Nos encontramos ante un contexto de grave crisis económica del modelo neoliberal capitalista a nivel mundial, que en el caso concreto del estado español coincide además con una crisis del actual modelo social, político e institucional existente.
La fase de crecimiento basada en el expolio imperialista, en el irracional consumo, en la construcción y en el endeudamiento tocó techo. La burbuja estalló, y el capital financiero está lanzando una brutal ofensiva sobre las clases populares y trabajadoras, logrando que la deuda privada haya sido asumida de forma pública, e imponiendo planes de reestructuración a los estados endeudados que suponen un claro avance depredador de derechos y de empeoramiento de nuestra calidad de vida.
Ante esta situación, en el estado español es absolutamente necesario articular una respuesta popular que vaya más allá del planteamiento de respuestas de tipo económico-laboral, que siendo necesarias son insuficientes. Es necesario el cambio de régimen político, ya que sin ese cambio no será posible poner fin a la ofensiva del neoliberalismo financiero. Y la ruptura democrática y republicana de los pueblos con el Régimen borbónico post-franquista es el camino.
Con sus luchas, el pueblo trabajador castellano ha aportado numerosos elementos a la cuestión republicana y federal. El propio color morado de la bandera tricolor hace expresa referencia a la lucha popular comunera. Y dentro de la memoria colectiva de lucha republicana en Castilla, el Pacto Federal Castellano de la 1ª República, aún teniendo en cuenta sus limitaciones históricas, ha sido y es todo un referente a tener en cuenta.
En nuestra tierra, buena parte de las fuerzas progresistas y revolucionarias nos agrupamos hoy en día bajo la consigna de la ruptura democrática en clave republicana, incluyendo entre nuestras reivindicaciones fundamentales el derecho a la libre autodeterminación de los diferentes pueblos que convivimos bajo jurisdicción del estado español. Y la cuestión nacional puede convertirse en uno de los elementos diferenciadores esenciales entre aquell@s que apostemos en profundidad por la ruptura republicana de los pueblos con el Régimen, y aquell@s que se coloquen del lado de una nueva reforma, también republicana, pero en un sentido meramente formal y anecdótico.
En ese sentido, al plantear opciones federales es necesario tener una postura clara sobre cuál es la propia realidad nacional que se aspira a federar con otras realidades nacionales. No son tiempos para la ambigüedad o las medias tintas, es necesaria la claridad con respecto a la propia cuestión nacional de los castellanos y las castellanas.
Es necesario y posible derrotar al actual Régimen monárquico y al neoliberalismo, y las iniciativas internacionalistas y la solidaridad entre los pueblos sin duda reforzarán y acelerarán ese proceso. Ahora bien, el internacionalismo y la posibilidad de aunar luchas entre los diferentes pueblos no debe ni puede suponer la renuncia a la propia construcción de las fuerzas populares en el propio marco nacional. Lucha internacionalista y construcción de fuerzas populares en cada marco nacional de lucha de clases no son procesos antagónicos, sino todo lo contrario: se trata de procesos complementarios, inseparables e irrenunciables.
Frente a la crisis del modelo neoliberal capitalista, frente a la crisis social que vive nuestro pueblo, frente a la crisis política e institucional que atraviesa el Régimen borbónico español, la lucha es el único camino.
¡La crisis que la paguen los capitalistas! ¡La ruptura democrática está aún pendiente!
¡Abajo la Constitución monárquica! ¡Castilla mañana será republicana!
Izquierda Castellana