El Esta­do debe­rá asu­mir una ges­tión polí­ti­ca para cons­truir un esce­na­rio de solu­cio­nes defi­ni­ti­vas – Arnal­do Otegi

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En un mun­do ideal, un perio­dis­ta y un fotó­gra­fo com­par­ten espa­cio y tiem­po con la per­so­na que desean entre­vis­tar; reco­gen sus ges­tos y gra­ban los mati­ces, escu­chan sus pala­bras y enta­blan un diá­lo­go ver­bal y grá­fi­co. Aquí y aho­ra, en este mun­do, a Arnal­do Ote­gi es pre­ci­so hacer­le lle­gar un cues­tio­na­rio y bus­car fotos de archi­vo que ilus­tren la entre­vis­ta. Éste, huel­ga decir­lo, no es un mun­do ideal.

La entre­vis­ta está rea­li­za­da pocos días antes de la decla­ra­ción de ETA que ade­lan­ta­ba la edi­ción digi­tal de GARA el lunes al medio­día y sobre la cual infor­má­ba­mos ayer en pro­fun­di­dad en nues­tro perió­di­co. En las siguien­tes pági­nas, Ote­gi anti­ci­pa acon­te­ci­mien­tos, secuen­cias de hechos y situa­cio­nes, algu­nas posi­ti­vas, otras no, y refle­xio­na y res­pon­de en pro­fun­di­dad sobre todas ellas. Esa capa­ci­dad con­vier­te una serie de pre­gun­tas envia­das a una pri­sión en un diá­lo­go direc­to con la socie­dad vas­ca. Éste es el resultado.

En la entre­vis­ta que usted nos con­ce­dió hace dos años, ya pro­po­nía como nece­sa­ria una reade­cua­ción de la estra­te­gia polí­ti­ca de la izquier­da abertzale.

Efec­ti­va­men­te, esa nece­si­dad res­pon­día a la urgen­cia de des­pe­jar una ecua­ción estruc­tu­ral para nues­tro pro­ce­so de libe­ra­ción, que de mane­ra muy resu­mi­da podría­mos for­mu­lar así: si lle­va­mos más de una déca­da con­si­de­ran­do que exis­ten con­di­cio­nes obje­ti­vas para el cam­bio polí­ti­co en Eus­kal Herria y sin embar­go dicho cam­bio no se pro­du­ce, ¿cuál era la razón (o las razo­nes)? Las res­pues­tas posi­bles podían ser fun­da­men­tal­men­te dos: o bien nos equi­vo­cá­ba­mos con res­pec­to a la exis­ten­cia de esas con­di­cio­nes, o bien la izquier­da aber­tza­le como motor prin­ci­pal del cam­bio man­te­nía una estra­te­gia inade­cua­da para que éste se mate­ria­li­za­se. Bus­car la res­pues­ta ade­cua­da a ese inte­rro­gan­te es el cimien­to sobre el que hemos cons­trui­do, desa­rro­lla­do y defi­ni­do nues­tro deba­te y apues­ta política.

En ese esfuer­zo de reade­cua­ción tam­bién cita­ba como nece­sa­rio tener en cuen­ta algu­nos fac­to­res que usted defi­nía como nove­do­sos en el ámbi­to internacional.

Apun­ta­ba fun­da­men­tal­men­te a dos: por un lado, la cons­ta­ta­ción inclu­so en el pro­pio mar­co euro­peo de la abso­lu­ta via­bi­li­dad del pro­yec­to inde­pen­den­tis­ta si se alcan­za­ban mayo­rías popu­la­res median­te estra­te­gias pací­fi­cas y demo­crá­ti­cas; y, por otro, en un ámbi­to social apun­ta­ba a la exis­ten­cia de nue­vas expe­rien­cias trans­for­ma­do­ras cons­trui­das en base a estra­te­gias de acu­mu­la­ción, fun­da­men­tal­men­te en Amé­ri­ca Lati­na, lo que común­men­te se cono­ce como «el socia­lis­mo del siglo XXI».
Ade­más de estos fac­to­res, hoy inclui­ría la feroz ofen­si­va del capi­tal con­tra el Esta­do del Bien­es­tar como ele­men­to de aná­li­sis cen­tral y que debe ocu­par un espa­cio tam­bién en la reade­cua­ción de nues­tra estrategia.

Dos años des­pués de aque­lla entre­vis­ta, lle­va, de nue­vo, más de un año en pri­sión. ¿Por qué cree que les detu­vie­ron en octu­bre de 2009 cuan­do pare­ce evi­den­te que el Gobierno espa­ñol cono­cía el tra­ba­jo que esta­ban haciendo?

