La segunda arista de la concepción marxista del mundo: la dialéctica (décima aproximación).
Tras el capítulo dedicado a Marx y Engels y a “La cristalización de la concepción de origen engelsiano”, el último apartado del curso sobre “Inducción y dialéctica”, impartido por Sacristán durante el año académico 1982 – 1983 en la UNAM mexicana, llevaba por título “Crítica de la dialéctica en la tradición marxista o socialista”. Estaba dividido en seis puntos; el tercero estaba dedicado a “El caso Korsch”. Seguía el siguiente esquema:
“3.1. Atractivo del personaje: su evolución, en el curso de la cual, luces y oscuridades de gran interés.
3.2. Valentía y sinceridad.
3.21. Aunque restricciones mentales.
3.3. Continuidad a través de los grandes cambios.
3.4. Su primera concepción de la dialéctica.
3.4.1. Versión tradicional de la dialéctica en 1923, con rasgo personal.
3.4.2. Arranque idealista anti-positivista, como Lukács (coetáneo y condenado), 1924.
3.4.2.1. Pero trabajará sobre eso, no se verá intelectualmente forzado, como Lukács, a cambiar de ruta.
3.4.3. Aún mantiene posiciones hegeliano-lukácsianas en la Antikritik de 1930.
3.4.3.1. En parte por oponerse al marxismo-leninismo.
3.4.3.2. Y con el importante rechazo de la tesis de la Umstülpung [inversión], que, aunque no nueva en él, cobra particular relieve en la Antikritik.
3.4.4. Por otra parte, desde muy pronto (Marxismus und Philosophie), noción concreta de la dialéctica, más epistemológica que metodológica: ciencia conceptual de la historia.
3.4.5. Por otra parte, también desde muy temprano, 1924, concepción de una ciencia dialéctica no pura, sino revolucionaria.
3.4.5.1. “Grandeza y miseria.» del filosofar de Korsch, salvo en los últimos años.
3.5. Su segunda concepción de la dialéctica.
3.5.1. A principios de los años 30, Korsch colabora en la Gesellschaft für empirische Philosophie [Sociedad de Filosofía empírica] con Philip Frank, Hans Reichenbach, Ludwig von Mises.
3.5.2. Nueva actitud: conservar un Hegel compatible con la nueva filosofía de la ciencia.
3.5.2.1. Método de Hegel, método axiomático, constructos teóricos modernos.
3.5.2.2. Muy libre comprensión de la filosofía del Círculo de Viena.
3.5.2.3. La culminación de esta época es el Karl Marx [1], obra de muchos planos y muchas restricciones mentales, con restos de anteriores y anticipación de las siguientes. La intervención de Brecht.
3.6. Última presentación de la dialéctica.
3.6.1 Negación del sistema dialéctico (Diamat) en el Karl Marx.
3.6.2. Desformalización del hegelismo de Marx.
3.6.2.1. Muy original, pero dentro de la tradición, a propósito de la distinción método-sistema en la filosofía hegeliana.Karl Marx.
3.6.3. Eliminación de las categorías hegelianas en una versión contenidista, no formal, de la dialéctica.
3.6.4. Dialéctica y teoría de juegos de estrategia (Gerlach).
3.6.5. La “ciencia empírica” marxista, fruto de la dialéctica concreta, contenidista.
3.6.5.1. Ciencia histórica exacta (Althusser).
3.6.5.1.1. Con muy buena captación de Marx en “odres nuevos».
3.6.5.2. Reconocimiento de que esa ciencia tiene un estatuto epistemológico diferente del de la «ciencia burguesa”, porque
3.6.5.2.1. Es «social”.
3.6.5.2.2. Es crítica.
3.6.6. Esta concepción busca aunar la desmesura del programa hegelizante juvenil con el buen sentido epistemológico, que se aprecia en las claras distinciones.
3.6.7. Pero resulta evidente que el Korsch maduro es ambiguo acerca de la «dialéctica”.
3.6.7.1. Pero en esa ambigüedad se puede apreciar una concepción positiva, original, con un defecto importante.
3.6.8. Y, dicho sea de paso, su imponente forcejeo en el Karl Marx entre epistemología standard y aspiraciones marxiano-praxiológicas da a veces frutos notables, muy korschianos.
