Resumen Latinoamericano, 26 marzo 2020
» Si el gobierno no tiene capacidad para intervenir, nosotros lo resolveremos», dice una de las mayores facciones criminales de Brasil en un comunicado enviado por WhatsApp a los vecinos de Rocinha.
Un
primer caso de coronavirus fue diagnosticado este sábado en la favela
carioca de Ciudad de Dios, donde hay otros 19 casos sospechosos. En
total hay 61 vecinos de favelas que presentan síntomas y están en
observación, solo en la ciudad de Río de Janeiro.
Las favelas son
las áreas urbanas más vulnerables de Brasil frente al riesgo de
diseminación del coronavirus. Se calcula que en todo el país haya unos 12 millones de personas que viven en favelas,
con condiciones de hacinamiento, con escasez de agua, sin garantía de
sistema de saneamiento básico ni de recogida de basura, y con un
reducido servicio de atención sanitaria. En Belén, una de las mayores
ciudades de la Amazonia, la mitad de la población vive en ocupaciones
urbanísticas desordenadas, en Salvador de Bahia un tercio y en Río de
Janeiro una cuarta parte del total, de acuerdo con el Instituto
Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
La densidad de
población de la favela de la Rocinha, la más grande de Brasil, es de
49.000 habitantes por metro cuadrado, casi nueve veces superior a la del
resto de la ciudad maravillosa. Si bien estos factores aumentan el
riesgo de contagio, ninguna medida política ha sido anunciada hasta el
momento por el gobierno. El presidente Jair Bolsonaro
no solo ignora el riesgo que este virus supone para las favelas, sino
que en un discurso pronunciado este martes, 24, pidió a toda la
población que vuelva a la normalidad, «sin pánico y sin histeria».
Instó a las autoridades municipales a que anulasen las medidas de
confinamiento, de cierre de comercios y de reducción de transportes
públicos. «Creo en Dios, que capacitará a los científicos e
investigadores de Brasil y del mundo para encontrar la cura a esta
enfermedad», afirmó el presidente, que subrayó la importancia de
continuar con las actividades económicas y comparó los síntomas del
coronavirus con una «gripecita» o «resfriadito» que «brevemente pasará», de acuerdo con sus palabras.
Mientras tanto, algunos líderes de grupos de narcotráfico
radicados en favelas han tomado la iniciativa de dictar sus propias
normas de confinamiento y han decretado un toque de queda diario a
partir de las 20 horas. «CV (Comando Vermelho) comunica: Quédense en casa. La cosa se está poniendo seria y hay gente que se lo está tomando en broma. (…) Ahora os vais a quedar en casa por las buenas o por las malas. Toque de queda todos los días a partir de las 20 horas.
A quien encontremos en la calle va a aprender a respetar al prójimo»,
informa el comunicado divulgado por una de las mayores facciones
criminales de Brasil y enviado vía WhatsApp a los vecinos de la favela
de la Rocinha de Río de Janeiro, la más poblada del país. «Queremos lo
mejor para la población. Si el gobierno no tiene capacidad para
intervenir, el crimen organizado lo resuelve», concluyen. Esta es la
orden en diversas favelas de toda la ciudad y está siendo transmitida
por redes sociales, puerta a puerta, con megafonía o con los altavoces
de los coches.
Paramilitares de milicias que también controlan
algunos barrios de ciudades brasileñas se han sumado a la iniciativa y
han emitido anuncios parecidos que decretan toque de queda, exceptuando
servicios de farmacias, también a las ocho de la noche en Río das
Pedras, Muzema y Tijuquinha, barrios de la zona oeste de Río de Janeiro.
La vulnerabilidad económica de la población de las favelas
A
las vulnerabilidades urbanísticas y sanitarias se le suma la
inestabilidad y precariedad laboral de una parte de la población de
estos barrios. El 72% de las personas de la favela no tienen ahorros
para enfrentar la crisis, según apuntan las cifras de la encuesta Data Favela publicada ayer, 24.
Este
sondeo, creado por la Central Única de las Favelas (CUFA) junto con el
Instituto Locomotiva, entrevistó a 1.142 personas de 262 favelas de todo
Brasil en la pasada semana. De acuerdo con los resultados, 7 de cada 10
personas afirman que sus ingresos se han reducido drásticamente en solo
una semana de confinamiento. Además, según este estudio, el 47% de la
población de estos barrios son trabajadoras y trabajadores por cuenta
propia y un 8% se ganan la vida día a día en el sector informal. Esto
quiere decir que más de la mitad de los habitantes de las favelas no son elegibles para recibir la ayuda económica
emergencial que el gobierno ha sugerido para quienes tengan contrato y
no puedan acudir a sus puestos de trabajo. Entre la población más
empobrecida de Brasil son comunes trabajos como diarista –jardineros o
limpiadores que viven con lo que consiguen trabajar día a día – , venta
ambulante o recolección de latas para la venta en plantas de reciclaje.
El 41% de la población activa del país se gana la vida con trabajos informales, según muestran los datos
del IBGE. ¿Cómo guardar la cuarentena sin dinero? O ¿cómo quedarse en
casa sabiendo que no tienes nada para darle de comer a tu familia? Son
algunas de las preguntas más frecuentes en las redes sociales de los
vecinos de las favelas, que denuncian la falta de información y la total
ausencia de medidas extraordinarias para protegerles frente al contagio
del coronavirus.
«¿Cómo lo hacemos en la favela?», cuestiona en un tuit Santiago
Raull, activista, comunicador y vecino del Complejo de Alemán, una de
las mayores agrupaciones de favelas de Río de Janeiro. «Los tres
principales consejos para evitar exposición y proliferación no están a
nuestro alcance: Lavarse siempre las manos (Falta agua continuamente).
Usar alcohol en gel (no tenemos dinero para eso). Cuarentena/Aislamiento
(¿Con casas de dos o tres espacios para 6 personas?».
Los grupos indígenas no contactados, extremamente vulnerables al coronavirus
Dani Montero, la diputada estatal por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), alegó también en un tuit que «es deber del Estado traer soluciones que no excluyan y protejan a los más vulnerables en esta crisis».
La población de estos barrios critica que la mayoría de informaciones y medidas frente al coronavirus están pensadas por y para una población brasileña de clase media y alta. A falta de consejos relevantes que les incumban en los medios de comunicación más comunes, el hashtag #COVID19NasFavelas se ha convertido en uno de las principales canales de información, de comunicación y de demanda de ayuda. Varias son las iniciativas de recaudación de fondos o de donaciones como jabones, agua o alcohol para auxiliar a los habitantes de los barrios más vulnerables. Si bien están surgiendo también iniciativas solidarias para cuidar a los hijos de quien necesita ir a trabajar, la suspensión de las clases implica otro peso extra para las familias y es el de conseguir garantizar el almuerzo que previamente les proveía el comedor escolar.
fuente: Orsai