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Un balan­ce de nues­tro pasa­do para las tareas en el cor­to y medio plazo

No solo teó­ri­ca­men­te ha sido valo­ra­do ya el impe­ria­lis­mo en todos sus ras­gos prin­ci­pa­les como una lucha de la bur­gue­sía ago­ni­zan­te, decré­pi­ta y corrup­ta por el repar­to del mun­do y la escla­vi­za­ción de las peque­ñas naciones.

El impe­ria­lis­mo es la subor­di­na­ción de todas las capas de las cla­ses posee­do­ras al capi­tal finan­cie­ro y el repar­to del mun­do entre cin­co o seis gran­des poten­cias, la mayo­ría de las cua­les par­ti­ci­pa hoy día en la gue­rra. El repar­to del mun­do por las gran­des poten­cias sig­ni­fi­ca que todas sus capas posee­do­ras están intere­sa­das en poseer colo­nias y zonas de influen­cia, en opri­mir nacio­nes aje­nas, en obte­ner pues­tos más o menos lucra­ti­vos y de pri­vi­le­gio rela­cio­na­dos con la per­te­nen­cia a una gran poten­cia y una nación opre­so­ra. Y más ade­lan­te: El capi­tal gana con la ban­ca­rro­ta del capi­ta­lis­ta rival o de la nación rival, pues en esa for­ma el capi­tal con­cen­tra aún más; por eso, cuan­to más agu­da y estre­cha es la com­pe­ten­cia eco­nó­mi­ca, es decir, el impul­so eco­nó­mi­co del com­pe­ti­dor hacia la ban­ca­rro­ta, tan­to más fuer­te es la ten­den­cia de los capi­ta­lis­tas a agre­gar pre­sión mili­tar para empu­jar hacia la ban­ca­rro­ta al rival1.

¿Aca­so a par­tir de estas pala­bras –escri­tas en 1915– no pode­mos comen­zar a com­pren­der que suce­de en Orien­te Medio, en Amé­ri­ca Lati­na o en Asia? ¿O con los Esta­dos que con­for­man la peri­fe­ria de la Unión Europea?

El mes pasa­do lan­zá­ba­mos la pre­gun­ta ¿Qué es el Estado?

La res­pues­ta, qui­zás, es muy obvia. O sim­ple­men­te no es una pre­gun­ta que des­pier­te inte­rés. En cual­quier caso, el deba­te sigue abier­to y toda con­tes­ta­ción en bienvenida.

Antes de pasar a res­pon­der bre­ve­men­te la pre­gun­ta nos pare­ce opor­tuno recor­dar algu­nos frag­men­tos de nues­tras edi­to­ria­les pasadas:

Las reunio­nes del PP con el PSOE, lue­go con Ciu­da­da­nos y por últi­mo con Pode­mos para con­ver­sar sobre el Pro­ce­so Cata­lán abren las puer­tas a una recen­tra­li­za­ción del Esta­do. A un fren­te polí­ti­co de cla­se que pue­de deri­var en un gobierno de sal­va­ción nacio­nal espa­ñol. (11 de noviem­bre de 2015)

Des­de este modes­to espa­cio pen­sa­mos que la últi­ma con­tien­da elec­to­ral del año, lejos de pre­sen­tar­se como demo­crá­ti­cas por la irrup­ción en esce­na de dos nue­vos con­trin­can­tes –Pode­mos y Ciu­da­da­nos – , son el pri­mer paso hacia la con­for­ma­ción de un gobierno de sal­va­ción esta­tal. (11 de diciem­bre de 2015)

Más allá del color y las siglas la ten­den­cia apun­ta a la con­for­ma­ción de un gobierno que res­pon­da al Gran Capi­tal finan­cie­ro […] Un gobierno de tran­si­ción que lle­ve a cabo las tareas sucias… Y que mejor si en esta admi­nis­tra­ción entran todos, ¿no? (11 de febre­ro de 2016)

