Tras un largo pero productivo análisis socio-económico y comunitario del barrio, un sector importante de la población ha decidido involucrarse en un proceso solidario que preserve el bienestar de los y las vecinas.
Dicho proceso nace de los encuentros juveniles realizados a finales del mes de julio, que concluyen con el nacimiento del Gazte Mugimendu de Mendillorri. Un movimiento social, plural y asambleario que tiene como objetivo suplir las carencias en materia social de los y las vecinas.
La falta de recursos e iniciativas ofrecidas por las instituciones hacia el sector juvenil (más del 40% de la población) ponen de manifiesto la necesidad de alternativas que prevengan situaciones de exclusión y riesgo.
Por esta razón desde el Gazte Mugimendu se crean distintos grupos de trabajo con el fin de suplir y hacer frente a esta situación.
Del trabajo de uno de esos grupos nace la iniciativa social de crear una huerta para el pueblo. Una huerta popular que haga frente a las necesidades básicas de un importante número de familias. Sin causar ningún tipo de problema a la comunidad, los y las jóvenes decidimos construir el proyecto de la huerta en un espacio público, degradado y abandonado por el ayuntamiento. Un espacio destinado a dotaciones municipales que nunca fueron construidas. Un espacio marginado desde la creación de Mendillorri, alrededor de 20 años.
La huerta comienza a construirse el miércoles 6 de agosto, los días siguientes el número de personas involucradas con el proyecto va creciendo. Son numerosas los y las vecinas que se acercan y colaboran ofreciendo su ayuda, herramientas, tierra abonada e incluso esquejes y diferentes semillas para plantar.
Toda nuestra ilusión y esfuerzo queda apagada el viernes 8 a la tarde-noche cuando una dotación municipal acompañada en las calles adyacentes con mas policía nacional y municipal pretenden identificar a los ya las responsables de la huerta. La presión pacifica de los y las vecinas consigue que nadie fuera identificada.
Todo finalizo con la amenaza de los policías haciendo constar que continuar con la práctica conllevaría sanción y confiscación de los materiales. Al dia siguiente continuamos con nuestra labor social hasta que un despliegue desproporcionado y arrogante de seguridad ciudadana desmantelo casi por completo nuestro sueño.
¿Qué peligro supone una plantación de pepinos, señor alcalde? Reflexione señor Maya y déjenos continuar en nuestra huerta. Ponga un pepino en su vida.
Para finalizar queremos poner de manifiesto la intención de continuar trabajando la huerta, el compromiso con las familias necesitadas, ya que para comer no hay que pedir permiso.
GORA MENDILLORRIKO HERRI BARATZA!!
MENDILLORRIKO GAZTE MUGIMENDUA