Hoy se cumple el XX aniversario del Movimiento del 4 de Mayo, y la juventud de Yenán se ha congregado aquí para este mitin conmemorativo. Quiero aprovechar la ocasión para hablar de algunas cuestiones concernientes a la orientación del movimiento juvenil de China.
Primero. El 4 de mayo ha sido proclamado, con toda justicia Día de la Juventud China1. Han transcurrido veinte años desde el Movimiento del 4 de Mayo; sin embargo, sólo este año se ha designado esta fecha como Día de la Juventud para todo el país. Este es un hecho por demás significativo, ya que indica que la revolución democrática popular antiimperialista y antifeudal de China llegará pronto a un punto de inflexión. Esta revolución ha experimentado repetidos fracasos en el curso de varias décadas, pero ahora ha de producirse un cambio radical; ya no se tratará de un nuevo fracaso, sino de un cambio hacia la victoria. La revolución china está avanzando, avanzando hacia la victoria. La situación del pasado, con sus numerosos fracasos, no puede continuar ni debe permitirse que continúe; hay que transformarla y pasar de los fracasos a la victoria. Pero, ¿ha ocurrido ya el cambio? No. No ha ocurrido, y no hemos logrado aún la victoria. Sin embargo, la victoria puede ser ganada. En la Guerra de resistencia contra el Japón, nos esforzamos precisamente por alcanzar el punto de viraje que nos permita pasar de los fracasos a la victoria. El Movimiento del 4 de Mayo estuvo dirigido contra un gobierno vendepatria, un gobierno que se confabulaba con el imperialismo y traficaba con los intereses de la nación, un gobierno que oprimía al pueblo. ¿Era necesario o no combatir a un gobierno de ese tipo? Si no lo hubiera sido, el Movimiento del 4 de Mayo habría sido un error. Resulta a todas luces obvio que a un gobierno de tal índole hay que combatirlo; a un gobierno vendepatria hay que derrocarlo. Veamos. Mucho antes del Movimiento del 4 de Mayo, el Dr. Sun Yat-sen fue ya rebelde al gobierno de aquel entonces; se opuso al gobierno de la dinastía Ching y lo derrocó. ¿Tenía razón al actuar así? En mi opinión, tenía toda la razón, porque combatía a un gobierno que, en vez de resistir al imperialismo, se coludía con él, a un gobierno que no era revolucionario, sino que reprimía a la revolución. El Movimiento del 4 de Mayo Fue un movimiento revolucionario justamente porque se opuso a un gobierno vendepatria. Así es como la juventud de toda China debe considerar al Movimiento del 4 de Mayo. Hoy, cuando el pueblo entero se levanta heroicamente para resistir al Japón, todos estamos decididos a derrotar, cueste lo que cueste, al imperialismo japonés, y no dejaremos que surjan nuevos vendepatrias ni permitiremos que la revolución vuelva a fracasar, pues hemos aprendido la lección de los fracasos del pasado. A excepción de un pequeño sector, la juventud china ha despertado y está decidida a vencer; reflejo de esto es la proclamación del 4 de mayo como Día de la Juventud. Marchamos por el camino de la victoria, y, siempre que todo el pueblo aúne sus esfuerzos, la revolución china triunfará en la Guerra de resistencia.
