La OTAN llevó a cabo ayer el ataque más intenso sobre Trípoli desde que comenzó la operación contra Libia. Los ataques, que comenzaron hacia la 1.00 duraron más de media hora y fueron particularmente violentos, según un periodista de France Press, que describió «bolas rojas que iluminaban el el cielo, silbidos de bombas, el tronar de los cazas volando a baja altitud, y después varias explosiones ensordecedoras». La misma secuencia se repitió hasta seis veces.
Los bombardeos causaron 19 muertos y 150 heridos, según un balance del Ministerio de Salud Pública libio. Todas las víctimas mortales son civiles y entre los 150 heridos «muchos se encuentran en un estado muy grave»., según indicó el portavoz del Gobierno libio, Mussa Ibrahim.
Añadió que la OTAN dirigió su ataque contra un cuartel de la guardia popular, unidades de voluntarios de apoyo al Ejército, no lejos de la residencia de Gadafi y que también alcanzó varias zonas de la capital libia y de su periferia. Por su parte, la OTAN dijo haber atacado un depósito de vehículos militares, ocultando como hacen en Irak y Afganistán los asesinatos masivos de población civil.
«En Trípoli, nuestras casas están cerca de los cuarteles. Pueden imaginar nuestro terror y el de nuestra familia cada vez que hay bombardeos», lamentó Fathallah Salem, habitante de la avenida Essoug, cerca del objetivo de las bombas.
Acelerar las operaciones
«Hace falta acelerar el ritmo de nuestras operaciones para que el fruto caiga por sí solo», añadió, dejando claro que «el objetivo es que a finales de julio, Gadafi caiga». Sin embargo, después de dos meses de una campaña de bombardeos bajo el supuesto objetivo de defender a la población civil, las tropas rebeldes, mal formadas, mal organizadas y mal equipadas hacen pocos progresos sobre el terreno, mientras el pueblo libio resiste.
La decisión de aumentar la presión sobre el Gobierno libio bombardeando a la población civil diariamente se tomó por la OTAN, UE Y EEUU hace un mes y así se produjeron los bombardeos del corazón de Trípoli como el de la noche del 30 de abril que causó la muerte de uno de los hijos de Gadafi y tres de sus nietos, o los de la noche del pasado lunes contra un parque de vehículos próximo al complejo de Bab Al-Aziziya, residencia de Gadafi.
Y con ese mismo fin decenas de miembros de las fuerzas especiales francesas y británicas han operado en Misrata, con el fin de facilitar la localización exacta de las tropas gadafistas e impedir que tomen la ciudad, según un funcionario oficial aliado.
Su intervención, que ni los dos países ni la OTAN han reconocido en ningún momento, ha resultado eficaz y los mercenarios de Al Qeda consiguieron el 12 de mayo romper el cerco de las fuerzas gubernamentales después más de de dos meses de asedio.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, prometieron ayer mantener la presión sobre Gadafi «hasta que cumpla íntegramente todas las resoluciones de Naciones Unidas». En un artículo conjunto publicado en «The Times», ambos mandatarios justificaron la intervención en Libia afirmando que «somos reacios a utilizar la fuerza, pero cuando nuestros intereses y valores se unen, sabemos que tenemos la responsabilidad de actuar».
EEUU aprovechó la visita a Bengasi del subsecretario de Estado encargado de Oriente Próximo, Jeffrey Feltman, para invitar oficialmente a los rebeldes libios a abrir una representación en Washington. Aunque eludió mencionar su reconocimiento oficial, aseguró que, de hecho, los rebeldes son los únicos interlocutores de Washington en Libia. El Estado francés, primero en reconocer al CNT (Consejo Nacional Transitorio ) como interlocutor anunció que este organismo nombrará un representante en París próximamente. Italia, Qatar, Gambia, Gran Bretaña y, ayer mismo, Jordania, se han sumado al reconocimiento del CNT. Rusia lo considera como un socio legítimo para negociar y la UE lo ha elevado a la categoría de «interlocutor político clave que representa las aspiraciones del pueblo libio»
Deben responder publicamente quienes nos quisieron conencer de la existencia de un «levantamiento popular» en Bengasi mintiendo descaradamente acerca de la existencia de inexistentes Comités Populares en Bengasi, las ilusiones petulantes pequeño burguesas han formado parte del aparato de propaganda del imperialismo y ahora, no vale callar.
Demuestren que «luchan» contra la OTAN y sus multinacionales con la mismaenergía que salieron a la calle a denunciar al Gadaffi que defiende en inferioridad de condiciones dramáticas su propio pueblo, consciente de que el petróleo y el agua van a dejar de ser libios y serán las multinaciones inglesas, francesas y norteamericanas las que se llevarán tanto el petróleo como las reservas acuíferas enormes que atesona la Jamahiriya libia, combatida además sobre elterreno por los mercenarios salafistas afinaes a Al Qeda a losque la OTAN utiliza ahora para exterminarlos luego, con el apoyo de su mentor. la monarquía criminal saudí.