Fabri­ca­ron una acu­sa­ción fal­sa y nos encar­ce­la­ron pre­ci­sa­men­te por­que sabían exac­ta­men­te lo que tra­tá­ba­mos de hacer y que­rían impe­dir­lo… pero lle­ga­ron tar­de. Hay un dato que tene­mos que tener cla­ro: a los fac­to­res que seña­lo en la res­pues­ta ante­rior hay que aña­dir­les en el caso del Esta­do espa­ñol la pro­fun­da cri­sis de lo que ellos lla­man «el mode­lo terri­to­rial». Esa cri­sis de ago­ta­mien­to del mode­lo auto­nó­mi­co ya no afec­ta sólo a Eus­kal Herria, se ha tras­la­da­do tam­bién a Cata­lun­ya tras la sen­ten­cia del Cons­ti­tu­cio­nal. Y de ahí, con la suma de los efec­tos de la cri­sis eco­nó­mi­ca en cuan­to a la sol­ven­cia de las admi­nis­tra­cio­nes públi­cas, al pro­pio mode­lo cons­ti­tu­cio­nal. Hoy el Esta­do sabe que una segun­da tran­si­ción es ya inevi­ta­ble. Es ahí (en la pre­pa­ra­ción del terreno) don­de debe­mos por ejem­plo ubi­car el docu­men­to patro­ci­na­do por la fun­da­ción Eve­ris y ela­bo­ra­do por 100 agen­tes eco­nó­mi­cos del máxi­mo nivel, o la inclu­sión ‑ni ino­cen­te ni casual- de una pre­gun­ta rela­ti­va a la nece­si­dad de refor­ma de la Cons­ti­tu­ción en la últi­ma encues­ta del CIS. Asi­mis­mo, es evi­den­te que para enca­rar ese pro­ce­so el Esta­do bus­ca­ba un esce­na­rio don­de la iz- quier­da aber­tza­le estu­vie­ra, si no ani­qui­la­da, sí al menos neu­tra­li­za­da polí­ti­ca­men­te, fue­ra de las ins­ti­tu­cio­nes. Ése es el obje­ti­vo de la repre­sión. Por eso nues­tra evo­lu­ción les ha pilla­do con el pie abso­lu­ta­men­te cambiado.

Arnal­do Ote­gi es una refe­ren­cia polí­ti­ca, inter­lo­cu­tor prin­ci­pal, líder, sím­bo­lo, inclu­so un núme­ro (uti­li­za­do en la cam­pa­ña que recla­ma su libe­ra­ción). ¿Qui­zás por ello esa obse­sión hacia su per­so­na que pare­cía refle­jar­se, por ejem­plo, en el últi­mo jui­cio [acto de Anoeta]?

Sobre la obse­sión «per­so­nal» con­tra mí como inter­lo­cu­tor prin­ci­pal o refe­ren­te de la izquier­da aber­tza­le, entien­do que tie­ne el obje­ti­vo com­ple­men­ta­rio de mos­trar y trans­mi­tir a la socie­dad vas­ca una espe­cie de efec­to ejem­pla­ri­zan­te. En cual­quier caso no me gus­ta hablar en tér­mi­nos per­so­na­les. Por eso, aho­ra que se me atri­bu­ye a mí gran par­te del méri­to en la evo­lu­ción de la estra­te­gia de la izquier­da aber­tza­le, quie­ro mani­fes­tar que ésta sólo ha sido posi­ble por el com­pro­mi­so y apor­ta­ción de una gene­ra­ción sus­tan­cial­men­te más joven que la mía, que ha demos­tra­do una gran madu­rez y res­pon­sa­bi­li­dad. Por eso les rin­do home­na­je públi­co a todos y todas, espe­cial­men­te a Sonia Jacin­to, Arkaitz Rodrí­guez, Miren Zaba­le­ta… Ellos tie­nen mucho mayor méri­to en el cam­bio ope­ra­do en la izquier­da abertzale.

¿A qué se refie­re cuan­do habla de la inevi­ta­bi­li­dad de una segun­da transición?

Me cons­ta que en núcleos polí­ti­cos, eco­nó­mi­cos, mediá­ti­cos… del Esta­do se tie­ne hoy per­fec­ta con­cien­cia de la nece­si­dad de revi­sión del mode­lo deri­va­do de la Cons­ti­tu­ción del 78.

Esa revi­sión y el deba­te sobre los con­te­ni­dos de la mis­ma se va a pro­du­cir, por­que el mode­lo actual hace aguas por todos los lados. Median­te esa revi­sión se van a que­rer alcan­zar prin­ci­pal­men­te dos obje­ti­vos: neu­tra­li­zar de for­ma defi­ni­ti­va los pro­ble­mas «nacio­na­les» en el mode­lo «terri­to­rial» y apro­ve­char la cri­sis para des­man­te­lar el ya de por sí raquí­ti­co Esta­do del Bien­es­tar. Éste es, ni más ni menos, el reto al que nos enfrentamos.

