En el contexto de la charla ofrecida en Málaga por el comunista e independentista vasco Andoni Baserrigorri, aprovechamos en La Atalaya Roja (LAR) para plantearle varias preguntas. Esperamos que la entrevista resulte de vuestro interés.
Andoni, ¿cuál es la situación actual del movimiento de liberación nacional en Euskal Herria?
Lo primero que me gustaría decir es que las respuestas a vuestras cuestiones son a título estrictamente personal y que no representan a nadie que no sea yo mismo ni a ningún colectivo. También quiero aprovechar esta entrevista para agradecer a quienes se han implicado en la realización de esta charla recién acabada.
El Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV), en su situación actual, está difunto. Así de claro. Existe EH Bildu, que no es sino una coalición de diferentes partidos de corte más o menos socialdemócrata y una variada relación de grupos, todos en una situación precaria. Quizá, el elemento más esperanzador es la reorganización de los jóvenes en torno a la organización GKS, que se formó este mismo año 2019 y mantiene vivas las ideas de construcción de la patria socialista y feminista vasca.
¿Qué diferencias principales separan a la cúpula de la izquierda abertzale llamada «oficial» con la trayectoria histórica ideológica que ha mantenido?
Como he comentado en la primera respuesta y comenté antes en la charla, la izquierda abertzale que se agrupa en torno a EH Bildu (prefiero no decir el término «oficial», en realidad todos y todas –incluidos quienes no participamos de EH Bildu– somos izquierda abertzale) es una mera coalición de corte socialdemócrata que se ha apresurado a incorporarse a la vida política parlamentaria tanto vasca como española y que en todo momento se esfuerza por ser una fuerza, por decirlo de una manera que nos entendamos todas, «razonable, con la que se puede contar para gobernar, que no cuestiona el sistema capitalista y de gestión».
Ocurre que se declara independentista, pero su apuesta por el independentismo no supone una ruptura radical con el capitalismo, y para lograr la independencia pretende andar un camino semejante al de ERC, por poner un ejemplo.
¿Podrías contestar a qué se deben los posicionamientos geopolíticos tan nefastos que Gara viene haciendo desde hace unos años? Ejemplos como Libia, Ucrania, Siria o, más recientemente, los disturbios pro-imperialistas en Hong Kong.
En la medida que la línea editorial de Gara coincide con los planteamientos ideológicos socialdemócratas que dominan en lo que habéis denominado «izquierda abertzale oficial» es normal que el periódico tenga las posturas que tiene a nivel internacional.
Es conocida su rusofobia, y no es que esté defendiendo que Rusia sea lo que fue la URSS, que no lo es; es conocida su postura siempre a favor de las llamadas «revoluciones de colores»… Bueno, y sus desesperantes tomas de posición en los temas que comentáis como pueden ser Libia, Siria o recientemente Hong Kong.
Aún así, y desde la discrepancia absoluta con su línea editorial, sí que reconozco que en Gara aún se pueden encontrar noticias e informaciones que solo allí se pueden ver.
Pero sí que es cierto que su línea de trabajo en las noticias internacionales son las que más chirrían, y están muy en la onda del pensamiento de gente como Santiago Alba Rico.
¿Cuál es el «estado de salud» del sindicalismo de clase y combativo en Euskal Herria?
Bueno, disponemos del sindicato LAB, que aunque es cierto que políticamente se encuadra en la estrategia del oficialismo abertzale, está dentro de la Federación Sindical Mundial (FSM), tiene relaciones con un sinfín de sindicatos muy combativos de todo el mundo y, aunque pueda tener carencias –que no lo niego– en el terreno sindical ha llevado adelante luchas importantes en Euskal Herria.
Es cierto que hay militancia de la izquierda abertzale que se encuadra en ELA o incluso en ESK. Mi opinión personal es que, aunque LAB esté políticamente dentro de la izquierda abertzale, sindicalmente es un espacio en el que se puede trabajar.
¿Por qué no existe un partido comunista de Euskal Herria? ¿Qué elementos impiden su nacimiento?
