Mientras las fuerzas en pro y en contra del gobierno luchan por la supremacía en las ciudades y en los desiertos de Libia en África del Norte, el tenor y el tono de los reportajes estadounidenses /occidentales muestran la mentira de la celebrada objetividad periodística.
Parece que las porras son más apropiadas para el ESPN que para los principales servicios de noticias nacionales, incitados, por supuesto, por la enemistad de Estados Unidos contra el Coronel Moammar Khaddafy, quien por mucho tiempo ha sido un estorbo para las ambiciones imperiales estadounidenses en la región.
No finjamos que los esfuerzos estadounidenses se motiven por su preocupación por los sufrimientos del pueblo libio, porque fácilmente 10 veces (o tal vez 30 veces) más personas sufrieron bajo Hosni Mubarak, el presidente de por vida de Egipto y aliado de confianza de Estados Unidos. Durante décadas el gobierno norteamericano hizo oídos sordos al dolor del pueblo egipcio.
Sólo cuando el pueblo se levantó y tomó el escenario, Estados Unidos empezó a balbucear frases sobre «los derechos humano» y a preocuparse sobre «la violencia».
Así habla el gobierno norteamericano que enviaba en secreto (y tal vez todavía está enviando) a gente a los infiernos egipcios vía el programa de “rendition” (entrega) para ser torturados y asesinados por la temida policía secreta de Egipto.
A decir verdad, quien tenga los más mínimos conocimientos de la historia de Estados Unidos no puede escuchar sin sentir vergüenza ajena las acusaciones de que el gobierno de Libia ataque y bombardee «a su propio pueblo». Porque la Guardia Nacional de Estados Unidos disparó sus armas semi-automáticas contra indefensos estudiantes en la Universidad Kent State en el estado de Ohio, matando a 4 jóvenes que protestaban contra la guerra en Vietnam. Un poco después, 2 jóvenes negros fueron baleados a muerte por la policía de la Universidad Jackson State en Mississippi durante una protesta similar.
Filadelfia, Pensilvania, era el sitio de un bombardeo gubernamental que mató a hombres, mujeres y bebes en su propia casa. Ese era el bombardeo de la organización MOVE del 13 de mayo de 1985, cuando 11 personas murieron bombardeadas y toda una cuadra fue reducida a escombros humeantes.
¿Alguno de los bombarderos fue «llevado a la justicia»?
Y cuando Israel desató la Operación Plomo Fundido contra los territorios ocupados de Gaza, matando a más de 1,400 palestinos –hombres, mujeres, niños y ancianos– y el respetado juez sudafricano, Richard Goldstone, emitió un informe que describe como «crímenes de guerra» los ametrallamientos, bombardeos y disparos con armas de alto calibre contra la población civil, ¿qué es lo que hizo el gobierno de Obama? ¿Criticó a los bambarderos israelíes, o al juez?
Adivina. Si adivinaste que el gobierno de Obama criticó al juez Goldstone, le atinaste y eso da una idea de qué tanto al gobierno estadounidense le preocupan los derechos humanos, la violencia, el bombardeo gubernamental de la desarmada población civil y el sufrimiento de los árabes bajo regímenes represivos.
Aquí está la lección: Los rebeldes, en toda nación, son castigados.
Desde el corredor de la muerte soy Mumia Abu-Jamal.