Importante acto en Buenos Aires donde se explicó la actual propuesta política de la izquierda independentista vasca
Acompañado por los referentes de varias organizaciones sociales y políticas de Argentina, el representante de la Izquierda Independentista Vasca para América Latina, Walter Wendelín, explicó con lujo de detalles cuál es la situación actual por la que transita el prolongado conflicto que los Estados español y francés mantienen con el pueblo vasco. Wendelín sostuvo que la izquierda patriòtica vasca ha demostrado en todos estos años que tiene voluntad de paz y la fuerza suficiente como para ayudar que vascos y vascas transiten hacia el anhelado camino de la emancipación, pero que han sido los gobernantes españoles y franceses, con su apuesta a la «solución militar y policial», los que han llenado de dolor, tortura y muerte la geografía de Euskal Herria.
Al comienzo del muy concurrido acto realizado en el céntrico Hotel Bauen (recuperado por sus trabajadores y autogestionado), el público escuchó el canto solidario de dos conocidos trovadores locales, Hugo Fernández Panconi y Raúl Carnota, quienes entonaron dos temas en euskera y «uno en la lengua del invasor», como sostuviera el coordinador de Cátedras Bolivarianas, el periodista Carlos Aznárez, que junto con la agrupación Amigas y Amigos del Pueblo Vasco, fueron las dos entidades organizadoras del evento.
En la mesa, presidida por una ikurriña (la bandera vasca) y un estandarte por el «regreso a casa» de los cientos de presos y presas vascas que están en cárceles de ambos países opresores, se encontraban ‑y dirigieron un corto saludo de solidaridad- los dirigentes Eduardo Soares (Convocatoria por la Liberación Nacional y Social), Marcelo Koenig (Movimiento Peronista Revolucionario), Lucas Yañez (Comedor Los Pibes), Carina Maloberti (Secretaria de Organización de la Asociación Trabajadores del Estado), Ruben Saboulard (Movimiento Asambleas del Pueblo) y Roberto Perdía (Organizaciones Libres del Pueblo). También llegaron las adhesiones del periódico Resumen Latinoamericano, del Movimiento Teresa Rodríguez, del Grupo Amauta y de la Agrupación Envar El Kadri.
Aznárez abrió el turno de oratoria, recordando que «hace pocos días estuvo por estas tierras el juez represor Garzón, y lamentablemente, algunos de los que se dicen progresistas corrieron a recibirlo, alabarlo y a ponderar sus actuaciones en pos de los derechos humanos, olvidándose que ese juez es precisamente la pieza fundamental de la violación de esos derechos del pueblo vasco». Luego pidió un minuto de aplauso para los más de 700 presos y presas vascas,para los deportados y los refugiados que ha provocado la espiral represiva española».
Luego, hablaron los representantes de organizaciones políticas y sociales, coincidiendo todos ellos en la necesidad de renovar la solidaridad con Euskal Herria y su pueblo, reivindicando la lucha por la independencia y el socialismo.
Wendelin, agradeció las muestras de apoyo «sin las cuales no podríamos hacer ni esperar absolutamente nada». Luego señaló que «el largo y difícil conflicto ‑ya lleva 500 años de existencia- que tienen los dos Estados (español y francés) con el pueblo vasco, podría tener una solución fácil e inmediata. Mañana mismo podría estar resuelto: ya que como todos somos democráticos, se pregunta qué es lo que la gente quiere, se vota, y luego se respeta lo que la gente votó. Así de sencillo, en un plebiscito cada cual opina si quiere ser español, francés o vasco. Y de esta manera se pondría fin a una confrontación que ha dejado hasta ahora un saldo de 2000 muertos, cientos de presos, muchos de ellos con penas de por vida, miles de torturados, y hasta desaparecidos».
El dirigente independentista explicó luego, cada uno de los pasos que se fueron recorriendo para tratar de solucionar el conflicto en los últimos 50 años, deteniéndose en las reiteradas apuestas planteadas por la izquierda abertzale política y armada, que consistieron en desarrollar la lucha contra el franquismo, pelear por la soberanía en tiempos de la llamada transición española («mejor dicho traición», acotó Wendelín), la apertura de negociaciones y treguas planteadas por
ETA, que luego eran frustradas por la intransigencia de sus interlocutores, y hasta la intensa participación electoral con evidentes avances en votos y en militantes, que terminaron con respuestas represivas e ilegalizaciones múltiples.
El orador señaló, que si bien es simple la resolución de la confrontación, es evidente que «ha habido siempre, razones para la desconfianza, y eso hace pensar que si se diera la posibilidad de un plebiscito, el tema pasaría por que se respete lo que la gente dispuso a través de su voto, y en esto los poderes fácticos españoles intentarían desconocer nuestras ansias de autodeterminación». Puso como ejemplo lo ocurrido recientemente en Cataluña donde después de discutirse hasta la saciedad, realizar un referéndum y lograr una victoria para generar unas reformas que permitieran avanzar hacia la emancipación, un tribunal español integrado por 12 jueces, determinaron la caducidad del reclamo «por inconstitucional». «¿Por qué decidieron esto?», se pregunta Wendelín, «simplemente porque en el planteo se hablaba del término Nación, y esto es lo que el Reino español no está dispuesto a conceder ni en el caso catalán ni en el que atañe al pueblo vasco».
Por último, explicó la nueva propuesta planteada por la izquierda independentista (Zutik Euskal Herria, De pie Euskal Herria) en la que se aboga por una salida política al conflicto, convocando a generar alianzas y un intenso debate de ideas entre los diversos partidos nacionalistas, organizaciones sindicales y demás estamentos de la sociedad vasca, y cuyo principal aditamento es que dicho camino se recorra sin violencia por ninguna de las partes. «Nosotros estamos cumpliendo este último presupuesto en su totalidad y de manera unilateral, dijo el orador, para facilitar el proceso en marcha». Concluyó expresando que «los acuerdos logrados ya entre las fuerzas nacionalistas ha puesto muy nerviosos a los opresores, delatando de esta manera que a lo que le tienen miedo no es solamente a la organización armada sino a la fuerza pacífica del pueblo organizado. En eso estamos y seguiremos abogando para que Euskal Herria logre el tan ansiado derecho a su autodeterminación».