En el con­tex­to de este deba­te pen­dien­te e inevi­ta­ble me atre­vo a aven­tu­rar cuá­les van a ser las tres gran­des líneas de pro­pues­ta que esta­rán sobre la mesa: habrá una posi­ción que tra­ta­rá de impe­dir el pro­pio deba­te por­que enten­de­rá que su sola aper­tu­ra con­du­ci­ría inexo­ra­ble­men­te a la quie­bra de «Espa­ña» como pro­yec­to via­ble; es el pen­sa­mien­to de Orte­ga y Gas­set actua­li­za­do. Los defen­so­res de tal posi­ción esta­rán dis­pues­tos sólo al deba­te par­cial sobre temas que no con­si­de­ran estruc­tu­ra­les (maqui­lla­je, en definitiva).

La segun­da posi­ción plan­tea­rá con abso­lu­ta cla­ri­dad que la refor­ma debe de tener una natu­ra­le­za cla­ra­men­te regre­si­va y reac­cio­na­ria, en la que plan­tea­rán como obje­ti­vo, por ejem­plo, la recu­pe­ra­ción por par­te del Esta­do de com­pe­ten­cias cedi­das a la dife­ren­tes auto­no­mías (edu­ca­ción…), ade­más de una modi­fi­ca­ción de la ley elec­to­ral que garan­ti­za que los lla­ma­dos «nacio­na­lis­tas» no se con­vier­tan al final en los árbi­tros de la gober­na­bi­li­dad del Esta­do. El meca­nis­mo para lle­var ade­lan­te este tipo de refor­ma sería a tra­vés de un gran Pac­to de Esta­do entre el PP y el PSOE.

Y en ter­cer lugar nos situa­re­mos los que plan­tea­mos que la segun­da tran­si­ción debe dar paso a un esce­na­rio que acep­te la plu­ri­na­cio­na­li­dad del Esta­do y el dere­cho a deci­dir libre­men­te su futu­ro de pue­blos como el vas­co, cata­lán, galle­go… Éste es el con­tex­to para el que nos hemos pre­pa­ra­do median­te la reade­cua­ción de nues­tra estrategia.

¿Va la izquier­da aber­tza­le por el camino que usted esperaba?

Sin duda que veo situa­da a la izquier­da aber­tza­le don­de espe­ra­ba. Me sien­to muy orgu­llo­so del ejer­ci­cio de auto­crí­ti­ca tan hones­to que hemos rea­li­za­do. Creo que una de las cla­ves para inci­dir en los con­te­ni­dos de esa segun­da tran­si­ción pen­dien­te es la nue­va apues­ta estra­té­gi­ca rea­li­za­da por la izquier­da abertzale.

¿Cuál es la for­ta­le­za de este proceso?

La for­ta­le­za del pro­ce­so (sabien­do que ten­dre­mos que supe­rar una feroz opo­si­ción al mis­mo) resi­de en nues­tra capa­ci­dad de anti­ci­pa­ción polí­ti­ca y en la lar­ga expe­rien­cia de orga­ni­za­ción y lucha que ha demos­tra­do nues­tra base militante.

¿Y cuá­les son sus eta­pas? ¿Qué acon­te­ci­mien­tos debe­rían mar­car su inme­dia­to o futu­ro desarrollo?

Entien­do que el pri­mer gran obje­ti­vo del pro­ce­so en mar­cha (como está reco­gi­do en el Acuer­do de Ger­ni­ka) es gene­rar las con­di­cio­nes sufi­cien­tes para que pue­da desa­rro­llar­se y alcan­zar así esta­dios de desa­rro­llo supe­rio­res en el futu­ro. En cual­quier caso, los acon­te­ci­mien­tos que pue­den y debe­rían espe­rar­se, dicho de for­ma resu­mi­da, debe­rían ser: la asun­ción por par­te de ETA de los con­te­ni­dos de la Decla­ra­ción de Bru­se­las y del Acuer­do de Ger­ni­ka, la lega­li­za­ción del pro­yec­to de la izquier­da aber­tza­le y la des­ac­ti­va­ción de las medi­das de ex- cep­ción que se apli­can al Colec­ti­vo de Pre­sos y al con­jun­to de la izquier­da aber­tza­le. Eso sí, este esce­na­rio de nor­ma­li­za­ción polí­ti­ca debe ser impul­sa­do des­de la socie­dad vas­ca con la movi­li­za­ción e inter­pe­la­ción al Gobierno por sus polí­ti­cas actua- les. Sin acti­var la suma de fuer­zas, los com­pro­mi­sos y la lucha demo­crá­ti­ca no logra­re­mos nues­tro obje­ti­vo de con­quis­tar un nue­vo esce­na­rio político.

¿Cree que ha habi­do mayo­res o meno­res dudas o resis­ten­cias inter­nas que las pre­vi­si­bles? Y las exter­nas, ¿son tam­bién las previsibles?

