El dictador Pepe Lobo vendrá finalmente a España. El próximo 19 de mayo, después de la cumbre entre Latinoamérica y Europa, se celebra otra, entre Centroamérica y la Unión Europea, es a esta última cita a la que acudirá el sucesor del líder golpista Roberto Micheletti.
La mayoría de los países de Sudamérica mediante la organización Unión de Naciones del Sur (UNASUR) expresaron el pasado fin de semana mediante una resolución leida por el presidente ecuatoriano Rafael Correa que no asistirían a la cumbre con los países europeos si Pepe Lobo estaba allí también.
De esta forma la UNASUR se unía a las exigencias de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), la cual ha liderado desde el 28 de junio el apoyo al presidente Zelaya y a la resistencia hoy organizada en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).
El Gobierno de España, cuyo presidente lo es también y de forma temporal de la Unión Europea, es el anfitrión de estas cumbres, que se celebran en la capital del país, Madrid, durante los días 17, 18 y 19 de este mes. El objetivo de esta cumbre es firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) para que las empresas privadas europeas sean dueñas del sector público de los países americanos.
Por este motivo la mayoría de los países de la Unión Europea, incluida España, se apresuraron a reconocer a Pepe Lobo en cuanto asumió el poder, sin tener en cuenta que meses atrás habían decidido no reconocer el resultado de esas elecciones organizadas por la dictadura.
Debido al golpe de estado que derrocó a Zelaya el pasado 28 de junio por permitir expresarse al pueblo en referémdum sobre si éste apoyaba iniciar un proceso constituyente, las negociaciones del TLC entre Europa y Centroamérica se paralizaron sin reanudarse hasta hoy. Altos representantes de la Unión Europea, obviando los asesinatos políticos que suceden semanalmente en Honduras, expresaron sus prisas porque Honduras fuera readmitida en el Sistema de Integración para Centro América (SICA) ya que estando fuera del organismo no se podía firmar el acuerdo neoliberal entre las dos partes.
El Gobierno del PSOE lleva ayudando a lavar la cara de la dictadura varios meses por ese motivo. Como reconocimiento al régimen fascista hondureño se volvieron a entablar relaciones diplomáticas, las cuales han sido calificadas de normales por el jefe de la diplomacia española, Miguel Ángel Moratinos, quién además expresó que «si ha habido una visita del secretario de Estado para Iberoamérica a Tegucigalpa y se ha entrevistado con toda publicidad y transparencia con el nuevo presidente Lobo, creo que España ha reconocido al presidente Lobo y a su nueva andadura política».
Otras autoridades del gobierno español como el embajador de España en Honduras Ignacio Rupérez o el secretario de Estado para América Latina, Juan Pablo de la Iglesia han elogiado el buen hacer democrático del golpista Pepe Lobo.
Ahora el gobierno español liderado por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero está financiando una Comisión de la Verdad, integrada por los mismos que dieron el golpe de estado, que tiene como fin señalar a Manuel Zelaya como culpable del golpe por pretender perpetuarse en el poder, siendo esto imposible aunque el pueblo hubiera tenido la oportunidad, negada por el golpe, de votar por la constituyente, ya que el mismo día de las elecciones constituyentes también se hubiera escogido un nuevo presidente, nuevos diputados y nuevas autoridades departamentales.
Juan Pablo de la Iglesia ha declarado que esta Comisión de la verdad, «es un paso muy importante para la reconciliación plena de la familia hondureña».
La resistencia
Quienes resisten a la dictadura surgida del golpe de estado están organizados en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y son los campesinos y sus sindicatos, los obreros y sus sindicatos, los estudiantes, las mujeres, los artistas, el magistero, los taxistas, los movimientos sociales y la izquierda política que suponen la inmensa mayoría de la población del país.
Fueron más del 70% de los ciudadanos hondureños los que siguieron el llamado del FNRP a no votar en las elecciones y más de 700.000 personas salieron el pasado 1 de mayo a las calles de Tegucigalpa, la capital del país, en una marcha convocada por el Frente. Esa cantidad de gente es más de la mitad de la que reside en esa ciudad.
Sobre la Comisión de la Verdad establecida por la dictadura el Frente expresa que ésta es «espuria, nombrada sin consenso y unilateralmente, respondiendo a la política Internacional de Estados Unidos de América que tiene como finalidad blanquear el Golpe de Estado».
Aunque el responsable de España para América Latina ha expresado que esta comisión es importante para la reconciliación de la familia hondureña, el golpista Pepe Lobo no ha integrado a ningún sector social que se ha opuesto al golpe de estado. Es por ello que esta iniciativa nace sin ninguna credibilidad al estar integrada por los mismos que dieron el golpe de estado y han perpetrado flagrantes violaciones de los derechos humanos.
Pepe Lobo
En las sociedades democráticas el presidente del gobierno suele ser elegido por los ciudadanos que las conforman en elecciones libres. Y estas elecciones deben tener las garantías democráticas que garanticen que el fraude no va a colarse por las rendijas de las urnas. Esas garantías sólo las puede ofrecer quién haya ganado anteriormente de manera limpia y transparente los anteriores comicios y haya agotado el tiempo que constitucionalmente se le otorga para llevar las riendas de los asuntos públicos del país.
Ninguno de estos requisitos se han cumplido en Honduras desde el 28 de junio del año pasado cuando la legalidad se fue en pijama desde una base norteamericana en Honduras hacia Costa Rica. Con el secuestro militar del presidente y su firma falsificada al final de una carta escrita por los golpistas en la que decían que Manuel Zelaya había renunciado, se fundamentó la dictadura que organizó las elecciones en las que “ganó” el ultra derechista Porfirio “Pepe” Lobo Sosa.
