Movi­mien­tos y expec­ta­ti­vas en Fili­pi­nas- Txen­te Rekondo

Estos últi­mos meses se están carac­te­ri­zan­do en Fili­pi­nas, entre otras cosas, por los movi­mien­tos que el gobierno fili­pino ha empren­di­do para reto­mar las nego­cia­cio­nes con algu­nos de los gru­pos arma­dos que ope­ran en el archi­pié­la­go. En ese sen­ti­do, repre­sen­tan­tes de la admi­nis­tra­ción de Benigno Aquino se han reu­ni­do con miem­bros del Fren­te Moro Islá­mi­co de Libe­ra­ción (MILF) en la capi­tal de Mala­sia, mien­tras que hacía lo pro­pio con la dele­ga­ción de la gue­rri­lla del Par­ti­do Comu­nis­ta de Fili­pi­nas (CPP) a las afue­ras de Oslo.

Esta toma de con­tac­to vie­ne a rom­per la pos­tu­ra man­te­ni­da por la ante­rior pre­si­den­ta fili­pi­na, Glo­ria Maca­pa­gal-Arro­yo, quien mien­tras era reci­bi­da con todos los hono­res y para­bie­nes en Occi­den­te, lle­va­ba a delan­te una cam­pa­ña con­tra la insur­gen­cia, don­de la vio­la­ción de dere­chos huma­nos alcan­za­ba las cifras más altas de los últi­mos años.

Tras más de 42 años de insur­gen­cia, la gue­rri­lla comu­nis­ta del CPP, la gue­rri­lla fili­pi­na ha hecho fren­te a la dic­ta­du­ra de Mar­cos, y a los cua­tro gobier­nos ele­gi­dos en las urnas tras el fin de la mis­ma. En estas déca­das el CPP ha atra­ve­sa­do por dife­ren­tes fases, tal y como reco­no­cen recien­tes aná­li­sis internacionales.

Des­de su fun­da­ción en 1968, y duran­te toda la dic­ta­du­ra de Mar­cos, la gue­rri­lla cre­ció rápi­da­men­te y se fue asen­tan­do, con el apo­yo de impor­tan­tes sec­to­res de la pobla­ción, en bue­na par­te del archi­pié­la­go fili­pino. Los pri­me­ros años de la lla­ma­da ?tran­si­ción demo­crá­ti­ca?, sir­vie­ron al ejér­ci­to para impul­sar toda una cam­pa­ña de terror que se exten­dió a los mili­tan­tes de las orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas y de base que sim­pa­ti­za­ban con las deman­das del CPP y de su bra­zo arma­do, el Nue­vo Ejér­ci­to del Pue­blo (NPA).

Pos­te­rior­men­te, la capa­ci­dad movi­li­za­do­ra y ope­ra­ti­va del CPP-NPA se ha recu­pe­ra­do, y ha veni­do desa­rro­llan­do orga­ni­za­cio­nes que obtie­nen bue­nos resul­ta­dos elec­to­ra­les, mien­tras afron­ta­ba dife­ren­tes inten­tos de encau­zar con­ver­sa­cio­nes de paz con el gobierno, y hacía fren­te a la bru­tal cam­pa­ña que el gobierno de Arro­yo impulsaba.

Los con­tac­tos y nego­cia­cio­nes entre los gobier­nos de Mani­la y la gue­rri­lla comu­nis­ta se han suce­di­do en las últi­mas déca­das. Des­de los pri­me­ros inten­tos hace más de 25 años, bajo la pre­si­den­cia de Cory Aquino, se han suce­di­do los acer­ca­mien­tos y los fracasos.