Cuan­do deci­di­mos abrir este pro­ce­so de deba­te, en 2008, éra­mos muy cons­cien­tes de que en la medi­da en que afec­ta­ba a cues­tio­nes esen­cia­les de nues­tra estra­te­gia nece­sa­ria­men­te iba a gene­rar resis­ten­cias en algún sec­tor de nues­tra amplia base social. Lo extra­ño (y preo­cu­pan­te) hubie­ra sido lo con­tra­rio. En cual­quier caso, deci­di­mos hacer­lo a nivel nacio­nal de Eus­kal Herria y sin dar mar­gen alguno ni a la ambi­güe­dad ni mucho menos a la auto­com­pla­cen­cia. Pues bien, a día de hoy nues­tra base social está abso­lu­ta­men­te cohe­sio­na­da con res­pec­to a la nue­va estra­te­gia. Eso es lo importante.

En defi­ni­ti­va, creo sin­ce­ra­men­te que las resis­ten­cias inter­nas han sido las que pre­veía­mos o inclu­so me atre­ve­ría a decir que menores.

Duran­te toda su his­to­ria la izquier­da aber­tza­le ha teni­do una visión muy con­cre­ta de la lucha arma­da. ¿Ha cam­bia­do ésta o, como fijó ETA en su V Asam­blea, «cada tiem­po exi­ge unas for­mas orga­ni­za­ti­vas y de lucha específicas»?
El deba­te sobre obje­ti­vos e ins­tru­men­tos de lucha es un deba­te inhe­ren­te a todas las orga­ni­za­cio­nes ver­da­de­ra­men­te revo- lucio­na­rias. Las orga­ni­za­cio­nes revo­lu­cio­na­rias se deben al pue­blo y están a su ser­vi­cio. Esa decla­ra­ción de la V Asam­blea se iden­ti­fi­ca ple­na­men­te con estas refle­xio­nes. No he cono­ci­do nun­ca mili­tan­tes más auto­crí­ti­cos o crí­ti­cos con la lucha arma­da ‑por ejem­plo en tér­mi­nos de su con­ve­nien­cia, de su apor­ta­ción real al pro­ce­so e inclu­so en tér­mi­nos éti­cos- que los pro­pios mili­tan­tes de ETA. Créa­me, ¡nun­ca! Así pues, lo vol­ve­mos a reite­rar: los retos del pro­ce­so de libe­ra­ción nacio­nal y social hoy exi­gen, como bien reco­ge la ponen­cia «Zutik Eus­kal Herria», nue­vos ins­tru­men­tos orga­ni­za­ti­vos. Por decir­lo cla­ra­men­te: los tiem­pos actua­les exi­gen la supera­ción defi­ni­ti­va de un ciclo polí­ti­co-mili­tar y su sus­ti­tu­ción por una estra­te­gia de orga­ni­za­ción, acu­mu­la­ción y lucha exclu­si­va­men­te demo­crá­ti­ca. Como decía el titu­lar del artícu­lo de opi­nión que escri­bi­mos des­de la cár­cel de Estre­me­ra los cin­co dete­ni­dos: nue­va fase, nue­va estra­te­gia, nue­vos ins­tru­men­tos y mis­mos obje­ti­vos. Ésa es la apues­ta ya en marcha.

¿Hace fal­ta una sigla legal? ¿A qué pre­cio? ¿Cómo valo­ra la últi­ma ini­cia­ti­va en este sen­ti­do pre­sen­ta­da en Iru­ñea el 27 de noviem­bre, con cer­ca de 300 sig­ni­fi­ca­dos mili­tan­tes anun­cian­do un docu­men­to de bases para la crea­ción de un nue­vo pro­yec­to polí­ti­co y orga­ni­za­ti­vo? El anun­cio de que ese nue­vo pro­yec­to polí­ti­co de la izquier­da aber­tza­le cum­pli­rá con la Ley de Par­ti­dos ha sus­ci­ta­do no pocas reacciones…

Apo­yo total e incon­di­cio­nal­men­te la ini­cia­ti­va adop­ta­da para la crea­ción de una nue­va for­ma­ción polí­ti­ca hecha públi­ca en Iru­ñea, y feli­ci­to públi­ca­men­te a sus promotores.

Sobre la nece­si­dad de dis­po­ner o no de una sigla legal, yo for­mu­la­ría esa pre­gun­ta en estos tér­mi­nos: para hacer fren­te con efi­ca­cia a los retos que hemos cita­do, ¿nece­si­ta­mos estar en igual­dad de con­di­cio­nes que el res­to de las for­ma­cio­nes polí­ti­cas? ¿Nece­si­ta­mos dotar­nos de ins­tru­men­tos orga­ni­za­ti­vos que nos per­mi­tan encua­drar a los sec­to­res más con­cien­cia­dos y com­ba­ti­vos del pue­blo tra­ba­ja­dor? ¿Nece­si­ta­mos estar pre­sen­tes en la lucha ins­ti­tu­cio­nal? ¿Y en el desa­rro­llo de la lucha de masas?… Y la res­pues­ta es sí, sin duda.