3.7. El abandono de la dialéctica.
3.7.1. Observación de Gerlach para 1931: ya dialéctica no es para Korsch lógica ni super-lógica.
3.7.2. Rechazo de la dialéctica en 1937.
3.7.3. El programa de «reconstrucción» de Marx”.
No fue, desde luego, la primera ni la última vez en que Sacristán hizo referencia a Korsch. En uno de sus últimos escritos -“¿Para que sirvió el realismo de Lukács?”[2]-, un texto de 1985, señalaba
“[…] Resulta interesante comparar su conducta con la del otro principal filósofo condenado, Karl Korsch, que aquel mismo año había publicado Marxismo y filosofía. Korsch no se retractó de su marxismo primero, tan hegelizante como el de Lukács, ni tampoco rectificó su izquierdismo. Por el contrario, empezó una larga y deprimente carrera de fundador de grupúsculos comunistas radicales que desembocó en el aislamiento completo durante su exilio en EE.UU. Pero lo notable es que Korsch acabó por abandonar completamente, en el curso de su vida, las posiciones hegelianas que compartió con Lukács en los veinte, mientras que éste, que tan prontamente aceptó en política el comunismo centrista de Lenin y el Gobierno soviético, siguió siendo un marxista hegeliano hasta en las grandes obras de su vejez (Estética, 1963). Sólo después de 1968 pareció algo dispuesto a revisar de verdad su pensamiento”.
Sacristán señalaba finalmente que la comparación entre Lukács y Korsch ilustraba acerca de lo torpe que era “identificar adhesión política con homogeneización intelectual, con ortodoxia”, como solía hacerlo la literatura política trivial. Lukács se había adherido al comunismo estaliniano, muy antihegeliano, pero había seguido cultivando su hegelomarxismo a lo largo de los años.
Del mismo modo, en su aproximación a “Lenin y la filosofía” [3], apuntaba una nota crítica sobre las consideraciones usuales entre marxistas, Korsh no excluido, sobre el empiriocriticismo filosófico:
“[…] Cosa análoga ocurre con los izquierdistas neopositivistas de los años 20 y 30. Así, por ejemplo, Korsch criticaba a Lenin, todavía en 1938, por no haber visto “el punto de partida resueltamente materialista en que se basa la filosofía neopositivista”. Esa crítica está fuera de lugar: lo que había que ver y que apreciar ‑ya desde Mach y Bogdánov- era, por ejemplo, el análisis formal que reduce, sólo para fines internos del estudio de los lenguajes científicos, la noción de objetividad a la de intersubjetividad, o la de axiomas evidentes a la de simplicidad, a eficacia deductiva, a “armonía de pensamiento”, como decía Mach. Muchas de esas nociones han sido ya abandonadas, incluso en el trabajo analítico que era su terreno propio y de origen. Pero eran apreciables (y su intención científica sigue siéndolo) como instrumentos destinados a traducir las afirmaciones generales y materiales sobre el mundo por enunciados de contexto interno al trabajo científico mismo y, por lo tanto, de manejo más simple formalmente exacto e inambiguo. En cambio, si esos enunciados se toman por afirmaciones sobre el mundo, entonces se tiene no el análisis de las teorías, no una “crítica de la experiencia”, sino el neopositivismo como filosofía de tipo tradicional…”
Por lo demás, en una nota de traducción a Sociedad antagónica y democracia política de Abendroth [4], Sacristán observaba:
“[…] Traduzco Betriebsverfassung por “constitución industrial” creyendo que el autor [Wolfgang Abendroth] está pensando, aunque no lo diga explícitamente, en temas sugeridos en la tradición marxista alemana, por Karl Korsch a principios de los años veinte. Y el léxico histórico-teórico de éste (Arbeitsverfassung, etc.) recomienda versiones como “constitución del trabajo”, etc.
Complementariamente, anotaciones de Sacristán sobre obras de Korsch pueden verse en el fichero “Dialéctica” depositado en Reserva [5]. Las primeras notas hacen referencia a Marxismus und Philosophie [Marxismo y filosofía]:
1. KK: “Al situar unilateralmente la dialéctica en el objeto ‑en la naturaleza y en la historia- y caracterizar el conocimiento como un reflejo meramente pasivo y una reproducción de ese ser objetivo en la consciencia subjetiva, Lenin y los suyos destruyen en realidad toda relación dialéctica entre el ser y la consciencia y, por consecuencia necesaria, también la relación dialéctica entre la teoría y la práctica” (p. 62)
MSL: En esta vieja inspiración idealista hay siempre una fusión del problema de la actividad del sujeto con el de la naturaleza del producto.
