El último comunicado de ETA supone un nuevo impulso al Proceso Democrático, auspiciado por la izquierda abertzale y potenciado por numerosos agentes políticos, sindicales y sociales. Supone un aldabanazo al recorrido de los últimos ocho meses. Evidentemente no estamos al final del camino, pero es un paso positivo y de gran fuerza motriz.
Ante todo, valoro como una importante aportación por cuanto que es un cese de su actividad armada de manera unilateral e incondicional. Se puede considerar insuficiente, es lícito opinar que debía haber sido de otro calibre, pero entiendo que objetivamente nadie puede negar el valor de un comunicado de ETA anunciando el cese de su accionar armado y menos cuando plantea sin contrapartidas. En ese sentido, es necesario resaltar que es la primera vez que ETA adopta una decisión de esta dimensión sin condiciones previas, puesto que el año 88 fue tras un acuerdo con el Gobierno, en Lizarra-Garazi tras compromisos adoptados por la organización armada con la dirección del PNV y EA y el último del año 2005 también la concedió tras compromisos obtenidos por parte del Gobierno de Madrid.
Por otra parte, es de gran transcendencia por la ayuda, confianza y seguridad que supone para todos los agentes sociales y políticos con voluntad de sacar a esta país del bloqueo político al que se le somete . Tras este comunicado, nuestra convicción, en numerosas ocasiones explicitada de que ETA apoyaba firmemente el proceso democrático impulsado por las bases de la izquierda abertzale, se ha convertido en certeza absoluta. No cabe duda que supone un nuevo paso en el camino por convertir en irreversible la apuesta y el esfuerzo por abrir un nuevo ciclo político en Euskal Herria.
Además tiene una especial magnitud histórica por cuanto supone un espaldarazo a un proceso que tuvo su punto de partida en un debate y resolución de las bases de la izquierda abertzale. Es decir, la organización ETA ha respetado escrupulosamente la decisión adoptada por los militantes consultados sobre la estrategia más idónea para ganar la voluntad popular y obligar al Gobierno de Madrid a respetar los derechos democráticos que nos corresponde como Nación diferenciada. Y es más, este cese de hostilidades la debemos de situar en unas coordenadas y precedentes políticos claros, en los que distintos agentes políticos y sociales han tenido un peso especifico, sino determinante. Así, el manifiesto de Altsasua e Iruñea; las resoluciones del debate resumidas en el documento “Zutik Euskal Herria”; iniciativas importantes de la mayoría sindical vasca; acuerdos entre EA y la IA para elaborar una estrategia conducida a la consecución del Estado vasco; plataformas populares como las de “adierazi EH” y en general, distintas propuestas que apuestan resueltamente por la sustitución del enfrentamiento por el camino del diálogo y la negociación, están en el origen de la aportación de ETA.
Siendo cierto que en la sociedad vasca no todos han recibido la iniciativa de la organización armada con el mismo optimismo, no es menos cierto que para la gran mayoría de la masa social ha sido una buena noticia. Sin duda es un alivio para todas y todos los que han estado obligados a vivir con escoltas y en general para todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Este anuncio es para la mayoría motivo de una nueva esperanza para lograr la paz que tanto deseamos para esta tierra.
En ese mismo sentido ha sido significativo el buen número de partidos y sindicatos de Euskal Herria, que con distintos matices, han recibido con agrado este comunicado. Representantes cualificados de la mayoria sindical vasca, como LAB o ELA y partidos como ARALAR, EA, ALTERNATIVA Y la Izquierda abertzale han recibido la noticia de manera positiva.
No ha sido ése el caso del PNV, quien ha defraudado de manera preocupante. El Sr. Urkullu leia el lunes por la tarde una nota muy agresiva y transmitía una imagen de crispación. En un tono, incluso más duro y despreciativo que el propio Ministro del Interior Español, quitaba todo valor al comunicado de la organización armada y arremetía duramente contra la izquierda abertzale. Una actuación, me consta, recibida con extrañeza y con alarma por militantes de su propio partido. Hoy la sociedad vasca, tanto al PNV como a la izquierda abertzale pide y nos exige soluciones, nos demanda propuestas concretas para superar el actual fase de enfrentamiento. Y la pregunta es obvia: el PNV, tan interesado en colaborar con el PSOE, está dispuesto a trabajar conjuntamente con el resto de los abertzales ? No es suficiente con exigir a otros, es necesario la implicación de todos.
La reacción de la clase política española, como era de prever, ha sido de un tono agrio y amenazante. Una vez más la impresión que se percibe en la calle dista mucho de lo que se escucha de boca de muchos de los políticos de turno y mucho más si de españoles se trata. Es más, a tenor de las reacciones ante el comunicado de ETA, algunos parecen estar enormemente contrariados. Escuchándoles, cualquiera podría pensar que están valorando una declaración de amenaza por parte de ETA.
Esa cara de contrariedad y preocupación tiene “sus razones” evidentemente. Hay quien ve en peligro el negocio redondo organizado con el tema de los guardaespaldas. Los allegados del Sr. Mayor Oreja y otros grandes beneficiarios lógicamente están muy preocupados porque se les va al carajo su chollo. Así mismo, el PP que encuentra en la ilegalización el caballo de Troya para ocupar instituciones y puestos políticos que no les corresponde y una centralidad política que no pueden obtener en elecciones libres, siguen con la cantinela de “ojo, ojo, ojo… es una trampa para colarse en las elecciones.” Para dichos señores sus respectivos negocios es el único objetivo, poco les importa el sufrimiento que conlleva para muchos-as ciudadanos y ciudadanas una situación de enfrentamiento armado, más bien parecen encantados.
Asimismo, la reacción del PSOE, curiosamente transmitido por medio de sus correspondientes ministerios del interior, ha coincidido punto por punto con el guión trazado hace dos años. Nada nuevo, anuncian más represión y más ilegalizaciones. A cada nueva iniciativa política responden con nuevas amenazas. Su reacción no es precisamente muestra de fortaleza sino expresión de su miedo a confrontar proyectos políticos en igualdad de condiciones.
Para terminar, añadir que este proceso democrático, con el que la izquierda abertzale se compromete con determinación, será largo y costoso. Y que dicho proceso solamente será irreversible si la sociedad en general, se implica activamente y en el que los diferentes agentes, incluida ETA, tienen que ir dando nuevos e importantes pasos.