
Ante el acto de colocación de la primera piedra del tramo Hernani-Astigarraga del TAV realizado hoy por el Secretario General del PSE de Gipuzkoa y Consejero del gobierno de Patxi López, Iñaki Arriola, la Izquierda Abertzale quiere manifestar que en esta época de crisis económica es una auténtica atrocidad seguir despilfarrando dinero con el TAV y que hay que invertir en proteger a los más necesitados y en la promoción de la economía local.
Estos últimos años en Gipuzkoa se han querido construir diversas obras faraónicas como el puerto exterior de Pasaia y la incineradora de Zubieta, pero el macro-proyecto que más impacto económico, social y ecológico está causando es el del Tren de Alta Velocidad (TAV). Esta apuesta obsesiva por la construcción que hacen el PSE y el PNV ha hipotecado la economía gipuzkoana y ha originando un despilfarro de dinero público de proporciones nunca antes conocidas. Se deben recordar aquí los desfases de Bidegi, de 282 millones de euros, certificados por el Tribunal de Cuentas y que aun no han sido aclarados por el PNV.
Y a pesar de que la coyuntura económica ha ido empeorando progresivamente, tanto el PSE como el PNV se empecinan en ofrecer a la sociedad vasca precisamente las mismas recetas que nos han llevado a la crisis. Y es que con la que está cayendo, que el Gobierno de López decida que la única partida presupuestaria que no va a recortar sea la del TAV no se puede consentir desde ningún punto de vista. Es incomprensible que Patxi López se gaste 380 millones en Gipuzkoa para el TAV mientras recorta todas las partidas sociales, incluso las de la educación y la sanidad.
Esta apuesta ciega que hacen desde el PNV y el PSE por la construcción del TAV es un auténtico escándalo público para los más de 40000 parados que hay en Gipuzkoa y las más de 10000 personas que están en el umbral de la pobreza. No puede ser que lo único que el PSE es capaz de ofrecer a los gipuzkoanos y gipuzkoanas sea el TAV. Si de verdad quiere ayudar a la economía de Gipuzkoa lo que debería a hacer el PSE es empezar por invertir el dinero del TAV en atender a las necesidades reales de la ciudadanía.
Y es que el proyecto del TAV se ha impuesto a los y las gipuzkoanas, tal y como se pretendía hacer con la incineradora y el puerto exterior. Es un proyecto que en ningún momento fue compartido con la sociedad, a la que se le hurtó el debate público y no se dejó expresar sus dudas, sus quejas y sus necesidades. En Gipuzkoa hay una gran oposición al TAV, esto nadie lo niega, y de hecho se han realizado varias consultas populares en las que la ciudadanía siempre se ha posicionado en contra. Por ello, se puede afirmar sin ningún género de dudas que el TAV es hoy un proyecto impuesto a la ciudadanía gipuzkoana y que no responde a las necesidades reales de la población.
Sin embargo, ante ese modelo caduco y despilfarrador del PSE y el PNV, a partir del 22 de mayo en Gipuzkoa se han ido constituyendo nuevas mayorías políticas y se ha empezado a construir un nuevo modelo socio-económico. En esta época de crisis económica es más necesario que nunca invertir el dinero público con racionalidad, protegiendo a los sectores más necesitados y apostando por la economía local. Las decisiones que afectan a la mayoría de la población se tienen que tomar junto con la ciudadanía, poniendo a su disposición toda la información necesaria y desplegando procesos participativos, lo que en ningún caso han hecho el PSE y el PNV ni con el TAV ni con ningún otra cuestión.
Porque es un despilfarro descomunal de dinero público, porque genera un gran daño al medio ambiente y porque se está construyendo sin tener en cuenta las necesidades y la voluntad de la ciudadanía, la Izquierda Abertzale se reafirma hoy más que nunca en su oposición al Tren de Alta Velocidad.