Por Arístides Rondón Velázquez*, Resumen Latinoamericano, 27 marzo 2020.-
La pandemia que padecemos en el mundo de hoy se vive en Cuba con tranquilidad, sosiego y responsabilidad. Acabo de regresar de Holguín hace dos horas en donde antes de abordar el coche ferroviario dos compañeras me indicaron lavarme las manos y me dieron instrucciones. Viajé sin temor, tranquilo, seguro. Así enfrenta Cuba la pandemia que nos sacude.
Recibo mensajes de amigos de diferentes latitudes en donde el enfrentamiento a esta grave eventualidad no es así. Estamos alertas pero tranquilos.
Conocemos que cada día nuestro presidente se reúne con su equipo e imparte instrucciones e indicaciones, pero no lo hace cuando han aparecido casos sino desde mucho antes.
Mi presidente con su equipo hizo reuniones territoriales en las que participaron todas las autoridades de cada provincia y municipio encabezados por los Gobernadores y los Intendentes. Se ha seguido la indicación de Martí de que la verdadera medicina es la que precave.
Cuba ha enfrentado situaciones más graves y en más difíciles condiciones, sin embargo, en este caso lo que me enorgullece es la conducta que sigue mi gobierno con su pueblo y con otros pueblos. Aquí no predomina el egoísmo sino la solidaridad.
Hay un hecho que me ha llenado de júbilo: el rescate de los pasajeros del crucero MS Braemar, se trataba de 1000 seres humanos a la deriva en el Caribe porque todos los puertos le negaban acceso.
Impresionante insensibilidad conociéndose que allí había 5 enfermos confirmados y 40 casos sospechosos. El Che nos enseñó que la vida de cualquier ser humano vale más que todas las riquezas posibles. Las maniobras de desembarcar y abordar las naves aéreas de inmediato fue un ejemplo de organización.
Duele pensar que tantos países le negaran auxilio a estos seres humanos y enorgullece que Cubita lo haya hecho de manera exitosa y que estuviera dispuesta a brindar atención a los enfermos que lo desearan. Eso es grandeza. Estados Unidos de América que como se sabe tiene importantes vínculos históricos, culturales, humanos… con el Reino Unido le negó acceso al crucero, lo que equivale a una masiva condena a muerte. Pero apareció Cuba, la de Martí, Fidel y el Che. Martí nos indicó que Patria es Humanidad y por ese camino andamos, me emocionó ver una gran pancarta en el crucero en donde se leía: Te quiero Cuba.
La conducta del gobierno de USA confirma mi creencia, muy cubana, de que el presidente Trump no cree ni en su Madre Patria.
*Profesor en Santa Clara.