Segundo. ¿Contra qué se dirige la revolución china? ¿Cuáles son sus blancos? Como todo el mundo sabe, uno es el imperialismo, y el otro, el feudalismo. ¿Cuáles son los blancos de la revolución en este momento? Uno es el imperialismo japonés, y el otro, los colaboracionistas chinos. Para llevar a cabo la revolución debemos derrocar al imperialismo japonés y a los colaboracionistas. ¿Quién hace la revolución? ¿Cuál es la fuerza principal de la revolución? El pueblo. Las fuerzas motrices de la revolución son el proletariado, el campesinado y los miembros de otras clases que estén dispuestos a luchar contra el imperialismo y el feudalismo. Estas son las fuerzas revolucionarias antiimperialistas y antifeudales. Pero, ¿cuáles de ellas son las fuerzas básicas, la espina dorsal de la revolución? Los obreros y campesinos, que constituyen el 90 por ciento de la población. ¿Cuál es el carácter de la revolución china? ¿Qué revolución estamos realizando ahora? Estamos llevando a cabo una revolución democrático-burguesa, y nada de lo que hacemos rebasa ese marco. Aún no es hora de eliminar la propiedad privada burguesa en general; lo que debemos destruir es el imperialismo y el feudalismo. Esto es lo que llamamos revolución democrático-burguesa. Pero la burguesía ya no es capaz de llevarla hasta el fin, y su cumplimiento será posible sólo con los esfuerzos del proletariado y las amplias masas populares. ¿Cuál es el objetivo de esta revolución? Derrocar al imperialismo y al feudalismo y establecer una república democrática popular. Esta república estará basada en los Tres Principios del Pueblo revolucionarios. Se diferenciará tanto del sistema semicolonial y semifeudal del presente como del sistema socialista del futuro. Los capitalistas no tendrán cabida en la sociedad socialista, pero bajo la democracia popular aún debe permitirse su existencia. ¿Habrá siempre lugar para los capitalistas en China? No, en el futuro no lo habrá en absoluto. Así será no sólo en China sino también en todo el mundo. En el futuro, en ningún país, sea Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Japón Alemania o Italia, habrá lugar para los capitalistas, y China no puede ser una excepción. La Unión Soviética ha establecido ya el socialismo, y sin duda alguna el mundo entero seguirá su ejemplo. China, en su desarrollo, llegará necesariamente al socialismo; esta es una ley ineluctable. Pero, en la etapa actual, nuestra tarea no es implantar el socialismo, sino destruir al imperialismo y al feudalismo, poner fin a la actual condición semicolonial y semifeudal de China y establecer un régimen de democracia popular. En esto debe empeñarse la juventud de todo el país.
Tercero. ¿Cuáles son las lecciones de la revolución china? Esta es también una cuestión importante que debe comprender la juventud. En rigor, la revolución democrático-burguesa antiimperialista y antifeudal de China fue iniciada por el Dr. Sun Yat-sen, y dura ya más de cincuenta años. En cuanto a la agresión capitalista extranjera contra China, lleva ya cerca de cien años. Durante este siglo se produjo primero la Guerra del Opio en que se luchó contra la agresión inglesa, y luego la Guerra del Reino Celestial Taiping, la Guerra Chino-Japonesa de 1894, el Movimiento Reformista de 1898, el Movimiento Yijetuan, la Revolución de 1911, el Movimiento del 4 de Mayo, la Expedición al norte y la guerra sostenida por el Ejército Rojo. Aunque estas luchas difirieron unas de otras, todas tuvieron como propósito repeler al enemigo extranjero o cambiar la situación existente. Sin embargo, sólo con el Dr. Sun Yat-sen comenzó una revolución democrático-burguesa más o menos claramente definida. Durante estos cincuenta años, la revolución iniciada por él ha tenido éxitos y fracasos. Veamos. ¿No fue acaso un éxito el que la Revolución de 1911 derribara al emperador? Sin embargo, decimos que esta Revolución fracasó porque se limitó a echar a un emperador y China siguió bajo la opresión imperialista y feudal, y la tarea revolucionaria antiimperialista y antifeudal quedó inconclusa. ¿Contra qué estuvo dirigido el Movimiento del 4 de Mayo? Igualmente contra el imperialismo y el feudalismo; pero también fracasó, pues China continuó bajo su dominación. Sucedió lo mismo con la Expedición al norte; esta revolución, con todos sus éxitos, terminó también en fracaso. Cuando el Kuomintang se volvió contra el Partido Comunista2, en China se restauró el dominio total del imperialismo y del feudalismo. El resultado inevitable fue la guerra de diez años sostenida por el Ejército Rojo. Pero en estos diez años de lucha se cumplió la tarea de la revolución sólo en algunas partes de China, y no en todo el país. Si hacemos un balance de la revolución en las pasadas décadas, podremos ver que se han logrado únicamente victorias temporales y parciales, y no una victoria permanente y en escala nacional. Como dijo el Dr. Sun Yat-sen, «No se ha consumado aún la revolución; todos mis camaradas deben continuar luchando». Cabe preguntar ahora: ¿Por qué, después de varias décadas de lucha, la revolución china no ha alcanzado aún su meta? ¿En qué reside la causa? A mi entender, reside en que, primero, el enemigo ha sido demasiado poderoso, y