La mentalidad de «insurrectos errantes» en el plano político ha surgido en el Ejército Rojo, debido a la existencia en el país de una enorme masa de vagabundos, especialmente en las provincias del sur, y a la incorporación de un gran número de estos elementos al Ejército. Esta mentalidad se manifiesta como sigue:
- Algunas personas no están dispuestas a emprender la ardua tarea de crear bases de apoyo y establecer el poder popular para ampliar nuestra influencia política, sino que pretenden ampliarla sólo mediante acciones guerrilleras errantes.
- Para engrosar las filas del Ejército Rojo, no siguen la línea de incrementar los destacamentos locales de guardias rojos y las unidades locales del Ejército Rojo hasta transformarlos en fuerzas regulares de éste, sino la línea de «reclutar soldados y comprar caballos» y «alistar desertores y admitir amotinados».
- No tienen paciencia para luchar arduamente junto a las masas, y sólo desean ir a las grandes ciudades para comer y beber a sus anchas.
Todas estas manifestaciones de la mentalidad de «insurrectos errantes» estorban enormemente el cumplimiento de las justas tareas del Ejército Rojo; por eso la eliminación de esta mentalidad es un importante objetivo de la lucha ideológica dentro de la organización del Partido en el Ejército Rojo. Hay que comprender que, en las condiciones actuales, ya es inadmisible actuar al estilo de los «insurrectos errantes» tipo Juang Chao1 y Li Chuang2.
Métodos de rectificación:
- Intensificar el trabajo de educación y criticar las ideas incorrectas para eliminar la mentalidad de «insurrectos errantes».
- Intensificar, entre las unidades básicas del Ejército Rojo y entre los prisioneros recién incorporados, la labor educativa para combatir el espíritu de vagabundo.
- Conseguir que activistas obreros y campesinos experimentados en la lucha se alisten en el Ejército Rojo, a fin de cambiar su composición.
- Crear nuevas unidades del Ejército Rojo entre las masas de obreros y campesinos empeñadas en la lucha.
- Líder de una sublevación campesina ocurrida a fines de la dinastía Tang. En el año 875 dne, partiendo de su tierra natal Tsaochou (hoy distrito de Jetse, provincia de Shantung), dirigió a los campesinos armados en victoriosos combates contra las fuerzas imperiales y se hizo llamar «Gran General que Asalta el Cielo». En el curso de una década, barrió la mayoría de las provincias en las cuencas del río Amarillo, el río Yangtsé, el río Juai y el río de la Perla, llegando hasta Kuangsí. Finalmente irrumpió por el paso de Tungkuan, tomó la capital imperial, Changan (hoy Sían, provincia de Shensí), y se hizo coronar como Emperador de Chi. Las disensiones internas y los ataques de las tropas de la tribu Shatuo, aliada de los Tang, obligaron a Juang Chao a abandonar Changan y retirarse a su tierra natal, donde se suicidó. La guerra que sostuvo durante diez años, es una de las guerras campesinas más célebres en la historia de China. Los historiadores dinámicos escriben que en aquella época «todos los que sufrían la pesada carga de los impuestos se sumaban a él». Pero como Juang Chao se limitó a llevar a cabo operaciones móviles sin crear bases de apoyo relativamente sólidas, sus hombres fueron calificados de «insurrectos errantes».
- Li Chuang, o Li Tsi-cheng, nativo del distrito de Michi, provincia de Shensí, fue dirigente de una sublevación campesina que condujo al derrocamiento de la dinastía Ming. La sublevación empezó en el Norte de Shensí en 1628. Li Tsi-cheng se unió a las fuerzas insurrectas dirigidas por Kao Ying-siang, avanzó sobre Jonán y Anjui y volvió luego a Shensí. Después de la muerte de Kao Ying-siang en 1636, Li lo sucedió bajo el nombre de Rey Chuang. Avanzó sobre las provincias de Shensí, Sechuán, Jonán y Jupei y finalmente, en 1644, tomó Pekín, la capital del imperio, hecho que llevó al suicidio al último emperador Ming. La principal consigna que Li Tsi-cheng dirigía a las masas populares era: «Apoyad al Rey Chuang y no pagaréis impuestos en grano». Otra consigna que formuló a fin de establecer una rigurosa disciplina entre sus hombres fue: «Todo asesinato será considerado como asesinar a mi padre, y toda violación, como violar a mi madre». Así conquistó el apoyo de las masas, y su movimiento se convirtió en la corriente principal dentro de las sublevaciones campesinas que en aquel entonces se producían en todo el país. Sin embargo, como tampoco estableció bases de apoyo más o menos sólidas y vagó continuamente de un lugar a otro, terminó siendo derrotado por Wu San-kui, general de los Ming, quien se coludió con las tropas Ching en un ataque conjunto contra Li.