Pensamiento crítico. Algunas reflexiones de cara a las elecciones en Bolivia

Pen­sa­mien­to crí­ti­co. Algu­nas refle­xio­nes de cara a las elec­cio­nes en Bolivia

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Por Ser­gio Rodrí­guez Gel­fens­tein, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 27 febre­ro 2020.- 

Las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les y par­la­men­ta­rias que se efec­tua­rán en Boli­via el pró­xi­mo mes de mayo esta­rán sig­na­das por la inte­rro­gan­te que emer­ge del hecho de que las mis­mas fue­ron con­vo­ca­das por la obli­ga­ción que tuvo que asu­mir la dic­ta­du­ra de Jea­ni­ne Áñez de rea­li­zar comi­cios des­pués del gol­pe de Esta­do de noviem­bre del año pasa­do, el cual vino a ser posi­ble por el aval del gobierno de Esta­dos Uni­dos a tra­vés de su ins­tru­men­to de inter­ven­ción: la Orga­ni­za­ción de Esta­dos Ame­ri­ca­nos (OEA).

De mane­ra tal que el hecho elec­to­ral no se ins­cri­be en un mar­co de demo­cra­cia, sino bajo una dic­ta­du­ra que con­tro­la la mayor par­te del Esta­do, tenien­do como prin­ci­pa­les estan­dar­tes a la emba­ja­da de Esta­dos Uni­dos, las fuer­zas arma­das, la poli­cía, los medios de comu­ni­ca­ción, y las igle­sias cató­li­ca y pro­tes­tan­te que se han con­ver­ti­do en ver­da­de­ro tán­dem reac­cio­na­rio, anti demo­crá­ti­co (con tin­tes fas­cis­tas en algu­nos casos) en bue­na par­te de Amé­ri­ca Lati­na. De ahí que sean las ins­ti­tu­cio­nes más repu­dia­das en cual­quie­ra de nues­tras naciones

El cua­dro gene­ral de la situa­ción del país mues­tra un fran­co dete­rio­ro de las con­di­cio­nes de vida de la pobla­ción. Des­de la entro­ni­za­ción de la dic­ta­du­ra, la eco­no­mía ha vivi­do un cons­tan­te retro­ce­so, sobre todo en los nive­les de con­su­mo de la pobla­ción, lo cual ha sido muy evi­den­te. Por su par­te, en tér­mi­nos de repre­sión, ésta ha pasa­do de ser masi­va (1.500 dete­ni­dos en los días pos­te­rio­res al gol­pe de Esta­do) a ser selec­ti­va, diri­gi­da bási­ca­men­te con­tra cua­dros y diri­gen­tes del MAS y del ante­rior gobierno (alre­de­dor de 160 dete­ni­dos en la actualidad).

Esta sema­na, el pro­ce­so elec­to­ral entra en sus 40 días fina­les mati­za­dos por los inter­me­dios de car­na­val y sema­na san­ta que para­li­za­rán en gran medi­da la acti­vi­dad polí­ti­ca, coad­yu­van­do a la des­mo­vi­li­za­ción de las accio­nes que se reali­cen en el mar­co de la cam­pa­ña. No obs­tan­te, como va a sien­do habi­tual, la igle­sia cató­li­ca apro­ve­cha­rá los días de cul­to para hacer su habi­tual pro­pa­gan­da demo­ni­zan­do a los lucha­do­res demo­crá­ti­cos y popu­la­res y exal­tan­do las accio­nes de la dic­ta­du­ra. Esto tam­bién for­ma par­te de la tra­di­ción retró­gra­da de esta ins­ti­tu­ción putre­fac­ta des­de hace alre­de­dor de 50 años

El “Movi­mien­to al Socialismo.Instrumento Polí­ti­co por la Sobe­ra­nía de los Pue­blos” (MAS) ha logra­do supe­rar exi­to­sa­men­te los pro­ble­mas que se gene­ra­ron ini­cial­men­te en torno a la defi­ni­ción de sus can­di­da­tos, pasan­do a una situa­ción actual de uni­dad en torno al bino­mio deci­di­do. Todas las orga­ni­za­cio­nes socia­les cer­ca­nas al MAS han acep­ta­do a Luis Arce y David Cho­quehuan­ca como can­di­da­tos a pre­si­den­te y vice­pre­si­den­te y se encuen­tran enfras­ca­das en la campaña.

En el momen­to de escri­bir este artícu­lo, todas las encues­tas dan como gana­dor al MAS que según algu­nos infor­mes no publi­ca­dos ya ron­da el 40% del apo­yo popu­lar lo cual es muy posi­ti­vo con­si­de­ran­do que las encues­tas no se rea­li­zan en zonas rura­les don­de su vota­ción es muy alta. Así mis­mo, debe con­si­de­rar­se que este pro­ce­so se está lle­van­do en irre­gu­la­res con­di­cio­nes de repre­sión y per­se­cu­ción a diri­gen­tes del MAS

Si en Boli­via impe­ra­ra un gobierno demo­crá­ti­co y un sis­te­ma polí­ti­cos de igua­les carac­te­rís­ti­cas, el triun­fo del Mas (al igual que el que obtu­vo Evo Mora­les) no podría ser pues­to en duda. La gran incóg­ni­ta es saber si la dic­ta­du­ra va a acep­tar una vic­to­ria del MAS en las elec­cio­nes o, como muchos ana­lis­tas espe­ran, recu­rri­rá a un frau­de para man­te­ner­se en el poder.