En cuan­to al pre­cio, le diré dos cosas: el pre­cio por ejem­plo de acep­tar las con­di­cio­nes de la Ley de Par­ti­dos es insig­ni­fi­can­te si lo com­pa­ra­mos con el pre­cio que paga­ría nues­tro pue­blo si no esta­mos en las mejo­res con­di­cio­nes para avan­zar en el pro­ce­so de libe­ra­ción nacio­nal. Y en segun­do lugar, hay un úni­co pre­cio que no paga­ría­mos jamás: renun­ciar a la lucha por con­quis­tar una Eus­kal Herria inde­pen­dien­te y socialista.

¿Per­ci­be ansie­dad por la pró­xi­ma cita elec­to­ral? Y, si la per­ci­be, ¿cree que esa ansie­dad pue­de afec­tar a la apues­ta ‑a lar­go pla­zo- de la izquier­da aber­tza­le? ¿Cómo se pue­de o se debe­ría ges­tio­nar esa ansie­dad? O, dicho de otro modo, ¿qué impor­tan­cia tie­ne el tiem­po (tiem­po real, tiem­po político)?

Per­ci­bo en pri­mer lugar una cre­cien­te ansie­dad en los sec­to­res unio­nis­tas por­que saben que con nues­tra mera pre­sen­cia elec­to­ral toda la reali­dad vir­tual que han tra­ta­do de cons­truir en torno al «cam­bio» se derrum­ba­ría como un cas­ti­llo de nai­pes. Ade­más, nues­tra pre­sen­cia tan­to en las muni­ci­pa­les como en las fora­les deja­ría en evi­den­cia la autén­ti­ca fal­se­dad de las sofla­mas en torno a nues­tra supues­ta debi­li­dad o inclu­so de nues­tra derro­ta polí­ti­ca. Es tris­te decir­lo, pero algu­nos sitúan la per­ma­nen­cia de la vul­ne­ra­ción de dere­chos bási­cos en rela­ción a sus cálcu­los elec­to­ra­les. La socie­dad debe dar­se cuen­ta de la fal­se­dad y cinis­mo de muchos dis­cur­sos, de muchos líde­res polí­ti­cos que exi­gen con­de­nas a la izquier­da aber­tza­le cuan­do no han sido aún capa­ces de con­de­nar el franquismo.

Dicho esto, tam­bién per­ci­bo una cier­ta ansie­dad en nues­tra base social fru­to de años de res­tric­cio­nes y limi­ta­cio­nes a nues­tro dere­cho a la par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral. Bien, lo pri­me­ro que quie­ro trans­mi­tir es que es fun­da­men­tal nues­tra pre­sen­cia en las elec­cio­nes de mayo, no sola­men­te para supe­rar una reali­dad de segre­ga­ción polí­ti­co-ideo­ló­gi­ca que mani­pu­la la volun- tad de la socie­dad vas­ca y su mar­co ins­ti­tu­cio­nal, sino fun­da­men­tal­men­te para abor­dar la irre­ver­si­bi­li­dad del pro­ce­so demo­crá­ti­co con el con­jun­to de agen­tes polí­ti­cos y sociales.

Y en segun­do lugar, como ya se ha trans­mi­ti­do públi­ca­men­te, nues­tra apues­ta va mas allá de estas elec­cio­nes y tie­ne un com­po­nen­te estratégico.

¿Por qué era nece­sa­rio el acuer­do estra­té­gi­co con EA?

En pri­mer lugar debe­ría­mos de dis­tin­guir con cla­ri­dad nues­tro pro­pio pro­yec­to polí­ti­co por un lado y nues­tra polí­ti­ca de alian­zas nece­sa­ria para hacer avan­zar el pro­ce­so. Si que­re­mos cons­truir un Esta­do, no debe­mos per­der la pers­pec­ti­va que eso sólo será posi­ble, en pri­mer lugar, tenien­do cla­ro que el motor o la con­tra­dic­ción prin­ci­pal que ver­te­bra el pro­ce­so de libe­ra­ción es la que se da entre Eus­kal Herria por un lado y los esta­dos espa­ñol y fran­cés por otro. Y, en segun­do lugar, que nece­si­ta­mos ale­jar­nos per­ma­nen­te­men­te de los intere­ses par­ti­dis­tas, de la poli­ti­que­ría, para desa­rro­llar des­de aho­ra una autén­ti­ca y genui­na polí­ti­ca de Esta­do. Es en el mar­co de estas con­si­de­ra­cio­nes don­de hay que ges­tio­nar las con­tra­dic­cio­nes que sin duda son inhe­ren­tes a todo pro­ce­so polí­ti­co. Las con­tra­dic­cio­nes de carác­ter de cla­se, u otras en nues­tra polí­ti­ca de alian­zas, deben ser ges­tio­na­das y resuel­tas con inte­li­gen­cia, sin que las ramas nos impi­dan en nin­gún caso ver el bosque.

La actual situa­ción de cri­sis exi­gi­rá ofre­cer alter­na­ti­vas con­cre­tas, ¿las tienen?

