Con motivo del Día Internacional de la Mujer, desde la Izquierda Abertzale, EA, Alternatiba y Aralar reivindicamos que es un día de celebración en las conquistas logradas y de lucha ante las muchas discriminaciones que aún debemos de superar. Las mujeres y hombres que componemos la izquierda abertzale, EA, Alternatiba y Aralar alzamos la voz ante la necesidad de una sociedad más justa y equitativa, que no lograremos mientras no se contemple el desarrollo real e integral de los derechos de las mujeres, como ciudadanas de pleno derecho que somos, dejando de ser ciudadanas de segunda.
Durante estos años no hemos dejado de oír que estamos en crisis, término utilizado por el empresariado con la connivencia de los partidos que durante esos mismos años han gobernado, para crear y justificar un retroceso y una precarización sin precedentes de los derechos civiles y laborales de la ciudadanía en su conjunto. En un momento en el que nos bombardean con información y supuestas soluciones a una crisis que está afectando duramente a grandes sectores de la población, denunciamos que las mujeres vivimos en una situación de crisis permanente y estructural. Hoy la crisis, que ha afectado también a los hombres, ha puesto sobre la mesa la insostenibilidad de un sistema capitalista y patriarcal, que ha negado antes y después del estallido financiero a las mujeres el ejercicio pleno de sus derechos.
La crisis en torno a los cuidados y la situación de desigualdad crónica de las mujeres, ocultada y ninguneada por todos los poderes políticos, se ha visto agravada por las medidas neoliberales impulsadas por los actuales gobiernos de Madrid, Gasteiz y Nafarroa, que ha adoptado medidas muy restrictivas que menoscaban aún más la igualdad entre mujeres y hombres, desigualdad que está en la raíz de las estructuras socioeconómicas patriarcales que padecemos y denunciamos. En este sentido, las brutales medidas de ajuste están obligando a las mujeres a pagar el precio más alto de una crisis que no han provocado.
Somos conscientes de que esta merma de las condiciones laborales puede agravarse, y que, siendo la ciudadanía en su conjunto quien está siendo violentada, dicha violencia es mayor en el caso de las mujeres, en vista de los datos:
El cuidado de personas menores y dependientes recae en su gran mayoría en las mujeres, trabajo éste no remunerado, ni visibilizado, ni valorado, ni contemplado en los cómputos económicos.
La última reforma laboral aprobada, es más de lo mismo pero peor: el abaratamiento del despido y el aumento de la precariedad harán más difícil ejercer los derechos para la conciliación familiar: bajas maternales, reducción de jornada, días de libre disposición,… Igualmente, se generarán altas tasas de temporalidad y subempleo.
La recientemente aprobada reforma que endurecía los requisitos para el acceso a las pensiones, ha generado que las jubiladas cobren de media pensiones inferiores a los jubiliados; a ello añadimos que al exigirse cotizar más años, muchas mujeres que han hecho un parón en su vida profesional para el cuidado de hijos e hijas y personas dependientes, dejarán de tener derecho a pensiones contributivas.
La congelación salarial afectará más duramente a los salarios más bajos, es decir, a las mujeres.
También los despidos y recortes en el sector público afectarán más a las mujeres que a los hombres, porque es este sector el que ocupa porcentualmente a más mujeres y el que más igualitariamente les paga.
La no renovación de las plazas de empleo público está provocando la precarización de las unidades de igualdad.
Muchas de las personas que se ven abocadas a solicitar ayudas de renta básica y a tener que sobrevivir con las ayudas de los comedores sociales o los bancos de alimentos son mujeres.
Y como colofón, y ya sin la excusa de la crisis, el PP enseña su verdadera cara, reformando la ley del aborto para impedir que las mujeres decidan, sin ningún tutelaje sobre su propio cuerpo, la idoneidad de no llevar a término su propio embarazo.
Es imprescindible, por tanto, abordar la crisis estructural que padecemos desde hace años desde una perspectiva feminista, para impedir que el gran peso que recae en las mujeres haga aumentar y perdurar la injusta posición de éstas en la sociedad. Por ello, y porque llevamos demasiados años pagando esta crisis, desde la Izquierda Abertzale, EA, Alternatiba y Aralar compartimos las siguientes reflexiones y medidas para evitar que la brecha entre géneros siga aumentando:
Afirmamos que es imposible conciliar avances sociales con el mantenimiento de una apuesta económica neoliberal. Defendemos una revisión del concepto de economía, en el que el bienestar de todas las personas no esté supeditado al funcionamiento del mercado.
Es preciso revisar con perspectiva de género qué están suponiendo los decretos y reformas laborales recientemente aprobadas, para proponer alternativas de superación desde la misma perspectiva.
Reivindicamos un nuevo contrato social, alejado de los parámetros divididos entre público-privado y productivo-improductivo. Apostamos por la corresponsabilidad, en el sentido amplio del término, desde la perspectiva de que el derecho al cuidado es un asunto de todas las personas, hombres y mujeres. Debemos apostar por un nuevo acuerdo entre hombres y mujeres, que nos permita compartir el empleo, el cuidado, el poder y la toma de decisiones.
Desarrollo de un nuevo Marco Laboral Vasco, que integre de forma transversal la perspectiva de género.
Apostamos por el impulso de las unidades de igualdad dotándolas de herramientas técnicas, económicas y legislativas mayores, reforzadas especialmente en los ámbitos educativos, institucionales y laborales.
Planteamos la reforma del discriminatorio régimen de empleo de hogar, para apostar por un modelo que reconozca a las trabajadoras domésticas, incluyendo a las mujeres migrantes sin papeles, el derecho a un salario digno, al descanso y a una protección de seguridad social equivalente al del resto de las trabajadoras. Consideramos que para esto es necesaria la revisión de la actual ley de extranjería, que permite la existencia de un trabajo de cuidados ejercido mayoritariamente por mujeres y mal remunerado.
Desde la Izquierda Abertzale, EA, Alternatiba y Aralar este 8 de Marzo, afirmamos que sólo conseguiremos una sociedad equitativa y una Euskal Herria democrática cuando haya un cese de los recortes sociales y laborales, un cese de la violencia económica dirigida contra las mujeres, y un cese en la negación de los derechos civiles y políticos más básicos de las mujeres.
Reivindicamos una Euskal Herria donde las mujeres seamos sujeto activo, y nuestras condiciones de vida sean dignas. Reclamamos el derecho que tenemos a participar en todos los ámbitos y defender nuestras posiciones ante todo tipo de discriminaciones.
Este 8M hay mucho por lo que luchar. Por eso desde la Izquierda Abertzale, EA, Alternatiba y Aralar llamamos a toda la ciudadanía a que se movilice contra las múltiples violencias ejercidas contra las mujeres, y por una Euskal Herria donde la igualdad de oportunidades y derechos sea una realidad, una Euskal Herria en la que las mujeres seamos sujetos de propio derecho. Llamamos al conjunto de la ciudadanía a participar en las manifestaciones y marchas convocadas por el movimiento feminista que este 8M se desarrollarán en nuestros pueblos y ciudades.