el pro­gre­so del socia­lis­mo con los pro­gre­sos de los medios de loco­mo­ción y de transporte.

De la vie­ja carre­ta que cos­to­sa­men­te aca­rrea­ba unos cuan­tos bul­tos y pasa­je­ros, pasa­mos al coche más per­fec­to y des­pués al ferro­ca­rril y al vapor que mul­ti­pli­có pode­ro­sa­men­te la capa­ci­dad del trans­por­te y como aún se abri­gan espe­ran­zas de más per­fec­tos medios de trans­por­tes, así el socia­lis­mo día por día es más fácil su camino y día por día se mul­ti­pli­can sus medios de pro­pa­gan­da y de con­vic­ción, de tal modo que la fuer­za modi­fi­ca­do­ra es cada día más poderosa.

En Bue­nos Aires había 1200 socia­lis­tas el año 1904 y en 1912 hubo más de 20 000, de lo cual resul­ta que en nue­ve años, 18 000 indi­vi­duos trans­for­ma­ron su criterio.

Y que­da bien defi­ni­do, por­que no habien­do sido socia­lis­tas antes, lo eran ahora.

La trans­for­ma­ción del pen­sa­mien­to en Ale­ma­nia es más rápi­da y sor­pren­den­te aún.

El año 1871 los socia­lis­tas eran 100 000. Diez años des­pués, en 1881, eran 300 000. Doce arios más tar­de en 1893 eran ya 1700 000, y once años más ade­lan­te, en 1912, son ya 4 000 000.

¿Qué sig­ni­fi­ca todo este inmen­so progreso?

Que la cos­tum­bre se modi­fi­ca a impul­sos de la propaganda.

Sola­men­te en Ale­ma­nia, más de 2 000 000 de elec­to­res trans­for­ma­ron su modo de pen­sar en el espa­cio de die­ci­nue­ve años.

Esto es una prue­ba evi­den­te en bene­fi­cio de todas nues­tras afir­ma­cio­nes. Como estos hechos nadie pue­de negar­los, por­que exis­ten, son nues­tra mejor prueba.

De este modo es como el socia­lis­mo gana­rá su vic­to­ria y como se acer­ca­rá cada día más a ella.

Se com­pren­de­rá fácil­men­te que cada día el socia­lis­mo dis­po­ne de más ele­men­tos de progreso.

Tome­mos Ale­ma­nia como ejem­plo. En 1871 sólo eran 100 000 elec­to­res que hacían pro­pa­gan­da socia­lis­ta. Aho­ra en 1912 son 4 000 000 de elec­to­res que hacen pro­pa­gan­da socia­lis­ta. Por estos hechos se com­pren­de que la acción de nues­tra pro­pa­gan­da se mul­ti­pli­ca infi­ni­ta­men­te cada año.

En 1900, los socia­lis­tas ale­ma­nes no tenían cin­cuen­ta dia­rios y hoy tie­nen más de cien­to vein­te dia­rios sin tomar en cuen­ta los periódicos.

En dis­tin­tas pro­por­cio­nes la pro­pa­gan­da socia­lis­ta avan­za en todos los paí­ses del mundo.

Cuan­do se com­prue­ben estos hechos se verá que el triun­fo del socia­lis­mo no está a siglos de dis­tan­cia y aun­que lo estu­vie­ra, si se con­si­de­ra indis­pen­sa­ble, debe apor­tár­se­le el mayor con­cur­so para que se acer­que más pronto.

La influen­cia socia­lis­ta en la legis­la­ción nacio­nal.– En todos los paí­ses don­de haya dipu­tados socia­lis­tas, la mayor par­te de las leyes lle­va­rán algo del socia­lis­mo y den­tro de la legis­la­ción irán intro­du­cién­do­se, poco a poco, los pen­sa­mien­tos del socialismo.

En la legis­la­ción de casi todos los paí­ses euro­peos hay ya bas­tan­te prin­ci­pia­do en mate­ria de legis­la­ción socia­lis­ta. Esto es tam­bién un medio prác­ti­co usa­do actual­men­te por el socia­lis­mo para ir avan­zan­do en el per­fec­cio­na­mien­to de la sociedad.

Las últi­mas huel­gas mine­ras y ferro­ca­rri­le­ras de Ingla­te­rra han hecho que la legis­la­ción se preo­cu­pa­ra inme­dia­ta­men­te de per­fec­cio­nar las rela­cio­nes eco­nó­mi­cas entre patro­nes y obreros.

La influen­cia socia­lis­ta en el muni­ci­pio.– Sien­do mayor la repre­sen­ta­ción muni­ci­pal socia­lis­ta que la legis­la­ti­va, es evi­den­te que todo aque­llo que pue­da resol­ver­se den­tro de la acción muni­ci­pal será apro­ve­cha­do, como lo es ya, por los socialistas.

A medi­da que avan­ce­mos en este tra­ba­jo vamos cons­ta­tan­do que el socia­lis­mo lucha por todos los medios sin des­cui­dar nada para apro­ve­char bien el tiempo.

Para deta­llar los resul­ta­dos de la influen­cia ejer­ci­da por el socia­lis­mo has­ta hoy en los dis­tin­tos muni­ci­pios sería nece­sa­rio varios libros voluminosos.

La acción muni­ci­pal socia­lis­ta tien­de a per­fec­cio­nar todo lo que esté a su alcan­ce, pero muy espe­cial­men­te tien­de a aba­ra­tar la vida, hacien­do que el muni­ci­pio influ­ya en el abas­to de los ali­men­tos y ha lle­ga­do a mono­po­li­zar algu­nos ser­vi­cios como el de la leche, la luz, el agua, la loco­mo­ción urba­na, etcétera.

No ha des­cui­da­do la ins­truc­ción, fomen­tan­do las escue­las muni­ci­pa­les para lle­nar los vacíos que deja el des­cui­do del Estado.

La acción bur­gue­sa para dete­ner el socia­lis­mo.– La bur­gue­sía opo­ne dis­tin­tas accio­nes para dete­ner el avan­ce del socia­lis­mo, pero todas desgraciadas.

Si opo­ne la vio­len­cia, el núme­ro de los abne­ga­dos para hacer f ren­te o bur­lar la vio­len­cia aumenta.

Si opo­ne una acción de mejo­ra­mien­tos a medias, el socia­lis­mo los aprovecha.

La mayor par­te del pro­le­ta­ria­do va reco­no­cien­do que la acción de la bur­gue­sía, cuan­do se incli­na en sen­ti­do favo­ra­ble al pue­blo, no lle­va nun­ca un sen­ti­mien­to com­ple­ta­men­te noble.

Pare­ce que en la actua­li­dad la acción anti­so­cia­lis­ta de la bur­gue­sía no influ­ye casi nada para dete­ner el pro­gre­so del socia­lis­mo, que se ope­ra aún en las nacio­nes más atrasadas.

La polí­ti­ca inter­na­cio­nal.– El sen­ti­mien­to lla­ma­do Patrio­tis­mo es crea­ción bur­gue­sa para dis­tan­ciar a los tra­ba­ja­do­res de dis­tin­tas naciones.

En pre­sen­cia de esa acción bur­gue­sa el socia­lis­mo va rea­li­zan­do en cada nación una polí­ti­ca de carác­ter inter­na­cio­nal que día por día va borran­do las fron­te­ras crea­das por la bur­gue­sía y hacien­do efec­ti­va la fra­ter­ni­dad de los tra­ba­ja­do­res a tra­vés de las naciones.

La cla­se capi­ta­lis­ta para aumen­tar sus rique­zas, no se preo­cu­pa de nacio­na­li­da­des y son muchas las empre­sas en que hay com­pro­me­ti­dos capi­ta­les de dis­tin­tas naciones.

La cla­se obre­ra tam­bién, como lo pro­ba­re­mos más ade­lan­te, rea­li­za su polí­ti­ca de acer­ca­mien­to internacional.

Misión de la mayo­ría socia­lis­ta en el Con­gre­so y muni­ci­pios. – Algún día los socia­lis­tas lle­ga­rán a dis­po­ner de mayo­rías en Con­gre­sos y muni­ci­pios. Esto no sig­ni­fi­ca­rá de nin­gu­na mane­ra un triun­fo final del socia­lis­mo. Pero sí una mayo­ría tra­ba­ja­rá más rápi­da­men­te den­tro de su radio de acción.

Hay ya mayo­rías en algu­nos muni­ci­pios y su labor toda tien­de a faci­li­tar el camino para mayo­res progresos.