2. “(…) para la concepción dialéctica, método y contenido van inseparables” (p. 63).
MSL: También en este punto la tradición dialéctica (o sea, idealista) es imprecisa: pues es claro que no prohíbe el silogismo para ningún contenido. Lo que es inseparable es la singularidad de procedimiento heurístico.
3. página 100 [Desde “Cuando, por ejemplo, muchos intérpretes burgueses de Marx y también bastantes marxistas…” hasta “… Pues uno de los rasgos esenciales de ese método materialista-dialéctico es que no conoce esa diferencia, sino que consiste más bien esencialmente en la conceptuación teórica de lo histórico”].
MSL: Ese paso magnífico capta en mi opinión la verdad y la inspiración del espíritu dialéctico. Al mismo tiempo, permite bien ver que eso no es ni puede ser un método: es un programa. La debilidad potencialmente acientífica, pseudocientífica, de las dialécticas consiste en no querer admitir que para la realización de ese programa de conocimiento no hay más “métodos”, más instrumentos, que los comunes.
4. pp. 126 – 128 [Desde “El gran defecto básico de este socialismo vulgar consiste en que se aferra “de modo no científico”..” hasta “…una crítica de la economía política no habría podido jamás convertirse en el elemento principal de una teoría de la revolución social”].
MSL: La madre del cordero, como en Lukács. Pero dicho mucho más agudamente. La causa de la locura es la ortodoxia: toma la carrera intelectual de Marx desde la crítica a la teoría como si fuera una demostración, y no una aventura con curvas y rodeos. Pero qué bien expresa lo que ocurrió en la cabeza de Marx. Y de esa locura idealista se desprenderá fácilmente su crítica de la división base-sobreestructura y de las interrelaciones
5. KK: “Esos camaradas creen que la cuestión del método “científico” ha quedado resuelto de una vez para todas en el método empírico de las ciencias de la naturaleza y en el correspondiente método histórico-positivo de las ciencias de la sociedad; y no se dan cuenta de que precisamente ese método, grito de guerra con el cual la clase burguesa ha conducido desde el primer momento su lucha por el poder, sigue siendo hoy el método específicamente burgués de investigación científica” (pp.172 – 173).
MSL: Como lo que añade es la práctica, se puede pensar que siempre sostuvo las ciencias en su “limitación”.
Las segundas observaciones hacen referencia a Karl Marx, el ensayo que él mismo tradujo para Ariel en 1975:
1. pp. 60 – 61 [Desde “Este método tan tremendamente devorador de contradicciones se podía considerar…” hasta “…en sentido materialista y liberada de su mistificación, los métodos específicos de su ciencia materialista de la sociedad”].
MSL: En el Karl Marx, Korsch escribe con una peculiar ambigüedad (a primera vista): en el asunto de la dialéctica, como en cualquier otro, conserva modos de decir ortodoxos en los que ya no cree mucho; pero luego trabaja los conceptos de un modo original. Las frases sobre dialéctica, aparentemente contradictorias, se pueden resolver tal vez en una nueva concepción, en un nuevo uso de “dialéctica” que se puede ir rastreando por todo el libro. El programa es muy bueno, pero contiene todavía la errónea afirmación “ortodoxa” de que eso es un método o ciencia nueva. Mejor sería decir que es un saber o conocimiento nuevo. Logrado, en lo que tiene de sólido, con las ciencias de la academia.
2. KK: “El postulado de Hegel de que la verdad es concreta es teóricamente exagerado y prácticamente irrealizable en el terreno positivo [MSL: Scientia non est de particularibus]. Pero eso Marx lo desarrolla hasta obtener un nuevo principio de conceptuación en la ciencia social, principio que mantiene el carácter histórico específico de todas las relaciones sociales y la realidad de la transformación histórica sin abandonar la generalización y en ella misma” (p. 71)
MSL: Parece que quiere decir (si se concreta y desgermaniza la vaguedad de la formulación) que Marx construye un modelo de leyes y, además, considera históricas estas leyes y el modelo.
[Nota añadida posteriormente por Sacristán: De todos modos, expresa la esencia del programa de Korsch: una ciencia histórica exacta].
3. KK: “Mientras que con el corriente procedimiento de abstracción con que se forman los llamados conceptos “generales”… Marx analiza la particular forma histórica de la sociedad burguesa y llega así a un conocimiento más general del desarrollo social, conocimiento que rebasa realmente dicha forma histórica burguesa” (p. 72).
