Pasan los años desde aquel marzo de 1976 y los rostros de los cinco obreros asesinados en Gasteiz por la policía fascista española se mantienen como eran, jóvenes. Los rostros jóvenes de cinco personas integrantes del pueblo trabajador vasco que participaban en una asamblea enmarcada en una durísima huelga que persiguió objetivos estrictamente laborales.
Pasan los años y tanto sus reivindicaciones laborales como sus métodos de lucha mantienen plena legitimidad. Frente a la explotación capitalista es legítimo que la clase obrera clame por mejorar sus condiciones laborales. Y la mejor herramienta es la organización. Y esa organización nunca va a encontrar un marco más idóneo que la asamblea, o el concejo de trabajadores y trabajadoras. El pueblo trabajador organizado en defensa de sus intereses que como clase, género o pueblo le corresponden, alejado de las burocracias sindicales o de partido, de político o de líderes carismáticos que la traicionan. El pueblo nunca va a traicionar al pueblo. Solo el pueblo, salvará al pueblo… dos consignas que por encima de frases hechas reflejan hoy día la acuciante necesidad de la clase trabajadora de nuestro pueblo.
Los rostros jóvenes de aquellos trabajadores nos reclaman y nos exigen. Sus miradas nos cuestionan si vamos a continuar la lucha en la que ellos cayeron y hasta ahora, solo otros rostros jóvenes les han dado respuesta afirmativa. Esa es la gran esperanza de nuestro pueblo. Frente a quienes imploran reuniones con la patronal o glosan a reaccionarios recientemente fallecidos, la grandeza y el compromiso de los jóvenes reanudará la lucha y retomará el testigo que dejaron estos obreros.
Pasan los años y el fascismo español, sigue tal y como era en 1976. Ahora, en este 2019, mostrando su perfil de una manera más nítida si cabe. Hablando sin tapujos de recortarnos derechos, oprimirnos incluso por opinar en las redes sociales o extendiendo su idea de «España: Una, Grande, Libre» que jamás abandonaron. Pero esta vez con la complicidad que supone la inanición del reformismo que como respuesta solo ve urnas.
Jamás veremos a aquellos jóvenes de otra manera que como los vemos en las imágenes que disponemos de ellos. Eran militantes, trabajadores, comprometidos, asamblearios… eran jóvenes. Eran pueblo trabajador vasco.
Boltxe Kolektiboa
3 de marzo de 2019