Las mayo­rías socia­lis­tas en cual­quier Con­gre­so, con­ta­rán duran­te muchos años con la opo­si­ción terri­ble de las mino­rías burguesas.

Sin embar­go, unien­do la acción de la mayo­ría socia­lis­ta en un Con­gre­so, con la acción gre­mial, coope­ra­ti­va y edu­ca­ti­va, su poder revo­lu­cio­na­rio será incon­te­ni­ble y no será obra de muchos años la rea­li­za­ción com­ple­ta de una vida socialista.

Cual­quier nación nos dará el día menos pen­sa­do un supre­mo ejemplo.

La idea de la repú­bli­ca sur­gió esplen­do­ro­sa y triun­fó en algu­nas par­tes, pero la vida monár­qui­ca con­ti­núa su camino, pro­cu­ran­do man­te­ner su régimen.

En los últi­mos años hemos vis­to trans­for­mar­se tres gran­des e his­tó­ri­cos impe­rios: Rusia y Tur­quía se trans­for­ma­ron en monar­quías cons­ti­tu­cio­na­les; Chi­na se trans­for­mó en Repú­bli­ca, y el Por­tu­gal lo mismo.

Sin embar­go toda­vía siguen alti­vos muchos imperios.

Así el socia­lis­mo logra­rá triun­far en toda una nación, y tal como hoy ha alcan­za­do gran domi­nio en algu­nos muni­ci­pios, lo con­se­gui­rá en algu­na nación.

La obra del socia­lis­mo es hoy más fácil que lo que fue en sus comien­zos la obra de la República.

A medi­da que se acer­quen las trans­for­ma­cio­nes más gran­des, las res­pon­sa­bi­li­da­des socia­lis­tas serán supe­rio­res y la misión de las mayo­rías con­sis­ti­rá en cui­dar que nada se des­víe de su pro­pio camino.

Cuan­do lle­gue el momen­to en que apa­rez­can mayo­rías socia­lis­tas en algu­nos Con­gre­sos, la opi­nión públi­ca de esos paí­ses ya esta­rá alta­men­te pre­pa­ra­da por la pro­pa­gan­da que el socia­lis­mo haya rea­li­za­do con los gre­mios, con las coope­ra­ti­vas, con la pren­sa, con las con­fe­ren­cias y con el tea­tro mis­mo, apar­te de todo el can-lino de pro­pa­gan­da que se haya reco­rri­do con las mino­rías socia­lis­tas en Con­gre­sos y municipios.

La Inter­na­cio­nal de los Tra­ba­ja­do­res.– En el pre­sen­te momen­to es ya un hecho la exis­ten­cia per­fec­ta­men­te orga­ni­za­da de la Inter­na­cio­nal de los Tra­ba­ja­do­res. Su fuer­za de acción se afir­ma día por día. La influen­cia en mar­cha de la vida huma­na se deja sen­tir bien claramente.

En pocos años más la Inter­na­cio­nal de los Tra­ba­ja­do­res será un poder legis­la­ti­vo cuyas leyes se cum­pli­rán con supe­rior per­fec­ción a las leyes bur­gue­sas del presente.

La vida eco­nó­mi­ca indus­trial será legis­la­da por la Inter­na­cio­nal sin que el poder del oro bur­gués pue­da elu­dir sus sabios fallos, ni tor­cer el rum­bo de sus acciones.

Pero ¿quié­nes for­man la Inter­na­cio­nal de los Tra­ba­ja­do­res que tan­to poder desarrollará?

For­man par­te de la Inter­na­cio­nal la mayor par­te de las gran­des fede­ra­cio­nes gre­mia­les de los tra­ba­ja­do­res; for­man par­te casi todos los par­ti­dos socia­lis­tas del mun­do, con sus res­pec­ti­vos repre­sen­tan­tes y su ya pode­ro­sa pren­sa obre­ra y socia­lis­ta; for­man par­te tam­bién las pode­ro­sas cooperativas.

En muy poco tiem­po más, el gran mun­do indus­trial ira sin­tien­do muy aden­tro la gran influen­cia de las leyes que dic­ta la Inter­na­cio­nal de los Tra­ba­ja­do­res que es diri­gi­da por todos los tra­ba­ja­do­res inte­li­gen­tes y pen­sa­do­res que hay en el mundo.

En la Inter­na­cio­nal están reu­ni­das todas las nacio­na­li­da­des del mun­do. La inte­li­gen­cia obre­ra y socia­lis­ta de todos los paí­ses se reúne y se refun­de en la acción de la Inter­na­cio­nal. Allí están uni­dos euro­peos con asiá­ti­cos, afri­ca­nos, ame­ri­ca­nos y oceánicos.

Medios socia­les y morales

A todos los medios de acción trans­for­ma­do­ra que uti­li­za el socia­lis­mo y que hemos deta­lla­do ante­rior­men­te, debe­mos de agre­gar los medios socia­les que en cada círcu­lo de la socie­dad desa­rro­lla el socia­lis­mo y que hace des­ta­car en pri­mer lugar la con­duc­ta y la moralidad.

Los socia­lis­tas actúan en todos los círcu­los de la socie­dad y en cada uno de ellos van dejan­do la semi­lla, ya sea con el ejem­plo de sus actos, ya sea con su pro­pa­gan­da des­de la tri­bu­na públi­ca o par­la­men­ta­ria, por la pren­sa o la conversación.

Toda per­so­na que con­tem­ple un momen­to el radio de acción que abar­ca la pro­pa­gan­da socia­lis­ta, se con­ven­ce­rá que no hay ya un rin­cón de la socie­dad bur­gue­sa don­de no pene­tre por lo menos un débil rayo de la luz de la doc­tri­na socialista.

La influen­cia del socia­lis­mo en la edu­ca­ción.– Los socia­lis­tas influ­yen ya no sólo sobre la edu­ca­ción de la infan­cia sino que tam­bién en la de los adultos.

En las cla­ses inte­lec­tua­les el socia­lis­mo ha logra­do cap­tar­se muchos adep­tos, muy espe­cial­men­te entre el pro­fe­so­ra­do, por lo cual no es raro que en las escue­las mis­mas del Esta­do algu­nos pro­fe­so­res van ofre­cien­do en su ense­ñan­za y en su con­duc­ta algu­nas moda­li­da­des de la doc­tri­na socialista.

La pren­sa es un arma de edu­ca­ción. Y la pren­sa socia­lis­ta se mul­ti­pli­ca ince­san­te­men­te espar­cien­do su obra ins­truc­to­ra y edu­ca­do­ra en todas las esfe­ras don­de dicha pren­sa penetre.

Apar­te de esto el socia­lis­mo va crean­do sus uni­ver­si­da­des supe­rio­res y popu­la­res y sus escue­las pro­pias, ele­men­ta­les y supe­rio­res, don­de la ense­ñan­za es tan segu­ra como incom­pa­ra­ble a la ense­ñan­za burguesa.

A medi­da que los socia­lis­tas aumen­ten su repre­sen­ta­ción con­gre­sal o muni­ci­pal aumen­ta­rá su influen­cia sobre la edu­ca­ción nacional.

Según sea la doc­tri­na que ins­pi­re a una mayo­ría de, gobierno, será el pro­gre­so de ense­ñan­za que se adop­te en las escue­las del Estado.

Por ejem­plo, el cle­ro que tie­ne muchos esta­ble­ci­mien­tos pro­pios de ense­ñan­za des­de la ele­men­tal a la supe­rior y pro­fe­sio­nal, no deja por eso de bata­llar para que en las escue­las del Esta­do se ense­ñe con­for­me al pro­gra­ma que a ellos les conviene.

Con ese mis­mo dere­cho el socia­lis­mo, apar­te de que cuan­do pue­da fun­de sus escue­las, don­de su acción polí­ti­ca sea pode­ro­sa, impon­drá su volun­tad para regla­men­tar el pro­gra­ma que deba regir en las escue­las del Esta­do, ya sean fis­ca­les o municipales.

La edu­ca­ción socia­lis­ta rea­li­za­da des­de la más peque­ña edad en el hom­bre, irá modi­fi­can­do más pro­fun­da­men­te los cimien­tos de la socie­dad capitalista.

La edu­ca­ción cada vez más desa­rro­lla­da y más com­ple­ta que irá ele­van­do la cul­tu­ra de los indi­vi­duos y de la socie­dad, con­tri­bui­rá mien­tras más avan­ce­mos hacia el por­ve­nir a dotar a cada indi­vi­duo y a cada socie­dad de una per­fec­ta noción del dere­cho y de la libertad.