En 1992, se fir­mó la decla­ra­ción de La Haya, que esta­ble­ció una agen­da para la nego­cia­ción de cua­tro ejes cen­tra­les (refor­mas socio-eco­nó­mi­cas, dere­chos huma­nos, refor­mas polí­ti­cas y cons­ti­tu­cio­na­les, ceses de las hos­ti­li­da­des). Tres años más tar­de, a tra­vés del Acuer­do Con­jun­to de Garan­tías de Inmu­ni­dad y Segu­ri­dad (JASIG), se ase­gu­ra­ba que los repre­sen­tan­tes y gru­po nego­cia­dor del Fren­te Demo­crá­ti­co Nacio­nal de Fili­pi­nas (NDFP), una coa­li­ción de sin­di­ca­tos, par­ti­dos polí­ti­cos y otros movi­mien­tos, entre los que se encuen­tra el CPP, no fue­ran per­se­gui­dos por su laber negociadora.

Otra apor­ta­ción de todos estos inten­tos nego­cia­do­res es el Comi­té Con­jun­to para la Moni­to­ri­za­ción (JMC), que se encar­ga­ría de inves­ti­gar las vio­la­cio­nes de los acuer­dos, y que fue pues­to en mar­cha en 20045, con la asis­ten­cia de un faci­li­ta­dor inde­pen­dien­te e inter­na­cio­nal, Noruega.

Ese mis­mo año, la dele­ga­ción del NDFP aban­do­na­rá las con­ver­sa­cio­nes tras la deci­sión del gobierno de Arro­yo de reno­var la inclu­sión del CPP-NPA y de alguno de sus diri­gen­tes en la lis­ta ?de per­so­nas y orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas?, así como por el escán­da­lo que siguió a la reelec­ción de la cita­da presidenta.

Los pos­te­rio­res inten­tos de Glo­ria Maca­pa­gal-Arro­yo de com­bi­nar la polí­ti­ca repre­si­va con fal­sos inten­tos de nego­cia­ción (denun­cia­dos por los repre­sen­tan­tes de NDPF como peti­cio­nes de ren­di­ción y de rees­cri­bir lo acor­da­do en 1992), difi­cul­ta­ron aún más el com­ple­jo equi­li­brio nego­cia­dor. Todo ello ade­más, acom­pa­ña­do de una polí­ti­ca de exter­mi­nio de mili­tan­tes socia­les y una polí­ti­ca ?anti-terro­ris­ta? que otor­ga­ba car­ta blan­ca a las fuer­zas poli­cia­les y mili­ta­res del país.

Los dos últi­mos años nue­vos impul­sos han hecho apa­ri­ción en el com­ple­jo puzz­le nego­cia­dor fili­pino. En 2009, y gra­cias al tra­ba­jo de coci­na de Norue­ga, el gobierno reco­no­ció que un alto el fue­go no ?era una con­di­ción pre­via para ini­ciar las nego­cia­cio­nes?, al tiem­po que reins­tau­ró el JASIG y se plan­teó la libe­ra­ción de algu­nos pre­sos políticos.

El año pasa­do, con la toma de pose­sión del nue­vo pre­si­den­te Aquino, el gobierno se mos­tró dis­pues­to a un alto el fue­go y a reto­mar las nego­cia­cio­nes. Des­de el CPP se recha­zó la ofer­ta, pero deja­ron la puer­ta abier­ta a reto­mar las nego­cia­cio­nes. De esa mane­ra, el pasa­do mes de diciem­bre, tuvie­ron lugar en Hong Kong con­tac­tos y con­ver­sa­cio­nes que per­mi­tie­ron una tre­gua en Navi­da­des (la más lar­ga en los últi­mos diez años).

La con­ti­nua­ción de este pro­ce­so tuvo lugar el pasa­do mes de enero en Oslo, en don­de se acor­dó el ini­cio de con­ver­sa­cio­nes for­ma­les sin con­di­cio­nes pre­vias., y que han teni­do lugar entre el 15 y 21 de este mis­mo mes.

