Un investigador declaró este lunes que encontró dedos cortados cerca de una unidad del ejército estadounidense en Afganistán, a la que se acusa de matar a civiles afganos por deporte y diversión y tomar sus cuerpos como trofeos.
El macabro testimonio se produce en el marco de la comparecencia de un tercer soldado a una audiencia de pre sumario sobre presuntos asesinatos de afganos a comienzos de 2010 en la sureña provincia de Kandahar.
Andrew Holmes, uno de los cinco soldados acusados en este caso, escuchó en silencio mientras el agente especial Benhamin Stevenson describió el hallazgo de varios dedos cortados cerca del lugar donde se alojaban los integrantes de esa unidad.
Los fiscales del ejército alegan que Holmes participó en la ejecución de un afgano en enero, que conservó un dedo y que fumó hashish con el resto de los victimarios.
Stevenson, que testificó este lunes por teléfono, indicó que tenía un mapa provisto por el testigo estrella del ejército, Jeremy Morlock, revelando dónde los investigadores podían encontrar los dedos, presuntamente tomados de los civiles afganos.
Utilizando el mapa de Morlock, Stevenson dijo que él y otro agente localizaron una amplia y protectora barrera de basura cerca del alojamiento de los soldados en la Base Operativa de Avanzada Ramrod.
Encima de la barrera encontraron una botellita de plástico con dos dedos envueltos en un trapo.
“Allí donde nos dijeron que estaban los dedos, estaban los dedos”, dijo Stevnson, quien agregó que otro hueso fue encontrado en las cercaníás.
Los investigadores también descubrieron un hueso, probablemente de una pierna, en donde se cree se alojaba en la base otro soldado que enfrenta cargos por encubrimiento de las presuntas muertes, aunque no cargos por asesinato.
Los soldados acusados de asesinato, que podría enfrentar una corte marcial, integraban la Compañía Bravo, 2do Batallón de la 1era División de Combate en la Base Operativa de Avanzada Ramrod.
Los resultados de las audiencias y juicios posteriores podrían tener significativas repercusiones en la explosiva región de Kandahar, en Afganistán.