Hay quien asegura que es la cuarta integrante del grupo ruso Pussy & Riot, condenado a dos años de prisión por «gamberrismo blasfemo». No lo creo. Otras fueron las causas.
La cotidiana visión del progresivo descascarillamiento del nazareno atenazaba el corazón de Cecilia. Esta vez no era la sagrada túnica la que sufría el ataque del despiadado salitre y de la pútrida humedad, era la santa faz del Mesías la agredida por tan desconsiderados elementos naturales al fin y a la postre por Él también creados. Día tras día, misa tras misa y rosario tras rosario, el rostro del hijo del carpintero se asemejaba más a un aquejado de viruela más bien loca o al de un correligionario del resucitado Lázaro de Betania, hermano de María la de Magdala, ¡sí hombre sí!, el leproso, ¡hostia!, que parece mentira, que mucho de «lectores con criterio» pero desconocéis lo principal de la Historia Sagrada. La humedad mal, abombando la pintura; pero el salitre, ¡qué me decís del salitre!, todo blanquecino el puñetero, en torno a la boca. Asemejándose más a Felador de miembros corpóreos que al Redentor de etéreas almas.
Cecilia Giménez, aragonesa generosa y pasional a la sazón, no pudo más. Y pincel en ristre, abalanzose a desfacer el entuerto de la caprichosa naturaleza con el Hacedor. Maquilló el daño del paso de los años, sombra aquí, sombra allá, después alguna defoliación y algún que otro peeling, et voilà, el torturado «Ecce Homo» con cara de sufrimiento se ha transformado en Ecce Efebus con aspecto de asombro. La redondez de su actual boca, a lo Carmen de Mairena, no acaba de solucionar el malentendido de las antiguas blancuzcas manchas, pero con un par o tres de retoques de Cecilia yo creo que el Cristo de Borja va a quedar niquelao pa fiestas.
Otra celebración de lo sagrado tiene lugar en tierras de la vieja Al-Andalus, rescatada a los infieles de la media luna. Ayer, en Almería, realizando la ofrenda floral a su patrona, la Virgen del Mar, pudimos ver a Carlos Sánchez, Presidente de Nuevas Generaciones del PP de Almería y concejal de Salud de la ciudad. Deseamos que la cercanía de la Virgen alegre su apenado corazón por el abandono de la huelga de hambre de Iosu Uribetxebarria porque, como explicaba en su página web, «tenía la esperanza de verlo morir de hambre». Y tan implicado en la defensa de la vida, el pasado jueves matizaba: «personajes que se escandalizan por decir que un etarra no tiene derecho a vivir, pero aplauden como locos el aborto ¡hipócritas!». Sensible el de las Nuevas Generaciones. Por eso la Confederación Española de Asociaciones de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (Colegas) le nombraron portavoz en la primera comisión municipal sobre gays y lesbianas. Casi tan sensible como Carmen Baeza, forense de la Audiencia Nacional, que prefiere ver morir a Iosu disfrutando de la atención médica carcelaria. Le tira más, al parecer, la parte forense de su profesión que la parte médica. Más la muerte que la curación. Nueve detenidos la denunciaron por no impedir sus torturas hace cuatro años.