segundo, nuestras fuerzas han sido demasiado débiles. Por ser una parte fuerte y la otra débil, la revolución no ha logrado la victoria. Al afirmar que el enemigo ha sido demasiado poderoso, queremos decir que han sido demasiado poderosas las fuerzas del imperialismo (el factor principal) y del feudalismo. Al decir que nuestras fuerzas han sido demasiado débiles, nos referimos a que lo han sido en los planos militar, político, económico y cultural; pero nuestra debilidad y el consiguiente fracaso en el cumplimiento de la tarea antiimperialista y antifeudal se deben principalmente a que no han sido aún movilizadas las masas trabajadoras, los obreros y campesinos, que constituyen el 90 por ciento de la población. Resumiendo la experiencia de la revolución en los últimos decenios, podemos decir que el pueblo de todo el país aún no ha sido plenamente movilizado, y que los reaccionarios, invariablemente, se han opuesto a dicha movilización y la han saboteado. Sólo cuando estén movilizados y organizados los obreros y campesinos, que constituyen el 90 por ciento de la población, será posible derrocar al imperialismo y al feudalismo. El Dr. Sun Yat-sen dijo en su Testamento:
Durante cuarenta años me he dedicado a la causa de la revolución nacional con el fin de alcanzar la libertad y la igualdad para China. Mi experiencia de estos cuarenta años me ha convencido profundamente de que, para lograr este objetivo, debemos despertar a las masas populares y unirnos en una lucha común con las naciones del mundo que nos traten en pie de igualdad.
Han transcurrido más de diez años desde la muerte del Dr. Sun, y si los sumamos a los cuarenta años mencionados por él, tenemos en total más de cincuenta. ¿Cuál es la lección de estos años de revolución? Fundamentalmente, «despertar a las masas populares». Ustedes deben estudiar cuidadosamente esta lección; toda la juventud china debe hacerlo. Los jóvenes tienen que saber que, sólo movilizando a las amplias masas obreras y campesinas, que forman el 90 por ciento de la población, podremos derrotar al imperialismo y al feudalismo. Y hoy, a menos que movilicemos a los obreros y campesinos de todo el país, no lograremos vencer al Japón ni establecer una nueva China.
Cuarto. Volvamos al movimiento juvenil. En este mismo día, hace veinte años, se produjo en China un importante acontecimiento, conocido en la historia como el Movimiento del 4 de Mayo, en el cual participaron los estudiantes; fue un movimiento de gran significación. ¿Qué papel ha desempeñado la juventud china a partir de entonces? En cierta medida, un papel de vanguardia, que, salvo los recalcitrantes, todo el país reconoce. ¿En qué consiste ese papel de vanguardia? En tomar la cabeza, en marchar al frente de las filas revolucionarias. En las filas antiimperialistas y antifeudales del pueblo chino milita un contingente de jóvenes intelectuales y estudiantes. Es un contingente de considerable magnitud que, a pesar de los muchos que han dado su vida, suma hoy varios millones. Forma un ejército, y muy importante, en la lucha contra el imperialismo y el feudalismo. Pero este ejército solo no es suficiente; no podemos derrotar al enemigo contando únicamente con él, ya que, pese a todo; no constituye la fuerza .principal. ¿Cuál es, entonces, la fuerza principal? Los obreros y campesinos. Nuestros jóvenes intelectuales y estudiantes deben ir a las masas obreras y campesinas, que representan el 90 por ciento de la población, y movilizarlas y organizarlas. Si no tuviéramos esta fuerza principal, los obreros y campesinos, si no contáramos más que con el contingente de jóvenes intelectuales y estudiantes, no podríamos vencer al imperialismo y al feudalismo. Por lo tanto, los jóvenes intelectuales y estudiantes de todo el país deben integrarse con las amplias masas obreras y campesinas y formar con ellas un solo cuerpo; únicamente así se podrá crear un ejército poderoso. ¡Un ejército de cientos de millones de hombres! Sólo con este inmenso ejército destruiremos las sólidas posiciones del enemigo y sus últimos baluartes. Al evaluar el movimiento juvenil del pasado desde este punto de vista, es preciso señalar una tendencia errónea: en el movimiento juvenil de las últimas décadas, un sector de los jóvenes se ha negado a unirse con las masas obreras y campesinas y se ha opuesto al movimiento obrero y campesino; esto constituye una contracorriente dentro del movimiento juvenil. En realidad, estos jóvenes son poco inteligentes, pues rechazan unirse con las masas obreras y campesinas, que abarcan al 90 por ciento de la población, e incluso se oponen radicalmente a ellas. ¿Es buena esta tendencia? Consideró que no, porque al oponerse a los obreros y campesinos, esos jóvenes están oponiéndose a la revolución; por eso decimos que es una contracorriente dentro del movimiento juvenil. Un movimiento juvenil que tuviese tal naturaleza no llegaría a nada bueno. Hace unos días escribí un breve artículo3 en el cual señalaba:
En último término, el criterio para distinguir entre los intelectuales revolucionarios y los no revolucionarios o los contrarrevolucionarios es ver si están dispuestos o no a integrarse con las masas obreras y campesinas, y si realmente lo hacen.
