Ya nadie duda que los sistemas sanitarios públicos ‑de financiación y de gestión pública- produzcan beneficios incuestionables al conjunto de su población. Sin embargo, la contradicción que supone implantar un servicio público donde la financiación, la provisión y la gestión sea realmente pública es imposible en un sistema basado en las empresas privadas y con ánimo de lucro en todos los sectores de la economía capitalista.
Y ese es el camino, defender e impedir los retrocesos de las conquistas alcanzadas hace ya un tiempo. Sabiendo que defender los servicios públicos, como la sanidad y la educación, son reformas, mejoras parciales que suponen un paso más en la consecución de cambios más profundos en nuestra sociedad. Una sociedad donde la banca y los sectores estratégicos de la economía (energía, medios de comunicación, industrias agroalimentarias, del sector sanitario, entre otros) que lo envuelven todo, sean públicos, basados en las necesidades de su población y no en los beneficios económicos de una minoría. Entonces estaremos ante una auténtica democracia que vele por todos y todas. El capitalismo nos demuestra cada vez más claramente, crisis a crisis, que es incompatible con dicha democracia y con auténticos servicios públicos claves y esenciales para su población. Solo en un Estado donde no quepa la propiedad privada de las medianas y grandes empresas podrá sostener y mantener un Sistema Público de Salud universal y verdaderamente equitativo.
Concepción Cruz Rojo (militante del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as (SAT) – Sección: Universidad de Sevilla (US)
Sevilla, 4 de abril de 2013