La especulación financiera continua. Cuando las medidas que los gobiernos toman para salir supuestamente de la crisis consisten en poner a disposición de la banca y de sus accionistas ingentes cantidades de dinero público y ampliar la brecha fiscal entre las rentas del trabajo y las rentas procedentes de bienes raíces y de capital, en perjuicio de las primeras la consecuencia inmediata es el crecimiento exponencial del déficit público.Y el déficit público se trata de reducir ajustando nuevamente la demanda interna bajando salarios y pensiones y encareciendo los servicios públicos que a su vez empeora la brecha fiscal.
Hemos pasado de la crisis financiera a un “golpe de estado” liderado por el FMI a favor del capital financiero para seguir recibiendo dinero público en función de sus necesidades. Pero el dinero conseguido está sirviendo para reactivar la especulación financiera y generar como en el caso de las divisas fondos que apuestan su rentabilidad jugando con el valor de las monedas; fondos que apuestan porque la diferencia entre tal o cual moneda será de tantos dígitos o tal moneda se va a devaluar o revalorizar.
A esta estrategia especulativa propiciada por el capital financiero se unen las decisiones adoptadas por los gobiernos en defensa de sus divisas. Hoy el objetivo es claro; ante la falta de medidas que mejoren la demanda interna y el poder adquisitivo de los salarios, se trata de trasladar a otros países los déficit propios fijando al margen del mercado los precios de las monedas mediante inyecciones ingentes de dinero de sus bancos centrales.
Como la reactivación económica está siendo demasiado lenta y lo seguirá siendo por la depresión de la demanda, el consumo interno disminuye y es necesario reactivar la economía fomentando la exportación mediante políticas de devaluación de la moneda.
La depreciación del dólar con inyección de liquidez (respiración asistida) por parte de la Reserva Federal está en el origen inmediato de la reacción de China y Japón para evitar así mismo la apreciación de su moneda. La guerra de divisas está servida ante la próxima reunión del G‑20 con el objetivo de sentar posiciones previas de cara a las negociaciones abiertas en materia comercial y monetaria.
La depreciación del dólar tiene como consecuencia, así mismo, el encarecimiento de las exportaciones de los países emergentes que se ven obligados a actuar generando “devaluaciones competitivas” sinó quieren perder la creciente cota de mercado conseguida en los últimos años. EEUU como consecuencia que el dólar sigue siendo la moneda de referencia en el mercado mundial, consigue además un nuevo flujo de capital exterior mediante la compra de dólares con el ánimo de reducir su déficit.
Estos son meros movimientos especulativos de capital, de valor cero (unos ganan lo que otros pierden), basados en intervenciones de los poderes públicos para controlar el valor de las monedas que no hacen mas que empeorar aún mas la situación generando un nuevo nicho de especulación basado en la compra venta de divisas infravaloradas o sobre valoradas.
Entre tanto Europa dirigida por el Banco Central Europeo, organismo público al margen del control de los poderes públicos está empleándose a fondo para producir excedentes empresariales reduciendo los salarios directos y diferidos (pensiones) de las trabajadoras y trabajadores tanto del sector público como privado, mediante las reformas que sean necesarias. Y quien no cumpla con los planes de ajuste destinados a mantener el déficit por debajo del 3% del PIB y su deuda por debajo del 60%, será multado con un 0,2% de su PIB y sometido a medidas de estabilización que dejan en ridículo las propiciadas años atrás por el FMI y el Banco Mundial.
EL BCE prohíbe expresamente que los déficit fiscales propiciados por las ingentes cantidades de euros entregados a los Bancos y la falta de recaudación de las rentas de patrimonio y de procedencia de capital sean cubiertos con créditos de la entidad pública, pero fomenta que las emisiones de deuda pública necesarias para cubrir esos déficit sean cubiertas por un módico 4% o 7% por la banca privada.
Hoy el Banco Central Europeo está siendo el instrumento fundamental para que determinados estados se encuentren en quiebra o al borde de ella. Esta estrategia dirigida en Europa por los Lobys financieros y empresariales no tiene mas objetivo que seguir produciendo una acumulación ingente de capital cada vez en menos manos a costa de la pauperización de cada vez mas estratos sociales.
No es extraño por tanto que dentro de esta estrategia sea el ministro alemán de finanzas quien diga que con las medidas proteccionistas solo se consigue “un encarecimiento de precios para los consumidores y una limitación de nuestros mercados exportadores”. Europa de la mano del BCE está siendo el paladín del caduco consenso de Washington que propició la expansión del mas retrógrado ultra-liberalismo.
Pero se pueden y deben hacer otras cosas; empezando por invertir el orden de las prioridades; la sociedad por encima del mercado, las personas por encima del capital la solidaridad por encima de la concentración y acumulación de capital, e invirtiendo el poder en la toma de decisiones; nuestra capacidad de decidir como pueblo por encima de las decisiones del BCE o de los estados y la socialización del crédito y el ahorro por encima de la banca privada.
Pero esto no va a ser posible mientras sigamos aguantando carros y carretas; la ambición del capital financiero no tiene fin y es un agujero negro dispuesto a absorber los beneficios de la productividad del trabajo para seguir viviendo de las rentas. Alguien, todas y todos tenemos que ponerle fin. |