Antes de Pla­ya Girón ya eran mer­ce­na­rios – José Luis Mén­dez Méndez

El Pro­gra­ma de Acción Encu­bier­ta con­tra Cuba apro­ba­do el 17 de mar­zo de 1960 por el pre­si­den­te Dwight D. Eisenho­wer, tra­zó la pau­ta para for­mar lo que sería des­pués una fuer­za mili­tar des­ti­na­da a derro­car la Revo­lu­ción cubana.

La inva­sión derro­ta­da en Pla­ya Girón, no fue el pri­mer acto mer­ce­na­rio de la Bri­ga­da 2506. El mer­ce­na­rio Car­los Rodrí­guez San­ta­na, Car­lay nume­ra­do con el 2506, murió el 8 de sep­tiem­bre de 1960 en un acci­den­te cuan­do se pre­pa­ra­ba en Gua­te­ma­la para agre­dir a su patria. Esas fuer­zas adop­ta­ron su núme­ro para dar­le nom­bre a la bri­ga­da invasora.

En sep­tiem­bre de 1960 había en el cam­pa­men­to dos pri­me­ros tenien­tes del ejér­ci­to gua­te­mal­te­co, egre­sa­dos como exper­tos en con­tra­in­sur­gen­cia en Esta­dos Uni­dos, se nom­bra­ban Alfre­do Matas y José Fuen­tes, este últi­mo era sobrino del enton­ces pre­si­den­te de Gua­te­ma­la gene­ral Miguel Ydí­go­ras Fuen­tes. Des­pués estos fue­ron sus­ti­tui­dos por ofi­cia­les norteamericanos.

Des­de ese mes has­ta noviem­bre el entre­na­mien­to lo diri­gió Oscar Alfon­so Carol Armand, ex ofi­cial del ejér­ci­to del tirano Ful­gen­cio Batista.

No obs­tan­te los esfuer­zos nor­te­ame­ri­ca­nos por man­te­ner el equi­li­brio y la esta­bi­li­dad en Gua­te­ma­la, en 1960 las con­di­cio­nes eco­nó­mi­cas y socia­les en ese país eran explo­si­vas, el Pre­si­den­te quien había sus­ti­tui­do al coro­nel Car­los Cas­ti­llo de Armas, el gol­pis­ta que derro­có a Jaco­bo Arbenz en 1954, esta­ba en crisis.

El 13 de noviem­bre de 1960, esta­lló una rebe­lión mili­tar lide­ra­da por un gru­po de ofi­cia­les entre los que se encon­tra­ban el coro­nel Eduar­do Lle­re­na Muller y los jóve­nes subal­ter­nos Rafael Sas­san Perei­ra, Luis Augus­to Tur­cios Lima y Mar­co Anto­nio Yon Sosa[1] con la par­ti­ci­pa­ción de un ter­cio del ejér­ci­to, des­ta­ca­do en Puer­to Barrios, el prin­ci­pal del Cari­be guatemalteco.

Este hecho afec­ta­ba los intere­ses de Esta­dos Uni­dos, ya que el régi­men de Ydí­go­ras era su fir­me pun­tal en Amé­ri­ca Cen­tral, entra­ron en jue­go, ade­más, los intere­ses de la Uni­ted Fruit Com­pany ‑la todo­po­de­ro­sa Mami­ta Yunai- que explo­ta­ba la rique­za bana­ne­ra de la zona.

Cuan­do las uni­da­des del ejér­ci­to de Gua­te­ma­la se rebe­la­ron con­tra su Pre­si­den­te ocu­pa­ron el men­cio­na­do puer­to y Zaca­pa, la Bri­ga­da 2506 esta­ba com­pues­ta ya por más de 400 hom­bres, enton­ces la CIA movi­li­zó todos los efec­ti­vos dis­lo­ca­dos en la base Trax y del cam­po aéreo de Retalhu­leu para sofo­car la sedición.

El agen­te de la CIA Félix Rodrí­guez Men­di­gu­tía rela­tó así este hecho: “Fui­mos lla­ma­dos a domi­nar un inten­to de gol­pe en Puer­to Barrios cer­ca de la fron­te­ra con Hon­du­ras… éra­mos cer­ca de 600 en Trax… 200 de noso­tros fui­mos selec­cio­na­dos. Un cen­te­nar dis­tri­bui­dos en tres avio­nes C‑46 fui­mos des­pa­cha­dos para tomar el aero­puer­to rebel­de des­pués que éste hubie­se sido ablan­da­do por nues­tra fuer­za aérea de cuba­nos libres, que uti­li­za­ron bombarderos….”

