La rebelión de las y los vecinos del barrio burgalés de Gamonal, que resulta ejemplar por el procedimiento utilizado y las consecuencias que se estan derivando tanto en la propia ciudad como en otras muchas del Estado Español. Es un triunfo que va más allá de la paralización de una obra urbanística, a todas luces desproporcionada en la situación económica actual. Está siendo una rebelión contra la sumisión de las instituciones ante los intereses particulares de determinadas mafias urbanísticas, así como de los grandes bancos y el abandono, cuando no el desprecio, del que son objeto amplios sectores de la clase trabajadora por parte de los responsables políticos.
Ha sido y sigue siendo una rebelión de clase y de los sectores populares, hartos de tanta explotación, paro y desprecio a sus reivindicaciones. Esta siendo una rebelión local contra la opresión general. Ha sido una explosión pública de la indignación que la ciudadanía esta mascando en silencio. Ha sido la exteriorización colectiva de la rabia contenida y de la impotencia que viven miles de trabajadoras y trabajadores ante los constantes recortes de sus derechos laborales y sociales.
No ha sido una rebeldia sin más. Ha sido una rebeldia eficaz, una serie de movilizaciones con las que los sectores populares han logrado su objetivo primordial: parar una obra injustificable que obedecia a la necesidad de negocio de una empresa constructora, una empresa con antecedentes de actuaciones mafiosas. Han obligado al ayuntamiento a cambiar de rumbo; a no seguir invertiendo a costa de la ciudadanía pero a espaldas de la misma. Un clamoroso STOP a una política antidemocrática a favor de empresas expeculativas. Una movilización que ha logrado reconducir la nefasta política de priorizar las grandes inversiones en lugar de atender a las necesidades primordiales de las personas más desfavorecidas. Ha sido un “ Sí se puede” práctico y elocuente.
Una victoria democrática contra los sumisos a los intereses bastardos. Un ayuntamiento como el de Burgos no puede seguir endeudándose sin límites a costa de los contribuyentes. Si en la actualidad tiene una deuda de 400 millones de euros, que anualmente le cuesta a las arcas municipales varios millones, ¿cuáles son los límites que piensa imponerse ese PP que esta exigiendo al resto de las instituciones no endeudarse ni para ofrecer los servicios sociales elementales ? Es una victoria popular que ha liberado al ayuntamiento de nuevas cargas financieras inasumibles. ¡Buen koskorrón para tanto político irresponsable !
Es un triunfo altamente ejemplar por la pedagogia que han realizado con las masas. Una información simple pero veraz ha sido la mecha que ha encendido el ánimo de los vecinos-as de Gamonal. Una información clara y una confrontación democrática valiente. No han sido una manifestación, ni dos, ni tres celebradas de manera puntual. Ha sido una meta acordada en asamblea y respetada hasta el final. La clave del triunfo está en que han planteado un objetivo justo y urgente y lo han defendido de manera coherente y con actitud contundente.
La remodelación de la avenida Vitoria no es evidentemente la causa exclusiva de tanta rabia e ira contenida de los vecinos y vecinas de ese barrio. Tampoco ha sido la “excusa”, como decia con desprecio el alcalde de la ciudad. Ha sido el detonante, la gota que ha colmado el vaso de la injusticia y del desprecio a la voluntad popular. Por ello, es infantil realizar análisis simplistas sobre las causas de tanta protesta y rebeldia ciudadana. Resulta innegable que los graves acontecimientos vividos y las muestras de solidaridad, celebradas en más de veinte ciudades del Estado, son el exponente de profundo malestar e indignación en la mayoría de la población.
Un malestar que debería ser analizado con suma prudencia y seriedad por todas las instituciones y agentes politicos, pero que debe ser fundamentalmente objetivo de debate y análisis por parte de todos los agentes sociales, sindicales y vecinales que apostamos por un modelo diferente de sociedad, por un cambio radical de las estructuras económicas, sociales y políticas. Es toda una lección de lucha en pro de la transformación social la que nos ha dado ese barrio de Burgos, ciudad a la que siempre la hemos relacionado con los militares. También en Burgos viven compañeros y compañeras dispuestos a luchar por una sociedad más justa y solidaria. ¿Sacaremos las conclusiones adecuadas de toda esa lección de rebeldia democrática? ¿Seremos capaces de articular respuestas solidarias cada vez que en cualquier barrio o pueblo se den brotes de rebeldia y protesta?
Hoy se llama Gamonal, mañana Vallecas, Intxaurrondo o Peñascal. Las rebeldías locales deben tener también su respuesta en terminos más generales. Cuando el 1% de la población controla la riqueza equivalente al 50% de los desheredados, para los parias de la tierra la lucha y la rebelión sigue siendo el único camino hacia la justicia y la igualdad.
Tasio Erkizia. Militante de la izquierda abertzale