Para Juan Mari Brás y Rafael Cancel Miranda, quienes con su ejemplo me han enseñado que existen cosas por las cuales luchar siempre.
“… Sin sentido de identidad, no puede haber una lucha verdadera…”
- Paulo Freire (Pedagogía de los oprimidos)
En una declaración oficial de hace unos días, el Parlamento cubano ha esgrimido su postura solidaria con los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico quienes han tomado el recinto de estudios superiores exigiendo sus derechos como estudiantes, como nacionales, como puertorriqueños.
“Una vez más Puerto Rico nos obliga,” reza el comienzo de la declaración de la asamblea legislativa cubana. Nosotros como cubanos tenemos una obligación con el pueblo de Puerto Rico al igual que la tiene el resto de Latino América. Puerto Rico es hoy, el último remanente del colonialismo moderno en este hemisferio. Desde nuestro propio llamado por la independencia contra el colonialismo español en el siglo diecinueve no fueron pocos los próceres de borinquen quienes mostraron su solidaridad con la causa cubana. Hombres de la estatura de Ramón Emeterio Betances y Eugenio Maria de Hostos respaldaron nuestra lucha por la justicia y la libertad y nuestros próceres José Martí, Carlos Manuel de Céspedes y Antonio Maceo lucharon por lograrla con la intención de luego continuar esa lucha en la isla de Puerto Rico. Lamentablemente el año 1898 trajo consigo cambios dramáticos en el Caribe y aunque Cuba pudo proclamar su “independencia”, fue en cierto modo a cambio de la condena eterna de la nación puertorriqueña de perder cualquier esperanza de lograr la suya. Un infame tratado firmado en Paris sin la presencia de los vencedores cubanos así lo dispuso hasta el día de hoy.
Como cubanos, como caribeños, como latinoamericanos y como simples miembros de la raza humana, tenemos una obligación ante esta pequeña y encantadora isla que nos queda a brazadas de distancia.
El 21 de abril de este año, los estudiantes de la Universidad de San Juan en el recinto de Río Piedras se declararon en huelga de manera no muy distinta a como lo hicieran hace unos 30 años los de Columbia y Berkeley en los Estados Unidos, pero los boricuas no protestan una guerra a miles de kilómetros de distancia ni una en casa, lo que ellos quieren es poner fin a los recortes presupuestarios injustos que dejará a la isla sin la posibilidad de educación publica a nivel superior. El recorte que propone el gobierno federal es de 200 millones de dólares anuales en fondos estatales. Esto no solo afectará al profesorado, sino que afectará gravemente los programas académicos en el área de las artes y la cultura en esa universidad. Ya el colegio de abogados ha sido grandemente afectado por estas nuevas políticas neo liberales del gobierno del gobernador Luis Fortuño. El siguiente paso ya se ve venir, serán las humanidades, las artes visuales, la danza, la literatura y todo aquello que se alimenta de la continuidad de la cultura y la identidad de esta nación que a duras penas logra mantener su bandera y su idioma bajo el constante asedio del poder colonial y de los que apoyan este yugo.
Estos tiempos de leyes migratorias infames, barricadas policiales y gobiernos que condenan a muerte a estudiantes bloqueándoles el acceso al agua y alimentos, nos obligan a unirnos. El viernes pasado se cumplió un mes de la huelga, y las clases no han sido interrumpidas, fieles a su pasión por su ideal han estado impartiendo ellos mismos las clases y en muchos casos han estado “dando cátedra” mejor que los docentes oficiales. Tanta es la seriedad de este empeño que el alumnado de la facultad de Derecho ha representado su causa ante las cortes. Son pacíficos en su objetivo pero guerreros en su verdad: la identidad puertorriqueña no será desterrada ni disminuida hasta quedar convertida en solo una página más de entre los tantos volúmenes de la historia de nuestra América.
En el año 1872, Eugenio Maria de Hostos escribió “… porque Cuba no puede sucumbir; porque Cuba amparada o desamparada vencerá. Ay Cuba madre de las ideas redentoras de nuestra América!”
Permítanme parafrasear a Hostos:
Porque Puerto Rico vencerá, porque Puerto Rico y los ideales de la nueva generación que hoy se levanta en defensa de sus derechos son los nuevos valores redentores de nuestra América.