Buenos Aires, sede de la Asociación de Trabajadores del Estado, el mayor gremio de empleados estatales del país; casi un centenar de personas y decenas de adhesiones de colectivos sociales y las principales entidades políticas y sindicales, así como de dirigentes de las fuerzas gremiales más importantes del país que o ya se conocían o se iban comunicando a medida que tanscurría el acto. Una bandera vasca y la histórica pancarta que exige el reagrupamiento de los presos políticos vascos en cárceles situadas cerca de sus familias. Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, entre el público. Al igual que el abogado Eduardo Soares, de Convocatoría por la Liberación Nacional y Social y organizaciones sociales como el Comedor «Los Pibes» o las Organizaciones Libres del Pueblo, del histórico militante revolucionario Roberto Perdía. Un dantzari bailando el aurresku(danza vasca de saludo), y dos jóvenes vascos percutiendo la txalaparta, el mítico instrumento popular.
«Euskal Herria: una excepción frente al discurso dominante»
De un modo poético, cultural, político o social, todos los ponentes coincidían en definir el caso de Euskal Herria como un caso excepcional de confrontación política y social en la Europa del pacto social. El escritor Vicente Zito Lema citaba a otro exponente de la cultura vasca, al histórico poeta Joseba Sarrionandia, aquel que protagonizara en 1985 una espectacular fuga de la prisión española de Martutene y que sigue escribiendo poesía desde la clandestinidad, y «estas cosas me recuerdan a cuando en la Argentina sufríamos este tipo de represión y donde todos los aspectos esenciales de la vida de un pueblo estaban prohibidos».
Guillermo Paniagua, portavoz en este evento de Askapena, el organismo de solidaridad internacional del movimiento de liberación nacional vasco, manifestaba «la sinergía que el conflicto político ha provocado en el movimiento obrero y popular» es excepcional respecto al clima de desmovilización que se ha vivido en otras partes de Europa.
La hora de los pueblos sin Estado
Para Atilio Borón, que desgranó el contexto mundial de crisis económica, no le cabía ninguna duda: «para hacer frente a la crisis sistémica, hay que buscar soluciones fuera del sistema». Carlos Aznárez, que presentaba el acto, leía un texto del actor Norman Briski(que estaba entre el público) que decía: «Sabemos porque el cuerpo del combate está al borde de romper fronteras, de grabar en la arena la mejor historia… tal vez la primera».
«Recomiendan a Grecia, España y Portugal recortar su gasto público, pero aumentan su gasto militar.[…] La crisis capitalista, que no se ha producido por un aumento de la combatividad del movimiento obrero, se produce por su falta de respuesta a problemas básicos que ponen en entredicho su viabilidad y existencia. […]Esta es una crisis que da la oportunidad de emancipar a los pueblos sin Estado», decía Borón. «Es un marco para nuestra apuesta de construcción de un Estado vasco de carácter socialista», afirmaba Paniagua.
El caso Garzón
Irene López de Vicuña, que habló como portavoz de Euskal Herriko Lagunak-Argentina(EHL), mencionaba como hecho fundamental de la actividad de solidaridad con Euskal Herria las firmas recogidas en varios países de América Latina contra el Juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón. Guillermo Paniagua sintetizaba: «el juez que ahora se presenta como defensor de los Derechos Humanos es el mismo creador de la doctrina del «todo es ETA», que ha servido para proscribir organizaciones políticas, sociales, culturales o medios de comunicación». El manifiesto que mencionaba la portavoz de EHL denunciaba las prácticas de tortura imputadas al tribunal especial del que ha formado parte el «juez estrella», y su asesoramiento al Gobierno colombiano de Álvaro Uribe sobre la necesidad de la incomunicación de los detenidos políticos.
La apuesta por vías exclusivamente políticas
El portavoz de Askapena retomaba el asunto que había sido el centro de atención en los últimos meses en el conflicto político: la apuesta estratégica de la izquierda abertzale por vías exclusivamente políticas, y el emplazamiento a la organización armada vasca ETA y al Gobierno español de la apertura de un proceso de diálogo que desemboque en una resolución definitiva del conflicto armado mediante el reconocimiento del derecho de autodeterminación. «¿Cuál ha sido la respuesta del Gobierno español?: la detención de los redactores del documento, la detención de 34 jóvenes vascos en diciembre de 2009 o redadas contra los abogados de presos vascos[…]. Y el caso de Jon Anza, un militante revolucionario secuestrado y muerto a los pocos días, cuyo cadáver apareció 9 meses después en Francia, y que los gobiernos español y francés niegan que se pueda abrir una investigación independiente. Todo apunta a las Fuerzas de Seguridad españolas».
El nuevo marco político que se abriría con esta apuesta, implicaría aumentar el espacio de apoyo social a la izquierda abertzale, «algo que nos recuerda mucho al proceso iniciado con el acuerdo Lizarra-Garazi[acuerdo celebrado en 1998 que implicó un compromiso para la paz entre todos los agentes políticos y sociales vascos], donde la izquierda abertzale salió reforzada». Frente a este marco represivo, Paniagua mencionó el documento coordinado por el negociador sudafricano Brian Currin, respaldado por organismos internacionales y que respalda la apuesta de la izquierda abertzale.
Vicente Zito Lema leía el poema de Gabriel Aresti «La casa de mi padre»: Contra los lobos, contra la sequía, contra la usura, contra la justicia, defenderé la casa de mi padre. Y Carlos Aznárez terminaba con un Gora Euskal Herria!(Viva la patria vasca). ¿Quien dice que no hay respaldo internacional al pueblo vasco?(1).
1‑En el mes de julio de 2009, el Ministerio del Interior español remitía a las embajadas españolas en el mundo, y en especial a Latinoamérica, la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que confirmaba la ilegalización de la organización política vasca Batasuna «por motivos de imperiosa necesidad y para el mantenimiento de la seguridad y la defensa del orden», con el fin de su difusión en sus países de destino y, de alguna manera, impedir los apoyos internacionales que podría recabar el movimiento de liberación nacional vasco en el exterior de cara a un proceso de diálogo político. No ha tenido demasiado efecto.
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/07/11/espana/1247323191.html