El obje­ti­vo que per­si­gue la actual ofen­si­va capi­ta­nea­da por la oli­gar­quía finan­cie­ra es evi­den­te: des­man­te­lar el Esta­do del Bien­es­tar o, dicho de otra mane­ra, des­truir todas y cada una de las con­quis­tas alcan­za­das en las últi­mas déca­das por el movi­mien­to obrero.

El esce­na­rio que nos plan­tea el capi­ta­lis­mo no ofre­ce dudas: que las siguien­tes gene­ra­cio­nes vivan peor que las ante­rio­res, con más mie­do y con menos dere­chos. Ésa es su alter­na­ti­va. Sien­do esto así y ligán­do­lo en par­te con la pre­gun­ta ante­rior, plan­tea­ría dos refle­xio­nes: defen­der hoy las con­quis­tas obre­ras, popu­la­res, mate­ria­li­za­das en lo que se ha veni­do en deno­mi­nar el Esta­do del Bien­es­tar es un obje­ti­vo revo­lu­cio­na­rio y anti­oli­gár­qui­co. Y dos: la defen­sa de dichas con­quis­tas nece­si­ta pro­pi­ciar una alian­za amplia de sec­to­res que van des­de el socia­lis­mo a la social­de­mo­cra­cia alcan­zan­do a comu­nis­tas, sec­to­res cris­tia­nos de base… Así pues, tam­bién el blo­que inde­pen­den­tis­ta debe ser el mar­co para esa alianza.

En el acuer­do se reco­ge tam­bién la rela­ción pre­fe­ren­te con la mayo­ría sin­di­cal, ¿ve a ELA dis­pues­ta a impli­car­se en el camino hacia la independencia?

Tan­to ELA y LAB como el con­jun­to de la mayo­ría sin­di­cal deben hacer des­de su pro­pio ámbi­to una apor­ta­ción al for­ta- leci­mien­to de una autén­ti­ca alter­na­ti­va nacio­nal y social.

Dicho esto, obser­vo con satis­fac­ción la pre­sen­cia del sin­di­ca­to ELA en nume­ro­sas movi­li­za­cio­nes, aun­que con­si­de­ro que su fal­ta de adhe­sión al Acuer­do de Ger­ni­ka no es cohe­ren­te cuan­do las con­di­cio­nes de entorno que siem­pre ha exi­gi­do están dadas. En cual­quier caso, estoy con­ven­ci­do de que ELA tam­bién irá adop­tan­do pro­gre­si­va­men­te nue­vos y deci­di­dos com­pro­mi­sos. Estoy con­ven­ci­do de ello.

¿Este PNV es com­pa­ñe­ro de pro­ce­so u obstáculo?

El pro­ce­so que hemos pues­to en mar­cha debe ser­vir tam­bién para una defi­ni­ti­va cla­ri­fi­ca­ción estra­té­gi­ca en Eus­kal Herria. Los que aspi­ra­mos a crear un Esta­do hace­mos una apues­ta de suma. El señor Urku­llu mien­te cuan­do dice que no ha sido invi­ta­do a con­for­mar esa alian­za, o al Acuer­do de Ger­ni­ka: si el PNV no está es por­que ha deci­di­do no estar. Y lo ha deci­di­do por­que cree que toda­vía tie­ne mar­gen sufi­cien­te para desa­rro­llar una polí­ti­ca «sobe­ra­nis­ta de rome­ría» por un lado mien­tras man­tie­ne una férrea alian­za con el PSOE (y si se die­ra el caso con el PP), hacién­do­se corres­pon­sa­ble de la bru­tal polí­ti­ca de recor­tes socia­les del Gobierno espa­ñol o vas­con­ga­do, y actuan­do como si fue­ra un por­ta­voz del Minis­te­rio de Inte­rior en cuan­to a las valo­ra­cio­nes con res­pec­to a las posi­cio­nes de la izquier­da aber­tza­le. A día de hoy, el EBB ha deci­di­do vol­ver a bus­car el acuer­do, la cola­bo­ra­ción con el Esta­do en la con­fron­ta­ción demo­crá­ti­ca que se ha abier­to en torno a los con­te­ni­dos de la segun­da transición.

Ese esce­na­rio es el actual, pero las posi­cio­nes no son inmu­ta­bles, su evo­lu­ción va a depen­der de la for­ta­le­za de los inde- pen­den­tis­tas. A par­tir de ahí el pro­nós­ti­co es cla­ro: man­ten­dre­mos espa­cios de cola­bo­ra­ción a veces y de con­fron­ta­ción otras. Por eso, la izquier­da aber­tza­le siem­pre esta­rá dis­pues­to a espa­cios de cola­bo­ra­ción y encuen­tro para cons­truir entre todos un esce­na­rio de recono- cimien­to nacio­nal y res­pe­to a la volun­tad popu­lar democrática.

