2. Real Decreto-ley de 20 de abril de 2012
- 1. Introducción
- 2. Real Decreto-ley de 20 de abril de 2012
- 3. Sistema Nacional de Salud (SNS): nacimiento y vicisitudes
- 4. El SNS del Estado español en el contexto internacional
- 5. Consumismo, medicalización de la sociedad y llegada de la crisis
- 6. La salud ¿como un derecho y necesidad vital o como un negocio?
- 7. La defensa de los servicios públicos como un fin y como un medio de la defensa de una «sociedad pública»
La primera parte del RD-ley que nos ocupa, su justificación y motivación, comienza diciendo y alabando las virtudes de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS):
La creación del Sistema Nacional de Salud ha sido uno de los grandes logros de nuestro Estado del bienestar, dada su calidad, vocación universal, la amplitud de sus prestaciones, su sustentación en el esquema progresivo de los impuestos y la solidaridad con los menos favorecidos, lo que le ha situado en la vanguardia sanitaria como un modelo de referencia mundial.
Desmenuzando este enunciado podemos ver como esas afirmaciones son engañosas:
- «El Sistema Nacional de Salud (SNS)» ha sido uno de los grandes logros de nuestro «Estado de bienestar», totalmente incierto ya que el SNS es un logro de la lucha del pueblo que aunque no ha logrado el tan cacareado bienestar si ha supuesto una situación de menor malestar.
- Sigue diciendo que dicho SNS es de «vocación universal» y que «la amplitud de sus prestaciones…» se sustenta sobre un «esquema progresivo de los impuestos» y su «solidaridad con los menos favorecidos». Esto es, que los que más tienen ‑dado que pagan más impuestos- son los que permiten dar esa amplia prestación sanitaria a los que menos tienen. Haciendo un inciso habría que decir que, quizás, el PP, asombrándose de la amplitud de las prestaciones, las considera excesivas y por ello ahora las recortan. Pero la falacia de esta afirmación se basa en el hecho (reconocido por cualquier inspector de hacienda sincero) de que ese esquema progresivo de los impuestos hace pagar más (en proporción, ¡claro está!), a las rentas medias y bajas respecto a lo que pagan las rentas muy altas para sostener dichos servicios públicos. Una política fiscal realmente progresiva haría real la equidad de dar más al que más lo necesita, lo cual es inexistente, y sin pararnos a valorar la magnitud del fraude fiscal y el proceso de su amnistía que promulgó el PP nada más llegar al gobierno.
De esta forma, a poco que analicemos los detalles de la norma, encontramos las grandes contradicciones del sistema, se hace necesario reflexionar sobre que bases se produce el surgimiento de este y otros importantes servicios públicos en una época de «bonanza económica», de expansión del capitalismo, cuando sus grandes empresas obtienen beneficios a costa de explotar los recursos y a los trabajadores de los países más pobres y dependientes y a las trabajadoras y trabajadores de su propio Estado. En esos periodos y cuando el pueblo lucha por sus derechos sociales básicos, el Estado se puede permitir el «lujo» de crear dicho estado de menos malestar. De invertir en servicios públicos ‑sanidad o educación- o en innovación y ciencia, por poner solo unos ejemplos.
2. Real Decreto-ley de 20 de abril de 2012
- 1. Introducción
- 2. Real Decreto-ley de 20 de abril de 2012
- 3. Sistema Nacional de Salud (SNS): nacimiento y vicisitudes
- 4. El SNS del Estado español en el contexto internacional
- 5. Consumismo, medicalización de la sociedad y llegada de la crisis
- 6. La salud ¿como un derecho y necesidad vital o como un negocio?
- 7. La defensa de los servicios públicos como un fin y como un medio de la defensa de una «sociedad pública»