Aquí planteo un criterio que considero como el único válido. ¿Cómo juzgar si un joven es revolucionario? ¿Cómo discernirlo? Sólo hay un criterio: ver si está dispuesto a integrarse, y se integra en la práctica, con las grandes masas obreras y campesinas. Es revolucionario si lo quiere hacer y lo hace; de otro modo es no revolucionario o contrarrevolucionario. Si se integra hoy con las masas obreras y campesinas, es hoy revolucionario; si mañana deja de hacerlo o pasa a oprimir a la gente sencilla, se transformará en no revolucionario o en contrarrevolucionario. Hay jóvenes que se limitan a perorar sobre su fe en los Tres Principios del Pueblo o en el marxismo, pero esto no prueba nada. Fíjense. ¿No habla Hitler de su fe en el «socialismo»? ¡También Mussolini era «socialista» hace veinte años! Y ¿qué es en el fondo su «socialismo»? ¡Fascismo! ¿No «creyó» en otro tiempo Chen Tu-siu en el marxismo? ¿Y qué hizo más tarde? Se pasó a la contrarrevolución. ¿No «creó» Chang Kuo-tao en el marxismo? ¿Qué ha sido de él? Ha desertado y se ha hundido en la ciénaga. Algunas personas se autodenominan «seguidores de los Tres Principios del Pueblo» y hasta viejos partidarios de estos Principios; pero ¿qué hacen? Resulta que su Principio del Nacionalismo significa coludirse con el imperialismo; su Principio de la democracia, oprimir a la gente sencilla, y su Principio de la vida del pueblo, chupar al pueblo hasta la última gota de sangre. Son partidarios de los Tres Principios del Pueblo sólo de dientes afuera. Por eso, cuando queremos juzgar a una persona y saber si es un verdadero o un falso partidario de los Tres principios del pueblo, o si es un verdadero o un falso marxista, basta con ver cuál es su relación con las amplias masas obreras y campesinas, y de este modo todo quedará claro inmediatamente. Este es el único criterio; no hay otro. Espero que la juventud de todo el país jamás se dejará arrastrar por esa siniestra contracorriente, sino que comprenderá bien que los obreros y campesinos son sus amigos y marchará hacia un luminoso futuro.
Quinto. La presente Guerra de resistencia contra Japón es una nueva fase, la más grandiosa, vigorosa y dinámica de la revolución china. En esta fase, a los jóvenes les incumbe una gran responsabilidad. En las últimas décadas nuestro movimiento revolucionario ha atravesado numerosas fases de lucha, pero en ninguna de ellas ha tenido tanta amplitud como en la actual Guerra de resistencia. Al sostener que la revolución china tiene ahora características que la distinguen de lo que era, y que pasará de los fracasos a la victoria, estamos diciendo que las grandes masas populares de China han progresado, de lo cual es una clara prueba el progreso de la juventud. De ahí que la Guerra de resistencia haya de triunfar, y así será ineluctablemente. Como todos saben, nuestra política básica en la Guerra de resistencia es la de frente único nacional antijaponés, que tiene por objetivo derrocar al imperialismo japonés y a los colaboracionistas, transformar la vieja China en una nueva China y liberar a toda la nación de su condición semicolonial y semifeudal. La actual falta de unidad en el movimiento juvenil chino es una grave deficiencia. Ustedes deben continuar esforzándose por alcanzar la unidad, porque la unidad hace la fuerza. Deben ayudar a la juventud de todo el país a comprender la situación actual, a alcanzar la unidad y a llevar la resistencia hasta el fin.