La izquierda abertzale, históricamente, ha adoptado la forma organizativa-movimiento. Eso hacía que el carácter de Unidad Popular hiciese que los movimientos populares, vecinales, internacionalistas, feministas, etc., cobrasen una importancia extraordinaria.
Además, esa forma organizativa era una garantía para evitar el burocratismo y el culto a la personalidad. Ha sido precisamente cuando aparecen esos dos cánceres, el del burocratismo y el de cierto culto a la personalidad, cuando empieza la degeneración ideológica de la izquierda abertzale.
Comunistas, y muy buenos y buenas, ha habido siempre en la izquierda abertzale haciendo un trabajo dentro de esas estructuras que he citado. Me preguntáis por qué no existe un partido comunista dentro de la izquierda abertzale, y creo que el que lo hubiese habido no tendría por qué haber significado que haya evitado el fenómeno del reformismo.
De hecho, hay un gran número de ejemplos de partidos comunistas que también han caído en el reformismo. Pero pienso que el futuro es impredecible y determinará las futuras necesidades organizativas.
¿Hay planes a medio o largo plazo de colaboración internacional con otras organizaciones patrióticas y revolucionarias? Tanto dentro como fuera del Estado español.
Sí, por supuesto. La charla de Málaga es un ejemplo de ello, de contactar con organizaciones revolucionarias de otros pueblos e ir tejiendo complicidades.
Hemos participado de alguna experiencia –que, además, este mismo fin de semana nos enteramos que se disuelve– como el Manifiesto Internacionalista de Compostela. Curiosamente, se disuelve por una causa que señalamos en Boltxe poco antes de irnos y que planteamos junto a las camaradas de Comunistas de Castilla, y es que la presencia de grupos estatalistas es incompatible con la estrategia por la que apostamos, que es la de colaborar con organizaciones de liberación nacional, patrióticas, revolucionarias y feministas.
Pero personas vinculadas a la izquierda abertzale «no oficial» (por decirlo de alguna manera) trabajan –y muy activamente, por cierto– en esa cooperación internacionalista, más precisa que nunca.
¿Qué papel juega la juventud en la izquierda abertzale contemporánea? ¿Cómo se posiciona dentro de la lucha de líneas que se está viviendo en el movimiento?
La juventud siempre, en cualquier proceso, juega un papel importantísimo. Por eso he hablado de la importancia de la aparición de GKS.
Pienso que a estos jóvenes y a nadie más corresponde la tarea de relevo generacional en las ideas que históricamente ha mantenido la izquierda abertzale. Pienso que deben debatir, equivocarse, acertar y, sobre todo, estar lo más lejos posible de ese cáncer llamado «poder adulto».
Pienso que deben hacer oídos sordos a los «cantos de sirena» que más de un oportunista les ha dirigido, recorrer su propio camino y ver en el futuro cuáles serán sus necesidades organizativas.
¿Qué perspectivas de futuro tiene la izquierda revolucionaria, patriótica y anti-imperialista en Euskal Herria?
Complicadas, pero no más ni menos que en otros pueblos, y al mismo tiempo esperanzadoras. Esperanzadoras en el sentido de que nos coordinamos con otros pueblos que tampoco se resignan y en ese sentido déjame resaltar la importancia de la última reunión del Movimiento Continental Bolivariano (MCB).
Esperanzadoras porque el ser humano, tarde o temprano, romperá las cadenas del capital y seremos un pueblo libre, de mujeres y hombres libres.
Pero es complicado. Para llegar a ese escenario nos queda un camino largo y tortuoso de sufrimiento y lucha, pero estamos determinados a lograr nuestra patria socialista y feminista.
Por último, te pedimos que concluyas la entrevista con carta blanca.
Simplemente agradecer la acogida y las atenciones recibidas en Málaga, y un guiño internacionalista al pueblo trabajador andaluz, pueblo que –como otros muchos– es heroico y cuenta con una historia cargada de luchas por la emancipación nacional y social.
26 de agosto de 2019