Los mis­mos avio­nes que serían uti­li­za­dos unos meses más tar­de en la agre­sión con­tra Cuba, bom­bar­dea­ron y ame­tra­lla­ron a los rebel­des guatemaltecos.

Con esta actua­ción que­dó demos­tra­do que los con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rios cuba­nos eran en reali­dad mer­ce­na­rios orga­ni­za­dos en un ejér­ci­to al ser­vi­cio de Esta­dos Uni­dos para inter­ve­nir en los con­flic­tos que ocu­rrie­ran en la región y por supues­to, el área de mayor pro­ble­ma era enton­ces Cuba. Des­pués lo harían como tales en el anti­guo Con­go bel­ga, en Viet­nam, en el Cono Sur de Amé­ri­ca Lati­na y nue­va­men­te en Centroamérica.

Años más tar­de les recla­ma­ron a sus amos ser reco­no­ci­dos como vete­ra­nos de gue­rras extran­je­ras, para reci­bir los bene­fi­cios mate­ria­les esta­ble­ci­dos para ellos. Enton­ces el Impe­rio los colo­có en su ver­da­de­ra con­di­ción como “sol­da­dos de fortuna”.

En auxi­lio de estos ele­men­tos acu­dió Ilea­na Ros Leh­ti­nen, quien pre­sen­tó un pro­yec­to de ley que les daría a los miem­bros de la derro­ca­da inva­sión sub­ven­cio­nes simi­la­res a los que reci­ben los vete­ra­nos de gue­rra de Esta­dos Uni­dos, entre ellas la aten­ción médica.

Ros tra­tó de demos­trar que aun­que la lla­ma­da Bri­ga­da 2506 no for­ma­ba par­te del ejér­ci­to esta­dou­ni­den­se, su par­ti­ci­pa­ción en esa ges­ta esta­ba den­tro de los obje­ti­vos de expan­sión de la liber­tad y de la opo­si­ción a las dic­ta­du­ras comu­nis­tas y en reco­no­ci­mien­to a ese esfuer­zo el Con­gre­so debía otor­gar­les ese sta­tus.

Enton­ces Miguel Álva­rez, al fren­te de la aso­cia­ción de mer­ce­na­rios dijo: “Como todos sabe­mos, hay serios pro­ble­mas en este país con la aten­ción médi­ca”. Modes­to Cas­ta­ñar, otro mer­ce­na­rio pre­ci­só: “Es impor­tan­te que en el pro­yec­to no se inter­pre­te que los bri­ga­dis­tas fue­ron a luchar a nom­bre de Esta­dos Uni­dos, ya que fue un esfuer­zo de cuba­nos con ayu­da esta­dou­ni­den­se… aun­que en reali­dad Bahía de Cochi­nos, fue pla­ni­fi­ca­da, diri­gi­da y apo­ya­da por Esta­dos Unidos.”

Este pro­ce­so ori­gi­nó una con­tro­ver­sia entre quie­nes que­rían reci­bir la dádi­va de ser equi­pa­ra­dos como vete­ra­nos nor­te­ame­ri­ca­nos y los que pre­fe­rían con­ser­var su autén­ti­co sta­tus de mer­ce­na­rios. En oca­sión del 32 ani­ver­sa­rio de su derro­ta, el 19 de abril de 1993, Ilea­na Ros dijo a sus pupi­los: “Estos son los héroes de la demo­cra­cia. Nun­ca pode­mos olvi­dar­los, ni dejar de honrarlos.” 

Hoy, a 50 años de la glo­rio­sa vic­to­ria de Pla­ya Girón, los mer­ce­na­rios derro­ta­dos en aquel momen­to y los actua­les siguen al ser­vi­cio del Impe­rio, aun­que con­ven­ci­dos de que en un nue­vo inten­to serían ven­ci­dos por el pue­blo cubano.

* Es pro­fe­sor e investigador

24 de febre­ro de 2010


[1] Al que­dar­se sin muni­cio­nes, ambos huye­ron a tra­vés de la fron­te­ra con Hon­du­ras para regre­sar pos­te­rior­men­te y orga­ni­zar un movi­mien­to gue­rri­lle­ro en las mon­ta­ñas gua­te­mal­te­cas. 