Entre otras cosas, dice Zapa­te­ro que la evo­lu­ción de la izquier­da aber­tza­le es el fru­to posi­ti­vo de la estra­te­gia que el Gobierno espa­ñol lle­vó en el ante­rior pro­ce­so. ¿Qué le responde?
Ya he expli­ca­do dón­de debe­mos encon­trar las razo­nes para el cam­bio de nues­tra estra­te­gia, así que no com­par­to esa afir­ma­ción sal­vo si la enten­dié­ra­mos en el sen­ti­do de que efec­ti­va­men­te hemos hecho una autén­ti­ca y pro­fun­da auto­crí­ti­ca en torno a la posi­ción que man­tu­vi­mos en el pro­ce­so de diá­lo­go ante­rior, don­de come­ti­mos gra­ví­si­mos erro­res de los que hemos extraí­do las per­ti­nen­tes con­se­cuen­cias y que no vol­ve­re­mos a come­ter nun­ca más.

¿Qué papel debe­ría tener el Gobierno espa­ñol en el nue­vo pro­ce­so? ¿Cómo pue­de lograr la izquier­da aber­tza­le o la socie­dad vas­ca que tam­bién el Esta­do espa­ñol cam­bie de ciclo?
El Esta­do, ten­gá­mos­lo cla­ro, no tie­ne nin­gún inte­rés en cam­biar de ciclo por­que entien­de que en el actual él gana y los vas­cos per­de­mos. ¿Cuán­do cam­bia­rá el Esta­do de ciclo? Cuan­do a tra­vés de nues­tra lucha, acu­mu­la­ción de fuer­zas y a tra­vés de la con­fron­ta­ción demo­crá­ti­ca lle­gue a la con­clu­sión de que no hacer­lo le supo­ne más cos­tes que beneficios.

¿Por qué es impor­tan­te el apo­yo exte­rior? ¿Por qué cree que los fir­man­tes e impul­so­res de la Decla­ra­ción de Bru­se­las están sien­do en cier­to modo des­pre­cia­dos tan­to en Madrid como por algu­nos par­ti­dos en Eus­kal Herria?

La pre­sen­cia de obser­va­do­res inter­na­cio­na­les nos per­mi­te tras­la­dar la con­fron­ta­ción de ideas y pro­pues­tas a un esce­na­rio y a un espa­cio don­de nues­tras posi­cio­nes son infi­ni­ta­men­te más pode­ro­sas que las del Esta­do, sen­ci­lla­men­te por­que ade­más de razo­na­bles son escru­pu­lo­sa­men­te demo­crá­ti­cas. Por lo tan­to, el des­pre­cio que mani­fies­tan algu­nos sec­to­res con res­pec­to a su pre­sen­cia es direc­ta­men­te pro­por­cio­nal a su debi­li­dad política.

¿Cómo está sien­do actual­men­te su vida en pri­sión res­pec­to a otras etapas?

Hacien­do una suma de mis años en pri­sión creo que he comen­za­do ya a con­su­mir el noveno, así que des­de Herre­ra de la Man­cha has­ta aquí he vivi­do prác­ti­ca­men­te todas las fases que ha vivi­do el Colec­ti­vo a lo lar­go de sus años de exis­ten­cia. Aho­ra, y en la cár­cel de Logro­ño, soy el úni­co pre­so polí­ti­co que «vive» en mi módulo.

En cual­quier caso, ade­más de mucho depor­te y mucha lec­tu­ra, tra­to siem­pre de seguir el con­se­jo del líder suda­fri­cano Nel­son Man­de­la: seguir for­mán­do­nos para cuan­do recu­pe­re­mos la libertad.

¿Cuál cree que es el papel de los pre­sos polí­ti­cos en este pro­ce­so democrático?

El Colec­ti­vo de Pre­sos Polí­ti­cos es un agen­te com­pro­me­ti­do con el pro­ce­so demo­crá­ti­co. Los agen­tes polí­ti­cos, socia­les, sin­di­ca­les debe­rían abrir cana­les ofi­cia­les de comu­ni­ca­ción con su inter­lo­cu­ción ofi­cial. Eso per­mi­ti­ría, des­de mi pun­to de vis­ta, alcan­zar acuer­dos que posi­bi­li­ta­rían mate­ria­li­zar nues­tros com­pro­mi­sos. Es una suge­ren­cia que les deseo trasladar.

¿Cómo y cuán­do se debe­ría abor­dar la cues­tión de los pre­sos en el proceso?

La liber­tad del con­jun­to de los pre­sos polí­ti­cos debe ser abor­da­da en el ini­cio del pro­ce­so de diá­lo­go y nego­cia­ción, como ámbi­to autó­no­mo de nego­cia­ción entre ETA y el Esta­do, sin espe­rar a acuer­dos polí­ti­cos de carác­ter resolutivo.

¿Qué opi­na de los movi­mien­tos de pre­sos que está hacien­do el Minis­te­rio de Interior?