La edu­ca­ción tan fir­me­men­te intro­du­ci­da en el hom­bre futu­ro obra­rá para que, en nin­gún caso, nin­gún indi­vi­duo vio­le el dere­cho ni la liber­tad ajenos.

Actual­men­te ocu­rre que los hom­bres más cul­tos y con mejo­res nocio­nes del dere­cho y de la liber­tad aje­nos que la mul­ti­tud, saben hacer uso de sus accio­nes y jamás vio­lan el dere­cho de los demás.

Por la acción natu­ral del pro­gre­so y del socia­lis­mo cada día aumen­ta el núme­ro de los que saben res­pe­tar el dere­cho ajeno.

Pro­gre­san­do por gra­dos en ese terreno, tie­ne que lle­gar un momen­to en que los jue­ces verán dis­mi­nuir poco a poco su clien­te­la. La dis­mi­nu­ción de los tra­ba­jos, de los jue­ces será, tam­bién, la dis­mi­nu­ción de los medios lucra­ti­vos de la socie­dad (poli­cías, recep­to­res, tin­te­ri­llos, ejército).

La escue­la socia­lis­ta.– Bajo este títu­lo pode­mos apre­ciar toda la acción de la pro­pa­gan­da socia­lis­ta pero, sin embar­go, a pesar de eso, los gru­pos socia­lis­tas bata­llan por ir mul­ti­pli­can­do sus pro­pias escuelas.

La con­fe­ren­cia.– Es el medio popu­lar de más vas­ta edu­ca­ción socialista.

En el pre­sen­te se rea­li­za con una pro­fu­sión asom­bro­sa y se con­si­de­ra que la acción de la con­fe­ren­cia, ayu­da­da por la pren­sa, pro­du­ce muy rápi­das trans­for­ma­cio­nes en el modo de pen­sar de los seres humanos.

Tan impor­tan­te es este medio de pro­pa­gan­da que Ale­ma­nia ha fun­da­do una escue­la con sec­ción exclu­si­va para la pre­pa­ra­ción de sus con­fe­ren­cis­tas y perio­dis­tas. Esta acción está en vías de imi­tar­se por varias otras naciones.

Ade­más en varias nacio­nes se han edi­ta­do libros espe­cia­les para que sir­van de guía a los con­fe­ren­cis­tas en la cons­truc­ción de sus conferencias.

Nos empe­ña­mos en seña­lar los muchos medios de acción que uti­li­za el socia­lis­mo por­que ello es nece­sa­rio al pres­ti­gio de nues­tra gran­dio­sa obra, y para lle­var con­vic­ción a los que dudan de los resul­ta­dos de nues­tra propaganda.

La pren­sa y su gran influen­cia.– La pren­sa es un arma pode­ro­sa y los socia­lis­tas tie­nen un gran cari­ño por la pren­sa y gas­tan gran acti­vi­dad para su progreso.

Des­de las colum­nas de la pren­sa el socia­lis­mo hace notar grá­fi­ca­men­te los absur­dos y los defec­tos mons­truo­sos que exis­ten toda­vía en el día de hoy ampa­ra­dos por la socie­dad bur­gue­sa y adop­ta­dos como cos­tum­bres sociales.

La pren­sa socia­lis­ta es actual­men­te una gran fuer­za en todo el mun­do, pero de un poder muy supe­rior en algu­nos paí­ses del nor­te de Europa.

Es un medio más de lucha, de acción, de crí­ti­ca, de pro­pa­gan­da, de discusión.

La pren­sa socia­lis­ta sur­ge pode­ro­sa­men­te cada día más esplen­do­ro­sa, reve­lán­do­se en sus colum­nas la capa­ci­dad pro­le­ta­ria y la fuer­za inte­lec­tual socialista.

Influen­cia de la cul­tu­ra socia­lis­ta en todas las cla­ses socia­les.– La cul­tu­ra socia­lis­ta toma una moda­li­dad pro­pia del socia­lis­mo que apa­re­ce alta­men­te deli­ca­da y sensible.

El socia­lis­mo ver­da­de­ro será siem­pre des­cu­bier­to por sus moda­les exqui­si­ta­men­te cultos.

Muchos de los que hablan de socia­lis­mo poseí­dos aún de dis­tin­tas cla­ses de vicios, no son sino aspi­ran­tes a socialistas.

La cul­tu­ra de los socia­lis­tas, en las socie­da­des que actúen será, por sí sola, un medio de pro­pa­gan­da de la doctrina.

Si las cosas todas pro­gre­san y se trans­for­man por la volun­tad e inte­li­gen­cia del hom­bre, es jus­to creer que el hom­bre mis­mo se per­fec­cio­na­rá por la acción de los hom­bres que luchan por la per­fec­ción de la huma­ni­dad toda.

Se ha per­fec­cio­na­do el sis­te­ma de alum­bra­do, pasan­do de la oscu­ri­dad a la luz mara­vi­llo­sa; se han per­fec­cio­na­do los sis­te­mas de loco­mo­ción (trans­por­te), comu­ni­ca­ción de todo género.

Lo que hoy exis­te no ha exis­ti­do antes. Y hoy no exis­te lo que nace­rá mañana.

La mayo­ría de los hom­bres de hoy no son capa­ces ni aptos para rea­li­zar el socia­lis­mo, pero hoy los socia­lis­tas sem­bra­mos la doc­tri­na para pre­pa­rar a los niños de hoy a vivir en el socia­lis­mo futuro.

El con­cep­to que de la vida y de las cosas tie­nen hoy los hom­bres, no lo tuvie­ron los hom­bres de otras épo­cas. Las cosas que hoy exis­ten han modi­fi­ca­do los modos de vivir y de pen­sar de los seres humanos.

Muchas per­so­nas juz­gan hoy impo­si­bles las ideas socia­lis­tas, y eso es por­que juz­gan las cosas bajo el modo de vivir actual y con la cul­tu­ra actual.

Pero hay que pen­sar que la inte­li­gen­cia tam­bién pro­gre­sa como, todas las, cosas y con mayor rapi­dez y más razón.

Los hom­bres del futu­ro, más inte­li­gen­tes que los de hoy, sal­va­rán todos los obs­tácu­los, y peli­gros con más seguridad.

Actual­men­te muchos hom­bres se preo­cu­pan de per­fec­cio­nar todo lo que exis­te, así las cosas como los seres. Muchos se preo­cu­pan hoy de per­fec­cio­nar los medios de ins­truc­ción. En varios paí­ses de Euro­pa se dispu­tan la ins­truc­ción: el esta­do, el cle­ro y el socia­lis­mo. Si esto pasa hoy, en el futu­ro el deseo de per­fec­cio­nar las cosas y los seres ocu­pa­rá mucho mayor núme­ro de per­so­nas y esta labor hará que el socia­lis­mo sea tina prác­ti­ca her­mo­sa y sea la doc­tri­na que pre­si­da los des­ti­nos de la vida futura.

Resu­men y consecuencias

Hemos hecho des­fi­lar innu­me­ra­bles medios de pro­pa­gan­da y de acción socia­lis­ta. Todos esos medios están en per­ma­nen­te acción y todos pro­du­cen bue­nos resultados.

Como ya hemos dicho antes, muchos con­si­de­ran mag­ní­fi­ca la doc­tri­na socia­lis­ta, pero dudan que sur­ja pron­to. Esta duda es pro­du­ci­da por­que igno­ran que el socia­lis­mo usa tan­tos medios de acción que se mul­ti­pli­can sin cesar.

Hoy se orga­ni­za un gre­mio, maña­na una fede­ra­ción, des­pués un dia­rio, a con­ti­nua­ción una coope­ra­ti­va, etcé­te­ra. Es la acción ince­san­te de los socia­lis­tas de todos los paí­ses. A medi­da que se vayan hacien­do muy cono­ci­dos todos los medios de lucha del socia­lis­mo y que se apre­cien sus accio­nes irán aumen­tan­do los con­ven­ci­dos de la bon­dad de la doc­tri­na y con­ven­ci­dos ade­más de que la vic­to­ria ya ha prin­ci­pia­do un camino ascendente.

Los actos del socia­lis­mo, tén­ga­se bien pre­sen­te, no pro­du­ci­rán nun­ca mise­ria para nadie, por­que enton­ces des­apa­re­ce­ría la inte­li­gen­cia y la jus­ti­cia que lo guían.