Sexto y último. Me referiré ahora al movimiento juvenil de Yenán. Este es el modelo para el movimiento juvenil de todo el país. Su orientación es la orientación para el movimiento juvenil del país entero. ¿Por qué? Porque esta orientación es correcta. Veamos. La juventud de Yenán no sólo ha trabajado por la unidad, sino que lo ha hecho muy bien. Ha logrado la cohesión y la unidad. En Yenán, los jóvenes intelectuales, estudiantes, obreros y campesinos están todos unidos. Gran número de jóvenes revolucionarios de todo el país, y hasta de comunidades chinas en el extranjero, han venido a Yenán a estudiar. La mayoría de los asistentes al mitin de hoy proceden de lugares situados a miles e incluso decenas de miles de kilómetros; llámense Chang o Li, sean hombres o mujeres, obreros o campesinos, a todos los une una misma voluntad. ¿No debe considerarse esto como un modelo para todo el país? La juventud de Yenán, además de estar unida, se integra con las masas obreras y campesinas, lo cual, con mayor razón todavía, constituye un modelo para todo el país. ¿Qué hace la juventud de Yenán? Aprende la teoría de la revolución y estudia los principios y métodos para resistir al Japón y salvar a la nación; lleva a cabo la campaña por la producción, y ha roturado miles de mu de tierra. La roturación y cultivo de tierras es algo que ni el propio Confucio hizo. La escuela que él dirigía contaba con un buen número de estudiantes: «setenta notables y tres mil discípulos»; ¡una escuela floreciente! Así y todo, tenía muchos menos estudiantes de los que hay en Yenán, y, además, ellos no sentían la menor afición a las campañas por la producción. Cuando sus discípulos le preguntaron cómo arar los campos, Confucio respondió: «No lo sé; yo no valgo en eso lo que un agricultor». En otra ocasión le preguntaron sobre cómo cultivar hortalizas, y contestó: «No lo sé; yo no valgo en eso lo que un hortelano». En la China antigua, los jóvenes que estudiaban con un sabio no aprendían la teoría de la revolución ni tomaban parte en el trabajo físico. Hoy, en vastas regiones de nuestro país, apenas si se enseña en las escuelas la teoría de la revolución y no se habla de campaña por la producción. Sólo aquí, en Yenán, y en las bases de apoyo antijaponesas, situadas en la retaguardia del enemigo, la juventud es radicalmente diferente; es de verdad la vanguardia en la causa de la resistencia al Japón y de la salvación nacional, porque su orientación política es correcta y lo son también sus métodos de trabajo. Por ello digo que el movimiento juvenil de Yenán es el modelo para el movimiento juvenil de todo el país.
Considero que el mitin de hoy tiene gran significación. Por mi parte, he dicho cuanto quería decir. Espero que ustedes estudiarán las experiencias de la revolución china en los últimos cincuenta años, desarrollarán lo que hay de positivo y desecharán lo erróneo, de manera que la juventud se integre con el pueblo de todo el país y la revolución pase de los fracasos a la victoria. Cuando la juventud y el pueblo entero se hallen movilizados, organizados y unidos, el imperialismo japonés será derrotado. Todo joven debe asumir esta responsabilidad. Cada uno de ustedes debe ser diferente de lo que era en el pasado y dedicarse con gran resolución a unir a toda la juventud y organizar a todo el pueblo para derrocar al imperialismo japonés y transformar la vieja China en una nueva China. Esto es lo que espero de ustedes.
Mao Zedong
4 de mayo de 1939
- En un principio, el 4 de mayo fue proclamado Día de la Juventud China por la organización juvenil de la Región Fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia. Presionado por el auge patriótico de las amplias masas juveniles, el gobierno del Kuomintang lo aceptó. Pero posteriormente proclamó Día de la juventud el 29 de marzo (día conmemorativo de los mártires revolucionarios caídos durante el Levantamiento de Cantón en 1911), porque, temiendo que la juventud se revolucionarizara, consideró peligroso celebrar el 4 de mayo. Sin embargo, en las bases de apoyo revolucionarias, dirigidas por el Partido Comunista, se continuó considerando el 4 de mayo como Día de la Juventud. Después de la fundación de la República Popular China, el Consejo Administrativo del Gobierno Central Popular lo proclamó oficialmente Día de la Juventud China, en diciembre de 1949.
- Se refiere a los golpes de Estado contrarrevolucionarios dados en 1927 por Chiang Kai-shek en Shanghai y Nankín, y por Wang Ching-wei en Wuján.
- Se refiere al artículo El Movimiento del 4 de Mayo.