Antifascismo, frente de lucha del movimiento juvenil.
Javier Ortega * La Haine.
Lo más destacable es el potencial de este antifascismo, que reside en la denuncia integral del sistema que cada vez se está realizando con mayor empecinamiento.
Las movilizaciones en recuerdo de Carlos del pasado 11 de noviembre han vuelto a poner de manifiesto que la lucha antifascista es el ámbito de trabajo político de referencia para buena parte de la juventud del estado español.
Charlas, jornadas, actos, conciertos, movilizaciones… bajo el título genérico de “noviembre antifascista” numerosas plataformas y coordinadoras antifascistas del Estado español están dando contenido político a un mes que por tradición (porque el 20 de noviembre de 1975 murió Franco pero continuaron las bases de su régimen) se está convirtiendo en un mes de expresión de las luchas juveniles.
Javier Ortega * La Haine.
Lo más destacable es el potencial de este antifascismo, que reside en la denuncia integral del sistema que cada vez se está realizando con mayor empecinamiento.
Las movilizaciones en recuerdo de Carlos del pasado 11 de noviembre han vuelto a poner de manifiesto que la lucha antifascista es el ámbito de trabajo político de referencia para buena parte de la juventud del estado español.
Charlas, jornadas, actos, conciertos, movilizaciones… bajo el título genérico de “noviembre antifascista” numerosas plataformas y coordinadoras antifascistas del Estado español están dando contenido político a un mes que por tradición (porque el 20 de noviembre de 1975 murió Franco pero continuaron las bases de su régimen) se está convirtiendo en un mes de expresión de las luchas juveniles.
La crisis económica se extiende por las arterias de la clase trabajadora y se hace difícil una respuesta desde la calle. Exceptuando el caso de Euskal Herria, donde la mayoría sindical realizó el pasado mes de mayo una exitosa huelga general, en el resto del estado los movimientos obreros están desarrollando una lucha tenaz para superar la hegemonía burócrata de CCOO-UGT en el ámbito sindical. Catalunya, Andalucía y Galiza son buenos ejemplos del empuje de las luchas laborales que están dándose al margen de las estructuras controladas por la patronal y el gobierno.
Por otro lado el movimiento republicano, que en los últimos años ha tenido una participación notable, trabaja para mantenerse viva denunciando las cloacas del sistema.
Sin embargo en estos movimientos escasea la presencia de los jóvenes. Fuera de los marcos de la lucha independentista, donde la juventud suele participar en mayor o menor medida dependiendo del contexto, los jóvenes en el Estado español están sin duda más activos en el movimiento antifascista.
Y lo más destacable es el potencial de este antifascismo, que no reside solamente en el enfrentamiento contra los nazis, algo a lo que muchos tratan de reducir, sino también en la denuncia integral del sistema que cada vez se está realizando con mayor empecinamiento.
No tiene sentido relacionar al fascismo únicamente con los nazis que utilizan la violencia a pie de calle. En el contexto del Estado español, hablar de fascismo es hablar de un Jefe del Estado español actual (el rey Juan Carlos I) que fue nombrado por Francisco Franco, al cual todos los presidentes de la “democracia” le han jurado lealtad. Es hablar de que Carlos Palomino y otras víctimas del fascismo fueron asesinados a manos de militares, y eso no fue casualidad. Es hablar de ataque a los derechos fundamentales de los trabajadores a través de un “consenso con los agentes sociales”. Es hablar de privatización de la educación y la salud. Es hablar de cientos de presos políticos en las cárceles, de Ley de Partidos, de derecho de autodeterminación de los pueblos. Es hablar de capitalismo y de imperialismo.
Estos contenidos están siendo poco a poco promovidos por los movimientos juveniles antifascistas, dando motivo a la esperanza en la regeneración de la lucha revolucionaria.
Por eso ante el asesinato de Carlos Palomino la lucha no se ha centrado en pedir cárcel como forma de resolver el problema. Por contra, se ha centrado en decirle al gobierno, al fascismo y al capital que, por encima de lo que diga la justicia española heredera del franquismo, “el mejor homenaje es continuar la lucha”.
Por eso ante el asesinato de Carlos Palomino la lucha no se ha centrado en pedir cárcel como forma de resolver el problema. Por contra, se ha centrado en decirle al gobierno, al fascismo y al capital que, por encima de lo que diga la justicia española heredera del franquismo, “el mejor homenaje es continuar la lucha”.
En los próximos días, de nuevo el 20N será la causa para que miles de jóvenes salgan a la calle.