El Pro­gra­ma de Acción Encu­bier­ta con­tra Cuba apro­ba­do el 17 de mar­zo de 1960 por el pre­si­den­te Dwight D. Eisenho­wer, tra­zó la pau­ta para for­mar lo que sería des­pués una fuer­za mili­tar des­ti­na­da a derro­car la Revo­lu­ción cubana.

La inva­sión derro­ta­da en Pla­ya Girón, no fue el pri­mer acto mer­ce­na­rio de la Bri­ga­da 2506. El mer­ce­na­rio Car­los Rodrí­guez San­ta­na, Car­lay nume­ra­do con el 2506, murió el 8 de sep­tiem­bre de 1960 en un acci­den­te cuan­do se pre­pa­ra­ba en Gua­te­ma­la para agre­dir a su patria. Esas fuer­zas adop­ta­ron su núme­ro para dar­le nom­bre a la bri­ga­da invasora.

En sep­tiem­bre de 1960 había en el cam­pa­men­to dos pri­me­ros tenien­tes del ejér­ci­to gua­te­mal­te­co, egre­sa­dos como exper­tos en con­tra­in­sur­gen­cia en Esta­dos Uni­dos, se nom­bra­ban Alfre­do Matas y José Fuen­tes, este últi­mo era sobrino del enton­ces pre­si­den­te de Gua­te­ma­la gene­ral Miguel Ydí­go­ras Fuen­tes. Des­pués estos fue­ron sus­ti­tui­dos por ofi­cia­les norteamericanos.

Des­de ese mes has­ta noviem­bre el entre­na­mien­to lo diri­gió Oscar Alfon­so Carol Armand, ex ofi­cial del ejér­ci­to del tirano Ful­gen­cio Batista.

No obs­tan­te los esfuer­zos nor­te­ame­ri­ca­nos por man­te­ner el equi­li­brio y la esta­bi­li­dad en Gua­te­ma­la, en 1960 las con­di­cio­nes eco­nó­mi­cas y socia­les en ese país eran explo­si­vas, el Pre­si­den­te quien había sus­ti­tui­do al coro­nel Car­los Cas­ti­llo de Armas, el gol­pis­ta que derro­có a Jaco­bo Arbenz en 1954, esta­ba en crisis.

El 13 de noviem­bre de 1960, esta­lló una rebe­lión mili­tar lide­ra­da por un gru­po de ofi­cia­les entre los que se encon­tra­ban el coro­nel Eduar­do Lle­re­na Muller y los jóve­nes subal­ter­nos Rafael Sas­san Perei­ra, Luis Augus­to Tur­cios Lima y Mar­co Anto­nio Yon Sosa[1] con la par­ti­ci­pa­ción de un ter­cio del ejér­ci­to, des­ta­ca­do en Puer­to Barrios, el prin­ci­pal del Cari­be guatemalteco.

Este hecho afec­ta­ba los intere­ses de Esta­dos Uni­dos, ya que el régi­men de Ydí­go­ras era su fir­me pun­tal en Amé­ri­ca Cen­tral, entra­ron en jue­go, ade­más, los intere­ses de la Uni­ted Fruit Com­pany ‑la todo­po­de­ro­sa Mami­ta Yunai- que explo­ta­ba la rique­za bana­ne­ra de la zona.

Cuan­do las uni­da­des del ejér­ci­to de Gua­te­ma­la se rebe­la­ron con­tra su Pre­si­den­te ocu­pa­ron el men­cio­na­do puer­to y Zaca­pa, la Bri­ga­da 2506 esta­ba com­pues­ta ya por más de 400 hom­bres, enton­ces la CIA movi­li­zó todos los efec­ti­vos dis­lo­ca­dos en la base Trax y del cam­po aéreo de Retalhu­leu para sofo­car la sedición.

El agen­te de la CIA Félix Rodrí­guez Men­di­gu­tía rela­tó así este hecho: “Fui­mos lla­ma­dos a domi­nar un inten­to de gol­pe en Puer­to Barrios cer­ca de la fron­te­ra con Hon­du­ras… éra­mos cer­ca de 600 en Trax… 200 de noso­tros fui­mos selec­cio­na­dos. Un cen­te­nar dis­tri­bui­dos en tres avio­nes C‑46 fui­mos des­pa­cha­dos para tomar el aero­puer­to rebel­de des­pués que éste hubie­se sido ablan­da­do por nues­tra fuer­za aérea de cuba­nos libres, que uti­li­za­ron bombarderos….”

