Felipe González renueva contrato millonario con Gas Natural, Rodrigo Rato después de arruinar a miles de familias desde Bankia es contratado por Telefónica para no hacer nada, Solana el acusado por millones de víctimas como criminal de guerra en los Balcanes ficha por la Caixa, el número dos de la ex ministra, Salgado, José Manuel Campa, también del PSOE, ficha en el Santander con retribuciones galácticas de la mano de Emilio Botín. La misma Salgado gana un sueldazo con otro contrato cinco estrellas en Endesa, junto a su buen amigo José María Aznar.
¿A alguien le queda alguna duda de que la mayoría de la casta del coche oficial y los recortes sociales no ha utilizado la política para enriquecerse?
Son muchos más los que acaban colocados con nóminas desproporcionadas después de su paso por un lucrativo cargo público. Alcaldes, concejalillos del tres al cuarto, que por un par de recalificaciones y licencias con prebenda, terminan haciéndose de oro en cualquier constructora, banco o multinacional.
Los maletines, los sobres repletos de billetes, los pelotazos, el enriquecimiento ilícito, la codicia sin límites, son la tónica general en el páramo patrio del saqueo, esa zona VIP reservada, solo asequible para cuatreros compulsivos, ilícitos, donantes de maldad y otros personajes sin escrúpulos.
El pudor, el respeto, los valores, la ética la dejaron en el cubo de la basura antes de entrar en política, usurpando la esperanza de una ciudadanía que les votó, que alguna vez llegaron a confiar ciegamente en su vergonzosa gestión.
Ahora casi todos cobran sin dar puto golpe gracias a los favores concedidos, asisten a reuniones como figurines trajeados sin tener zorra idea de lo que se trata, viajan a países empobrecidos, donde estas multinacionales asesinan indígenas, talan selvas, contaminan ríos y destruyen la vida de sus pueblos. Hablan como si supieran de qué va el “asunto”, ponen cara de saberlo todo mientras sus cuentas corrientes revientan de millones de dinero manchado de sangre, naturaleza y libertades secuestradas, siempre al amparo del todo vale como buenos “demócratas”, “gentes de bien”, respetables sin vergüenza, que promueven la putrefacta marca España por cada rincón del planeta.