Por planificación total entendemos una planificación que tenga en cuenta a nuestros 600 millones de habitantes. Al trazar los planes, manejar los asuntos o considerar los problemas, debemos partir del hecho de que China tiene una población de 600 millones de habitantes, hecho que no podemos olvidar jamás. ¿Por qué se plantea semejante cuestión? ¿Acaso puede haber quien aún no sepa que nuestro país tiene una población de 600 millones? Todos lo saben, naturalmente, pero, en la práctica, algunos lo olvidan y les parece que sería mejor cuanto menos gente hubiera y más reducido fuera el círculo. Los que tienen esta mentalidad de pequeño círculo ofrecen resistencia a la idea de poner en juego todos los factores positivos, unir a todos los que son susceptibles de ser unidos y, en la medida de lo posible, transformar los factores negativos en positivos para que sirvan a la gran causa de la edificación de una sociedad socialista. Espero que esa gente ensanche sus horizontes y reconozca de veras que tenemos una población de 600 millones, que éste es un hecho objetivo y que constituye nuestro capital. Nuestra población numerosa es una cosa buena, pero, claro está, que implica también dificultades. Nuestra construcción se desenvuelve con ímpetu en todos los terrenos y ha conseguido grandes éxitos, pero en el actual periodo de transición, de grandes cambios sociales, hay aún muchos problemas difíciles. La existencia simultánea del avance y las dificultades es, precisamente, una contradicción. Sin embargo, todas las contradicciones no sólo deben ser resueltas sino que pueden serlo por completo. Nuestro política es planificación total y disposiciones apropiadas. En todos los problemas, ya se trate de cereales, de calamidades de la naturaleza, del empleo, la educación, los intelectuales, del frente único de todas las fuerzas patriotas, de las minorías nacionales, o de otros problemas, hay que partir del punto de vista de la planificación total que toma en consideración a todo el pueblo, y tomar las diversas disposiciones apropiadas de acuerdo con las posibilidades reales en el tiempo y lugar dados, una vez se consulte a los interesados. De ningún modo se pueden eludir las cuestiones, arguyendo que la gente es muchísima, está muy atrasada y que el asunto es complicado y difícil de realizar. ¿Significa lo dicho que el Gobierno debe preocuparse de cada habitante y de la ejecución de todas las cosas? Claro está que no. En muchos casos, pueden preocuparse de ellos las organizaciones sociales o las masas directamente, ya que ambas son plenamente capaces de idear muchas buenas soluciones. Esto también entra dentro de la política de planificación total y disposiciones apropiadas. Debemos orientar hacer así a las organizaciones sociales y a las masas de todas las regiones del país.