Los mis­mos avio­nes que serían uti­li­za­dos unos meses más tar­de en la agre­sión con­tra Cuba, bom­bar­dea­ron y ame­tra­lla­ron a los rebel­des guatemaltecos.

Con esta actua­ción que­dó demos­tra­do que los con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rios cuba­nos eran en reali­dad mer­ce­na­rios orga­ni­za­dos en un ejér­ci­to al ser­vi­cio de Esta­dos Uni­dos para inter­ve­nir en los con­flic­tos que ocu­rrie­ran en la región y por supues­to, el área de mayor pro­ble­ma era enton­ces Cuba. Des­pués lo harían como tales en el anti­guo Con­go bel­ga, en Viet­nam, en el Cono Sur de Amé­ri­ca Lati­na y nue­va­men­te en Centroamérica.

Años más tar­de les recla­ma­ron a sus amos ser reco­no­ci­dos como vete­ra­nos de gue­rras extran­je­ras, para reci­bir los bene­fi­cios mate­ria­les esta­ble­ci­dos para ellos. Enton­ces el Impe­rio los colo­có en su ver­da­de­ra con­di­ción como “sol­da­dos de fortuna”.

En auxi­lio de estos ele­men­tos acu­dió Ilea­na Ros Leh­ti­nen, quien pre­sen­tó un pro­yec­to de ley que les daría a los miem­bros de la derro­ca­da inva­sión sub­ven­cio­nes simi­la­res a los que reci­ben los vete­ra­nos de gue­rra de Esta­dos Uni­dos, entre ellas la aten­ción médica.

Ros tra­tó de demos­trar que aun­que la lla­ma­da Bri­ga­da 2506 no for­ma­ba par­te del ejér­ci­to esta­dou­ni­den­se, su par­ti­ci­pa­ción en esa ges­ta esta­ba den­tro de los obje­ti­vos de expan­sión de la liber­tad y de la opo­si­ción a las dic­ta­du­ras comu­nis­tas y en reco­no­ci­mien­to a ese esfuer­zo el Con­gre­so debía otor­gar­les ese sta­tus.

Enton­ces Miguel Álva­rez, al fren­te de la aso­cia­ción de mer­ce­na­rios dijo: “Como todos sabe­mos, hay serios pro­ble­mas en este país con la aten­ción médi­ca”. Modes­to Cas­ta­ñar, otro mer­ce­na­rio pre­ci­só: “Es impor­tan­te que en el pro­yec­to no se inter­pre­te que los bri­ga­dis­tas fue­ron a luchar a nom­bre de Esta­dos Uni­dos, ya que fue un esfuer­zo de cuba­nos con ayu­da esta­dou­ni­den­se… aun­que en reali­dad Bahía de Cochi­nos, fue pla­ni­fi­ca­da, diri­gi­da y apo­ya­da por Esta­dos Unidos.”

Este pro­ce­so ori­gi­nó una con­tro­ver­sia entre quie­nes que­rían reci­bir la dádi­va de ser equi­pa­ra­dos como vete­ra­nos nor­te­ame­ri­ca­nos y los que pre­fe­rían con­ser­var su autén­ti­co sta­tus de mer­ce­na­rios. En oca­sión del 32 ani­ver­sa­rio de su derro­ta, el 19 de abril de 1993, Ilea­na Ros dijo a sus pupi­los: “Estos son los héroes de la demo­cra­cia. Nun­ca pode­mos olvi­dar­los, ni dejar de honrarlos.” 

Hoy, a 50 años de la glo­rio­sa vic­to­ria de Pla­ya Girón, los mer­ce­na­rios derro­ta­dos en aquel momen­to y los actua­les siguen al ser­vi­cio del Impe­rio, aun­que con­ven­ci­dos de que en un nue­vo inten­to serían ven­ci­dos por el pue­blo cubano.

* Es pro­fe­sor e investigador

24 de febre­ro de 2010


[1] Al que­dar­se sin muni­cio­nes, ambos huye­ron a tra­vés de la fron­te­ra con Hon­du­ras para regre­sar pos­te­rior­men­te y orga­ni­zar un movi­mien­to gue­rri­lle­ro en las mon­ta­ñas guatemaltecas. 

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *