¿Sani­dad públi­ca en un sis­te­ma privado?

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La cons­ti­tu­ción del SNS y su pos­te­rior desa­rro­llo des­igual debe­mos enmar­car­lo en este con­tex­to en el Esta­do espa­ñol y en Anda­lu­cía. Una situa­ción polí­ti­ca que salía de una dic­ta­du­ra cruel en un pro­ce­so de lucha de cla­ses muy duro en la déca­da de los años 70 y que tuvo que con­ce­der algu­nas ven­ta­jas, algu­nas pres­ta­cio­nes socia­les a la pobla­ción, para man­te­ner «y apun­ta­lar» lo fun­da­men­tal, las gran­des pro­pie­da­des y empre­sas, a los terra­te­nien­tes en Anda­lu­cía; ade­más de afian­zar la alian­za con los Esta­dos capi­ta­lis­tas más ricos y expo­lia­do­res del mun­do y, por supues­to, man­te­ner intac­to a todo el apa­ra­to poli­cial y mili­tar con un his­to­rial de ase­si­na­tos y tor­tu­ras atro­ces que que­dó impu­ne. En defi­ni­ti­va, cam­biar y cons­truir algu­nas cosas bue­nas para dejar igual lo esen­cial del sis­te­ma, con todas sus con­tra­dic­cio­nes bullen­do en su inte­rior. Pero lo poco bueno, cuan­do sur­ge y se asien­ta en lo muy malo, ter­mi­na per­dien­do su valor.

En el año 1986 se cons­ti­tu­yó el SNS con la apro­ba­ción de la Ley Gene­ral de Sani­dad1 que nacien­do coja por esa raíz reac­cio­na­ria que aca­ba­mos de comen­tar, ha sido soca­va­da con­ti­nua­men­te de su carác­ter públi­co ‑como no podía ser de otro modo- des­de el Infor­me Abril Mar­to­rell del año 19912; pasan­do por la Ley 1597 que apro­bó el gobierno de Aznar con el apo­yo de PSOE y PNV para per­mi­tir la entra­da de enti­da­des pri­va­das en la ges­tión de cen­tros sani­ta­rios públi­cos3; así como por las medi­das cla­ra­men­te pri­va­ti­za­do­ras que Espe­ran­za Agui­rre, Eduar­do Zapla­na y Artur Mas han implan­ta­do en sus terri­to­rios. Como era pre­vi­si­ble, la Comu­ni­dad de Madrid, la Comu­ni­dad Valen­cia­na y Cata­lun­ya, debi­do pre­ci­sa­men­te a la intro­duc­ción de dichas empre­sas pri­va­das (o con­sor­cios) ges­tio­nan­do ser­vi­cios sani­ta­rios públi­cos han sido los que más pro­ble­mas de cali­dad y equi­dad pre­sen­tan si lo com­pa­ra­mos con otros terri­to­rios, como Anda­lu­cía o el País Vas­co a pesar de que en todos ellos la exter­na­li­za­ción pri­va­da de algún que otro ser­vi­cio ha sido prác­ti­ca habitual.

Por lo tan­to, des­de la cons­ti­tu­ción del SNS sólo tuvie­ron que pasar cin­co años para que el cita­do Infor­me Abril Mar­to­rell fue­ra el pri­mer inten­to serio de pro­mo­ver la mer­can­ti­li­za­ción del sis­te­ma sani­ta­rio en aras de la tan repe­ti­da efi­cien­cia pro­po­nien­do sepa­rar la ges­tión y pro­vi­sión de la finan­cia­ción públi­ca (los dine­ros que paga­mos todos) y la intro­duc­ción de pres­ta­cio­nes «adi­cio­na­les y com­ple­men­ta­rias» que inclu­yó el re-pago en dichas pres­ta­cio­nes (como el mate­rial orto­pro­té­si­co). Estas y otras medi­das supu­sie­ron faci­li­da­des para el nego­cio en las con­tra­ta­cio­nes de par­ti­das tan impor­tan­tes como las de las tec­no­lo­gías sani­ta­rias o de la indus­tria far­ma­céu­ti­ca. Indus­tria far­ma­céu­ti­ca, dicho sea de paso, poco intere­sa­da en la inves­ti­ga­ción de las cau­sas y pro­ble­mas de salud poco ren­ta­bles eco­nó­mi­ca­men­te (fre­cuen­tes pero de difí­cil reso­lu­ción o poco fre­cuen­tes, las lla­ma­das enfer­me­da­des raras) pero que por su impor­tan­cia y gra­ve­dad las hace éti­ca­men­te prio­ri­ta­rias para su estu­dio e inter­ven­ción. La cali­dad del sis­te­ma pasa por la inves­ti­ga­ción pro­pia y públi­ca y no por la depen­den­cia de la com­pra de tec­no­lo­gías sani­ta­rias, diag­nós­ti­cas y tera­péu­ti­cas, cada vez más caras mono­po­li­za­das por las gran­des empre­sas del sec­tor. A esta ten­den­cia a nivel esta­tal hay que incor­po­rar inevi­ta­ble­men­te el con­tex­to inter­na­cio­nal que las pro­mue­ve, como los infor­mes del Ban­co Mun­dial en los años 1987 y 1993 y otros más recien­tes de la Unión Euro­pea que abo­gan por la nece­si­dad de adop­tar cri­te­rios mer­can­ti­les en los ser­vi­cios públi­cos de sani­dad y otros sec­to­res como el de la educación.

  1. El Infor­me Abril Mar­to­rell fue soli­ci­ta­do por el Gru­po Par­la­men­ta­rio Socia­lis­ta y ela­bo­ra­do por una Comi­sión de Exper­tos (pre­si­di­do por Abril Mar­to­rell) para ana­li­zar y eva­luar el SNS. Pre­sen­ta­do en el Con­gre­so de los Dipu­tados el 25 de sep­tiem­bre de 1991.
  2. La ley 1597 sobre habi­li­ta­ción de nue­vas for­mas de ges­tión del Sis­te­ma Nacio­nal de Salud, BOE nº 100 de 26 de abril de 1997. 
  3. La inves­ti­ga­ción detec­ta que Rei­no Uni­do pudo evi­tar 20.000 muer­tes en hos­pi­ta­les. El país, 16 de mar­zo de 2013. Dis­po­ni­ble en: (http://​socie​dad​.elpais​.com/​s​o​c​i​e​d​a​d​/​2​0​1​3​/​0​3​/​1​6​/​a​c​t​u​a​l​i​d​a​d​/​1​3​6​3​4​5​8​0​1​9​_​0​5​2​9​6​0​.​h​t​m​l​?​r​e​l​=​r​o​sEP”)

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