NACIÓN ANDALUZA, organización política independentista, socialista y feminista, ni participa ni apoya esta festividad por considerar que representa un engaño al pueblo andaluz.
Lo que realmente se celebra es el sometimiento de Andalucía al marco constitucional español, la negación del derecho a decidir, la negación de la soberanía como un derecho inalienable. Se celebra el incumplimiento de lo comprometido en el referéndum del 28F y por lo tanto la derrota de las aspiraciones que las andaluzas expresaron aquel 4 de diciembre de 1977, cuando casi dos millones salieron a las calles y plazas de todos los municipios andaluces reclamando autogobierno. El 28‑F es el triunfo de la oligarquía españolista sobre el pueblo andaluz.
Tras las manifestaciones del 4 de diciembre del 77 los partidos de Madrid empezaron a mover a sus sucursales andaluzas, con la complicidad del regionalismo del PA-PSA y en el denominado Pacto de Antequera de diciembre de 1978 pusieron las bases del referéndum del 28 de febrero y el compromiso de posicionarse a favor de la Constitución española y de la «indisoluble Unidad de España», además de consensuar el futuro Estatuto andaluz con la derecha españolista. En aquel «Pacto de la vergüenza» la izquierda y la derecha españolista acordaron el sometimiento de Andalucía al marco político que se establecía por el acuerdo del franquismo con la socialdemocracia española sin importarles las decisiones de las andaluzas y fijando la situación de dependencia de Andalucía por encima de las decisiones del pueblo andaluz.
Cuando el 28 de febrero de 1980 las andaluzas votaron masivamente un referéndum que se convocó con todas las trabas del mundo para impedir que Andalucía accediera a un Gobierno autonómico en las mismas condiciones que las denominadas «nacionalidades históricas», Catalunya, Euskadi y Galiza, saltó la alarma política al desbaratar la política territorial pactada por los partidos españolistas en Madrid. El resultado del referéndum ponía sobre la mesa la voluntad política del Pueblo Trabajador Andaluz de caminar por la senda del autogobierno, decisión que no estaba contemplada en los acuerdos políticos entre los partidos que acordaron la Transición.
El resto de la historia ya es conocida: el PSOE arrebata la bandera andaluza al regionalismo del PA, se presenta como defensor de la Andalucía estatutaria y durante casi 40 años pone en practica todas las medidas políticas y económicas neoliberales y españolizadoras diseñadas desde el centralismo, colocando a la población andaluza en los últimos puestos de todos los indicadores económicos que miden el bienestar y la pobreza de un pueblo.
La falta de organizaciones de estricta obediencia andaluza con la suficiente fuerza para enfrentarse al españolismo neofranquista y al españolismo de «izquierdas» ha posibilitado que Andalucía continúe sumida en una situación neo-colonial con una economía completamente dependiente de la metrópoli y sin soberanía para solucionar sus problemas económicos y políticos.
En un día como hoy el españolismo de izquierdas pretende pintarse la cara de verde y blanco para continuar disfrutando los privilegios que el Régimen del 78 concede a sus «guardianes» en Andalucía. La irrupción de la extrema derecha en el parlamento andaluz ha sido aprovechada por la izquierda del régimen para blanquear al PSOE y hacernos olvidar los 40 años de explotación a la clase trabajadora andaluza con políticas neoliberales y de recortes sociales y privatizaciones de servicios públicos que han favorecido el beneficio empresarial y el empobrecimiento de la población andaluza más vulnerable.
Nuevamente la izquierda española se esconde tras colectivos pantalla para participar en movilizaciones con la evidente intención de que favorezcan electoralmente a sus marcas bajo el reclamo de la llegada de la ultraderecha a las instituciones de todo el Estado. Desde Nación Andaluza tenemos muy claro que la ultraderecha está creciendo ante el desorientación política de la clase trabajadora, desarmada políticamente por la socialdemocracia chovinista española.
No hay caminos intermedios ni conciliación posible. El camino para una Andalucía Libre y una clase trabajadora con condiciones de vida digna, pasa exclusivamente por un proceso constituyente hacia una República Andaluza y la ruptura con el Régimen del 78.
Permanente de la Comisión Nacional.
En Andalucía, a 27 de Febrero de 2019.