La señora Margaret Chan quien desde 2006 es Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no es precisamente una agente comunista. Nacida en Hong Kong en el seno de la burguesía angloparlante, es enviada a estudiar medicina a la Universidad de Ontario en Canadá, siguiendo la costumbre de su medio social.
Su especialización en Harvard le abre las puertas de una brillante carrera en el Hong Kongo colonial. En 1994, tres años de su retrocesión a la Madre Patria china en condición de ciudad autónoma, es nombrada directora local de la Administración de salud, cargo que ejerce durante 9 años. A partir de 2003 comienza una brillante carrera profesional de la OMS que la lleva a la cúspide de esta organización.
Así pues aunque a la señora Chan no le guste el socialismo coreano sí le gusta su sistema de salud. Tras visitar la RPDC durante dos dias y medio en abril ha declarado que el sistema de salud norcoreano es un ejemplo para los países en desarrollo.
Esto es relevante cuando en países como Colombia el sistema de salud está quebrado. Ha destacado que hay un médico por cada 130 familias que vive con la población y un personal de enfermería abundante. La acción contra las epidemias está bien organizada y es eficaz (importante cuando repuntan epidemias en el mundo como la gripe A, la malaria, el dengue, el SIDA). Se ha declarado «impresionada» por los programas de vacunación. Están vacunados el 90 % de los niños y niñas. Es adecuado el cuidado a madres e hijos. Las estadísticas muestran que la población no sufre malnutrición.
Estas declaraciones son una clara victoria de la RPDC y una muestra de la superioridad global del socialismo, en particular para los pueblos del Tercer Mundo