Nota informativa
A las 18:45 horas del 19 de enero falleció en Santiago de Cuba el recluso común Wilman Villar Mendoza, en la sala de cuidados intensivos del hospital Clínico Quirúrgico “Doctor Juan Bruno Zayas”, a causa de fallo multi-orgánico secundario a un proceso respiratorio séptico severo, que llevó al paciente a un shock por sepsis.
Esta persona había sido remitida con urgencia el pasado 13 de enero del centro penitenciario “Aguadores”, al hospital provincial “Saturnino Lora”, al presentar síntomas de una neumonía severa del pulmón izquierdo, recibiendo todas las atenciones para este tipo de afecciones, aplicándosele ventilación y nutrición artificial, fluidoterapia, hemoderivados, apoyo con drogas vasoactivas y antibióticos de amplio espectro de última generación.
El hospital clínico quirúrgico “Juan Bruno Zayas”, donde falleció, es uno de los centros hospitalarios de mayor nivel en la región oriental y su sala de terapia intensiva cuenta con una gran experiencia en la atención al paciente grave.
Villar Mendoza residía en el municipio Contramaestre, provincia Santiago de Cuba y cumplía sanción de privación de libertad desde el 25 de noviembre del año 2011, por los delitos de Desacato, Atentado y Resistencia.
El hecho por el que fue sancionado se produjo durante un escándalo público en el que agredió y provocó lesiones en el rostro a su esposa, ante lo que su suegra solicitó la intervención de las autoridades y al acudir agentes de la PNR se resistió y los agredió.
Sus familiares más allegados estuvieron al tanto de todos los procedimientos que se emplearon en su atención médica, además de reconocer el esfuerzo del equipo de especialistas que lo atendió.
En relación con este hecho, desde hace varios días agencias de prensa extranjeras, en particular de Miami, vienen promoviendo una intensa campaña internacional difamatoria, en contubernio con elementos contrarrevolucionarios internos, que presentan a Villar Mendoza como un supuesto “disidente” que falleció tras realizar una huelga de hambre en prisión. Al respecto se disponen de abundantes pruebas y testimonios que demuestran que no era un “disidente” ni estaba en huelga de hambre.
Wilman Villar después de haber cometido el delito, por el cual fue procesado en libertad, comenzó a vincularse con elementos contrarrevolucionarios en Santiago de Cuba, quienes le hicieron creer que su presunta pertenencia a los grupúsculos mercenarios le permitiría evadir la acción de la justicia.
Cuba lamenta la muerte de cualquier ser humano; condena enérgicamente las burdas manipulaciones de nuestros enemigos, y sabrá desmontar esta nueva agresión con la verdad y la firmeza que caracteriza a nuestro pueblo.
Hablando de presos muertos en huelga de hambre que nadie tilda de “disidentes”

Prisoner Hunger Strike Solidarity
Traducido por Cubadebate
Tres presos mueren en incidentes relacionados con la huelga de hambre en California
En noviembre de 2011, terminó con tres presos muertos la segunda vuelta de una huelga de hambre masiva de prisioneros en California. Ellos estaban en huelga desde el 22 de septiembre y finalmente murieron. Johnny Owens Vick y otro preso fueron confinados a la Unidad Especial de Seguridad de Pelican Bay. Hozel Alanzo Blanchard se encontraba recluido en la Unidad de Segregación Administrativa de Calipatria (ASU).
Según los informes de los presos que estaban alojados en las celdas vecinas y que fueron testigo de la muerte de estos hombres, los guardias no dieron asistencia a los presos de Pelican Bay ni a Blanchard, y en el caso del prisionero de Pelican Bay aún no identificado, al parecer, los guardias deliberadamente ignoraron sus gritos de auxilio por varias horas hasta que finalmente llegaron a su celda, y en ese momento ya estaba muerto.
“Es completamente despreciable que funcionarios de la prisión conscientemente pudiera permitir a alguien atentar contra su propia vida y dejarlo morir”, dijo Dorsey Nunn, Director Ejecutivo de Servicios Legales para Niños en Prisión. “Estos muchachos estaban pidiendo ayuda, sus compañeros de prisión pidieron ayuda, y los guardias, literalmente, se limitaron a observar que esto sucedía”.
Los familiares de los fallecidos, así como sus abogados defensores, tienen dificultad para obtener información acerca de los tres hombres y las circunstancias de sus muertes. El Departamento de Corrección y Rehabilitación (CDCR) está obligado a hacer una autopsia en casos de muertes sospechosas y está obligado a hacer un informe anual sobre todas las muertes en el sistema.
Miembros de la familia han dicho que sus seres queridos, así como muchos otros presos que participaron en la huelga de hambre, recibían graves represalias en su contra con acciones disciplinarias y amenazas. La familia de Blanchard ha dicho que él sentía que su vida estaba amenazada y tenía dos llamamientos de emergencia pendientes ante la Corte Suprema de California en el momento de su muerte.
“Es un testimonio de las terribles condiciones en las que los reclusos viven, al punto de que tres personas se suicidaron en el último mes”, dijo Laura Magnani, Directora Regional de la American Friends Service Committee. Ella también señaló el gran número de víctimas que deja las huelga de hambre en los prisioneros, a pesar de algunas aparentes victorias. “Prisioneros de estas cárceles de California tienen una tasa mucho más alta de suicidio que los de la población en general”, aseguró.
La huelga de hambre de septiembre, en la que participaron al menos 12.000 prisioneros en al menos 13 prisiones del estado, se organizó en torno a cinco principales demandas relacionadas con poner fin a las prácticas de castigo en grupo, a los largos plazos de confinamiento solitario, y a los abusos para la validación de los presos y la solicitud de información.
“Si el público y los legisladores no continúan presionando a la CDCR, el Departamento podría fácilmente barrer todo esto bajo la alfombra”, dijo Emily Harris, Coordinadora Estatal en California de la organización United for a Responsible Budget. “Estas muertes son evidencia de que la idea de la rendición de cuentas se ha perdido por completo entre los funcionarios de prisiones de California.
Nota al margen
El 3 de enero de este año, hace poco más de dos semanas, murió también tras una huelga de hambre una mujer de 52 años, Lyvita Gomes, quien se encontraba detenida en una cárcel de los suburbios de Chicago. Gomes, de origen indú, que había estado viviendo en un hotel de Vernon Hills, fue arrestada el 14 de diciembre después de que se ausentara a una cita en la corte. Una nota en The Huffington Post da cuenta del hecho, pero ni a la Casa Blanca, ni al Departamento de Estado le preocupó qué ocurrió con esta mujer, y muchísimo menos, qué paso con los tres huelguistas de California.