“Los chinos duermen y procrean en sus tiendas. No sé donde mueren pero son la competencia. Si no espabilamos, tenemos cada vez más chinos en Bilbao”. Si ese fue el discurso del “mejor alcalde del mundo” afiliado al PNV¿Cómo será el del peor?.
El objetivo en primera y última instancia supone enfrentar a la clase trabajadora entre sí, enfrentar al pequeño comercio entre sí y es que además lo hacen precisamente los que potencian los grandes centros comerciales, los que esquilman a la clase trabajadora y los que en definitiva han creado la crisis y quieren que la clase trabajadora se degolle entre ella y no les señale como responsables.
¿Qué mejor arma que el racismo populista para que gracias a la ignorancia política de una parte de la clase trabajadora la haga ponerse al servicio de esta cuadrilla de burgueses impresentables?.
Lo que podría parecer a simple vista las divagaciones de enajenados en realidad responden a un discurso muy estudiado de la derecha que está triunfando en gran parte de Europa y que no es nuevo en Euskal Herria. Ese discurso con otros matices ya fue usado por el PNV para enfrentar a la clase trabajadora española que en gran número emigró a Euskal Herria en diversas etapas históricas. Discurso que fue agradecido por el españolismo para intensificar la creación de guettos anti-vascos. De esta manera el PNV y el PP-PSOE se han auto-alimentado mutuamente y han asegurado que sus intereses de clase, que son los mismos, estén protegidos.
No extraña por tanto las recientes declaraciones que fueron grabadas por SOS racismo a otro alcalde del PNV, en este caso en Sestao en relación a inmigrantes que solicitan empadronarse en su localidad. “La mierda ya no viene a Sestao, si no la echo yo y ya me encargo yo de que se vayan a base de hostias, incumplo la ley todos los días, a todas horas”. Si el PNV hubiera usado una milésima parte de esa energía para enfrentarse a las verdaderas fuerzas de ocupación otro gallo hubiera cantado. Pero el PNV es dócil y cobarde con el poder español y el capital, mientras está en su salsa controlando una policía autonómica española, poniendo la alfombra roja a la troika, gestionando enchufes o golpeando a los sectores sociales más indefensos mientras se rompe el espinazo ante la monarquía española, da el visto bueno a políticas imperialistas que producen emigración y guerras en el mundo.
Por los servicios prestados a España y al capital luego algunos de sus dirigentes son recompensados.
El racismo y la xenofobía como herramientas del clasismo capitalista no es nuevo. Un tejido social vivo, crítico, abierto, plural y responsable es la mejor vacuna para hacer frente a estos tiempos de creciente individualismo, especialmente para contrarestar el clasimo racista que ha sido y será usado abiertamente por la derecha para engañar al pueblo trabajador vasco. Ya que no solo les sirve para que una clase trabajadora vasca unida no avance en un proyecto de liberación nacional y social. También para sacar rentabilidad económica y sobre todo para que la respuesta social a la injusticia económica no se prenda en la sociedad y se vuelva contra ellos. El PNV lleva siendo ya demasiado tiempo caballito blanco en ese sentido. Algo que tiene que terminar.
La clase trabajadora vasca, la que vive y trabaja si le dejan en Euskal Herria, no importa de dónde viene sino a dónde va. Y con el PNV no va a ningún lado. Contra el veneno de la reacción no sirve taparse los ojos. En Euskal Herria y en todo el mundo hay sitio para todos y todas menos para los explotadores y usurpadores. Responsables ellos de oleadas de emigración de las que el mismo pueblo vasco no ha estado exento ni lo está, ni lo estará, de seguir las políticas depredadoras contra el pueblo. Para que ningún vasco que se vea forzado a emigrar tenga que encontrarse con gentuza eso pasa primero por liberarnos de nuestra propia gentuza.