Sometidas a una severa cura de austeridad presupuestaria, Francia y Gran Bretaña lanzarán este martes una cooperación sin precedentes en materia de defensa con el anuncio de la creación de una fuerza militar conjunta y la realización de sus pruebas nucleares en un mismo laboratorio francés.
Según sus colaboradores, el primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, rubricarán en Londres, durante una cumbre bilateral, dos tratados destinados a consagrar «una nueva fase de la cooperación» entre los ejércitos de dos países con una historia jalonada de batallas y rivalidades feroces.
Tal como precisaron inmediatamente responsables de la parte francesa y británica, este acercamiento de los dos únicos partidos del Viejo Continente dotados de fuerza de disuasión nuclear debe permitirles mantener, a pesar de la crisis, sus ambiciones militares mundiales sin renunciar a cambio a su sacrosanta independencia.
«Cada cual conservará su derecho a desplegar sus fuerzas armadas de forma independiente», subrayó un responsable gubernamental británico. esta «cooperación sin precedentes» se hará «respetando totalmente la independencia» de ambos países, insistió el Elíseo.
Después de la firma de un primer tratado «marco» que enumera todos los ámbitos de la futura cooperación, Gran Bretaña y Francia van a crear primero una «fuerza expedicionaria conjunta» de varios miles de hombres movilizable para operaciones exteriores bilaterales o con bandera de la OTA, ONU o Unión Europea (UE).
Al contrario que la brigada franco-alemana existente, esta fuerza con un mando único no será permanente sino que constituirá un vivero de unidades terrestres, aéreas y marítimas que se entrenarán juntas y realizarán sus primeros ejercicios en 2011.
Más espectacular, Sarkozy y Cameron firmarán este martes un tratado que permitirá que los dos países, firmantes del tratado de prohibición de pruebas nucleares, simulen a partir de 2014 el funcionamiento de su arsenal atómico en un mismo laboratorio implantado cerca de Dijón, en la Borgoña (centro-este de Francia). Un centro de investigación abrirá paralelamente sus puertas en la localidad británica de Aldermaston a especialistas de los dos países.
En un tema tan sensible como éste, los dos países han querido desmentir todo abandono de soberanía. «No habrá “doble llave” para nuestras armas nucleares (…), no compartiremos nuestros secretos nucleares», aseguró un responsable británico.
Además de estos dos proyectos estrella, París y Londres decidieron compartir sus portaaviones a partir de 2020 para permitir que los aviones de un país operen a partir de un buque del país vecino. El mantenimiento del futuro avión de transporte A400M y el entrenamiento de sus pilotos también serán actividades comunes.
De forma más amplia, los dos países anunciarán este martes una serie de proyectos militares comunes y de acuerdos destinados a acercar sus industrias de defensa en materia de submarinos, aviones sin piloto o misiles. Según el Elíseo, se trata de «compartir los costos de desarrollo» y de hacer emerger «campeones europeos» capaces de competir con Estados Unidos.
Este acercamiento se produce doce años después de la cumbre de Saint-Malo, donde los dos países habían prometido reforzar su cooperación militar, una voluntad que en buena parte se quedó sin cristalizar.
Aunque motivada en buena medida por consideraciones financieras, la iniciativa franco-británica ya está suscitando críticas de numerosos euroescépticos del Partido Conservador de David Cameron. «Cooperación, sí. Dejación de soberanía, no», quiso tranquilizarles este lunes el primer ministro.