El más orde­na­do repar­to de la pro­duc­ción y de la rique­za que la pro­duc­ción sig­ni­fi­ca, dis­mi­nui­rá lo que en exce­so sin bene­fi­cio toma la cla­se capi­ta­lis­ta y lo que guar­da y lo que que­da sobran­te sin colo­ca­cio­nes en los alma­ce­nes actua­les, para aumen­tar el repar­to a los que care­cen de lo nece­sa­rio en la vida presente.

Este pro­ce­di­mien­to hará que en el futu­ro todos ten­gan de todo lo que nece­si­tan, no pudien­do limi­tar­se al libre repar­to sino que en caso de esca­sez de cier­tos artícu­los de la pro­duc­ción, que suce­da por cau­sas naturales.

La mar­cha majes­tuo­sa y tran­qui­la del socia­lis­mo hacia la vic­to­ria final será sin inte­rrup­ción y la inte­li­gen­cia que se usa en la direc­ción de esta mar­cha hará que nin­gún acto del socia­lis­mo apa­rez­ca pro­du­cien­do víc­ti­mas ni injus­ti­cias, por­que su mar­cha es la mar­cha del pro­gre­so perfecto.

Los borra­chos, los juga­do­res, los vicio­sos de todo géne­ro que hoy exis­ten, des­apa­re­ce­rán por la acción del socia­lis­mo. Esto no es una ilu­sión, por­que los millo­nes de hom­bres que hoy viven den­tro de la acción socia­lis­ta, están pro­ban­do que son capa­ces de domi­nar todos los vicios y malas pasiones.

Los enfer­mos y dege­ne­ra­dos a con­se­cuen­cia de los vicios tam­bién des­apa­re­ce­rán por la mis­ma acción.

Así es como se selec­cio­na­ra el mun­do. Así es como los hom­bres lle­ga­rán a vivir bien.

El atra­so de algu­nos paí­ses fren­te al pro­gre­so socia­lis­ta de otros pue­blos.– Eso será una cir­cuns­tan­cia inevi­ta­ble duran­te muchos años. Inevi­ta­ble ha sido has­ta el pre­sen­te la des­igual­dad de edu­ca­ción y de cul­tu­ra; y este hecho de la vida reper­cu­ti­rá duran­te algún tiem­po des­pués de ini­ciar­se una ver­da­de­ra vida socia­lis­ta en algu­nos países.

Por mucho tiem­po habrá algu­nos paí­ses más tar­díos que otros en entrar a la ver­da­de­ra civi­li­za­ción, pero la acción socia­lis­ta será más poten­te enton­ces y apre­su­ra­rá la rege­ne­ra­ción men­tal de los pue­blos atrasados

III

EL PRESENTE HISTORICO FRENTE AL SOCIALISMO

Dos cau­sas pode­ro­sa­men­te fic­ti­cias opo­nen actual­men­te for­mi­da­ble barre­ra al socialismo:

El egoís­mo y la igno­ran­cia.– Los que momen­tá­nea­men­te se con­si­de­ran feli­ces y rodea­dos de petu­lan­cia creen que el por­ve­nir siem­pre los ayudará.

Los igno­ran­tes que no alcan­zan a com­pren­der los encan­tos de una vida mejor.

Ambas cir­cuns­tan­cias jun­tas, en todas las cla­ses de la socie­dad, se con­cier­tan hoy con­tra el socia­lis­mo, y logran for­mar pasa­je­ra­men­te un obstáculo.

Las gran­des tor­men­tas de la natu­ra­le­za logran for­mar mon­ta­ñas de nie­ve que por algu­nos momen­tos detie­nen la cir­cu­la­ción de algu­nas acti­vi­da­des de la vida huma­na, has­ta que apa­re­ce el sol, que pare­cía momen­tá­nea­men­te ven­ci­do, y con su inmen­so poder con­vier­te las mon­ta­ñas de nie­ve en agua cris­ta­li­na que baja a las lla­nu­ras a her­mo­sear los cam­pos de la pro­duc­ción y a aumen­tar los ele­men­tos de la vida.

Eso es lo que ocu­rre en el pre­sen­te his­tó­ri­co. El egoís­mo y la igno­ran­cia alia­dos for­man una inmen­sa mon­ta­ña de indi­fe­ren­cia a los dolo­res humanos.

Pero el Sol del socia­lis­mo des­trui­rá todo eso, trans­for­man­do en amor el egoís­mo; en luz, la igno­ran­cia y, enton­ces, todos los hom­bres se encon­tra­rán en la lla­nu­ra de una vida encan­ta­do­ra, con­de la doc­tri­na socia­lis­ta habrá mul­ti­pli­ca­do has­ta lo infi­ni­to los delei­tes del pla­cer noble y artístico.

El socia­lis­mo no es el des­po­jo, sino la gran balan­za de la justicia.

El socia­lis­mo no es el odio, sino el ver­da­de­ro amor.

Cuan­do de esto se haya con­ven­ci­do la mayo­ría, la des­gra­cia huma­na empe­za­rá a desaparecer.

Hemos pro­ba­do con hechos his­tó­ri­cos cono­ci­dos del mun­do civi­li­za­do que la socie­dad huma­na ha pasa­do por diver­sas trans­for­ma­cio­nes en sus cos­tum­bres y modos de vivir, lo cual es un argu­men­to pode­ro­so de que tam­bién la socie­dad huma­na sopor­ta­rá la trans­for­ma­ción al socialismo.

Hemos pro­ba­do que todos los medios que uti­li­za el socia­lis­mo son efi­ca­ces y que ope­ran­do pri­me­ro la trans­for­ma­ción del modo de pen­sar de los indi­vi­duos, lo que por con­se­cuen­cia modi­fi­ca sus cos­tum­bres, alcan­za­rá ense­gui­da a modi­fi­car la sociedad.

Lle­ga­mos casi al fin de nues­tro tra­ba­jo, des­pués de una serie sin inte­rrup­ción de pruebas.

Aho­ra bas­ta­rá que el lec­tor sepa com­pren­der todo lo escri­to y que ana­li­ce dete­ni­da­men­te el pro­ble­ma desa­rro­lla­do, toman­do en cuen­ta que al socia­lis­mo se lle­ga­rá por una serie suce­si­va de trans­for­ma­cio­nes que ocu­rri­rán tan­to en las cos­tum­bres socia­les como individuales.

Lo mis­mo que para tre­par un cerro es menes­ter pre­pa­rar un camino, así el socia­lis­mo que es la for­ma mas ele­va­da de la per­fec­ción, nece­si­ta un camino Y ese es la ins­truc­ción y el pro­gre­so de la inte­li­gen­cia y de la moral.

Diver­sas con­si­de­ra­cio­nes más

Siem­pre des­pués de todo lo leí­do ante­rior­men­te que­da­rá un pero.

Pero… ¿y la iglesia

Pero… ¿y el ejército?

Pero … ¿etc.?

Vamos a dedi­car unas cuan­tas líneas a cada pero.

Decla­ra­mos ante todo que si al lec­tor le que­da algún pero que adu­cir, será sólo por fal­ta de refle­xión en lo que haya leído.

Para defi­nir algu­nas de las dudas que que­den será menes­ter repe­tir algo de lo ya dicho o bosquejado.

El dine­ro.– Mien­tras sub­sis­ta el dine­ro en un régi­men socia­lis­ta, no desem­pe­ña­rá otra fun­ción que ser signo de cambio.

Si no des­apa­re­ce inme­dia­ta­men­te será por­que diver­sas cir­cuns­tan­cias de la vida influi­rán para retar­dar esa modificación.

Cuan­do des­apa­rez­ca el dine­ro será el momen­to en que la vida indus­trial habrá alcan­za­do el gra­do de per­fec­ción a que hoy la empu­jan los socialistas.

Las fede­ra­cio­nes obre­ras loca­les, en rela­cio­nes las unas con las otras, regla­men­ta­rán la vida indus­trial y posi­ble­men­te lle­ga­rán a rem­pla­zar a los muni­ci­pios por­que su meca­nis­mo orgá­ni­co resul­ta­rá mejor.

Tra­ba­ja­rían todos los indi­vi­duos de ambos sexos aptos para tra­ba­jar. En ese futu­ro no habrá moti­vos para que nadie repu­die el trabajo.

Las fede­ra­cio­nes loca­les de los gre­mios ten­drán sus alma­ce­nes y a ellos acu­di­rán, sin nece­si­dad de dine­ro, a reco­ger las mer­ca­de­rías que necesitan.

Nadie nece­si­ta­rá lle­var mayor can­ti­dad de lo que nece­si­ta, por­que sabrá que siem­pre habrá de todo lo necesario.