Sal­ga la coa­li­ción que sal­ga res­pon­de­rá inevi­ta­ble­men­te al Gran capi­tal finan­cie­ro. ¿Será un gobierno de tran­si­ción que lle­ve a cabo el tra­ba­jo sucio: ajus­tes, pri­va­ti­za­cio­nes y toda la repre­sión que haga fal­ta? Cree­mos que sí. (11 de mar­zo de 2016)

Nues­tra lec­tu­ra, a pesar de la repe­ti­ción de las elec­cio­nes –no las espe­rá­ba­mos – , no cam­bia en abso­lu­to: gane quien gane el gobierno res­pon­de­rá a los man­da­tos del gran capi­tal y a la esta­bi­li­dad del mis­mo. Por eso cuan­to más gran­de sea la coa­li­ción mejor. (11 de mayo de 2016)

Des­de este espa­cio segui­mos sos­te­nien­do que, sal­ga el gobierno que sal­ga, este res­pon­de­rá a los intere­ses del gran capi­tal finan­cie­ro. Tam­po­co sabe­mos cuál será la fór­mu­la ele­gi­da por el Poder pero intui­mos que con­ta­rá con el apo­yo de al menos tres de las fuer­zas más vota­das. Sí, no des­car­ta­mos el apo­yo del PSOE ya sea por acti­va o por pasi­va. Como tam­po­co des­car­ta­mos que el gobierno elec­to se vea obli­ga­do a inte­rrum­pir su legis­la­tu­ra des­pués de imple­men­tar los recor­tes exi­gi­dos por la Unión Euro­pea. (11 de sep­tiem­bre de 2016)

Los últi­mos movi­mien­tos en el seno del PSOE hacen pen­sar que no habrá elec­cio­nes en diciem­bre. Y así como el capi­tal tien­de a con­cen­trar­se en la actual fase la for­ma de gober­na­bi­li­dad que se per­fi­la pare­ce ir tras sus pasos: por acti­va o por pasi­va los cami­nos de las dife­ren­tes fuer­zas polí­ti­cas de van jun­tan­do. (11 de octu­bre de 2016)

¡Tan mal no estuvimos!

En la coyun­tu­ra actual, des­de este humil­de espa­cio, pen­sa­mos que la pre­gun­ta sobre el Esta­do es per­ti­nen­te y la res­pues­ta no es tan obvia tenien­do en cuen­ta los últi­mos movi­mien­tos en el Esta­do espa­ñol –y pro­ba­ble­men­te los que ven­drán– des­pués de la inves­ti­du­ra de Rajoy.

Uti­li­zan­do como base el libro El Esta­do y la revo­lu­ción pode­mos con­ve­nir bre­ve­men­te que el Esta­do es pro­duc­to de la socie­dad en una eta­pa deter­mi­na­da de desa­rro­llo. Es decir, su estruc­tu­ra es algo mate­rial. Es pro­duc­to de los seres huma­nos. Pero no se tra­ta de algo de con­cien­cia o fal­sa con­cien­cia. Sur­ge del cho­que. Con­fron­ta­ción. Lucha entre dos cla­ses socia­les: bur­gue­ses y pro­le­ta­rios. Entre posee­do­res de capi­tal y posee­do­res de fuer­za de tra­ba­jo. Ricos y pobres. Pero para que esos anta­go­nis­mos, esas cla­ses con intere­ses eco­nó­mi­cos con­tra­dic­to­rios, no se devo­ren entre sí ni devo­ren a la socie­dad en una lucha esté­ril, se hace nece­sa­ria la exis­ten­cia de una fuer­za situa­da, apa­ren­te­men­te, por enci­ma de la socie­dad que miti­gue el con­flic­to y lo man­ten­ga den­tro de los lími­tes del orden3

¿Aca­so el PP, PSOE, C’s no tie­ne sus sacer­do­tes y ver­du­gos? En la fase actual de con­cen­tra­ción y cen­tra­li­za­ción de capi­tal es ten­den­cial­men­te impo­si­ble una vuel­ta al Esta­do de bien­es­tar. La orga­ni­za­ción Pode­mos ¿no repre­sen­ta esa pers­pec­ti­va que no garan­ti­za que sea realizable?