MSL: Es el paso clave de la concepción de la dialéctica marxiana por KK.
4. KK: “La moderna ciencia de la naturaleza no generaliza cualesquiera rasgos de un objeto empíricamente dado, a la vieja manera aristotélico-escolástica, pasando, por ejemplo, de la piedra que cae a la ley general de caída de las piedras, sino que parte del análisis del caso singular en toda su particularidad, o bien procede del experimento singular realizado bajo condiciones bien precisas a la formulación de la ley de la gravitación universal…”
MSL: Buen análisis, aunque no se pregunta qué guía el análisis previo a la inducción o abstracción.
“Análogamente, una ciencia social rigurosa… Sólo así lleva a ser la investigación de la sociedad una ciencia exacta basada en el experimento y en la observación” (p. 73).
Esta segunda parte es una analogía desmesurada, por las ideas de exactitud y de experimento.
5. p. 200 [Desde “Lo que hizo que el joven Marx, pese a su sana resistencia, sucumbiera finalmente a la filosofía hegeliana…” hasta “…que ya en el período hegeliano habían constituido el verdadero contenido oculto de los conceptos”].
MSL: Una de las causas de que el texto de Korsch deslumbre es que escribe todas las interesantes agudezas que se le ocurren, aunque procedan de puntos de vista diferentes sobre la obra de Marx.
6. p. 239: “(…) al formular su principio materialista, Marx y Engels han partido desde el principio, como de cosa obvia, del hecho de que “una misma base económica ‑misma en cuanto a las condiciones principales- puede mostrar por innumerables circunstancias empíricas diversas… infinitas variaciones y gradaciones en su manifestación, las cuales sólo se pueden entender por el análisis de esas condiciones empíricamente dadas” (K III, MEW 25, 9.800).
MSL: La interesante comprensión de este punto por Korsch, con su cita de K III, da otra luz a la cuestión del ”verdadero método científico”. Es la nueva concepción de la dialéctica típica de Korsch, la cual supone otro trato de las abstracciones, inspirado en el desarrollo hegeliano del concepto. En metodología positiva, el resultado es posiblemente una idiografía científica, “exacta” al decir de Korsch.
7. pp. 249 – 250 [Desde “Para la determinación del tipo particular de relaciones y conexiones que existen entre la “base” económica y la “sobreestructura” jurídica y política…” hasta “(…) El principal trabajo preparatorio de esa resultante determinación moderna respecto de las particulares conexiones que dominan la vida práctica histórico-social, del hombre, se debe, en forma filosófica propia de la época, a la dialéctica hegeliana, y luego, en forma ya no filosófica, pero tampoco enteramente desprendida de la filosofía hegeliana, al materialismo dialéctico de Marx y Engels”].
MSL: Da la impresión de que su familiaridad con el Círculo de Viena no pudo ser muy profunda, porque sólo así se entiende que no perciba la abismática diferencia de estilo intelectual entre [Philip] Frank y Hegel-Marx.
Pero sin duda, concluía Sacristán, Karl Korsch quería decir algo razonable a través de oscuridad: “a saber, que en historia ‑o, más korschianamente, en la teoría de la revolución- lo que interesa es una cosa distinta de las leyes causales conocidas en la tradición”.
En un breve apunte sobre Karl Korsch, Einleitung a Das Kapital [Introducción a El Capital], Berlin, G. Kiepenheur, 1932, Sacristán señalaba una laguna informativa de Korsch:
1. p. 12 [Desde “En el libro primero del Capital, Marx limita sólo formalmente su investigación…” hasta “(…) con un procedimiento aparentemente sólo lógico, el material adquirido en los detalles de la investigación”].
MSL: El que considere que el procedimiento axiomático es aparentemente lógico indica que sólo había oído campanas sobre el mismo. Seguramente.
Notas:
[1] Sacristán tradujo en 1975 para Ariel el Karl Marx de Karl Korsch.
[2] M. Sacristán, “¿Para que sirvió el realismo de Lukács?”. Pacifismo, ecologismo y política alternativa. Icaria, Barcelona, 1985, pp. 176 – 177.
[3] M. Sacristán, “Lenin y la filosofía”. Sobre Marx y marxismo. Barcelona, Icaria, 1983, pp. 180 – 181.
[4] Nota de traductor de W. Abendroth, Sociedad antagónica y democracia política, Barcelona, Grijalbo, 1973, p. 48.
[5] Documentación depositada en Reserva de la BC de la UB, fondo Sacristán.