Esta per­fec­ción se rea­li­za­rá cuan­do el esta­do de per­fec­ción social demues­tre la com­ple­ta inuti­li­dad del dinero.

Actual­men­te se atre­ven a decir muchos que en un régi­men socia­lis­ta abun­da­ran más que hoy los ociosos.

Eso no es otra cosa que una supo­si­ción infundada.

El gra­do de con­cien­cia y de edu­ca­ción alcan­za­do ya en un régi­men socia­lis­ta hará que cada indi­vi­duo sea más cono­ce­dor de todos sus debe­res y será enton­ces una noble­za cum­plir con esos debe­res, de mane­ra que nadie pen­sa­rá dejar de tra­ba­jar, por­que ade­más el tra­ba­jo será una agra­da­ble entre­ten­ción debi­do a los pro­gre­sos de la maquinaria.

El ejér­ci­to.– Los faná­ti­cos patrio­te­ros, come­ten la ino­cen­cia de decla­rar­se enemi­gos del socia­lis­mo, sólo por­que en su doc­tri­na esta­ble­ce la des­apa­ri­ción de los ejércitos.

Pero es que esos pobres no saben pensar.

Hay un hecho inne­ga­ble que ha que­da­do pro­ba­do en las pági­nas ante­rio­res y ese hecho es que la Huma­ni­dad ha veni­do pro­gre­san­do en for­ma que pare­ce no haber­se dete­ni­do un minu­to y pare­ce tam­bién por todas las prue­bas ren­di­das has­ta la f echa que la huma­ni­dad con­ti­nua­rá su mar­cha sin tér­mino hacia mayo­res progresos.

Uno de sus más gran­des pro­gre­sos de orden moral será la supe­rior cul­tu­ra ele­va­da día a día, jun­to con su inte­li­gen­cia y gra­do por grado.

Cuan­do la huma­ni­dad haya lle­ga­do a vino de sus gra­dos más altos en mate­ria de cul­tu­ra, por esa mis­ma acción verá des­apa­re­cer unos tras otros sus ejércitos.

Si los hom­bres son bue­nos y no pelean ¿para qué habrá ejércitos?

Si en la con­cien­cia de cada hom­bre pene­tra el sen­ti­mien­to de hacer sólo el bien ¿quién irá a ser soldado?

Si este mis­mo sen­ti­mien­to se apo­de­ra de los hom­bres que diri­jan las nacio­nes ¿para qué habría ejércitos?

El baró­me­tro que mar­ca­rá el pro­gre­so de la cul­tu­ra de la ver­da­de­ra moral en los pue­blos será la dis­mi­nu­ción de los ele­men­tos de gue­rra de las naciones.

Por otro lado, los pro­gre­sos mecá­ni­cos de la cien­cia van hacien­do cada día más impo­si­bles las guerras.

Repe­ti­mos: el pro­gre­so del buen sen­ti­do será quien desar­me los ejér­ci­tos, que nin­gu­na misión ten­drán que desem­pe­ñar en vis­ta del pro­gre­so alcan­za­do por la humanidad.

Igual cosa pasa­rá con las poli­cías, jue­ces y armas de ins­tru­men­tos de opresión.

No es el socia­lis­mo el que los va a des­truir, es el amor que cre­ce y que domi­nan­do al indi­vi­duo, domi­na­rá a la sociedad.

Si la mayo­ría de los hom­bres, cuan­do tie­nen tina difi­cul­tad van don­de el juez para que arre­gle el asun­to, y ambas par­tes que­dan al fin y al cabo con­for­mes con lo que falla el juez, así espe­ra­mos que en el futu­ro pro­ce­dan tam­bién las nacio­nes, que cuan­do dos nacio­nes ten­gan dispu­tas vayan don­de un juez que será otra nación.

Cuan­do esto sea una cos­tum­bre, el ejér­ci­to y la mari­na no ten­drán nin­gu­na misión y por sí solos irán desapareciendo.

Las igle­sias y sus reli­gio­nes.– Si el socia­lis­mo es una cien­cia eco­nó­mi­ca, por su mis­ma per­fec­ción, lle­va en sí mis­ma el sen­ti­mien­to más puro de la justicia.

Cuan­do cada ser humano, des­de el nacer, lle­gue a un ambien­te don­de sólo se res­pi­re jus­ti­cia y per­fec­ción, ese ser cre­ce­rá per­fec­cio­nán­do­se más, pues­to que todas las cosas que le rodean le serán pro­pi­cias a la perfección.

Cuan­do la huma­ni­dad lle­gue a esa edad, vere­mos qué misión desem­pe­ña­rán las igle­sias y sus religiones.

En nues­tro con­cep­to habrán des­apa­re­ci­do como ins­tru­men­tos del pasa­do cuya uti­li­dad cesó.

El futu­ro con­ser­va­rá del pasa­do el prin­ci­pio his­tó­ri­co de todas sus cien­cias y sus artes, pero borra­rá todo aque­llo que haya resul­ta­do inútil.

El mun­do actual está lleno de igle­sias y de reli­gio­nes y cada una de ellas se atri­bu­ye el pri­vi­le­gio de ser la ver­da­de­ra. Todas ellas hablan del bien humano.

Pero el hecho es que nin­gu­na reli­gión ha pro­du­ci­do la feli­ci­dad de la huma­ni­dad, nin­gu­na. Esto sería una prue­ba sufi­cien­te para ase­gu­rar que no se alcan­za­rá nin­gún bien­es­tar con las reli­gio­nes. Mien­tras tan­to, el socia­lis­mo per­fec­cio­na a los hom­bres y pro­du­ce la ver­da­de­ra felicidad.

El matri­mo­nio en el futu­ro socia­lis­ta y los hijos.– Toda per­so­na tie­ne dere­cho a expre­sar como quie­ra sus sen­ti­mien­tos. Debi­do a esto se han pre­di­ca­do ati­na­dos y dis­pa­ra­ta­dos pen­sa­mien­tos res­pec­to al matri­mo­nio futu­ro y a la suer­te de los hijos.

El matri­mo­nio, en el pre­sen­te, es un pro­duc­to de la socie­dad que rige has­ta hoy, y como todo en esta socie­dad es defec­tuo­so, el matri­mo­nio tie­ne mil defectos.

Si como se ha expre­sa­do en las pagi­nas ante­rio­res, el socia­lis­mo es una doc­tri­na de per­fec­cio­na­mien­to sin inte­rrup­ción, den­tro de ese mis­mo con­cep­to, a la par que todo se per­fec­cio­ne por la acción socia­lis­ta, el matri­mo­nio tam­bién reci­bi­rá las modi­fi­ca­cio­nes que le correspondan.

Pen­se­mos en la socie­dad feliz del futu­ro. Feliz, por­que habrá cesa­do la explo­ta­ción y con ella el ham­bre, el deli­to y demás des­gra­cias que nos afli­gen. Feliz por­que habrán pro­gre­sa­do el arte, la cul­tu­ra, la ilus­tra­ción y todos los medios de dicha.

Den­tro de esa socie­dad futu­ra el matri­mo­nio será la ver­da­de­ra fuen­te de la dicha don­de naz­ca el ger­men que ase­gu­re la pro­lon­ga­ción de la vida de la espe­cie jun­to con su per­fec­ción más gran­de aún.

No es nece­sa­rio que haga­mos un deta­lle de la for­ma matri­mo­nial del futu­ro socia­lis­ta. Bas­te saber que, la inte­li­gen­cia obra­rá en cada épo­ca de la vida con­for­me al gra­do de pro­gre­so alcan­za­do. Cre­yen­do en esto pode­mos ase­gu­rar que todos los horri­bles mar­ti­rios que encie­rra el matri­mo­nio pre­sen­te, des­apa­re­ce­rán jun­to con las cau­sas que hoy engen­dran más desgracias.

El amor libre es sólo una expre­sión dig­na del pre­sen­te. En el futu­ro no exis­ti­rá esta expre­sión que hace revi­vir en la actua­li­dad los actos de la hipocresía.

Como hoy no hay liber­tad ni en el matri­mo­nio ni en el amor, por­que la tira­nía del régi­men pre­sen­te la, entra­ba, es la cau­sa de que exis­ta esa expresión.

Repe­ti­mos: la mayor Per­fec­ción a que se lle­gue en el futu­ro per­fec­cio­na­rá la base de la Huma­ni­dad que resi­de en la unión de la pareja.

Dife­ren­cias entre la doc­tri­na socia­lis­ta y otras doc­tri­nas que pre­ten­den resol­ver la armo­nía social

Nin­gu­na doc­tri­na exis­ten­te en el mun­do pue­de por sí mis­ma resol­ver el pro­ble­ma de la felicidad.

Sólo le está reser­va­da esta vir­tud al socialismo.

No se tome esta afir­ma­ción por fana­tis­mo o petu­lan­cia, pues, pro­ba­re­mos que esta afir­ma­ción es exacta.

Si son las doc­tri­nas reli­gio­sas, muchas dejan el pro­ble­ma de la feli­ci­dad para alcan­zar­lo en una segun­da vida y pro­cu­rar que en el mun­do se renun­cie a los pla­ce­res humanos.

Si son las doc­tri­nas de la demo­cra­cia moder­na cifran la feli­ci­dad en el medio­cre pro­gre­so que pue­dan ofre­cer las democracias.

Todas esas doc­tri­nas care­cen de base efec­ti­va para pro­du­cir el perfeccionamiento.

Si todas con­ser­van la pro­pie­dad indi­vi­dual con el dere­cho a su pro­gre­so y al egoís­mo que ese sis­te­ma encie­rra, es inú­til que aspi­ren sin­ce­ra­men­te a nin­gún mejo­ra­mien­to ni per­fec­cio­na­mien­to efectivo.

Por­que, pre­ci­sa­men­te, el socia­lis­mo trans­for­ma la pro­pie­dad indi­vi­dual per­fec­cio­nán­do­la en, colec­ti­va o común, es que adquie­re su fuer­za pode­ro­sa de ver­da­de­ro pro­gre­so del cual no pue­de nacer sino felicidad.

La pro­pie­dad indi­vi­dual será siem­pre moti­vo de egoísmos.

La pro­pie­dad colec­ti­va será siem­pre base de pro­gre­sos, por­que el espí­ri­tu se ensan­cha­rá para pro­du­cir mayo­res como­di­da­des colectivas.

Muchos viven bien hoy pero a fuer­za de actos bajos e inno­bles. En el futu­ro socia­lis­ta todos vivi­rán bien por medios nobles y dig­nos, lo que enal­te­ce­rá más la per­so­na­li­dad humana.

Lec­tor:

Si la doc­tri­na socia­lis­ta la encon­tráis jus­ta en su her­mo­su­ra, gran­de en su noble­za, y dig­na de con­du­cir la vida huma­na, no miréis los incon­ve­nien­tes que se pre­sen­tan para su realización.

Si tenéis inte­li­gen­cia o si aspi­ráis a inte­li­gen­cia, agre­gad vues­tro indi­vi­dual con­cur­so sola­men­te a la obra pro­pia del pro­gre­so y con eso solo con­tri­bui­réis pode­ro­sa­men­te a esta­ble­cer la vida socialista.

La inte­li­gen­cia pro­gre­san­do sobre el futu­ro sal­va­rá todos los obs­tácu­los y los impo­si­bles que hoy se ima­gi­nan los teme­ro­sos de la vida nueva.

Lec­tor:

Si sen­tís en vues­tra per­so­na ínti­ma la noble­za y la moral para pro­ce­der con­for­me a un cri­te­rio de ver­da­de­ro amor y jus­ti­cia, podéis decir que ha pene­tra­do en vos el noble ideal socialista.

Socia­lis­mo es moral y es amor.

Socia­lis­mo es jus­ti­cia y es libertad.

Socia­lis­mo es pro­gre­so, progresando.

Por­que todo esto, exis­ti­rá abun­dan­te en el mun­do futu­ro, es que el socia­lis­mo ase­gu­ra su triun­fo y la feli­ci­dad com­ple­ta de los seres.

PROGRAMA Y REGLAMENTO DEL PARTIDO OBRERO SOCIALISTA

Expo­si­ción de principios

Socia­lis­mo es una doc­tri­na por la cual se aspi­ra a trans­for­mar la cons­ti­tu­ción de la socie­dad actual, por otra más jus­ta e igualitaria.

Con­si­de­ra­mos que esta socie­dad es injus­ta des­de el momen­to que está divi­di­da en dos cla­ses; una capi­ta­lis­ta que posee las tie­rras, las minas, las fábri­cas, las máqui­nas, las herra­mien­tas de labor, la mone­da y en fin, posee todos los medios de pro­duc­ción; otra, la cla­se tra­ba­ja­do­ra, que no posee otra cosa, más que su fuer­za mus­cu­lar y cere­bral, la cual se ve obli­ga­da a poner al ser­vi­cio de la cla­se capi­ta­lis­ta para ase­gu­rar su vida, median­te el pago de una can­ti­dad, deno­mi­na­da salario.

Que este sala­rio no corres­pon­de al pro­duc­to total del tra­ba­jo cor­po­ral o men­tal que el obre­ro rea­li­za, sino que es una ínfi­ma par­te de este pro­duc­to y que éste obe­de­ce úni­ca­men­te a la nece­si­dad de dotar de a1imento al hom­bre y cuya can­ti­dad está suje­ta a alte­ra­cio­nes según las nece­si­da­des de la indus­tria o la afluen­cia de productores.

Con­si­de­ran­do, ade­más, que esta supre­ma­cía no pro­vie­ne de nin­gún efec­to natu­ral, sino del aca­pa­ra­mien­to lle­va­do a cabo por la cla­se capitalista

Con­si­de­ran­do, tam­bién, que el ambien­te de vida actual, es defec­tuo­so, corrom­pi­do, míse­ro y lleno de igno­ran­cia para aque­llos que no for­man par­te de la cla­se privilegiada.

Que los pri­vi­le­gios de la bur­gue­sía están garan­ti­za­dos por el poder polí­ti­co, el que tie­ne en sus manos y con el cual dis­po­ne de las fuer­zas opre­so­ras: ejér­ci­tos, poli­cías, jus­ti­cia, legis­la­tu­ra, etcétera.

Por otra parte:

Con­si­de­ran­do que la nece­si­dad, la razón y la jus­ti­cia exi­gen que la des­igual­dad y el anta­go­nis­mo entre una y otra cla­se des­apa­rez­can, refor­man­do o des­tru­yen­do el esta­do social que los produce.

El Par­ti­do Obre­ro Socia­lis­ta expo­ne que el fin de sus aspi­ra­cio­nes es la eman­ci­pa­ción total de la Huma­ni­dad, abo­lien­do las dife­ren­cias de cla­ses y con­vir­tien­do a todos en una sola cla­se de tra­ba­ja­do­res, due­ños del fru­to de su tra­ba­jo, libres, igua­les, hon­ra­dos e inte­li­gen­tes, y la implan­ta­ción de un régi­men en que la pro­duc­ción sea, un fac­tor común y común tam­bién el goce de los pro­duc­tos. Esto es, la trans­for­ma­ción de la pro­pie­dad indi­vi­dual en pro­pie­dad colec­ti­va o común.

Expo­ne­mos, tam­bién, que para rea­li­zar estos fines trans­for­ma­re­mos en lo posi­ble el medio ambien­te social sal­ván­do­le de igno­ran­cia, vicios y prejuicios.

Rea­li­za­re­mos lucha polí­ti­ca, para arre­ba­tar a la bur­gue­sía el poder polí­ti­co domi­nan­te en el actual esta­do de cosas; rea­li­za­re­mos obra de sanea­mien­to polí­ti­co lle­van­do a las dipu­tacio­nes repre­sen­tan­tes de nues­tra cla­se que impon­gan nues­tro pro­gra­ma; inva­di­re­mos las muni­ci­pa­li­da­des para hacer obra de higie­ni­za­ción en las pobla­cio­nes, abo­lir los impues­tos a los artícu­los de pri­me­ra nece­si­dad para la vida y hacien­do que los ser­vi­cios de uti­li­dad públi­ca gene­ral estén en manos de las mis­mas muni­ci­pa­li­da­des y no sir­van como obje­to de lucro de particulares.

Crea­re­mos fábri­cas y alma­ce­nes coope­ra­ti­vos de orden gene­ral, para evi­tar la cares­tía que los comer­cian­tes par­ti­cu­la­res tra­tan de imponer.

Orga­ni­za­re­mos a los tra­ba­ja­do­res de todos los gre­mios y ofi­cios en fede­ra­cio­nes de defen­sa con cajas de fon­dos dedi­ca­das esen­cial­men­te al sos­tén de las luchas entre el capi­tal y el trabajo.