En gran medi­da ello va a depen­der de la mag­ni­tud de la vic­to­ria, la con­tun­den­cia del voto y sobre todo de su capa­ci­dad para con­tro­lar y cui­dar el voto en las urnas. Tam­bién ten­drá influen­cia el resul­ta­do de las elec­cio­nes par­la­men­ta­rias que se rea­li­za­rán simul­tá­nea­men­te. Así mis­mo, ten­drá gran impor­tan­cia el papel que jue­gue la OEA como ins­tru­men­to elec­to­ral de Esta­dos Uni­dos para fal­si­fi­car elec­cio­nes como hizo en Hon­du­ras y en la pro­pia Boli­via y como no ha podi­do hacer en Venezuela.

A par­tir de la expe­rien­cia ante­rior, el MAS ha enten­di­do que el énfa­sis de su tra­ba­jo elec­to­ral debe ser pues­to en la exi­gen­cia de res­pe­to del voto popu­lar, en regio­nes remo­tas que por estar ale­ja­das de las zonas urba­nas, demo­ran en el con­teo y trans­mi­sión. En el pro­ce­so ante­rior, esa cir­cuns­tan­cia fue usa­da por la OEA para fal­si­fi­car el resultado.

La dere­cha se encuen­tra divi­di­da en sie­te can­di­da­tu­ras y aspi­ra a que el MAS no obten­ga 40% o más votos y que no saque una dife­ren­cia de 10 pun­tos res­pec­to del can­di­da­to que lle­gue en segun­do lugar para bus­car un aspi­ran­te de con­sen­so en una hipo­té­ti­ca segun­da vuel­ta. En este momen­to, según las encues­tas, ese obje­ti­vo no se ha logra­do por lo que el esfuer­zo mayor del gobierno debe estar con­cen­trán­do­se en la orga­ni­za­ción del frau­de que nie­gue el triun­fo del MAS en las urnas

La agen­da elec­to­ral está ponien­do el énfa­sis en tres temas:

  • 1. Esta­bi­li­dad eco­nó­mi­ca. En torno a la capa­ci­dad de admi­nis­trar la eco­no­mía y man­te­ner los rit­mos de cre­ci­mien­to que logró el gobierno de Evo. Este es el prin­ci­pal argu­men­to elec­to­ral del MAS toda vez que su can­di­da­to Luis Arce como minis­tro de eco­no­mía y finan­zas públi­cas duran­te 11 años fue el artí­fi­ce de los indu­da­bles éxi­tos del gobierno en esa mate­ria, mien­tras que la dic­ta­du­ra no ha sido capaz de sos­te­ner esos rit­mos de cre­ci­mien­to, esta­bi­li­dad y redis­tri­bu­ción equi­ta­ti­va de los ingresos.
  • 2. Paci­fi­ca­ción del país. Para optar entre la pro­pues­ta de la dic­ta­du­ra que alu­de a la nece­si­dad de la repre­sión como ins­tru­men­to para lograr la paz y la del MAS que dice que es posi­ble lograr la tran­qui­li­dad del país a par­tir de la recon­ci­lia­ción y la recons­truc­ción del teji­do social devas­ta­do por la dictadura.
  • 3. Cali­dad de la demo­cra­cia. Está sien­do impor­tan­te deba­tir acer­ca del papel de las ins­ti­tu­cio­nes de la demo­cra­cia que han sido vul­ne­ra­das por la dic­ta­du­ra, entre ellas, el poder legis­la­ti­vo, el judi­cial y el electoral.

Un tema sos­la­ya­do en el deba­te actual por lo com­ple­jo de sus defi­ni­cio­nes, es el rela­ti­vo al papel de las fuer­zas arma­das y poli­cia­les en el futu­ro del país. Su pro­ta­go­nis­mo en el gol­pe de Esta­do de noviem­bre –cuan­do se creía que esa opción esta­ba supe­ra­da en la his­to­ria- deja esta­ble­ci­do de for­ma prís­ti­na que final­men­te las fuer­zas arma­das siguen sien­do el “gran elec­tor” en la demo­cra­cia representativa.

El lado del pue­blo en que se pon­gan ser­vi­rá de orien­ta­ción del tipo de demo­cra­cia que se ins­ta­le. Por lo pron­to, los pró­xi­mos pre­si­den­tes boli­via­nos gober­na­rán bajo una “espa­da de Damo­cles”, sabien­do que la demo­cra­cia alcan­za has­ta que la oli­gar­quía en con­ni­ven­cia con el gobierno de Esta­dos Uni­dos deci­dan que no va más.

La expe­rien­cia de Boli­via seña­la que poco impor­ta la esta­bi­li­dad eco­nó­mi­ca, polí­ti­ca y social si ella no sir­ve a los gran­des capi­ta­les. Poco vale un cre­ci­mien­to equi­ta­ti­vo pues­to al ser­vi­cio de las mayo­rías, si esto va en detri­men­to de los altos nive­les de lucro de las oli­gar­quías. De nada sir­ve, defen­der la sobe­ra­nía y los intere­ses nacio­na­les mien­tras haya un sec­tor ven­de patria pode­ro­so que pue­da com­prar a las fuer­zas arma­das y a las ins­ti­tu­cio­nes para hacer el tra­ba­jo sucio para des­pués cobrar las ganancias.

Itu­rria /​Fuen­te

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