El camino ini­cia­do estas sema­nas no será bre­ve, pero es impor­tan­te que a pesar de las difi­cul­ta­des que irán aso­man­do, algu­nas ya lo han hecho en for­ma de deten­cio­nes de impor­tan­tes figu­ras del CPP, ambas par­tes pare­cen dis­pues­tas a pro­fun­di­zar esa vía. Tam­bién es impor­tan­te el papel de los media­do­res (Norue­ga) que han con­ti­nua­do apo­yan­do el pro­ce­so a pesar de las rup­tu­ras pun­tua­les que se han sucedido.

Otra insur­gen­cia arma­da que ope­ra con fuer­za en el sur del archi­pié­la­go, el Fren­te Moro Islá­mi­co de Libe­ra­ción (MILF) tam­bién ah ini­cia­do con­ver­sa­cio­nes en Kua­la Lum­pur, capi­tal de mala­sia, con el gobierno fili­pino. De momen­to pare­ce ser que ambas par­tes han acor­da­do reno­var el man­da­to del gru­po inter­na­cio­nal de moni­to­ri­za­ción en le sur del archi­pié­la­go por otros doce meses. Tam­bién ha teni­do lugar un inter­cam­bio de pro­pues­tas entre las dos dele­ga­cio­nes y han deci­di­do vol­ver­se a reu­nir los pró­xi­mos 29 y 30 de marzo.

Al igual que en el caso de la gue­rri­lla comu­nis­ta, este pro­ce­so tam­bién pue­de estar afec­ta­do por movi­mien­tos con­tra­dic­to­rios que pue­den poner en un difí­cil tran­ce el desa­rro­llo de las nego­cia­cio­nes. El pasa­do año se fil­tró la posi­bi­li­dad de que den­tro del MILF hubie­ra teni­do lugar un esci­sión, y estos días pare­ce que la noti­cia se con­fir­ma con el anun­cio de la crea­ción del gru­po Lucha­do­res Islá­mi­cos de la Liber­tad Bang­sa­mo­ro (BIFF) que anun­cia su inten­ción de con­ti­nuar la lucha con­tra los mili­ta­res fili­pi­nos y lograr en Min­da­nao la ins­tau­ra­ción de un esta­do inde­pen­dien­te e islámico.

Los obs­tácu­los pla­nean este nue­vo esce­na­rio. Des­de las reti­cen­cias e inten­tos de sabo­ta­je por impor­tan­tes sec­to­res de los lla­ma­dos pode­res fác­ti­cos (mili­ta­res, empre­sa­rios, par­te de la cla­se polí­ti­ca), teme­ro­sos de per­der su pri­vi­le­gia­da situa­ción en el actual sta­tus quo has­ta las tác­ti­cas de algu­nos repre­sen­tan­tes de la admi­nis­tra­ción que bus­can la divi­sión de las orga­ni­za­cio­nes gue­rri­lle­ras para debi­li­tar su posi­ción ante las hipo­té­ti­cas fases cen­tra­les de la negociación.

Lo que no cabe duda es que para logra­ra una paz jus­ta y dura­de­ra, en Fili­pi­nas, como en otros luga­res, se debe­rán afron­tar las raí­ces del con­flic­to. La polí­ti­ca dis­cri­mi­na­to­ria hacia los pue­blos indí­ge­nas, la ven­ta de los recur­sos del país a las gran­des mul­ti­na­cio­na­les, los abu­sos de las fuer­zas de segu­ri­dad y sus alia­das mili­cias para­mi­li­ta­res, la injus­ta dis­tri­bu­ción de la tie­rra, en manos de terra­te­nien­tes en gran­des zonas del país, o la nece­sa­ria refor­ma agra­ria, son algu­nos de los temas que debe­rán abor­dar en cual­quier inten­to serio de lle­var a delan­te el pro­ce­so de paz que algu­nos comien­zan a vis­lum­brar en Filipinas.

TXENTE REKONDO.- Gabi­ne­te Vas­co de Aná­li­sis Inter­na­cio­nal (GAIN)

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