Todos estos actos se rea­li­za­rán ciñén­do­se al siguien­te pro­gra­ma míni­mo, que ser­vi­rá para que, dan­do mayor faci­li­dad a los explo­ta­dos para ins­truir­se, rege­ne­rar­se, dán­do­les mayor liber­tad, más como­di­dad, mejor ali­men­to, más salud, en fin, vida más huma­na, trans­for­me su medio de vida y se capa­ci­te para lograr el fin de nues­tras aspiraciones.

PROGRAMA MINIMO DE MEJORAMIENTO SOCIAL

Medi­das de orden político

Para obte­ner la con­quis­ta del poder polí­ti­co, el Par­ti­do Obre­ro Socia­lis­ta pro­cu­ra­rá apli­car las siguien­tes medidas:

Per­fec­cio­na­mien­to de nues­tro sis­te­ma polí­ti­co y admi­nis­tra­ti­vo, refor­man­do o crean­do leyes que garan­ti­cen el dere­cho elec­to­ral, de aso­cia­ción, de reu­nión, de pren­sa, de fis­ca­li­za­ción, de segu­ri­dad y toda cla­se de garantías.

Supre­sión de los ejér­ci­tos permanentes.

Supre­sión del pre­su­pues­to del cul­to y cle­ro y nacio­na­li­za­ción de sus bienes.

Refor­ma del códi­go civil reco­no­cien­do la igual­dad de los sexos. Suma­rios públi­cos y jura­dos popu­la­res para cada cla­se de delitos.

Abo­li­ción de la pena de muerte.

Abo­li­ción de la Cáma­ra de Sena­do­res y Con­se­jo de Estado.

Sus­ti­tu­ción del car­go de Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca por una comi­sión eje­cu­ti­va ele­gi­da direc­ta­men­te por el pueblo.

Medi­das de orden económico

Crea­ción de una mone­da cupón oro y de valor esta­ble. Abo­li­ción de los impues­tos que enca­re­cen la vida de los pue­blos. Abo­li­ción de los impues­tos y paten­tes que gra­van la indus­tria y las pro­fe­sio­nes úti­les. Impues­tos direc­tos y pro­gre­si­vos a la ren­ta y a las pro­pie­da­des de inmue­bles y terre­nos. Impues­tos a los lega­dos o donaciones.

Crea­ción de una Cáma­ra de Tra­ba­jo en la que estén repre­sen­ta­dos los tra­ba­ja­do­res, con ofi­ci­nas en toda la Repú­bli­ca, que estu­dien las nece­si­da­des de la indus­tria y de los pro­duc­to­res y se encar­guen de resol­ver los con­flic­tos sus­ci­ta­dos entre el capi­tal y el tra­ba­jo. Regla­men­ta­ción y fis­ca­li­za­ción del tra­ba­jo, por obre­ros nom­bra­dos por los dis­tin­tos “gre­mios. Fija­ción de la jor­na­da máxi­ma del tra­ba­jo y el sala­rio mínimo.

Res­pon­sa­bi­li­da­des de los patro­nos, garan­ti­za­das por el Esta­do, en los acci­den­tes del tra­ba­jo. Pen­sión a los ancia­nos o inválidos.

Supre­sión de todo tra­ba­jo a tra­to o pieza.

Supre­sión del tra­ba­jo de la mujer duran­te la noche o en los meses de emba­ra­zo, y del niño analfabeto.

Fun­da­ción de barrios obre­ros con medios de trans­por­tes cómo­dos y económicos.

Crea­ción de casa de mater­ni­dad para los niños que ten­gan que dejar­se en aban­dono por las madres ya duran­te las horas del tra­ba­jo, o por desgracia.

Medi­das espe­cia­les para los tra­ba­ja­do­res de las fae­nas sali­tre­ras o mineras

Pago de sala­rios en mone­da nacio­nal y abo­li­ción del sis­te­ma de fichas o vales.

Supre­sión total de las pul­pe­rías de orden obli­ga­to­rio. Fis­ca­li­za­ción de los obje­tos de con­su­mo y de las pesas y medidas.

Medi­ción y examen del cali­che por téc­ni­cos nom­bra­dos de acuer­do con los tra­ba­ja­do­res sali­tre­ros. Segu­ri­dad en la eje­cu­ción de las fae­nas, adop­tan­do sis­te­mas espe­cia­les para evi­tar los acci­den­tes del trabajo.

Urba­ni­za­ción de los campamentos.

Higie­ni­za­ción de las casas de los tra­ba­ja­do­res adop­tan­do mejo­ras mate­ria­les, ele­van­do sus techos, pavi­men­tan­do sus pisos y ven­ti­lan­do con­ve­nien­te­men­te las piezas.

Higie­ni­za­ción de los pue­blos de la pampa.

Refor­ma de la enseñanza

La ins­truc­ción será lai­ca, obli­ga­to­ria y gra­tui­ta para todos los niños has­ta los cator­ce años.

Apli­ca­ción pre­fe­ren­te de los recur­sos del Esta­do a la ense­ñan­za primaria.

Sumi­nis­tro de ali­men­to gra­tui­to a los niños duran­te el día, como asi­mis­mo, de ropas, libros y úti­les escolares.

Fomen­to de escue­las noc­tur­nas y de profesionales.

Crea­ción de colo­nias escolares.

Expo­si­cio­nes fre­cuen­tes de labo­res, pro­duc­tos agrí­co­las, indus­tria­les y de arte.

Y por f in:

El Par­ti­do Obre­ro Socia­lis­ta rea­li­za­rá todas aque­llas medi­das de orden polí­ti­co o eco­nó­mi­co que la nece­si­dad y la expe­rien­cia acon­se­jen, mejo­ran­do siem­pre la con­di­ción moral y mate­rial del pro­le­ta­ria­do, ele­van­do su inte­lec­tua­li­dad, su nivel moral, corri­gien­do sus vicios y abo­lien­do las fuen­tes que se lo pro­por­cio­nan, orga­ni­zan­do espe­cial­men­te en socie­da­des de ofi­cio a todos, para que sean capa­ces de influir en la evo­lu­ción del medio ambien­te que ha de trans­for­mar el actual orden de cosas, en socie­dad de bene­fi­cio común.

REGLAMENTO

Obje­to de la organización

Art. l.– El Par­ti­do Obre­ro Socia­lis­ta es fun­da­do con el obje­to de reu­nir todas las fuer­zas pro­le­ta­rias del país, a fin de mejo­rar de común acuer­do, la suer­te del proletariado.

Art. 2.– Para cum­plir esta tarea y para rea­li­zar ense­gui­da su obje­to más ele­va­do: la eman­ci­pa­ción com­ple­ta de los tra­ba­ja­do­res, el par­ti­do se orga­ni­za­rá sobre el terreno eco­nó­mi­co y político.

For­ma de organización

Art. 3.-Compondrán el par­ti­do el con­jun­to de agru­pa­cio­nes sec­cio­na­les que se organicen,

Art. 4.– Se orga­ni­za­rán agru­pa­cio­nes sec­cio­na­les don­de haya a lo menos sie­te per­so­nas que acep­ten todos los prin­ci­pios y regla­men­tos de esta organización.

Art. 5.– El con­jun­to de estas sec­cio­nes se fede­ra­rán por comu­nas, depar­ta­men­tos, pro­vin­cias o regio­nes según lo requie­ran las nece­si­da­des del partido.

De las secciones

Art. 6.– La agru­pa­ción sec­cio­nal se cons­ti­tu­ye en cada pue­blo o fae­na don­de pue­dan agru­par­se a lo menos sie­te personas.

Art. 7.– Cada sec­ción tie­ne su admi­nis­tra­ción pro­pia y regla sus asun­tos inter­nos, sin poder impo­ner sus deci­sio­nes a otras secciones.

Art. 8.– Todas las sec­cio­nes son igua­les y depen­de­rán de un Con­se­jo Fede­ral, cuyo domi­ci­lio lo deter­mi­na­rá el Con­gre­so del Partido.

Art. 9.– Cada sec­ción ele­gi­rá un Comi­té Admi­nis­tra­ti­vo com­pues­to de dos secre­ta­rios, un teso­re­ro, un biblio­te­ca­rio y un vocal.

Art. 10.– Cada sec­ción desig­na­rá un dele­ga­do para cons­ti­tuir el Con­se­jo Fede­ral, cuyas atri­bu­cio­nes se expre­san más ade­lan­te. El dele­ga­do de cada sec­ción debe resi­dir en el pun­to fija­do para resi­den­cia del Con­se­jo Federal.