En Cata­lun­ya, nos dicen que está todo apun­to para el nue­vo Esta­do cata­lán, pre­gun­ta­mos: El poder polí­ti­co del nue­vo Esta­do ¿en manos de quién estará?

La inde­pen­den­cia sobre la base de un sis­te­ma eco­nó­mi­co capi­ta­lis­ta ¿qué con­te­ni­dos pue­de asimilar?

El Esta­do ¿crea comu­ni­dad por decreto?

Este órgano de domi­na­ción, el Esta­do, entre otras cosas cuen­ta con una edu­ca­ción sis­te­má­ti­caedu­ca­ción sis­te­má­ti­ca –la escue­la, el ins­ti­tu­to, la uni­ver­si­dad– que solo pue­den trans­for­mar­se si el poder polí­ti­co está en pose­sión de los opri­mi­dos. De los de abajo.

Por aho­ra no está a nues­tro alcan­ce trans­for­mar la edu­ca­ción sis­te­má­ti­ca. Por eso pen­sa­mos que una de las tareas del momen­to son los tra­ba­jos edu­ca­ti­vos. For­ma­ción polí­ti­ca tan­to teó­ri­ca como prác­ti­ca. Labo­res que deben estar orien­ta­dos al pro­ce­so de orga­ni­za­ción y cons­truc­ción de herra­mien­tas libe­ra­do­ras, que posi­bi­li­ten la con­quis­ta del poder político.

La Gran­ja

Noviem­bre de 2016

Este tex­to es el edi­to­rial del nº 30 de la revis­ta Espi­ne­ta amb caragolins

  1. V. I. Lenin: La Ban­ca­rro­ta de la II Inter­na­cio­nal, Obras selec­tas, Edi­cio­nes IPS, tomo I, pp. 438 – 440.
  2. V. I. Lenin: El Esta­do y la revo­lu­ción, Obras selec­tas, Edi­cio­nes IPS, tomo II, p. 128.[/note2. Al poner­se por enci­ma trans­mi­te la idea de lo uni­ver­sal. De lo común a todo. Pero el Esta­do per­te­ne­ce a la cla­se más pode­ro­sa. Es un órgano de domi­na­ción. Y, en últi­ma ins­tan­cia, de coer­ción.

    ¿Qué tie­ne que ver todo esto con el nue­vo gobierno en el Esta­do español?

    Todas las cla­ses socia­les nece­si­tan de dos fun­cio­nes socia­les para sal­va­guar­dar su domi­nio: la del ver­du­go y la del sacer­do­te. La fun­ción del ver­du­go para aplas­tar la pro­tes­ta y la indig­na­ción de los opri­mi­dos. El sacer­do­te para con­so­lar a los opri­mi­dos, pin­tar­les la pers­pec­ti­va (cosa muy cómo­da cuan­do no se garan­ti­za que esa pers­pec­ti­va sea rea­li­za­ble) de que los sufri­mien­tos y sacri­fi­cios sarán menos duros si no se afec­ta la domi­na­ción de cla­se y lograr así que se resig­nen a esa domi­na­ción, qui­tar­les la cos­tum­bre de la acción revo­lu­cio­na­ria, minar su esta­do de áni­mo revo­lu­cio­na­rio y des­truir su deter­mi­na­ción revo­lu­cio­na­ria.2 V. I. Lenin: La Ban­ca­rro­ta de la II Inter­na­cio­nal, Obras selec­tas, Edi­cio­nes IPS, tomo I, p. 441.

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