Al tratar del fascismo, lo primero que se impone es precisar la significación del vocablo. Con frecuencia, es erróneamente considerado como fascista todo gobierno burgués que prescinde, como tal, de las instituciones democráticas y se distingue por su política represiva. Si esta apreciación fuese justa, habría que considerar como fascistas, por ejemplo, al zarismo ruso, la dictadura de Porfirio Díaz en Méjico antes de la guerra, la dictadura que reina en Yugoslavia o la de primo de Rivera, que acaba de hundirse tan poco gloriosamente en España. Es evidente que la aplicación de métodos dictatoriales y represivos no constituye el único rasgo característico del fascismo.
Intentaremos resumir, en una forma concisa, las causas y las peculiaridades de este movimiento.
A nuestro juicio, sus causas fundamentales son las siguientes:
- el desencanto producido por los resultados de la guerra;
- la inconsistencia de las relaciones capitalistas y la necesidad de consolidarlas por medios dictatoriales;
- la amenaza o el fracaso de la revolución proletaria;
- la existencia de un gran número de elementos sociales déclassés;
- el descontento y la desilusión de la pequeña burguesía
¿Cuáles son los rasgos característicos del movimiento?
- el propósito decidido de consolidar el predominio del gran capital;
- el abandono y menosprecio de las instituciones democráticas y su sustitución por métodos netamente dictatoriales;
- la represión encarnizada contra el proletariado (destrucción de las organizaciones obreras por recursos plebeyos, según la acertada expresión de Trotsky, medidas de extrema violencia, sin detenerse ante la destrucción física, contra los militantes obreros, supresión de las mejoras conquistadas para la clase trabajadora, establecimiento de un régimen de esclavitud en las fabricas, etc.);
- la utilización, como base del movimiento, de la pequeña burguesía urbana y rural y de los elementos déclassés (especialmente de los ex-oficiales del ejército regresados del frente);
- una política exterior de expansión imperialista
Este análisis esquemático no se basa en consideraciones apriorísticas, como los juicios del Sr. Cambó, sino en el estudio de la experiencia del movimiento fascista no solo en Italia, sino también en Alemania, Polonia, Austria, Checoslovaquia, etc. El examen más detallado del fascismo italiano nos demostrará la justeza de nuestro análisis.