De los Asociados

Art.11.– Para ser miem­bro de una sec­ción se soli­ci­ta­rá la afi­lia­ción al Comi­té Admi­nis­tra­ti­vo, patro­ci­nan­do un socio la soli­ci­tud de ingreso.

Art. 12.– Cada miem­bro paga­rá las cuo­tas que acuer­de la sec­ción, no pudien­do en nin­gún caso bajar esta cuo­ta de un peso men­sual. En nin­gún caso se cobra­rá cuo­ta de incorporación.

Art. 13.– Cada sec­ción envia­rá al Con­se­jo Fede­ral el vein­te por cien­to de sus cuo­tas, cada mes, para los gas­tos de corres­pon­den­cia y pro­pa­gan­da general.

Art. 14.– Cada sec­ción debe ocu­par­se de su pro­gre­so moral y mate­rial y del pro­gre­so de sus afi­lia­dos median­te la acción com­bi­na­da de todos sus asociados.

Art. 15.– Los aso­cia­dos deben reu­nir­se lo mas a menu­do posible.

Todos los aso­cia­dos deben obser­var tan­to en su, vida pri­va­da como públi­ca una con­duc­ta ejem­plar, ale­ján­do­se de los vicios y corrup­cio­nes de que está inva­di­da la actual socie­dad, corno medio de cam­biar el medio ambien­te social.

Del Con­se­jo Federal

Art. 16.– El Con­se­jo Fede­ral se for­ma de un dele­ga­do nom­bra­do por cada sec­ción y for­ma­rá su mesa direc­ti­va igual que las secciones.

Art. 17.– Este Con­se­jo ten­drá a car­go la direc­ción ‚gene­ral de la edu­ca­ción en la idea socia­lis­ta y vela­rá por la uni­for­mi­dad de la propaganda.

Art. 18.– Habrá un Con­se­jo Fede­ral en cada región don­de se esti­me nece­sa­ria la Fede­ra­ción de Secciones.

Art. 19.– Según las nece­si­da­des elec­to­ra­les, para la lucha polí­ti­ca, o según las nece­si­da­des eco­nó­mi­cas para la lucha social, será la for­ma de las federaciones.

Art. 20.– Para armo­ni­zar la pro­pa­gan­da, y uni­for­mar la acción, habrá un Con­se­jo Nacio­nal que ten­drá a su car­go todo lo rela­cio­na­do a la acción obre­ra del país.

De los Con­gre­sos Regionales

Art. 21.– Se cele­bra­rá un Con­gre­so regio­nal o pro­vin­cial cada año, en el pun­to seña­la­do por la mayoría.

En estos con­gre­sos esta­rán repre­sen­ta­das todas las sec­cio­nes por dos dele­ga­dos cada una.

En estos Con­gre­sos se dis­cu­ti­rá la actua­ción de las sec­cio­nes duran­te el tiem­po pasa­do y se seña­la­rán los rum­bos que con­vie­ne adop­tar en el futuro.

Habrá Con­gre­sos extra­or­di­na­rios cuan­do las nece­si­da­des lo requieran.

Se cele­bra­rán Con­gre­sos Nacio­na­les cuan­do fue­re con­ve­nien­te a las nece­si­da­des del Par­ti­do, con­for­me lo esta­blez­can los mis­mos Congresos.

De la Administración

Art. 22.– Cada sec­ción o Fede­ra­ción debe lle­var sus libros de teso­re­ría al día y pre­sen­ta­rá un balan­ce cada mes, el que será revi­sa­do e infor­ma­do por la comi­sión respectiva.

Art. 23.– Los fon­dos del par­ti­do sólo se inver­ti­rá en lo que lo acuer­den las res­pec­ti­vas corporaciones.

Art. 24.– Los miem­bros del par­ti­do que desem­pe­ñen comi­sio­nes que los obli­guen a aban­do­nar su tra­ba­jo, gana­rán su sala­rio según la tasa corrien­te, que paga­rá la caja respectiva.

Edu­ca­ción, Pren­sa y Propaganda

Art. 25.– El par­ti­do man­ten­drá su pren­sa pro­pia para rea­li­zar su misión de edu­car y de pro­pa­gar la doctrina.

Art. 26.– El rum­bo del dia­rio o perió­di­co será diri­gi­do por el Con­se­jo Federal.

Todos los afi­lia­dos al par­ti­do tie­nen la obli­ga­ción de ser sus­crip­to­res del perió­di­co, pagan­do estas sus­crip­cio­nes a la caja de la agru­pa­ción a que per­te­nez­can la cual se enten­de­rá con la admi­nis­tra­ción de la imprenta.

Art. 27.– El par­ti­do rea­li­za­rá cuan­tas con­fe­ren­cias sean posi­bles y no esca­ti­ma­rá los medios de propaganda

Art. 28.– El Par­ti­do Obre­ro Socialista:

Pro­pen­de­rá por todos los medios a su alcan­ce a la orga­ni­za­ción de socie­da­des gre­mia­les y a la crea­ción de fede­ra­cio­nes de ofi­cio para su mejo­ra­mien­to moral y mate­rial y coope­ra­rá con sus fuer­zas al triun­fo de las luchas entre el capi­tal y el trabajo.

Art. 29.– Los afi­lia­dos al Par­ti­do Obre­ro Socia­lis­ta, están obli­ga­dos a per­te­ne­cer a las socie­da­des gre­mia­les, si están cons­ti­tui­das, y a cons­ti­tuir las no existentes.

Art. 30.– Pue­den for­mar par­te inte­gran­te del par­ti­do las socie­da­des gre­mia­les, fede­ra­cio­nes de ofi­cio, coope­ra­ti­vas y todas las demás que aca­ten nues­tros esta­tu­tos y prin­ci­pios. Esas sec­cio­nes ten­drán su movi­mien­to inde­pen­dien­te para los asun­tos eco­nó­mi­cos pero en los movi­mien­tos polí­ti­cos y en los gene­ra­les obra­rán de acuer­do con el partido.

En las luchas políticas

Art. 31.– La elec­ción de can­di­da­tos se hará por las agru­pa­cio­nes sec­cio­na­les, en las fechas que de ante­mano fije el Con­se­jo Fede­ral, de acuer­do con todas las agrupaciones.

Cada agru­pa­ción hará su pro­pio escru­ti­nio y lo trans­cri­bi­rá al Con­se­jo Federal.

La elec­ción sólo debe recaer en miem­bros del partido.

Con la anti­ci­pa­ción nece­sa­ria el par­ti­do se preo­cu­pa­rá de cada cam­pa­ña electoral.

Nin­guno de los miem­bros del par­ti­do pue­de excu­sar­se de cum­plir con sus debe­res elec­to­ra­les, para afian­zar el poder del partido.

La pro­cla­ma­ción de can­di­da­tos debe hacer­se en con­ven­ción regio­nal o pro­vin­cial y hacien­do escru­tar los votos indi­vi­dua­les de las sec­cio­nes, hacién­do­lo cons­tar en las actas de las asam­bleas seccionales.

Las reso­lu­cio­nes de estos Con­gre­sos no son váli­das sino des­pués de vein­te días duran­te los cua­les pue­den hacer­se los recla­mos a que haya lugar por las secciones.

Al Con­se­jo Fede­ral le corres­pon­de decla­rar en vigen­cia estas reso­lu­cio­nes al ter­mi­nar ese pla­zo, des­pués de solu­cio­na­dos los reclamos.

El par­ti­do no podrá hacer pac­tos con nin­gún otro par­ti­do polí­ti­co, pero en caso de que hubie­ra pro­po­si­ción en este sen­ti­do se dis­cu­ti­rá en las sec­cio­nes pri­me­ro, des­pués en con­gre­sos regio­na­les y por últi­mo en un Con­gre­so Nacio­nal si éste existiese.

Las sec­cio­nes que no aca­ten estos acuer­dos o pac­ten sin pre­vio acuer­do del par­ti­do, que­dan exclui­das del seno del mismo.

Dis­po­si­cio­nes generales

Art. 32.– Los acuer­dos de las con­ven­cio­nes for­ma­rán par­te com­ple­men­ta­ria de los regla­men­tos y programa.

Los miem­bros del par­ti­do que se radi­quen en sitios don­de no haya orga­ni­za­ción debe­rán pagar sus cuo­tas al Con­se­jo Federal.

Todo aso­cia­do debe saber que con sus cuo­tas con­tri­bui­rá a la gran­de­za del par­ti­do y a la mayor pro­pa­gan­da de la doctrina.

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