Todos los «movi­mien­tos» que el Minis­te­rio de Inte­rior desa­rro­lla a tra­vés de la apli­ca­ción de lo que se deno­mi­na como «polí­ti­ca peni­ten­cia­ria» han teni­do y tie­nen un solo obje­ti­vo: que la izquier­da aber­tza­le lle­ga­ra o lle­gue a esta coyun­tu­ra his­tó­ri­ca o neu­tra­li­za­da, o divi­di­da, o lo más debi­li­ta­da posi­ble, sen­ci­lla­men­te por­que enten­dían que ésa era la úni­ca garan­tía de que no poda­mos con­di­cio­nar de mane­ra efi­caz su pro­yec­to de segun­da transición.

¿Qué se pue­de hacer real­men­te y de modo efi­caz para fre­nar la repre­sión, los macrojuicios…?

Repi­to una res­pues­ta que ya he dado a una pre­gun­ta ante­rior: el Esta­do deja­rá de apli­car en sus actua­les pará­me­tros la repre­sión cuan­do en tér­mi­nos polí­ti­cos, socia­les e inter­na­cio­na­les entien­da que le gene­ra más cos­tes que beneficios.

¿Qué pien­sa cada vez que a la izquier­da aber­tza­le se le exi­ge una con­de­na a ETA ‑inclu­so aho­ra, en pleno cese de sus acti­vi­da­des arma­das- y ade­más se le pone como ejem­plo a líde­res como Nel­son Man­de­la o a Gerry Adams?

Pien­so que tam­bién a Man­de­la o a Adams les exi­gían pare­ci­das con­di­cio­nes en sus res­pec­ti­vos procesos.

Insis­to, al Esta­do, a los unio­nis­tas, a los que viven del con­flic­to (secu­ró­cra­tas) no les intere­sa el cam­bio de ciclo que hemos plan­tea­do, sen­ci­lla­men­te por­que son ple­na­men­te cons­cien­tes de que el mis­mo trae­rá como con­se­cuen­cia la nece­si­dad de que ellos ten­gan que cam­biar el suyo, y saben que en un ciclo de exclu­si­va con­fron­ta­ción demo­crá­ti­ca noso­tros somos más fuer­tes que ellos.

En resu­men, ¿es usted opti­mis­ta sobre la capa­ci­dad de la izquier­da aber­tza­le para pro­vo­car un vuel­co defi­ni­ti­vo del escenario?

A pesar de lo que dice el dicho, yo me con­si­de­ro un opti­mis­ta bien infor­ma­do. Este opti­mis­mo no sig­ni­fi­ca no ser cons­cien­te de las enor­mes difi­cul­ta­des y obs­tácu­los que vamos a tener que supe­rar; por eso quie­ro aler­tar a los sec­to­res que con hones­ti­dad y bue­na volun­tad siguen cre­yen­do que tal o cual com­pro­mi­so que adop­te ETA (por ejem­plo con la Decla­ra­ción de Bru­se­las, cosa que no dudo suce­de­rá) va a traer auto­má­ti­ca­men­te una modi­fi­ca­ción sus­tan­cial de la estra­te­gia del Esta­do, que tal ecua­ción no será lineal. Aun­que es evi­den­te que el Esta­do ten­drá que asu­mir una ges­tión polí­ti­ca para cons­truir un esce­na­rio de solu­cio­nes defi­ni­ti­vas. El pro­ce­so de solu­cio­nes es un pro­ce­so que debe ser pro­pie­dad de todos, y todos tene­mos que copar­ti­ci­par en el mis­mo. Eso sí, será la socie­dad vas­ca el úni­co garan­te y pro­ta­go­nis­ta real de poder lle­var el mis­mo a buen término.

Lo vuel­vo a repe­tir, sin orga­ni­za­ción, suma y lucha de con­fron­ta­ción demo­crá­ti­ca no alcan­za­re­mos ni el más razo­na­ble de nues­tros objetivos.

¿Qué men­sa­je que­rría tras­la­dar des­de su cel­da de la pri­sión de Logro­ño a la sociedad?

Quie­ro en pri­mer lugar, y tenien­do en cuen­ta que nos encon­tra­mos en fechas navi­de­ñas, man­dar un fuer­te abra­zo a todos los fami­lia­res de pre­sos que las han vuel­to a cele­brar en ausen­cia de sus seres que­ri­dos, algu­nos via­jan­do miles de kiló­me­tros. Que sepan que nues­tros cora­zo­nes y anhe­los están y via­jan con ellos.

A los mili­tan­tes de la izquier­da aber­tza­le, a los fami­lia­res de los últi­mos dete­ni­dos, a nues­tros jóve­nes, a para­dos y para­das, a la fami­lia eus­kal­dun que aca­ba­mos de per­der a Xabier Lete, a todos un men­sa­je que reco­gí de la cam­pa­ña elec­to­ral de los com­pa­ñe­ros del FMLN de El Sal­va­dor: por enci­ma de todo «son­ría, vamos a luchar».

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