Llegar al poder violentamente, mediante el secuestro del presidente legal y legítimo e inventándose una renuncia del mismo presidente secuestrado no otorga la legalidad ni la credibilidad suficiente para conformar un gobierno, sino una dictadura. Sobre todo cuando el mantenimiento en el poder es mediante el terrorismo de estado.
Las instituciones del estado encargadas de la realización de las elecciones respondían a los golpistas, así lo vio y reconoció la Comunidad Internacional que no reconoció a Micheletti como presidente de Honduras, ni a las elecciones como válidas pero sí el resultado de estas. Resulta bastante sorprendente esa situación, el no reconocimiento de las elecciones pero sí del resultado de estas.
Micheletti sabía que el apoyo dispensado por el Gobierno de Barack Obama pesaría más finalmente sobre el resto de gobiernos del mundo que no lo reconocían. ¿Cómo se explica sino que Micheletti rechazase la Propuesta de Óscar Arias, presidente de Costa Rica, en la que se le daba en bandeja de plata las reivindicaciones de los golpistas y dejaba en total impunidad sus crímenes? Alguien que da un golpe de estado y asesina a quién se le opone se agarraría a esa propuesta como un clavo ardiendo porque es lógico pensar que la Comunidad Internacional lo perseguiría por esos crímenes, pero la realidad nos ha enseñado que la mayoría de la Comunidad Internacional prefiere el libre comercio de Lobo al “Socialismo Liberal” de Manuel Zelaya.
Micheletti estaba seguro y se pasaría el día oyendo que al hacer las elecciones y lavar la cara a la dictadura que regentaba sanguinariamente, les daría a los países neoliberales del mundo la excusa perfecta para reconocer a Lobo, presentado como la salida democrática al conflicto por la prensa internacional en manos de los neoliberales que se frotan las manos al pensar el jugoso Tratado de Libre Comercio que firmarán con Honduras dentro de dos semanas en Madrid.
Y al final fue así, Pepe Lobo ganó unas elecciones que ya tenían el resultado fijado antes de empezar (desde luego el periódico español El País lo sabía ya meses antes), en las que la izquierda no pudo presentarse y fue perseguida, en las que la inmensa mayoría del pueblo no votó. Meses después de las elecciones las fuerzas represoras del estado y el paramilitarismo vinculado a la dictadura siguen asesinando a los antigolpistas, la gran mayoría de ellos militantes del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), organización política y social apoyada por el líder Manuel Zelaya. Ahora los trabajadores de la administración pública que militan o simpatizan con el FNRP son echados del trabajo. Los secuestros políticos, la represión a los campesinos, las amenazas, las detenciones ilegales y las torturas siguen siendo práctica habitual del estado. Pepe Lobo es el responsable de estas violaciones de los derechos humanos según las organizaciones que velan por estos derechos en Honduras y que están reconocidas para ello por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Aunque los medios de comunicación de masas se empeñen en ocultar los vínculos del nepotista Pepe Lobo con el golpe de estado, éste, líder de la bancada en el parlamento del Partido Nacional, situado más a la derecha que el propio Micheletti, lleva apoyando el golpe desde el primer día. Sus votos a favor de todo lo que proponía Micheletti, sus declaraciones a favor del golpe, su permiso para que los detenidos fueran torturados incluso en el propio congreso… El hecho de que no se retirase para no participar en las fraudulentas elecciones, como si hicieron cientos de cargos públicos, demuestra hasta qué punto está implicado en el golpe.
El gobierno del PSOE está obviando toda esta situación también denunciada por el FNRP, «Es importante resaltar que continuamos viviendo en un ambiente de militarización de la sociedad hondureña y de la administración del Estado, con asesinatos, masacres, persecución política, amenazas, criminalización de la lucha que realizamos los líderes sociales y políticos en defensa de los derechos de los ciudadanos y ciudadanas, y que conlleva múltiples violaciones a los derechos humanos debidamente comprobados por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos en sus inspecciones In Situ. En consecuencia denunciamos que los crímenes y los actos de corrupción cometidos durante la dictadura de Michelletti siguen en la impunidad total.
En cuanto al régimen del señor Porfirio Lobo Sosa, ratificamos que es ilegitimo pues después del golpe de Estado militar no se realizo el procedimiento de restaurar la institucionalidad con un nuevo pacto social es decir una Constituyente, para redactar y aprobar una nueva Constitución, al contrario impusieron violentamente un mecanismo electoral militarizado que no conto con el respaldo del pueblo, el abstencionismo es el más grande en la historia de Honduras, no hubo presencia de observadores internacionales que aportaran credibilidad al proceso, OEA, ONU. UE, etc. Gobiernos como este que se sustentan en las bayonetas, en la violación a los derechos humanos, en crímenes de lesa humanidad, y que constituyen una continuación del golpe de Estado, no deben ser reconocidos por la Organización de Estados Americanos, por que al hacerlo se desacreditaría esta institución ante los pueblos de América.»
El reconocimiento por parte de España a una dictadura como la hondureña, que practica el terrorismo de estado hasta sus últimas consecuencias y el hecho de invitarla a una cumbre de estados democráticos vulnera los derechos humanos, sienta un horrible precedente para los gobiernos que han iniciado o pretendar hacerlo, un proceso político democratizador que otorgue más poder al pueblo, da la espalda a quienes resisten la dictadura, perdiendo incluso la vida y deja diplomáticamente en una mala situación al gobierno español.
Fuente: http://tercerainformacion.es/spip.php?article15009